La HOMEOPATÍA es un método terapéutico basado en la ley de los semejantes (a diferencia de la alopatía o medicina oficial, que se basa en la ley de los contrarios), que establece que una sustancia capaz de producir una determinada sintomatología, es también capaz de curarla cuando se administra a dosis mínimas. El tratamiento homeopático está indicado en general para cualquier enfermedad. El médico homeópata unicista, estudia al paciente en su conjunto, además de los síntomas que le llevaron a la consulta, para administrar el medicamento homeopático adecuado a cada enfermo. Este medicamento actúa estimulando el proceso de curación natural propio de cada persona. Los medicamentos homeopáticos son sustancias de origen natural, potenciadas mediante un proceso de dilución y sucusión, para aumentar su capacidad curativa y ser efectivos a dosis mínimas, por lo que carecen de efectos tóxicos.Por ello pueden ser administrados también a embarazadas, niños y ancianos.
HABLANDO DE SALUD Y ENFERMEDAD, HABLANDO DE HOMEOPATÍA
¿QUÉ ES LA ENERGÍA VITAL?
Es la energía que todos tenemos por el simple hecho de estar vivos. Es lo que hace que funcione nuestro cuerpo y nuestra mente, del modo adecuado. Es lo que nos hace crecer y lo que regula el funcionamiento del cuerpo y pone en marcha los mecanismos necesarios para reparar las alteraciones producidas por las agresiones externas, sean físicas o psíquicas. Es lo que hace que se cicatrice una herida o se cure un resfriado o cualquier indisposición. Cuando la energía vital se debilita o se bloquea aparece la enfermedad.
¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD?
Es la manifestación a nivel físico o psíquico del mal funcionamiento de la Energía Vital. Según la herencia que tenga cada uno, según sean las circunstancias de su vida, según sean las condiciones ambientales, la enfermedad que uno padezca será de un tipo o de otro. Pero solo hay UNA enfermedad, el desarreglo de esa Energía Vital. Lo que normalmente llamamos “enfermedades” son las diferentes manifestaciones de ese desarreglo. Y además esas “enfermedades” son precisamente la manera que tiene la Energía Vital de regularse. Esto se ve más claro cuando hablamos de enfermedades agudas. O sea que si sufrimos, por ejemplo, un resfriado, la Energía Vital pone en marcha un proceso para arreglarse: sube un poco la temperatura para combatir los virus, genera una mucosidad que “envuelve” los desechos producidos en el proceso curativo, aparece una tos que empuja hacia fuera de nuestras vías respiratorias la mucosidad con todo lo que “nos sobra”, etc. Si la Energía Vital es adecuada, los procesos necesarios para curarse se llevan a cabo suave y rápidamente, y si no, aparecen las complicaciones, los retrasos en la curación, y en los peores casos la muerte.
¿QUÉ HACEMOS CUANDO ESTAMOS ENFERMOS?
Normalmente nos sentimos muy contrariados porque no podemos hacer lo que habíamos previsto, y queremos “no estar enfermos”, nos tomamos lo que haga falta para “no notar” que estamos enfermos y seguir funcionando. La sociedad en que vivimos nos “exige” demasiado, y si no es la sociedad, somos nosotros mismos que no queremos renunciar a nuestros proyectos, aunque nuestro cuerpo nos esté pidiendo a gritos que paremos, que descansemos. Y claro, todos esos síntomas han aparecido para curarnos, la fiebre por ejemplo, además de matar a los virus o bacterias nos hace sentirnos mal, con ganas de acostarnos, abrigarnos y descansar, justamente lo que el cuerpo necesita para recuperarse, porque la Energía Vital tiene que centrarse en la curación, y no podemos desgastarnos con otras actividades. O sea, que nuestro cuerpo es muy sabio, pero no queremos hacerle caso.Al final, en el caso del supuesto resfriado, como no le hemos dado a la Energía Vital la oportunidad de “arreglarlo”,tenemos que tomarnos un antibiótico para “matar a los microbios”, pero claro, el antibiótico no mata solo a los “malos”, mata también a los que están habitualmente en nuestro cuerpo cumpliendo una función importante, y eso nos produce una alteración. Entonces la Energía Vital aún tiene que trabajar más para arreglar el desastre, y se debilita, dejándonos en peores condiciones para la próxima vez. Resulta que en vez de curarnos nos hemos puesto más enfermos, tenemos menos capacidad de respuesta ante las agresiones. Al final estaremos enfermos más tiempo enfermos y más graves.
El resfriado es sólo un ejemplo, pero sirve para ver que nuestro cuerpo funciona como un conjunto, el todo se pone al servicio de una parte para ayudarle a reponerse. Y si funcionamos como conjunto, es absurdo tratar cada parte por separado. La única forma real de ayudar a la curación será facilitar a la Energía Vital su trabajo.
¿QUÉ ES LA HOMEOPATÍA?
Es una forma de tratar las “enfermedades”, ayudando a la Energía Vital a cumplir con su función. Los médicos homeópatas unicistas (unicista viene de uno, un medicamento para una Energía Vital) examinamos al paciente para averiguar cómo es su particular forma de enfermar, miramos cómo se manifiesta su Energía Vital, y buscamos un medicamento que le ayude a reponerse.
Los medicamentos homeopáticos proceden de sustancias naturales, preparadas de tal forma que se potencia su propia energía. Cuando un enfermo recibe un medicamento homeopático adecuado (o sea una energía que “vibre” de la forma más parecida posible a su propia Energía Vital), lo que recibe en realidad es un estímulo capaz de poner en marcha, desbloquear, aumentar (sirvan estas palabras para explicarlo) la capacidad que todos tenemos para curarnos de la enfermedad, de la misma manera que una herida cicatriza por sí sola cuando una persona está sana.
Por supuesto, esto es una manera sencilla de explicar una disciplina que exige de sus practicantes, los médicos homeópatas unicistas, una gran preparación y una amplia experiencia para ser efectiva. No es lo mismo dar a todos los que estén resfriados un antitérmico y un antibiótico, a casi todos el mismo, que buscar para cada uno el medicamento adecuado a su persona.
Pero, claro, ese medicamento homeopático, si funciona estimulando la Energía Vital, ayudará a la persona en otras diferentes manifestaciones de su enfermedad, sean éstas cuales sean y prevendrá de otras posibles alteraciones. Por eso cuando un enfermo acude a un homeópata unicista, si recibe el medicamento adecuado, no sólo mejora de la “enfermedad” por la cual consultó, sinoque toda la persona mejora, tanto física como psíquicamente. La persona sana, no sólo no tienealteraciones físicas, sino que es más feliz, más capaz de sobreponerse a las dificultades, más fuerte física y psíquicamente, en definitiva, tiene mayor calidad de vida.
Autora: Dra. Ana Salvador, presidenta de la SMHCV.
Publicado en la web de la Sociedad Médico Homeopática de la Comunidad Valenciana (SMHCV), http://smhcv.org/homeopatia
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