Algo estamos haciendo mal, porque hace 25 años, cuando yo comencé con la clínica veterinaria, a la mayoría de mis pequeños pacientes no les habían vacunado nunca y sin embargo estaban máqs sanos; les solían traer a la clínica porque o bien se habían comido un corcho o un rival les habían mordido una oreja. Las patologías tenían un claro origen y apenas utilizábamos palabras como “multifactorial” o “idiopático”, las alteraciones gastrointestinales eran debidas a atracones y las dermatológicas simples, hongos que desaparecían con una loción antimicótica o ácaros y pulgas que se iban con un baño antiparasitario. En la actualidad la mitad de nuestros pacientes padecen enfermedades inmunomediadas y la incidencia del cáncer ha aumentado de forma alarmante. No podemos culpar sólo a las vacunas, el exceso de medicamentos, un entorno poco natural y contaminado, una dieta a base de pienso que considera a todos los individuos iguales y con idénticas necesidades, y una relación un tanto neurótica con los humanos, hacen el resto.
Exceso de quimioterápicos, productos químicos que utilizamos con buena intención para enmascarar los síntomas, la socorrida y nefasta medicación sintomática, que boicotea al sufrido organismo, anulando sus reacciones defensivas, es decir, no le dejamos repararse, ni siquiera desintoxicarse; cuando vomita, se lo impedimos con un antiemético, para que quede dentro la basura; si se descompone, un antidiarreico para que no salga, y si el contenido fecal es corrosivo, mejor dentro, no vaya a ser que irrite el ano; si le sube la temperatura, un antipirético para que no fabrique Interferón, molécula élite en “defensa”, aunque con nosotros hacemos lo mismo, ni siquiera nos permitimos sudar, nos ponemos un antitranspirante para no eliminar las toxinas, incluso cuando el sudor es una sustancia cáustica y peligrosa que quema la ropa o destruye el zapato, preferimos que no salga y que se quede dentro de nuestro organismo.La Vacunación es una costumbre tradicional, con arraigo en la profesión y en los clientes, y es además una importante fuente de ingreso, pero los veterinarios nos preguntamos: ¿Son necesarias tantas vacunas? ¿Estamos haciendo lo correcto?En enfermedades tan devastadoras como Moquillo o Parvovirosis, no tendríamos defensa ante el propietario, sabiendo que una simple vacuna lo habría evitado, sin embargo nos preguntamos ¿es necesaria una revacunación anual?
INTERFERENCIA CON LOS ANTICUERPOS MATERNOS
Es lo primero que podemos causar y sin embargo a nadie le importa, pasa inadvertida, y a la hora de “justificar” el fracaso de la vacuna siempre se tienen las palabras a la medida justa, por lo que uno puede hablar de:
- Se alteró la cadena de frío.
- Idiosincrasia del paciente.
- Se lo vendieron y ya la estaba incubando.
- Un lote de vacuna que no cubría bien.
- Tal vez estuvo en contacto con el virus antes de que la vacuna lo haya protegido.
En realidad hemos roto la protección calostral, anulando los anticuerpos maternos y dejando sin protección al cachorro, pero lo grave no es que se neutralicen los anticuerpos maternos, sino que se neutralizan con la vacuna que supuestamente los debería proteger.
Por eso al iniciar un plan vacunal es fundamental saber que edad tiene el paciente y recordar como decrecen las curvas de anticuerpos calostrales, cual baja primero (moquillo) y cuál lo hace después (parvovirus).
REACCIONES GRANULOMATOSAS CUTÁNEAS FOCALES
Las vacunas también llevan aluminio, en forma de hidróxido o de fosfato (adyuvantes), Timerosal que contiene mercurio (conservante), Betapropiolac-tona, formaldehído y formalina (inactivantes), Fenoxietanol (anticongelante), Glutamato monosódico (excipiente), antibióticos y tejidos animales (riñón de mono, riñón de perro, embrión de pollo, cerebro de conejo, sangre de cerdo y suero de vaca), también tejidos humanos (fetos abortados).
No es nada de extrañar que el organismo se enferme y termine haciendo tumores, con tantos metales y semejantes macromoléculas pesadas que no están previstas en el organismo, ni tienen a donde ir, ni por donde salir.
Nódulos firmes dérmicos o intradér-micos, que involucionan de 2 a 6 semanas.
La lesión granulomatosa microscópicamente revela vasculitis no supurativa, una típica necrosis central con macrófa-gos periféricos y numero variable de lin-focitos, células plasmáticas y eosinófilos.
ALTERACIONES NEUROLÓGICAS
La vacuna antirrábica (virus vivo modificado). Se presenta tanto en caninos como en felinos.
Es un cuadro progresivo, comienza con parálisis ascendente entre los 7 a 21 días de la inoculación.
Un problema neurológico que no debemos pasar por alto es el que presentan los gatitos, cuando su madre es vacunada en período de gestación, su camada va a nacer con severo cuadro neurológico, hipoplasia cerebelar y hasta degeneración de los hemisferios cerebrales. Por eso se recomienda no vacunar inmediatamente a un gato hembra recién recogido de la calle, el motivo principal es que puede estar preñada y el segundo es que puede estar incubando la enfermedad. Lo concreto es que con la vacunación de las hembras preñadas, se puede provocar aborto, inmunotolerancia, malformaciones, muerte peripartal, según el momento de la gestación en que se ha vacunado.
AFECCIONES ARTICULARES EN CANINOS Y FELINOS
Es común en gatos la presentación de una cojera a los 21 días de la vacunación. Se considera como principal causal a la vacuna de calicivirus, pudien-do hasta dar sintomatología específica como lo son las úlceras bucales.
En algunas razas de perros grandes se ha observado la presentación de osteodistrofia hipertrófica a los 21 días de la aplicación de la vacuna de Moquillo (virus vivo modificado).
Otro problema de la hipersensibilidad post vacunal es el tratamiento en sí, paliativo, a base de antiinflamatorios esteroideos (corticoides) que pueden provocar un hiperadrenocorticismo iatrogénico y en casos severos nos llevaría a la eutanasia.
SARCOMAS EN EL SITIO DE INOCULACIÓN
En 1988 la Dra. M. Hendrick de la Universidad de Pensilvania, comienza a notar un aumento de la incidencia de sarcomas en gatos (y sólo en gatos), en la región interescapular, donde comúnmente se dan las inyecciones de vacunas contra la rabia, coincidiendo con la promulgación de una ley que obligaba a la vacunación antirrábica obligatoria a los gatos. A fines de 1997, se comienzan a distribuir panfletos a través de los veterinarios, que alertaban a los dueños de gatos acerca de este problema.
Las forma mas frecuente de presentación es el fibrosarcoma, aunque se han reportado condrosarcomas, rabdomio-sarcomas, sarcoma miofibroblástico, osteosarcoma, histiocitoma fibroso maligno, sarcomas indiferenciados y sarcomas histopatológicamente múltiples.
No se ha demostrado predisposición por sexo, edad o raza. De todas maneras se sabe que los felinos están más predispuestos a desarrollar tumores en los sitios de inyección, que las otras especies. Al estar tan especializados resultan más delicados, su anatomía es refinada y aerodinámica, en cambio la de los cánidos resulta más rústica, más robusta.
De las vacunas en el mercado las candidatas a presentar sarcomas son la vacuna antirrábica y la de Leucemia felina. Hay trabajos que apuntan hacia el coadyuvante como factor desencadenante del sarcoma. Por ahora hay datos estadísticos que asocian el sarcoma con estas vacunas pero se desconoce aún cual es el mecanismo. Debe recordarse también la aparición de sarcomas intraoculares tras la inyección intravítrea de Gentamicina para provocar la disminución del tamaño del globo ocular en los felinos con glaucoma.
La presentación de tumor en el sitio de vacunación puede ser de 3 meses a 3 años y medio.
Se sospechó en un primer momento de los adyudantes como el aluminio, pero los sarcomas se dan con todos los tipos existentes de vacunas felinas, incluidas las que no los tienen. En ningún caso se ha relacionado la aparición de estos tumores, con la vacuna de un fabricante en particular.
Este fibrosarcoma inducido por la vacunación es una neoplasia muy agresiva, con unas características peculiares:
- Las metástasis son infrecuentes, localizándose en su caso principalmente en pulmones aunque también pueden encontrarse por ejemplo a nivel hepático.
- Sin embargo, las recidivas son muy frecuentes: 86% a los seis meses de la resección quirúrgica.
- Finalmente, es un tumor agresivo, de rápido crecimiento y altamente invasivo.
No suele ser metastásico y tras la resección quirúrgica suele recidivar con mayor agresividad.
Me pregunto: Si no metastatiza y en cambio si recidiva, y peor que antes ¿no será mejor no tocar? Y si los gatos de zonas libres de rabia, y en consecuencia que no son vacunados, tienen una muy baja incidencia ¿seguiremos revacunando?
Se recomienda que la inoculación se realice en los sitios establecidos por la AAFP (Asociación Americana de Especialistas en Felinos) y adoptados por el Grupo de Tareas del Sarcoma Vacunal Felino.
Se aconseja a los veterinarios aplicar las vacunas que se sabe que producen sarcomas en los miembros posteriores, de esa manera si desarrolla un sarcoma se le puede amputar sin ningún problema el miembro, y que se informe a los propietarios que “los gatos con tres miembros tienen un periodo de vida normal, y viven activamente y felices si el cáncer ha sido detectado precozmente”.
CONCLUSIÓN:
Extirpamos mucho, por sistema.
Medicamos mucho, por sistema.
Vacunamos mucho, por sistema.
Por favor, revisemos el sistema. Un abrazo.
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Autora: Coral Mateo Sánchez, veterinaria homeopática, presidenta de la Sociedad Española de Homeopatía Veterinaria.
Publicado en Revista Homeopática nº59 - Otoño 2007
Fuente: web de la Academia Médico Homeopática de Barcelona.
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