GADOLINIUM METALLICUM

La primera impresión que te dan los pacientes Gadolinium es que están satisfechos consigo mismos. Como contentos consigo mismos. Se puede ver como vanidad, pero no es ésa la mejor expresión. Son totalmente ellos mismos, por eso no hay necesidad de nada más. Tienen un deseo de armonía en sí mismos, en sus relaciones, y en el mundo. Su mayor molestia es que algo no esté en armonía. El nº atómico de Gadolinium es 64, que es 2*2*2*2*2*2. O sea, está compuesto sólo por doses, dos es el número de la dualidad. Ver los dos lados de todo era una característica muy pronunciada en el proving: yang y ying, masculino y femenino, electricidad y magnetismo, izquierda y derecha, delante y detrás, arriba y abajo. Esto es un fuerte deseo de equilibrar las dualidades del mundo. Análisis: El equilibrio da autonomía. Estar en el centro te hace libre. Independencia evidente. Simplemente autónomo. Autonomía rígida. Autosatisfacción. Autoplenitud. Autocentramiento. Evidente auto. Autoéxito. Terapeuta obvio. Terapeuta autosatisfecho. El equilibrio da autonomía: Pueden mirar las cosas desde una distancia, en equilibrio. Su fuerza es no perder su equilibrio. Equilibrio significa tener el control y ser autónomo. Temen que cuando las cosas se desequilibren perderán el control. La armonía expresa este deseo de equilibrio. Otras palabras que usan son simetría, igualdad, equivalencia. Quieren tener el control de sí mismos. Generalmente son capaces de mantener su equilibrio, se sienten contentos consigo mismos, se quieren a sí mismos. Pero cuando el equilibrio se altera lo sienten como un shock, como algo que debe ser restaurado. Su cualidad de armonía se expresa también en el mundo externo. Pueden ser buenos presidentes de asociaciones, porque dejan expresarse a todo el mundo y todos los aspectos y empiezan equilibrando esos aspectos. Como ellos mismos son parte de este equilibrio no se imponen a otros. No intentan imponer su opinión a otros. Ven su autonomía como real sólo cuando está equilibrada con la autonomía de otros. Por eso, excederse en las normas es imposible, podría destruir el equilibrio y la armonía. Dos aspectos les permiten ser tan buenos presidentes. Primero, no quieren ser un líder o presidente. Segundo, les falta algo de la fuerza necesaria para crear cosas, para hacer que las cosas funcionen, porque pueden ver todos los aspectos. Autosatisfacción: Su autosatisfacción es obvia, se sienten bien consigo mismos. Se sienten el centro del universo, autocentrados. Empieza con una especie de contentamiento, pero cuando llega al extremo puede volverse vanidad y arrogancia. En primera instancia es sólo el sentimiento de que son casi estupendos. Estar en el centro te hace libre: Quieren estar en el centro de sí mismos. También cuando buscan el camino espiritual buscan la armonía. Lo ven como esencial para encontrar la armonía en todos los aspectos de su alma. Armonía significa que todos los aspectos están centrados, como en un mandala. Todas las dualidades se ven como dos partes que están en equilibrio en torno a un punto medio. Cuando triunfan en esto, sienten que todo está a la vista y bajo control. Este total autodominio es la mayor autonomía. Entonces son simplemente libres. Mental: Carácter: amable, amistoso, armonioso, equilibrado, estable. Dos lados: masculino-femenino, ying-yang, electricidad-magnetismo, simetría, derecho-izquierdo, delante-detrás, arriba-abajo. Deseo: armonía, equilibrio, simetría, igualdad, sentirse bien, en paz, en calma, sinfonía, acorde, amistad, empatía, concordia, mutualidad, acuerdo, paralelo, dipolo, balanza, equivalencia. Aversión: luchas, peleas, desarmonía, asimetría, unilateralidad, unilateral, broncas, voces subidas de tono, colarse, estar asimétrico, desfasado. Cultura: Picasso. General: Localización: simétrica.
Traducción: Dra. Ana Salvador, (del libro Secret Lanthanides de Jan Scholten).

1 comentario:

marino dijo...

Ya. Y toda esta imaginativa perorata se supone que tiene que fundamentar una prescripción médica homeopática. Se les va de las manos, a los seguidores del que acertada y supongo que cariñosamente llaman el señor de los elementos, la contumaz reiteración en lo que no deja de ser una ocurrencia más o menos ingeniosa, hábilmente colada en el ámbito homeopático por la puerta de atrás y elevada a la categoría de método... sin pasar por la fastidiosa criba de los postulados más básicos de la homeopatía, por supuesto. Brindemos por el ying y el yang, por la electricidad y el magnetismo, brindemos por delante y por detrás: por el equilibrio.
¿No hay nadie entre los promotores de este singular "enfoque", apreciados colegas de ahora y de siempre, capaz de articular una mínima autocrítica, de proponer unos límites metodológicos a esta auténtica fuga de ideas? Pregunto.