LA CONSTITUCIÓN DE LA MATERIA MÉDICA HOMEOPÁTICA

LAS PATOGENESIAS
A menudo se ha reprochado a la homeopatía su rigidez, su fijeza, su falta de potencial evolutivo. Se le reprocha con frecuencia el moverse dentro de un campo cerrado que, salvo muy poca cosa, no se ha modificado desde hace dos siglos. Esas críticas no hacen sino revelar un total desconocimiento por parte de quienes las formulan. La realidad es muy otra, y manifiesta, por lo contrario, una sorprenden­te vitalidad, un potencial de crecimiento que no se ha alterado jamás. Tal potencial emana de un núcleo doctrinal que no ha cambiado en su formulación, constituido por una tríada: La individualización de los estados mórbidos, la individualización de los agentes medicamentosos y la relación de similitud entre unos y otros.
La individualización de los agentes medicamentosos se puede encontrar en la Materia Médica Homeopática. Fundada en la experimentación de las drogas so­bre el hombre sano, no ha cesado de enriquecerse en el tiempo y en el espacio. Este enriquecimiento, no exento de notas contradictorias y discordantes, no se puede comprender sin un estudio histórico a partir de su origen. El estudio históri­co de la homeopatía está muy lejos de haber recogido todo el material documental disponible, sobre todo, los registros de consulta dejados por Hahnemann al morir, y cuyo aprovechamiento nunca se encaró. También quedan por aprovechar todos los escritos de Hahnemann considerados menores o anteriores al descubrimiento de la homeopatía, en particular sus obras no médicas y las numerosas notas con que él intercaló ciertas obras médicas de la época.
Todavía quedan los trabajos de los primeros homeópatas, cuyo estudio no ha servido hasta hoy más que para alimentar polémicas. Queda por hacer un estu­dio imparcial. Una serie de autores de esta época que se oponían a las corrientes de pensamiento imperantes, parecen haber sido dejados a un lado deliberadamente. Aquí se pueden mencionar los trabajos de Ludwig Griesselich (1804 - 1848) y de los homeópatas alemanes que se alinearon junto a él a partir de 1833. Dichos tra­bajos se prolongaron poco después con los homeópatas anglosajones, animados por R. E. Dudgeon, primero, y más tarde por Richard Hugues. El eco que han ob­tenido en nuestra época autores como Jean-Jacques Aulas, Francois Chefdeville o Jacques Jouanny, por desgracia parece más orientado a la polémica que a una investigación pragmática a la cabecera del paciente. LA TRADUCCIÓN DE LA MATERIA MÉDICA DE CULLEN - 1790 Hay que leer el relato de la primera experimentación que realizó Hahnemann después de las reflexiones sugeridas por la lectura del capítulo sobre la Quinina en la Materia Médica de Cullen. Dicha experimentación le permitió, en 1790, for­mular de otra manera el antiguo principio de Similitud, bien conocido por todos los médicos de la época. Al descubrir una aplicación racional de este principio y al formular una relación general entre los agentes medicamentosos y los estados mór­bidos, Hahnemann respondió a una necesidad profunda. Decepcionado por su prác­tica, desilusionado por sus fracasos, había comprendido, en efecto, que el comple-¡o sistema médico de su época no descansaba sobre ninguna base sólida, y que lo esencial todavía quedaba por descubrir. Tras su primera experimentación con la quinina, comenzó una amplia re­visión de la literatura médica antigua y de su época, para ver si ya otros autores ha­bían procedido a efectuar el mismo tipo de pruebas con otras drogas. Muy pronto quedó persuadido de que en lo concerniente al estudio de la acción de los medica­mentos sobre el hombre sano, quedaba todo por hacer. No obstante, hay que citar aquí, y a título de información, algunas tentativas tímidas que no tuvieron porve­nir ni, sobre todo, aplicación práctica. A este respecto, se conocen los consejos que Albricht Von Haller, en cuanto a ensayar las drogas para conocer sus efectos sobre organismos sanos. Se llevaron a cabo algunos ensayos aislados, sobre todo por par­te del doctor William Alexander, de Edimburgo, y también por toxicólogos como Wibmer, Orfila, Magendie, y especialmente con animales. Sin la clave de la simili­tud estos experimentos no hubieran hallado aplicación práctica ni hubieran tenido futuro. Al unir la experimentación y la Ley de Similitud, Hahnemann fecundó la experiencia y le dio una proyección en la práctica médica. Descubrió una metodo­logía que permitía fundar la materia médica sobre una base experimental y al mis­mo tiempo proporcionó la clave de su aplicación práctica. Los años siguientes fueron para Hahnemann los más difíciles, los más mise­rables, los más atormentados de su vida. Estuvieron marcados por seis mudanzas sucesivas en busca de un asilo que no pudo hallar en Gotha, Georgenthal, Molsch-leben, Gottingen, Pyrmont, Brunschweig, Wolfenbüttel ni Kónigslutter. Pese a las crecientes dificultades materiales (en Molschleben nació su sexto hijo), y pese a un agobiante trabajo de traducciones, emprendió por su cuenta una serie de expe­rimentaciones.
ENSAYO DE UN NUEVO PRINCIPIO - 1796 De este modo Hahnemann experimentará 54 remedios y en 1796 publicará los primeros resultados en el periódico de Hufeland, en un estudio titulado "Ensayo de un nuevo principio para descubrir las virtudes curativas de las sustancias me­dicinales". En este opúsculo generalizaba el descubrimiento realizado con la corte­za de quinina, y formuló por primera vez la relación de similitud dándole un va­lor de ley general, y pasando revista a los principales efectos de 54 remedios, que procedían mayormente de "ensayos sobre el hombre sano", es decir, él mismo. Sin embargo, allí también se encuentra la acción de las drogas sobre el ani­mal, a propósito de la Phytolacca:
"Los síntomas propios que produce la Phytolacca en el hombre mere­cen una descripción exacta. Se trata ciertamente de una planta muy ac­tiva. En los animales determina tos, temblores y convulsiones".
Ya en este ensayo cita, al tratar la Chamomilla, una serie de síntomas sur­gidos por la prescripción, a título terapéutico, de aceite eterice de manzanilla, e indica inmediatamente que estos síntomas pueden constituir indicaciones de este remedio. Más adelante, a propósito del Veratrum álbum, recuerda la sintomatología tóxica, y menciona que ella puede aportar indicaciones terapéuticas preciosas. También menciona su acción sobre el perro. Asimismo, señala una sintomatología tóxica para Árnica. Tenemos, pues, desde esta época, la imagen de lo que llegará a ser más tarde la materia médica homeopática, que contendrá, además de una gran mayoría de síntomas observados a lo largo de experiencias sobre el organismo humano sano, ciertas observaciones realizadas a la cabecera del enfermo, así como otras de pro­cedencia animal. Por lo demás, la sintomatología tóxica será tomada en conside­ración cada vez que se presente la ocasión, pues, si bien la literatura clásica de la época no contenía ningún dato experimental, era, en cambio, muy rica en descrip­ciones de intoxicaciones. No parece que la experimentación de estos 54 medicamentos se haya reali­zado dentro de un marco de una metodología general coherente, la cual se irá desa­rrollando con el correr del tiempo, a medida que se continúen las experiencias. Este estudio pronto fue seguido de muchos otros que, concebidos en la mis­ma óptica, pronto despertaron la hostilidad de los médicos y farmacéuticos de Kónigslutter, donde se hallaba Hahnemann por entonces. A partir de la primavera de 1799 reanudó su vida errante. Se estableció primero en Altona, cerca de Ham-burgo, luego en Mólln, donde una grave epidemia de escarlatina le dio la ocasión de poner a prueba su naciente doctrina. El descubrimiento de la acción profilác­tica de la Belladona fue el primer gran éxito de la homeopatía, no sólo en el pla­no terapéutico sino también en el plano doctrinal, al mostrar que el principio de (17 pag) similitud no sólo fundaba la terapéutica sino que también tenía que ver con la profilaxis. La vida errante de Hahnemann, no obstante, continuó: Machera, Eulenburg, Dessau, serían las etapas de su calvario. Tradujo muchos volúmenes del inglés, pu­blicó numerosos artículos en el periódico de Hufeland, y continuó una activa po­lémica contra los absurdos de la medicina de su época.
FRAGMENTA DE VIRIBUS MEDICAMENTORUM - 1805 Mientras tanto no había abandonado sus trabajos de materia médica. En ju­nio de 1805 se instaló por unos años en Torgau, en una casa que compró en la Pfarrgasse, donde realmente inicia una activa práctica de consultorio. Sus éxitos no sólo le ganarán pacientes. También le traerían polémicas y multiplicaría el nú­mero de sus enemigos y detractores. Las publicaciones continuaban. En 1805 aparece la primera Materia Médica Homeopática, titulada: "Frag­menta de viribus medicamentorum positivis sive in sano corpore observatis". En un primer volumen de 278 páginas, Hahnemann desarrolla las patogene­sias de 27 remedios cuyos síntomas se valoran en tres grados, según la tipografía. La mayoría de los síntomas son el resultado de experimentaciones realizadas por Hahnemann sobre sí mismo. Otros se obtuvieron a partir de experiencias efectua­das, según Hahnemann, "sobre otras personas que yo sabía perfectamente sanas y enteramente exentas de todo mal aparente". Los síntomas se anotan uno tras otro sin orden aparente. Pero la cronología de su aparición está indicada para muchos de ellos, lo mismo que la duración de su acción. Cada patogenesia termina con in­dicaciones tomadas de autores de la literatura médica clásica de la época o de la literatura antigua, con referencia del autor de la publicación. Se trata generalmen­te de síntomas toxicológicos. Pero también se encuentran allí referencias a resul­tados terapéuticos. Así, para Pulsatilla, Hahnemann anota una observación de Stoerk en un caso de amenorrea:
"Menstruatio copiosa. (In menstruorum suppresione.)"
Estos síntomas tóxicos y clínicos se citan en un parágrafo separado de la sintomatología experimental. Hahnemann había reconocido, en efecto, que los sínto­mas toxicológicos carecían de fineza, que a menudo estaban alterados por la admi­nistración terapéutica de antídotos muy violentos, y que nada valía tanto como la experimentación individual de cada droga sobre un organismo sano. Entre los 27 remedios descritos en los Fragmenta, 21 proceden de su "Ensayo sobre un nuevo principio", con complementos. Otros 22 serán retomados de la pri­mera edición de su "Reine Arzneimittellehre", y otro, Mezereum, reaparecerá en la segunda edición de "Kronische Krankheiten". No se sabe bien por qué tres de estos (18 pág.) 27 remedios desaparecieron de la farmacopea hahnemanniana: Cantharis, Copaiva y Valeriana. Un cuarto remedio, Cuprum vitriolatum, tampoco será retomado, pero en la segunda edición de las Enfermedades Crónicas aparecerá Cuprum metallicum. El segundo tomo de Fragmenta está constituido por un Repertorio de 470 pá­ginas, presentando todos los síntomas clasificados en orden alfabético. Se trata del primer Repertorio Homeopático, y pronto veremos con cuánto éxito se desarrolló esta formulación de la Materia Médica Homeopática.
LA MEDICINA DE LA EXPERIENCIA - 1805 La metodología de estas experimentaciones no aparece en los Fragmenta, sino que se la precisa en un estudio aparecido ese mismo año en el periódico de Hufeland, bajo el título " Hahnemann insiste allí sobre la necesidad de operar sobre sujetos sanos, de­jando, no obstante, una puerta abierta a la observación de los efectos medicamento­sos sobre el enfermo:
". . .en cuanto a la investigación de síntomas medicamentosos entre los de la enfermedad primitiva, se trata de un asunto de gran alcance, que debe reservarse a los maestros en el arte de observar."
Allí se encuentra claramente enunciada la noción de individualización de las sustancias medicamentosas:
"Cada medicamento simple suscita una enfermedad particular, una serie de síntomas determinados que ningún otro medicamento en el mundo puede producir exactamente igual."
Así, ya en esa época, un punto capital de la doctrina hahnemanniana había sido precisado. A la individuación de los estados mórbidos respondía la de los agen­tes medicamentosos. De allí resultaba un corolario formulado sin ambigüedad en es­te mismo estudio:
"No es, pues, nunca necesario emplear más de un medicamento simple cada vez, cuando se encuentra uno que se adapta bien al estado mór­bido."
Lo esencial de la metodología de las experimentaciones hahnemannianas se halla claramente desarrollado. Estas reglas que serán retomadas en el Órganon en 1810 y en sus ediciones sucesivas, no sufrirán ningún cambio importante hasta 1833. En esta fecha aparecerá la 5.a edición, conteniendo una modificación importante. Hahnemann aconseja eJ empleo de las dínamizacíones 30" centesima­les para las experimentaciones. Este cambio ya había sido enunciado en 1830, en el 4° volumen de la primera edición de las Enfermedades Crónicas, a propósito de las patogenesias de Kali Carb. y Natrum Mur. Hahnemann indica que la experimen­tación de estas dos drogas se ha efectuado con las 30ªs. dinamizaciones centesima­les. Se sabe que desde esta época de residencia en Torgau, Hahnemann trabajó en la redacción de su Órganon, que no fue publicado hasta cinco años después, en 1810, en Dresde.
LA MATERIA MÉDICA PURA Entre 1811 y 1821 aparecieron en Leipzig los 6 volúmenes de la primera edi­ción de la Materia Médica Pura, conteniendo, además, una serie de interesantes in­troducciones para los cuatro primeros volúmenes, y las patogenesias de 65 reme­dios, 43 de los cuales eran nuevos y los 22 restantes procedían de los Fragmenta, con importantes adiciones. Cierto número de innovaciones marca la presentación de estas patogenesias. En primer lugar, cada patogenesia va precedida de un preámbulo de generali­dades sobre su origen, su preparación y sus características farmacodinámicas. Allí hay una primera tentativa de presentación sintética a partir de los elementos pro­vistos por la experimentación. Se puede hallar aquí un esbozo de las posteriores ma­terias médicas sintéticas. A continuación aparecen los síntomas obtenidos por la experimentación. El orden en que se los presenta constituye la primera tentativa de clasificación lógica. En principio son descritos los síntomas locales según un orden anatómico que va de la cabeza a las extremidades. Le siguen los síntomas generales, primero síntomas físi­cos generales y después síntomas psíquicos. Esta clasificación no volverá variar a lo largo de las ediciones ulteriores de la Materia Médica Pura. No se explica la metodología de las experimentaciones, pero ya había sido publica­da poco antes en el Órganon de 1810, en los parágrafos 99 a 119. También aquí, como en los Fragmenta, los síntomas patogenéticos obtenidos por los ensayos de Hahnemann sobre sí mismo, preceden a una sintomatología extraída de la literatura médica clásica, con la referencia del autor y de la publicación. En la parte patogenética pura, la cronología de cada síntoma a lo largo del ensayo se indi­ca con toda precisión. Durante el verano de 1811, Hahnemann deja Torgau y se instala en Leipzig, con el proyecto de fundar allí un instituto para enseñar la homeopatía los médicos diplomados, y recibir enfermos sobre los cuales se realizaría la aplicación práctica de sus métodos, declarando que un curso de seis meses sería suficiente para cualquier hombre inteligente, para dominar los principios de la homeopatía. Se sabe que el instituto jamás llegó a existir, pero Hahnemann solicitó autorización para dar cur­sos en la Universidad de Leipzig. Dicha autorización le fue concedida tras defender en latín, para probar su capacidad, una tesis que es un monumento de erudición consagrado a la intoxicación con el heléboro. Con estos cursos se hizo conoced, y ganó discípulos jóvenes que lo ayudarían en su experimentación. De este modo, a partir del 2° volumen de la Materia Médica Pura se hallarán contribuciones de 37 de sus alumnos, cuyos síntomas se clasificarían con los extraídos de la literatura médica clásica, a continuación de los que pertenecen a los ensayos de Hahnemann sobre sí mismo. De nuevo aquí los síntomas se identifican por el nombre del expe­rimentador, a menudo con la indicación del momento de su aparición. Hay que destacar que la sintomatología tomada de la literatura médica clá­sica está lejos de ser una sintomatología pura. Está constituida por observaciones realizadas durante intoxicaciones, y aun por manifestaciones patológicas atribuibles a la acción de un medicamento. Así, el síntoma 56 de acónito, surge de una obser­vación de Greding sobre un enfermo mental que presentaba todos los meses accesos maníacos. Hahnemann señala "furor en el momento de aparecer las reglas". Este síntoma, señalado por Dent en su repertorio, se halla allí en pequeño grado, lo cual revela que probablemente nunca fue confirmado. Daremos más adelante otros ejem­plos de la discutible intrusión de síntomas patológicos en la Materia Médica de Hahnemann. Señalemos por de pronto que a partir del segundo volumen de esta obra en 1816, tales síntomas se hallan mezclados con los de los colaboradores de Hahnemann. No bien salió de imprenta el 6° volumen de la primera edición, Hahnemann comenzó la publicación de una segunda edición de su Materia Médica, que, también en seis volúmenes, apareció entre 1822 y 1827. La sintomatología se halla allí nota­blemente aumentada para la mayoría de los remedios. Cada volumen contiene los mismos remedios que los de la 1.a edición, y el último tiene añadidos tres remedios nuevos: Ambra grisea, Carbo animalis y Cargo vegetabilis. El número de colabora­dores de Hahnemann había aumentado, y en el prefacio de la traducción inglesa de esta segunda edición, R. E. Dudgeon da el nombre de 50 personas que participaron en las experimentaciones. Sólo los dos primeros volúmenes tuvieron una tercera edición, en 1830 y 1833, caracterizada por la mezcla, según el esquema desde entonces clásico, de to­dos los síntomas, los de Hahnemann, los de sus alumnos y losde la literatura médi­ca clásica. No obstante el origen de cada síntoma aparece indicado, así como a me­nudo la hora de aparición cuando es de origen experimental. El segundo volumen de esta tercera edición no contiene ya Causticum, que en 1830 había sido transfe­rido al 4° volumen de la primera edición de las Enfermedades Crónicas.
LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS La Doctrina Homeopática, sin embargo, no estaba condensada en una formu­lación definitiva. La constatación de la insuficiencia de las técnicas elaboradas a par­tir de una primera formulación, los fracasos o las recidivas a veces consecutivas a la aplicación de los tratamientos obligan a HAHNEMANN a una serie de reflexiones y de experimentaciones que duraron 12 años. Al final de este periodo, aparecieron entre 1828 y 1830, los cuatro volúmenes de la primera edición de sus "Enfermeda­des Crónicas". El primer volumen está dedicado a una larga introducción en la cual están de­sarrolladas generalidades sobre la naturaleza, la sintomatología y la técnica de tra­tamiento de las enfermedades crónicas. Los tres volúmenes siguientes contienen las patogenesias de 22 remedios de los cuales 17 son remedios nuevos. Igual que en la Materia Médica, la patogenesia de cada remedio está introducida por algunas líneas de generalidades que termina con los nombres de los colaboradores que han partici­pado en la experimentación del remedio considerado. Los síntomas están clasifica­dos según el mismo esquema, y si los síntomas obtenidos por los colaboradores es­tán bien identificados se mezclan con los de HAHNEMANN. La cronología está a menudo indicada. Aquí aún se encuentra mezclados a los síntomas patogenéticos observaciones extraídas de la literatura clásica. Es una pena que las traducciones francesas de "Las Enfermedades Crónicas" hayan omitido estas referencias que nos hubiesen permitido identificar el origen de estos síntomas. Igual que en la 2.a edi­ción de su Materia Médica, HAHNEMANN indica posologías, aconsejando la 17,1 8 y 30 dinamización centesimal (excepto para Magnesia mur. de la cual aconseja la 6.a y Natrum carb la 12.a). Remarca asimismo que las 6.a, 9.a y 12.a dinamizaciones habían desencadenado efectos muy violentos.
La segunda edición de las Enfermedades Crónicas aparecerá en 5 volúmenes entre 1835 y 1839. Además de un primer volumen de generalidades, constará de cuatro volúmenes de Materia Médica presentando las patogenesias de 47 remedios. Con más de 22 remedios de la primera edición, 12 provienen de la segunda edición de la Materia Médica, y uno, Mezereum procede de "Fragmenta". Los otros son nuevos. Los remedios reestudiados presentan numerosas adiciones con relación a las patogenesias anteriores. HAHNEMANN cita los nombres de 51 colaboradores de los cuales él publica los síntomas identificándolos. Aquí aun utiliza observaciones de la literatura médica clásica. Esta segunda edición contiene una novedad. HAHNEMANN recurre a otras fuentes además de sus propios trabajos con sus alumnos. Un cierto número de autores, en efecto, trabajando de manera independiente, habían en esta época publicado los resultados de sus experimentaciones. Asi STAPF que desde 1822 publicaba numerosas patogenesias en su revista "Archiv für die homóopathische Heilknust". HARTLAUB y TRINKS habían publicado en 1828-1830 en Leipzig su "Reine Arzneimittellehre". En 1825 el profesor Johann Christian Gottfried JORG de Leipzig había publicado un conjunto de resultados experimentales. Haremos mención más lejos sobre estos trabajos originales pues HAHNEMANN no podía ignorar su importancia. Incluyó una importante parte de ellos en las patogenesias de la segunda edición de sus Enfermedades Crónicas. Las indicaciones del origen, que son numerosas en la edición alemana, no figuran desgraciadamente en la traducción francesa de A. J. L. JOURDAN aparecida en BAILLIERE en 1846.
LAS PATOGENESIAS OLVIDADAS Se olvida muy a menudo que un cierto número de patogenesias realizadas por HAHNEMANN y sus colaboradores no figuran ni en su Materia Médica Pura ni en sus Enfermedades Crónicas. Se las encuentra mencionadas en las "Quellen-Nach-weis" de KLEINERT que citaremos más adelante. Así como Cantharis que había sido el objeto de un capítulo en las Fragmen­ta y que parecía, luego, había sido excluida de las dos obras maestras de HAHNE­MANN, había por consiguiente sido el objeto de un proving que apareció en 1833 en el XHIavo volumen de los Archivos de STAPF. Entre 1824 y 1835 aparecieron también los provings de Agnus Castus, Antimonium tartaricum, Cantharis, Coffea arábica, Colchicum, Viola tricolor, Lamiun álbum, París quadrifolia, Sabadilla y Sabina, que será necesario un día reintegrar en la Materia Médica Hahnemanniana. Algunos de estos provings son muy importantes, como por ejemplo el de Antimo­nium tartaricum aparecido en 1824, que consta de 411 síntomas. En 1836, STAPF publicó un volumen "Contribuciones a la Materia Médica Pura" que contiene aun dos provings realizados por HAHNEMANN y sus colaboradores con Senega y Va­leriana minor, el proving de Senega consta de 468 síntomas. Quizás quede aun, en el conjunto de los manuscritos del Tesoro de Darup, pa­togenesias aun inéditas, como la que publicó en 1931 el Dr. SCHM1DT, dedicada a la experimentación del Sulfuro de Sodio llamado por HAHNEMANN Hepar Sulphuratum natronatum realizado por cuatro experimentadores bajo la dirección de HAHNEMANN en París en una fecha que no está precisada pero que parece se si­túa en 1840-1841.
LAS OTRAS FUENTES DE LA MATERIA MÉDICA HOMEOPÁTICA DEL SI­GLO XIX "¿Queréis obtener los mismos éxitos? Imitadme, sinceramente y fielmente" escribía HAHNEMANN en 1813 en un artículo titulado "Espíritu de la Medici­na Homeopática" publicado en una revista médica clásica de la época, el "Algemei-ner Anzeiger der Deutschen". Este estudio no habiendo tenido, en la época, ningu­na resonancia, fue de nuevo publicado, con adiciones, en los prolegómenos del se­gundo volumen de la R. A. M. L. en su segunda edición en 1824. Dicho está que la Doctrina Hahnemanniana no suscitó solamente reacciones verbales, y que un cierto número de autores clásicos realizaron experimentaciones sobre el hombre sano.
Los experimentadores de la Escuela Clásica En realidad hubo poco sobre investigaciones por parte de los autores clásicos, pero fueron de calidad. No podemos olvidar, en Francia, los trabajos del profesor Armand TROUSSEAU, que fueron parte de las fuentes de la Materia Médica Ho­meopática, en particular sus experimentaciones sobre Moschus y Terebenthina. Así como el Tratado de los Venenos de M. P. ORFILA, interesó a los homeópatas en particular Cinnabaris. La contribución aportada por los alópatas alemanes fue mucho más impor­tante. Es necesario evocar los trabajos de Johann Christian Gottlieb JORG, profe­sor de Obstetricia en la Universidad de Leipzig quien con la intención de probar la falsedad de la Homeopatía emprendió unos experimentos y obtuvo unos resultados que fueron a confirmarlos trabajos de HAHNEMANN. Sus trabajos, que aparecieron en una obra de 600 páginas titulada "Materiales para una futura Materia Médica,obtenidos por la experimentación de medicamentos sobre hombres sanos" y en sus "Cuadernos Críticos para los Médicos", han aportado a la Materia Médica Homeo­pática valiosas indicaciones de una quincena de remedios. La mejor prueba del va­lor de los trabajos del profesor JORG es que HAHNEMANN incorpora una parte en sus patogenesias. Se conoce también los trabajos de Eduard MARTIN, profesor de Ginecología en la Universidad de Viena. Le debemos la experimentación de Kali-Chloricum que apareció en 1837 en los Archivos de STAPF. El Dr. Karl August WIBMER (1803-1885) era lector docente-privado de Ma­teria Médica y de lexicología en la Universidad de Munich. Allí emprendió expe­rimentaciones de medicamentos y tóxicos sobre él mismo y sobre animales en buen estado de salud. En 1832 ejerció la función de médico personal del Rey OTTO de Grecia al mismo tiempo que la de Consejero Médico del Reino recientemente crea­do. Cuando regresó a Munich, en 1839 reemprendió sus funciones de médico y en­señante, y ocupó diferentes puestos oficiales para finalmente dirigir el Consejo Médico de la Alta Baviera. Entre 1831 y 1840, Karl WIBMER publicó los resulta­dos de sus experiencias en una obra de 5 gruesos volúmenes totalizando 2175 pá­ginas, titulada "Die Wirkung der Arzneimittel und Gifte im gesunder thierischen Korper", y que constituye un boceto de Materia Médica veterinaria. Esta obra reagrupa el conjunto de observaciones aparecidas sobre este tema en la literatura de la época. En realidad reúne una serie de observaciones resultantes de experimentacio­nes y de estudios de toxicología tanto en el hombre como en los animales. Cita numerosos experimentadores entre los cuales el profesor JORG se encuentra en un buen lugar. Una parte de los trabajos de WIBMER han sido tomados en cuenta en la elaboración de la Materia Médica Homeopática y son citados entre sus fuentes tanto por KLEINERT como por BRADFORD. Parece sin embargo sea necesario un estudio más profundo, pues todas sus riquezas están lejos de haber sido valoradas. Evocaremos finalmente los trabajos de la Sociedad de Medicina de Viena que fueron publicados a partir de 1844 en el "Zeitschrift der k. k Gesellschaft der Aerz-te zu Wien". Una parte de estos trabajos fue publicado por uno de los miembros de la Sociedad en el Vol. VI del "British Journal of Homoeopathy". Un resultado im­previsto de estas experimentaciones fue el de convertir a uno de los experimentado­res a la homeopatía y por temor de nuevas deserciones, se hizo de todo para desa­lentarlas ulteriores tentativas de experimentaciones fisiológicas (DUDGEON). Se pueden encontrar otros ejemplos de experimentaciones fisiológicas en la escuela clásica, pero fueron sin gran repercusión en los medios clásicos y sin futuro. Sólo la llave de la similitud podía darles aplicaciones prácticas. Sólo los homeópa­tas supieron aprovechar los trabajos de JORG, de MARTIN, de WIBMER y de la Sociedad de Medicina de Viena.
Los Trabajos de los Homeópatas En cambio, los homeópatas no se hicieron de rogar para seguir el ejemplo de su maestro y numerosos trabajos vieron la luz tanto en el tiempo de HAHNEMANN como después de su muerte. Los homeópatas alemanes fueron los primeros en experimentar y como he­mos visto, teniendo en cuenta sus trabajos, HAHNEMANN incorporó los re­sultados en las patogenesias que él publicó. Con sus alumnos, él no había ex­perimentado más que una centena de remedios. La explosiva difusión de la homeopatía iba a suscitar un intenso trabajo de investigación y de experi­mentación. El Dr. Johan Ernst STAPF fue el primer discípulo de HAHNEMANN y co­menzó desde 1811 el estudio de la homepatía. Experimentó 32 remedios de los cuales publicó las patogenesias en los "Archiv fur die Homópathische Heilkinst" que había fundado en 1821. Más tarde recopila en un solo vo­lumen todas las patogenesias publicadas en los 15 primeros volúmenes de los Archives y que HAHNEMANN había dejado de lado. Esta obra apareció en 1836 bajo el título "Contribuciones a la Materia Médica Pura". Fue traduci­da al inglés por Charles J. HEMPEL y apareció en 1846 bajo el título "Additions to the Materia Medica Pura". Entre los discípulos cercanos y colaboradores de HAHNEMANN no podemos olvidar al Barón Clemens María Franz von BOENNINGHAUSEN que, a la edad de 42 años, aquejado de una grave afección pulmonar, debió a los cuidados del Dr. WIHE su curación y al mismo tiempo su conversión a la homeopatía. Sus estudios de derecho lo habían llevado a asumir funciones oficiales en la Administración del Rey de Holanda, el Príncipe Luis NAPOLEÓN. Después de la caída del Imperio se había retirado a su propiedad de Darup en Westphalie y había asumido diversas funciones oficiales, la última le había llevado al puesto de Director de los Jardines Botánicos de Munster. Profundamente impresionado por su curación que fue según los cañones de la homeopatía "rápida, suave y permanente", entró en relación con HAHNEMANN y se puso a estudiar homeopatía, realizando en él mismo numerosas patogenesias. Luego, deseando poder practicar oficialmente la medicina homeo­pática, emprendió a pesar de su edad estudios de medicina al final de los cuales en razón de sus títulos y trabajos científicos el Rey Frederic GUILLAUME IV le dis­pensó del examen final y le concedió el diploma de Doctor en Medicina. Publicó en 1833 un "Examen sucinto de la principal esfera de acción y de las propiedades características de los remedios antipsóricos" que conoció en 1834 y 1846 dos tra­ducciones francesas independientes. Esta obra completaba el "Repertorio de los Remedios Antipsóricos" publicado el año anterior y que no fue traducido al fran­cés. También complementaba la primera edición de las "Enfermedades Crónicas" de HAHNEMANN, aparecida entre 1828 y 1830, aportando las patogenesias de 14 medicamentos que no figuraban ni en las "Enfermedades Crónicas" ni en la "Ma­teria Médica Pura". Un cierto número de estos remedios fueron recuperados por HAHNEMANN en la segunda edición de sus "Enfermedades Crónicas", pero algu­nos como Bovista, Kali nitr., Rhododendron, Senega y Strontiana no fueron recupe­rados y sería interesante investigar por qué. Además, el Barón Clasificó Belladona, Cicuta, Mercurius vivus y Thuja entre los antipsoricos, y sería interesante encontrar la razón. Los Dres. HARTLAUB y TRINKS realizaron también un cierto numero de experimentaciones. Se conoce la oposición y enemistad que separó a Karl Friedlich Gottfriend TRINKS y HAHNEMANN, sobre todo después de la publicación del Tratado de las Enfermedades Crónicas pues TRINKS criticaba vivamente las nuevas teorías. Instalado en Dresde desde 1824, a partir de 1830 su amigo Cari Georg Christian HARTLAUB se reunió con él y los dos lanzaron la publicación de los "Anales de la Homeopatía Clínica" cuyo objetivo era completar y verificarlas pato­genesias por las observaciones clínicas. Las experimentaciones que realizaron fueron publicadas en los tres volúmenes de su "Materia Médica Pura" que publicaron de 1828 a 1831. HAHNEMANN no titubeó en aprovecharse de estas patogenesias y las utilizó en la tercera edición de su "Materia Médica Pura", y en la segunda edi­ción de sus "Enfermedades Crónicas". Se encontrará en el "Index of Provings" de BRADFORD la lista de las revistas homeopáticas alemanas en las cuales se publicaron otras experimentaciones realiza­das en la época por homeópatas alemanes a los cuales debemos medicamentos tan útiles coo Barberis, Hypericum o Nux moschata. Los homeópatas alemanes no se distinguieron sólo por su actividad en la prác­tica de sus experimentaciones. La metodología de los provings fue también para ellos un tema importante de reflexión y deberemos citar en detalle los estudios de SCHRON, de PIPER, de GRIESSELICH sobre este tema. Las experimentaciones americanas Había en América desde el principio del siglo XIX un importante núcleo de inmigrados alemanes lo que explica en parte la rápida difusión de la homeopatía en estas regiones y la fecundidad de la homeopatía americana. Pues los Estados Unidos han aportado una importante contribución a la Materia Médica Homeopática. En­tre estos emigrantes de origen alemán, el más conocido en los medios homeopá­ticos, el más activo fue sin duda Constantin HERING. Había nacido en Saxe el 1 de Enero de 1800, el primer día del primer año del siglo XIX, que fue también Domin­go, muy pronto dio pruebas de una remarcable precocidad intelectual. Al final de sus estudios, comenzados en Dresde continuados en Weitzburg y terminados en Leipzig, se convirtió en el asistente del Dr. ROBBI, un feroz detractor de la homeo­patía. Deseoso de escribir una obra contra la homeopatía ROBBI encargó a HERING este estudio. Este último no había olvidado que durante sus estudios había sido curado con unas dinamizaciones de Arsenicum de una herida anatómica gangrenada por la que se le quería amputar un brazo. Sin embargo, por satisfacer la petición de ROBBI, decidió estudiar a fondo la Doctrina Hahnemanniana. Este es­tudio despertó en él un vivo interés y decidió ponerlo a prueba en su práctica. Los resultados positivos que obtuvo hicieron de él, con gran decepción de su maestro, un ferviente adepto y al final de sus estudios médicos presentó una tesis titulada "La Medicina del Futuro" en la que exponía de una manera muy favorable la Doc­trina Hahnemanniana. Su conversión a la homeopatía le valió feroces enemistades y dificultades de instalación tales que fue obligado a renunciar y a aceptar en Mayo de 1823 un puesto de Profesor de Matemáticas y de Historia Natural en el Instituto Blochmann de Dresde. Tres años más tarde sus capacidades de naturalista hicieron que se le designara en Mayo 1826 para una misión en la Guayana Holandesa donde completó sus estudios de Botánica con investigaciones terapéuticas y experimen­taciones. Pero su actividad homeopática disgustaba al Rey de Saxe y a los respon­sables de su misión y, recibiendo la orden de cesar sus experiencias, dimitió, insta­lándose como médico homeópata en Paramaribo, la Capital de Suriname. Algunos años más tarde iba a instalarse en Filadelfia (1833), fundaba en 1835 la Academia de Allentown y en 1848 el HAHNEMANN Medical College de Filadelfia. HERING, mientras estuvo en Alemania, había participado en numerosas ex­perimentaciones bajo la dirección de HAHNEMANN y su nombre se encuentra en­tre los experimentadores de Phosphorus, Silica, Arsenicum, Natrum carb. y Petro­leum en la segunda edición de las "Enfermedades Crónicas" de HAHNEMANN. En Surinam se interesó por los venenos de serpientes, en particular por el de Lachesis cuya patogenesia fue publicada en el Xº volumen de los "Archives" de STAPF. En 1837 publicaba en Allentown su celebre obra sobre la acción de los venenos de serpientes. Desde la fundación del American Institute of Homoeopathy, en Abril de 1844, HERING fue nombrado presidente. Uno de los objetivos de esta organi­zación concernía al mejoramiento y a la extensión de la Materia Médica. Desde los primeros volúmenes de Compte-Rendus, el Instituto publicó casi exclusivamente experimentaciones de nuevos remedios realizados bajo la dirección de HERING. A partir de esta fecha Constantin HERING publicó en diversas revistas de Ale­mania y de U.S.A. una serie de experimentaciones de las cuales una parte fue reim­primida en un volumen que apareció en 1857 en Leipzig bajo el título "Amerikanische Arzneiprügungen". Un segundo volumen debía aparecer, pero no vio la luz a causa del poco éxito que obtuvo el primero. En 1967, HERING creó el "American Journal of Homoeopathic Materia Medica" donde publicó nuevas patogenesias. Así participó en un número importante de experimentaciones que luego soportaron la prueba de la clínica y ahora forman parte de nuestro cotidiano arsenal terapéuti­co. Es probable que no esté todo dicho sobre este tema si nos fiamos de algunas lí­neas que escribía en 1880 Richard HUGHES en su "Manual of Pharmacodynamics":
"creo que un importante número de provings del Dr. HERING quedan aún en manuscritos; y espero que a pesar de su edad añora venerable, pueda aún vivir para publicarlos."
El 23 de Julio de 1880, el Dr. Constantin HERING moría en su casa de Filadelfia. En 1853 el Dr. James W. METCALF publicaba en New York un libro de casi 500 páginas titulado "Homoeopathic Provings" que da en detalle las patogenesias de 16 medicamentos. Se encontrará en esta obra un largo e interesante estudio de 160 páginas sobre Thuya occidentalis. Este libro presentado como un apéndice del North American Homoeopathic Journal, no tuvo continuación. El Dr. Edwin M. HALE (1829-1899), era hijo de médico y, dedicándose a la Imprenta y la Edición, se convirtió a los 18 años en editor asociado de un Periódi­co de Newmark en Ohío. Poco después, aquejado de una neumonía grave fue rápi­damente curado por los cuidados del Dr. A. O. BLAIR que era entonces el único médico homeópata del lugar. Muy interesado por este resultado y en contra de la voluntad de su padre, se puso a estudiar la nueva medicina bajo la dirección del Dr. BLAIR que era entonces profesor de Materia Médica y de Terapéutica en el Western College of Homoeopathic Medecine. Habiendo terminado sus estudios se instaló primero en Jonesville en el condado de Hillsdale, donde practicó doce años, después a partir de 1864 se instaló en Chicago donde permaneció hasta el fin de sus días, ocupando un cierto tiempo la Cátedra de Materia Médica y de Terapéutica en el HAHNEMANN Medical College. El Dr. Edwin M. HALE fue también un prácti­co extremadamente activo y un autor muy fecundo. Evocaremos simplemente aquí una de sus obras que lo ha convertido célebre, la Materia Médica Homeopática de Nuevos Remedios de la cual aparecieron entre 1864 y 1886 cinco ediciones y la edición alemana conoció dos ediciones. Una traducción francesa apareció entre 1872 y 1878 como apéndice en la "Biblioteca Homeopática", un periódico publi­cado por la Sociedad Hahnemanniana Federativa. HALE no se refiere sólo a medica­mentos cuyo objetivo haya sido experimentaciones fisiológicas, y para la mayor par­te de sus remedios, que no han sido nunca experimentados, no da más que indica­ciones empíricas extraídas de publicaciones alopáticas o eclécticas. Pero, dice en el Prefacio de su segunda edición, que estos remedios le habían llamado la atención y algunos fueron objeto de patogenesias y finalmente llegaron a ser remedios comple­tos de la Materia Médica, como llegaron a ser otros remedios que, tales como Caulo-phyllum y Dioscorea, provenían en línea directa de la Farmacopea popular. Un cier­to número de agentes medicamentosos se introducían así por la puerta pequeña en la Materia Médica Homeopática. En 1876, C. P. HART publicaba un Repertorio de los "New Remedies" que iba a completar la obra de HALE y facilitaban su utilización. Esta puerta iba, con el curso de los años a extenderse desmesuradamente. Po­co después de las publicaciones de Edwin M. HALE, y a causa del éxito de los "New Remedies", el Dr. Edward Pollock ANSHUTZ entonces responsable de las ediciones de los laboratorios BOERICKE y TAFEL, emprendió otra recopilación del material aportado por la literatura médica de la época, cualquiera que fuese su origen. Esta recopilación desembocó en la publicación en 1900 de los "New, Old and Forgotten Remedies" que conoció una segunda edición en 1917 y se encuentra en nuestros días en los catálogos de las publicaciones indias. Este libro lejos de ser inútil merece ser estudiado, aunque no estén experimentados muchos de estos remedios que se encuentran tomando su fuente en las tradiciones y la práctica populares. Estamos muy lejos aún de los delirios de los homeópatas modernos que lanzan al mercado agentes medicamentosos cuya fuente no existe en otra parte más que en su imagi­nación. No es cuestión de presentar aquí al Dr. James Tyler KENT que fue uno de los más grandes homeópatas americanos. Los litigios que se le hacen en nuestros días tocantes a sus creencias religiosas, y que cualquiera puede hacer a toda religión que no sea la suya, no alteran la calidad de su enseñanza y de su obra homeopática. Gra­cias a sus cualidades didácticas, al realismo de sus consejos, a su inteligencia prag­mática, su enseñanza tiene la originalidad de actualizar en nuestros días las caracte­rísticas esenciales de la Doctrina Hahnemanniana. Pero su obra experimental con­cerniente a los 27 remedios cuyas patogenesias fueron en 1926 reunidas por el Dr. W. W. SHERWOOD en un volumen intitulado "New Remedies", no han tenido eco en la práctica. Muchos otros nombres de la homeopatía americana podrían ser citados, pues contribuyeron al desarrollo de nuestra Materia Médica, desde T. F. ALLEN hasta C. WESSELHOEFT. Pero su contribución no tuvo la amplitud de la de los autores que acabamos de citar. Igual ocurre en el Reino Unido donde los trabajos experimentales, publica­dos en el "British Journal of Homoeopathy" fueron de poca importancia. Es nece­sario sin embargo citar los trabajos de DRYSDALE sobre Kali-bi, de RUSSEL so­bre Naja, de CASANOVA sobre Cedrón, de BLAKE sobre Uranium nitricum. Los provings que ellos han realizado de estos diferentes remedios son fuentes que tienen autoridad. En España, conocemos el importante trabajo del Dr. NUÑEZ sobre Taréntula. Entre los trabajos de los homeópatas italianos es necesario citar las numerosas publicaciones de RUBINI sobre la experimentación de Cactus grandiflorus. Francia donde HAHNEMANN vivió los últimos años de su vida entre Junio 1835 y Julio 1843, gracias a la actividad de algunos pioneros, se convirtió en tierra de elección para la Doctrina Homeopática. Los homeópatas franceses fueron nu­merosos en aportar su colaboración para enriquecer la Materia Médica. Numerosos autores, con los Dres. SAVOY, MOLIN, TESTE, AUDOUIT, OZAMAN, PITET, IMPERT-GOURBEYRE, NOACK, CESSOLLES, NUSSER, publicaron en las re­vistas homeopáticas de la época los resultados de sus trabajos. Evocaremos aquí los dos volúmenes publicados por el Dr. L. T. HOUAT, de l'Ile de la Reunión que contiene las patogenesias de nuevos remedios. Se encuentra sobre este tema en la Biografía de HERING publicada por su yerno C. B. KNERR:
"HOUAT hizo una experiencia que Hering había pro­puesto a HAHNEMANN 25 años antes: escoger para experimentar los doce medicamentos a la 200 dinamización y uyos nombres, cuidadosamente disimulados al experimentador, no se revelarían mas que por los sín­tomas obtenidos por las patogenesias. HOUAT experi­mentó Belladona e esta forma obteniendo alrededor de trescientos síntomas de los cuales dos terceras partes pre­sentaban el carácter del remedio".
Es necesario citar los trabajos del Profesor IMBERT-GOURBEYRE, Decano de la Facultad de Medicina de Clermont-Ferrand que, entre 1853 y 1862 publicó numerosos estudios de lexicología. El Dr. Antoine PETROZ, uno de los más célebres personajes de Faubourg Saint-Germain, no sólo tuvo una parte importante en la difusión de la homeopatía en la capital. Participó también en el desarrollo de la Materia Médica con una doce­na de experimentaciones originales que no despertaron desgraciadamente mucho interés en los prácticos. Fueron publicadas en diversas revistas homeopáticas de la época y después reunidas por uno de sus alumnos, el Dr. C RETÍN, en una obra póstuma publicada en 1864 bajo el título: "Estudios de Terapéutica y de Materia Médica". Se conoce la prodigiosa aventura del lionés Benoît Jules MURE que fue un pionero y un ardiente propagador cuya acción en favor de la homeopatía la ejerció hasta fuera de nuestras fronteras. En una obra publicada en 1849 bajo el título "Doctrina de la Escuela de Río de Janeiro y Patogenesias Brasilianas" expuso las patogenesias de 36 remedios que él había experimentado. Un cierto número de ellos nos es bien conocido, tales como Hura brasiliensis, Cannabis índica, Bufo s., Elaps corallinus, Millefolium. Otros como Eleis guinensis, Solanum arrebenta no están introducidos en el arsenal corriente de los homeópatas. En sus "Conferencias sobre la Teoría y la Práctica de la Homeopatía" el Dr. R. E. DUDGEON hace un juicio muy partidista sobre las patogenesias de Benoît MURE, diciendo que había hecho un trabajo "Más que inútil". ¿Qué diría entonces de nuestra época viendo a sus compañeros británicos hacer un uso corriente de los "Nosodes de BACH y de PATERSON" preparados a partir de bacterias que no tienen ninguna realidad en la bacteriología clásica, y que no han sido jamás sometidos a experimentaciones patogenéticas? Es necesario señalar también el trabajo de traducción que fue hecho en Fran­cia de las patogenesias publicadas en alemán o en inglés. De este modo vieron la luz traducciones de Materia Médica en apéndices de cierto número de revistas. Hemos evocado la traducción de los New Remedies de HALE publicada entre 1872 y 1878 publicó otros tres volúmenes de patogenesias. El ejemplo al principio fue dado por la Biblioteca Homeopática de Ginebra que, bajo el título de "Patogenesias Sintomática" había publicado entre 1839 y 1842 tres volúmenes de informes experimen­tales. Poco después, en apéndice del "Journal de la Société Gallicane de Medecine Homéopathique", 5 volúmenes de Materia Médica habían sido publicados por ROTH entre 1850 y 1855, mientras que entre 1857 y 1859 de MOOR publicaba otros dos.
LAS PATOGENESIAS MODERNAS La época moderna ha aportado, también, su contribución a la constitución de nuestra Materia Médica. Sería necesario citar a numerosos autores en India, Méjico, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos. En 1963 James STEPHENSON publi­caba en una pequeña obra intitulada "Hahnemannian Provings" las patogenesias de 37 medicamentos, realizadas entre 1924 y 1959 por homeópatas ingleses, alemanes, franceses y americanos. Numerosos autores han publicado, en Francia, patogenesias, en particular los Dres. BOFFA y DUPIN, DAÑO, GUERMONPREZ, LAMASSON, P. E. VANNIER, y el Dr. O. A. JULIÁN que, en 1981 en su "Diccionario de la Materia Médica Ho­meopática", reagrupaba la mayor parte de las experimentaciones modernas. Cualquiera que sea la seriedad del autor, y el rigor de la metodología utiliza­da, estas experimentaciones modernas no han encontrado ningún eco en los prácti­cos. Su uso no ha sido introducido en la clínica cotidiana, ni siquiera por los pro­motores de estas experimentaciones y es probable que, salvo accidente, estos traba­jos, como los de Antoine PETROZ, vayan a dormir bajo el polvo del tiempo. ¿Quién en nuestros días utiliza Achuranthes calea, Cynodon dactylon, Lophophytum leandri, o Radix angelicae sinensis?. Debemos sin embargo señalar aún la obra de un compañero indio, el Dr. Sarat Chandra GHOSE dedicado a las "Drogues de Hindoustan". Este libro parece gozar de una cierta consideración en India y ha conocido siete ediciones sucesivas desde 1944. En el espacio de 350 páginas da las indicaciones de unos cincuenta re­medios desconocidos en nuestras regiones estableciendo relaciones con sus indica­ciones en la medicina tradicional del Ayurveda. Esta obra que está inteligentemente concebida, no puede más que agudizar la curiosidad de los investigadores y consti­tuye una nueva prueba, si fuese necesaria, de las potencialidades evolutivas de la ho­meopatía. CRÍTICA DE LA MATERIA MÉDICA HAHNEMANNIANA
RESUMEN La constitución de la Materia Médica Hahnemanniana levantó numerosas crí­ticas que, en lugar de nutrir una reflexión, alimentaron polémicas. El mayor núme­ro de estas críticas provinieron de un pequeño grupo de homeópatas alemanes agrupa­dos alrededor de Ludwig GRIESSELICH en Inglaterra, por R. E. DUDGEON y Richard HUGHES en USA, por Conrad WESSELHOEFT y Alien Corson COWPERTHWAITE. No sólo se referían al método de las experimentaciones, sino que también ponían en tela de juicio los criterios de selección de síntomas y la interpretación de los resultados de las experimentaciones. El estudio siguiente no pretende ser exhaustivo. No es más que un resumen de los principales aspectos de esta extensa y compleja cuestión. Lograría su objetivo si pudiese inspirar un estudio más completo de estas controversias que constituye­ron en el siglo pasado un importante hervidero de ideas. La Homeopatía no se hizo en una idea ni surgió, completamente estructura­da, de la intuición hahnemanniana. Su formulación se hizo por etapas, como resul­tado de confrontar la experimentación fisiológica y la experiencia clínica. No fue exclusivamente producción del genio hahnemanniano, su formulación fue la resul­tante de la colaboración y de las críticas de todos los que se interesaron en com­prenderla y practicada. Por esta razón, el estudio de las críticas que desde el princi­pio surgieron a propósito de la metodología hahnemanniana, debería tener su lugar en el estudio de la Homeopatía. No vamos a emprender un estudio detallado ni a considerar el aspecto polémico que revistieron algunas veces y que no tendrían más interés que el ocultar el verdadero significado. Estas críticas se apoyaban en una observación concreta y fueron para algunos una fuente de fructuosas reflexiones. De hecho la Homeopatía no suscitó únicamente reflexiones y discusiones, en su confrontación, con las diferentes corrientes de la Medicina Clásica. En sus propias filas, y entre sus partidarios más acérrimos, constituyó el fermento de numerosos intercambios de puntos de vista a veces complementarios y a veces opuestos.
LA ESCUELA DE GRIESSELICH El Dr. Ludwig GRIESSELICH (1804-1848) fue el animador de una de las co­rrientes más importantes que tendían a poner en tela de juicio el pensamiento y la metodología de HAHNEMANN. Fue uno de los prácticos más remarcables de la homeopatía alemana. Doctor en Medicina, Cirugía y Obstetricia desde los 20 años de edad, emprendió a los 24 años el estudio de la homeopatía. En 1832 conoció a HAHNEMANN y permaneció varias semanas al lado de él. A partir de la publicación de las "Enfermedades Crónicas" y debido a su fi­delidad a las ideas fundamentales de la homeopatía, no tardó en oponerse a HAH­NEMANN. Era un adversario encarnizado contra las altas dinamizaciones y por otro lado no rechazaba completamente los métodos de la medicina clásica cuando los estimaba útiles en el tratamiento de sus pacientes. Fundó en 1833 la "Sociedad Homeopática del Gran Ducado de Bade" des­pués, a partir de 1834, el Diario "Hygase" en el cual, durante 14 años ayudado por numerosos colaboradores, difundió sus ideas. Su inteligencia no tardó en hacerlo percibir los puntos débiles del sistema homeopático, y el absurdo de una adhesión incondicional. Además de una práctica muy extensa, tuvo una gran actividad lite­raria publicando especialmente en 1848 su "Handbuch zur Kenntnis der homóopathischen oder Specifischen Heilkunst" que fue traducido al francés al año si­guiente. No aceptaba de la Homeopatía más que la Ley de Similitud y las experimen­taciones fisiológicas de los medicamentos, considerando secundarias la noción del dinamismo vital, las teorías de la Psora y de la dinamización de los remedios, pen­sando que se las podía aceptar o rechazar sin por ello excluirse de la familia de los homeópatas. Consideraba que la principal debilidad de la homeopatía residía en la falta de imparcialidad de sus observaciones y en la credulidad de numerosos experi­mentadores. Luchó toda su vida contra todo lo que él consideraba como místico, oscuro, superfluo, intentando presentar la homeopatía como una terapéutica espe­cífica v racional. Murió en 1848 a causa de un accidente de caballo después de 24 años de ca­rrera en Medicina militar. La revista homeopática "Hygaea" que él fundó no le so­brevivió. GRIESSELICH había reunido alrededor de él un grupo de homeópatas intere­sados en sus ideas, especialmente Moritz MULLER, Johan Wilhelm ARNOLD, Ludwig SCHRON, que citaremos más adelante. Había también todos los homeópatas de la Sociedad Homeopática del Gran Ducado de Bade, y aún, en Alsacia, Friedrich KIRSCHLAGER, quien practicó primero la homeopatía en Munster cerca de Colmar y después fue profesor de Farmacia Botánica en la Escuela de Far­macia de Strasbourg. Tal fue el núcleo a partir del cual se extendió el movimiento de los que se denominaban los "Homeópatas Libres" y que se extendió por todos los lugares donde la Doctrina Homeopática estaba difundida. En Inglaterra, fue el Dr. Robert Ellis DUDGEON (1820-1904) el que se sin­tió atraído por las ideas de GRIESSELICH, una brillante inteligencia que había obtenido a los 19 años su diploma de cirujano. No pudiendo obtener su doctorado antes de su mayoría de edad, pasó este tiempo entre París y Berlín. Después, con el doctorado obtenido, partió a completar sus estudios a Viena cerca de las cele­bridades de la época SKODA, HEBRA, HELLER, JAEGER. En Viena conoció a compañeros, DRYSDALE, RUSSEL y FISCHER, que estudiaban homeopatía en el Hospital Fleischmann. A su regreso a Liverpool reencontró a DRYSDALE quien le persuadió para que estudiase homeopatía y le confió unas traducciones para el British Homoeopathic Journal que acababa de fundar en 1.863. A partir de 1.845 comenzó a practicar homeopatía en Londres. En 1.852 y 1.853 fue llamado para participar en los cursos de homeopatía impartidos por el Dr. CURIE y por H. EPPS en la Escuela de Homeopatía del HAHNEMANN Hospital en Bloomsbury Square. A la muerte de Paul Curie el HAHNEMANN Hospital cerró sus puertas y por ello, entre 1.869 y 1.879, DUDGEON asumió la función de enseñante en el Royal London Homoeopathic Hospital que había sido fundado por Frederich Hervey Foster QUIN. El Dr. R. E. DUDGEON no es únicamente conocido por sus traducciones del Órganon y de la Materia Médica de Hahnemann. Es necesario leer los textos de las "Conferencias" que dio en 1.852 y 1.853 y que fueron publicadas bajo el título "Conferencias sobre la Teoría y la Práctica de la Homeopatía", en las cuales siguien­do paso a paso a Ludwig GRIESSELICH prosiguió en la misma dirección el examen y la crítica de la Doctrina Hehnemanniana. Este libro no puede ser más que un es­tímulo para los prácticos, ayudándoles a una evaluación nueva de las ideas de HAHNEMANN. En la línea de Ludwig GRIESSELICH y de R. E. DUDGEON.se inscribió el Dr. Richard HUGHES (1836-1902) cuya personalidad dominó largamente el mundo homeopático de su época. Ocupó, sucesivamente, todos los cargos de la British Homeophatíc Society y fue titular de la Cátedra de Materia Médica de la London School of Homeopathy. Sus trabajos y publicaciones le conquistaron un renombre internacional, era, en fin, un alpinista veterano. . . Es el autor de tres obras que son aún apreciadas en nuestra época: "Pharmacodynamics", "Principles and Practíce of Homoeopathy" y "Cyclopaedia of Drug Pathogenesy" de las que les hablaremos más adelante. Intentó interpretar los Provings en términos de fisiolo­gía y patología, lo que le valió, cuando él vivía, una gran popularidad. El Dr. Ri­chard HUGHES fue considerado por muchos de sus compañeros como un icono­clasta, que osaba criticar a HAHNEMANN en el contenido y la presentación de su Materia Médica. Aunque haya manifestado siempre una gran admiración y un pro­fundo respeto hacia el fundador de la homeopatía, sus investigaciones en los textos originales le incitaron a poner en duda la autenticidad y la pureza de ciertos sínto­mas de la "Materia Médica Pura" y aún más de las "Enfermedades Crónicas". HUGHES no ponía en cuestión las observaciones y experimentaciones de HAH­NEMANN, pero si los numerosos síntomas sacados de la literatura hahnemanniana. Cuando la Enciclopedia de Allen fue editada, HUGHES propuso encargarse de la verificación de todos los síntomas citados por HAHNEMANN, y T. F. ALLEN, que era entonces profesor de Materia Médica en New York, le dio todas las facili­dades para realizar este enorme trabajo. Cuando a continuación R. E. DUDGEON proyectó hacer una segunda edición de su traducción del Órganon logró la partici­pación del Dr. HUGHES para rectificar ciertas citas de HAHNEMANN y recibió de él la idea de una tabla de concordancia de los diferentes parágrafos del Órganon a través de sus diferentes ediciones. Participó también, siempre para verificar las citas de HAHNEMANN, en la redacción de la edición inglesa de la Materia Médica Pura traducida por DUDGEON. Verificó así más de 4.000 citas. Es difícil de imaginar la importancia de este trabajo. Con DRYSDALE y DUDGEON, compartió durante muchos años la responsabilidad de la edición del "British Homoeopathic Journal". Su objetivo era expurgar de la homeopatía todos los elementos dudosos e in­correctos que pudiera contener para darle una forma más concisa y fácilmente inte­ligible, evitando las repeticiones y dando los síntomas en el orden en el que los ex­perimentadores los habían sentido. La debilidad de la Materia Médica Homeopática residía, bajo su punto de vista, en el carácter dudoso de numerosos síntomas no hahnemannianos por la tendencia manifestada por HAHNEMANN, hacia el fin de su vida, de tomar en cuenta los fenómenos patológicos de la enfermedad para in­cluirlos entre los efectos patogenéticos puros, y en el esquema de presentación. Las ideas de HUGHES fueron combatidas por numerosos homeópatas, en USA y en el Reino Unido. No es menos cierto que las obras de HUGHES permi­tían a los estudiantes un acercamiento más fácil a la homeopatía. La 3ª. edición de su "Manual of Pharmacodynamics" constituyó la base de un ciclo de conferen­cias que fueron dadas a partir de 1875. Su última obra fue "The Principles and Practice of Homoeopathy", que apareció en 1902, el año de su muerte. Esta obra trata de la Doctrina Homeopática y de su aplicación a todas las enfermedades. Sus primeros capítulos dan una descripción magistral de los orígenes y del desarrollo del método hahnemanniano. Consideraba que el uso de las dinamizaciones ultramoleculares no era esen­cial en la práctica de la homeopatía, lo que facilitaba al principiante el acerca­miento al principio de similitud y su puesta en práctica. Era partidario de las bajas dinamizaciones y prescribía sobre indicaciones orgánicas y patológicas. En los casos crónicos difíciles reconocía la necesidad de una minuciosa individualización, pe­ro en las enfermedades estereotipadas, y particularmente las enfermedades agudas, hacía prescripciones de rutina. Era un espíritu crítico siempre en alerta, perfectamente versado en Materia Médica, notablemente informado de los progresos de la medicina y la fisiología. La crítica que hizo de la Materia Médica Pura de HAHNEMANN es el monumento más importante y duradero que ha dejado tras él. Aunque fue combatido por numerosos homeópatas, HUGHES hizo nume­rosos partidarios. En USA, es necesario recordar al Profesor Conrad WESSELHOEFT, quien enseñó primero en Boston Materia Médica, después patología y te­rapéutica. Nacido en Weimar (Alemania) en 1834, y dominando perfectamente el alemán dio a los americanos una notable traducción de la 5ª. edición alemana del Órganon. Presidió durante varios años el American Institute of Homoeopathy. Alien Corson COWPERTHWAITE pertenecía también a la misma familia de ideas. Había sido alumno de HERING en el HAHNEMANN Medical College de Fila-delfia, y fu un pionero de la homeopatía en Nebraska. Profesor de Materia Médica y Decano de la Universidad de lowa, practicó y enseñó desde 1878 a 1892, después se instaló en Chicago, enseñando Materia Médica y Terapéutica en el Chicago Homeopathic Medical College. Escribió numerosas obras y tratados entre los cuales su "Textbook of Materia Medica and Therapeutics" conoció seis ediciones entre 1880 y 1891. De este modo numerosas críticas fueron formuladas contra la Materia Médica de Hahnemann. Se fundaban en datos concretos que han sido interesantes de citar aquí rápidamente. En lo que concierne a las patogenesias, se puede considerar tres categorías de objeciones principales, según que se refieran a la metodología de las experimen­taciones, a la selección de los síntomas y a la interpretación de los resultados obte­nidos.
LA METODOLOGÍA DE LAS EXPERIMENTACIONES Un cierto número de autores del tiempo de HAHNEMANN se interesaron en la cuestión de la metodología de las experimentaciones fisiológicas. En particular el Dr. Piper en 1839, en un excelente estudio intitulado "Ueber Bedingunge und Zwecke der Arzneiprüfung", presenta una crítica positiva de la metodología hahnemanniana y hace propuestas para darle una mayor fiabilidad. Además de el hecho de que el sujeto en experimentación no debe saber lo que toma, PIPER propone que antes de toda experimentación los sujetos que vayan a someterse a ella sean mo­tivo de una observación diaria de su estado de salud con el fin de descubrir todas las anomalías que puedan presentar. Aquellas que estén vinculadas a influencias exter­nas como las estaciones, no serán tenidas en cuenta en reacción a la droga que se experimenta. Igual en lo que se refiere a las anomalías presentadas por un paciente en sus antecedentes, él cree que no deben ser tenidas en cuenta si reaparecen en el curso de la experimentación. Esta observación era contraria a la nota de HAHNE­MANN concerniente a la reaparición durante la experimentación de síntomas ex­perimentados y presentados en el pasado, a los que él alude en el parágrafo 132 de la 4ª. edición del Órganon (parág. 138 de la 5ª. y 6ª.), que deben ser anotados co­mo pertenecientes a la propia sustancia administrada. Más tarde KENT en su XXVII Conferencia aconsejará también el estudio previo del experimentador con el fin de definir "su desviación del estado de salud por el estudio de los síntomas y manifestaciones que haya presentado en el pasado". Esta cuestión queda lejos de haber sido zanjada; y en la aparición, en el curso de la experimentación, de sínto­mas antiguos, se puede también ver la acción de la Ley de HERTNG manifestarse en las patogenesias igual que se manifiesta en la clínica. Numerosos autores se interesaron en la metodología de las experimentacio­nes en el hombre sano y tomaron parte en el debate, especialmente SCHRON, GRIESSELICH y HERING. Uno de los temas del debate se refería a las condiciones experimentales y sus variaciones según los autores, conduciendo a una falta de coherencia. Las drogas eran experimentadas ora en estado bruto, ora tras tritura­ción, ora bajo forma dinamizada. Es verdad que las disposiciones de HAHNEMANN eran más bien vagas. En la primera edición del Órganon en el parág. 103 aconseja­ba utilizar "una dosis del mismo orden que la que es utilizada habitualmente en la práctica médica", y este consejo se repite en las tres ediciones siguientes. A partir de 1830 fijó su elección en la 30 dinamización, como indica para Kali-carb y Natrum-mur en la primera edición de las "Enfermedades Crónicas", práctica que gene­raliza en 1833 en la 5ª. edición del Órganon, y más tarde en la sexta, proponiendo empezar las experimentaciones con la 30. Numerosos autores desecharon esta pro­puesta y los experimentos que derivaron por inadmisibles. Pero numerosos también fueron los que con HERING propusieron incluso experimentar con dinamizaciones más altas. Otros como R. HUGHES y DUDGEON en el Reino Unido, T. F. ALLEN y C. WESSELHOEFT, emitieron vivas críticas estimando que la metodología no era bastante rigurosa. Conrad WESSELHOEFT introdujo un método de control de sim­ple ciego para la utilización de placebo en la experimentación sobre el hombre sano. Por su parte, PIPER en Alemania aunque preconizaba la adopción de particulares precauciones para asegurar la fiabilidad de las experimentaciones, estimaba sin em­bargo que la experimentación fisiológica debía ser individualizada con cuidado y que por consiguiente no podia haber en este tema leyes generales aplicables a todos los individuos y a todos los remedios. Se trata de una compleja cuestión que intere­só a un gran número de autores y que merecería hacerla objeto de una síntesis te­niendo en cuenta las técnicas modernas de doble ciego sin caer en el delirio de cier­tos autores modernos querrían volver a poner nuevamente en cuestión todo, esti­mando que ninguna experimentación sabría ser científica si no se apoya en 1000 ó 2000 experimentadores al menos. El campo de observación que ofreció la experimentación patogenética fue también puesto en tela de juicio. Para Philip Antón WATZKE. los informes, experi­mentales eran incompletos y debían informar sobre el número de experimentado­res, el número de síntomas ocurridos a cada uno, la edad, el sexo, el carácter, el temperamento de cada uno de los individuos en experimentación. Las dosis utiliza­das debían ser especificadas, la secuencia de aparición de los síntomas, el momento de su aparición con relación a la toma de droga, ..., etc. Algunos desearían que se tuviera en cuenta la acción fisiopatológica de las drogas experimentadas, que se buscase las eventuales modificaciones anatómicas provocadas, que se multiplicase los exámenes y análisis biológicos en el curso de las patogenesias. Otros se revelaron contra los abusos que no dejaron de producirse. El Dr. DUDGEON cita el caso de un cierto Dr. WURZLER que había ideado experimentar en dinamización un cierto "pudding", al que culpaba de haberlo puesto enfermo. HAHNEMANN había ya previsto estos abusos escribiendo, desde la primera edición del Órganon en el parág. 100, que el médico no debia experimentar más que los pro­ductos que conocía bien y de los cuales estaba seguro de la pureza y actividad. Esta recomendación se vuelve a encontrar en las diferentes y sucesivas ediciones del Ór­ganon pero no siempre ha sido seguida en la utilización de los nosodes y sarcodes, de los nosodes de BACH y PATERSON, de los remedios tales como "Sol", "Luna", "Rx", . . . etc.
LOS CRITERIOS DE SELECCIÓN DE SÍNTOMAS La experimentación de las drogas en el hombre sano no tiene otro objetivo que el establecimiento de la Materia Médica sobre bases indiscutibles y depurarla de todos los elementos especulativos que pudiese contener. HAHNEMANN quería elaborar una Materia Médica Pura y los criterios que había formulado parala elec­ción de síntomas susceptibles de constituirla fueron objeto de numerosas discusio­nes que se sustentaban en la utilización de elementos extraños a sus propias obser­vaciones y en el carácter "impuro" de sus propias observaciones.
La utilización de observaciones no hahnemannianas El primer reproche hecho a la Materia Médica Pura se refería a las citas de la literatura médica antigua o contemporánea, y sobre todo la admisión de la Toxicología. De hecho puesto aparte el carácter erróneo de ciertas citas o inaccesible de ciertas otras, se reprochaba a la Toxicología su falta de pureza y la brutalidad de la agresión tóxica que dañaba al organismo y no le permitía reacciones finas e indivi­dualizadas. Los síntomas tóxicos, como hizo remarcar R. HUGHES en su Manual de Farmacodinamia, provienen de envenenamientos o de sobredosis. En el primer caso se trata ordinariamente de sujetos sanos, pero la sintomatología puede verse alterada por los antídotos que le fueron administrados a título terapéutico. En el caso de sobredosis, se trata de enfermos que toman las drogas a título de medica­mento, y aquí aún media un elemento de incertidumbres. Tal fue el caso de Cuprum, utilizado por GREDING para el tratamiento de algunos epilépticos de los cuales uno tuvo una pérdida de conocimiento muy breve después de la ingestión del medicamento y otro, que padecía de hemorroides, presentó hemorroides sangran­tes durante cuatro días. Y aunque GREDING haya anotado que de alguna manera estos síntomas no parecían poder estar relacionados al medicamento administrado, fueron inscritos por HAHNEMANN en la patogenesia de Cuprum. R. HUGHES da varios ejemplos del mismo orden y cita en particular observaciones del barón STORCK sobre un cierto número de enfermos que había tratado con Aconitum. Ci­ta en particular el caso de una mujer que presentaba un grueso tumor de la región iliaca izquierda que bajo la acción de Aconitum disminuyó, después desapareció mientras se producía una evacuación vaginal de una abundante sustancia amarilla y viscosa. Y HAHNEMANN anotó "leucorrea profusa, tenaz y blanco amarillenta" (R. A. M. L. 1ª. ed. Beobachtungen Andrer S.55). Igual con relación a Conium HAHNEMANN da 33 síntomas a los cuales el nombre de STORCK está relaciona­do, aunque el mismo STORCK probando este medicamento en un cierto número de casos cáncer declaró repetidas veces que ningún mal efecto fue observado con las dosis que dio. Entre la sintomatología que no fue directamente observada por HAHNE­MANN, hay también la que proviene de sus alumnos y colaboradores. Se trata pues de sintomatología patogenética. Aquí diversos autores han reprochado a HAHNE­MANN de no haber tenido suficientemente en cuenta las características particula­res de cada uno de los experimentadores. Así LANGHAMMER que tenía la reputa­ción de ser depresivo y del cual los síntomas mentales, cualquiera que fuese la dro­ga experimentada, eran siempre los mismos. R. HUGHES cita aún en el caso de STAPF que presentaba manifestaciones eróticas cualquiera que fuese la droga ex­perimentada, mientras que Von GERSDORFF presentaba flatulencia. Resulta de esta manera un gran riesgo de confusión que se agravó cuando, a partir de la 3ª- edición de la Materia Médica Pura y desde la 1ª. edición de las En­fermedades Crónicas, todos los síntomas fueron mezclados en el mismo esquema, ya se tratara de los de HAHNEMANN, de sus alumnos o de la literatura clásica de la época.
El carácter impuro de las patogenesias hahnemannianas Las patogenesias hahnemannianas no son exclusivamente informes de las ex­perimentaciones proseguidas por HAHNEMANN en él mismo. Además de los sínto­mas recogidos de la literatura médica clásica y de los que observaban sus colabora­dores en sus autoexperimentaciones, HAHNEMANN consultó otras fuentes de las que le reprocharon ser alterantes del carácter de pureza de su Materia Médica y su fiabilidad. Estos reproches se referían a tres temas diferentes: (pag 12) ● la sintomatología observada en los enfermos ● la sintomatología experimental fisiológica ● la importancia de la experimentación animal.
En lo que se refiere a la sintomatología observada en los enfermos, hemos vis­to, a propósito del "Ensayo sobre un Principio Nuevo" y de "La Medicina de la Ex­periencia", que desde sus principios y bajo ciertas condiciones HAHNEMANN la admitía en la descripción de los efectos puros de los remedios. Se trataba de una sintomatología de algún modo patogenética, referente a síntomas susceptibles de aparecer bajo la influencia de un medicamento dado en una mira terapéutica y no perteneciente sin embargo a la sintomatología del enfermo. No hay ninguna duda respecto a este tema. Desde 1805 HAHNEMANN escribía en "La Medicina de la Experiencia":
"(Los medicamentos) manifiestan igualmente sus efectos absolutos en las en­fermedades pero entonces talmente mezclados con los síntomas mórbidos que es necesario un gran hábito para poderlos distinguir".
y más tarde vuelve sobre este tema:
"Pero en las enfermedades, entre los síntomas de la enfermedad original, có­mo pueden ser descubiertos los síntomas medicamentosos, es un tema que de­be ser dejado a los maestros en el arte de observar".
Esta última reflexión fue retomada casi palabra por palabra en 1010 en la 1ª edición del Órganon en el parág. 119, y en las ediciones siguientes con algunas modi­ficaciones en el vocabulario que no modifican el sentido. A partir de la 4ª. edición, HAHNEMANN precisa en una nota que trata de los
"Síntomas que en el curso de la enfermedad completa no se han hecho notar más que mucho tiempo antes o incluso no han sido nunca observados, y que por consiguiente son nuevos y que pertenecen al medicamento". (La traducción de este pasaje en el Organon de JOURDAN en 1832 está alterada por un contra sentido).
Además de los síntomas patogenéticos resultantes de la acción de los medica­mentos en los enfermos, HAHNEMANN tenía también en cuenta los síntomas de la enfermedad agravados por el medicamento, considerando que de cierta manera estaban ligados a la patogenesia del medicamento. Así después de 1813 escribía a STAPF:
"Tenéis razón al suponer que la agravación por un remedio de los síntomas que anteriormente habían estado presentes indica lo más probablemente que el medicamento dado puede provocar síntomas parecidos. Sin embargo no de­bemos incluir tales síntomas en la lista de efectos puros positivos del remedio, o al menos no escribirlos. Todo lo que podemos hacer es guardarlos en la me­moria a fin de concederles nuestra atención cuando sobrevengan de una ma­nera pura (es decir en los casos donde no estuviesen nunca presentes anterior­mente) tras la administración del mismo medicamento".
Richard HUGHES encuentra una aplicación de este punto de vista en el capí­tulo de Colocynthis a propósito de una enferma del Dr. AEGIDI que presentaba trastornos nefríticos y padecía varias veces al día "dolores atroces que venían de la región renal izquierda y descendían por la extremidad correspondiente hasta el maléolo externo". Esta paciente tomó a las 9h. de la mañana una gota de Colo­cynthis 6. Al anochecer fue presa de "terribles dolores" abdominales que partían de la región renal izquierda, atrayendo espasmódicamente la pierna izquierda hacia el cuerpo y forzando a la paciente a inclinarse completamente hacia adelante". Se tra­taba de una agravación ligada a la toma del remedio. Esta manifestación constituyó el síntoma 114 de la patogenesia de Colocynthis en la segunda edición de las "En­fermedades Crónicas". La insistencia con que HAHNEMANN hace referencia a esta fuente de cono­cimiento obliga a pensar que él no titubeaba en recurrir a ella desde sus primeras in­vestigaciones. Por su parte, en 1848 en su Prefacio al Symptomen-Codex de JAHR, C.HERING escribía:
"según la regla hahnemanniana, el remedio debe primero ser escogido de acuerdo con los síntomas observados en el hombre sano. Podemos a continua­ción, con mucha precaución, incorporar en nuestra lista los que han sido ob­servados en el enfermo. Los síntomas que han desaparecido bajo la acción de un agente homeopático, que se llaman "síntomas curados", tienen un rango menos importante".
A continuación de PETERSEN, un cierto número de médicos añadieron a la patogenesia de los remedios los síntomas que desaparecían tras su empleo en el en­fermo y que, sin embargo, no formaban parte de los síntomas patogenéticos. "Era, observa GRIESSELICH, remontar a las fuentes de la antigua materia médica con la diferencia de que la antigua medicina se contenta con el nombre y el carácter de la enfermedad, así como del remedio que encuentra eficaz, mientras que PETERSEN, descomponiendo la enfermedad en sus síntomas, los considera como dependientes de la acción de los medicamentos. No haremos aquí más que citar el problema de que los síntomas clínicos no pertenezcan a las experimentaciones puras y que desa­parezcan sin embargo bajo la acción de los remedios. La unión de estos síntomas a los síntomas patogenéticos, observados en el hombre sano o en el enfermo, aumen­tó de manera considerable la Materia Médica de los homeópatas. La admisión de síntomas clínicos ha sido justificada por RAPOU en los siguientes términos:
"Un caso mórbido dado, escribe él en su "Historia de la Doctrina Homeopá­tica", presenta algunos fenómenos característicos anotados en la patogenesia de un remedio y varios otros síntomas que no están indicados; se les puede su­poner un origen común. Cualquiera que fuese, se administra el medicamento homeopático y la enfermedad cura; las dos clases de síntomas desaparecen y por esta admirable ley de semejantes, que permite asimilar los efectos tera­péuticos a los fenómenos mórbidos, se inscribe en la patogenesia del remedio los síntomas que ha disipado y que por consiguiente debe poder reproducir en el hombre sano".
A propósito de la sintomatología experimental fisiológica, HAHNEMANN in­dica claramente en la 2ª. edición del Órganon, y no variará hasta el parág. 138 de la 6ª. edición, que todos los síntomas de la droga administrada en el curso de la expe­rimentación deben ser tenidos en cuenta, incluso los que habían sido padecidos an­tes de la experimentación y que reaparecen en el curso de ella. Igualmente en el pa­rág. 117 indica que los síntomas dependientes de una idiosincrasia que aparecen en el curso de la experiencia son patogenéticos. He ahí una importante cuestión que va al encuentro de la de los síntomas patogenéticos observados en los enfermos. Otro tema que fue motivo importante de discusión y que podría serlo aún es la cuestión de la experimentación animal. Para HAHNEMANN, y lo explica en su "Ensayo sobre un Nuevo Principio", era rechazable por varias razones: en particular porque los efectos son demasiado groseros y porque hay frecuentemente grandes di­ferencias entre los efectos de las drogas en el hombre y en el animal, HAHNEMANN había efectuado, sin embargo, pruebas en los animales como testimonia un pasaje de la patogenesia de Nux-vómica. Observando que el vinagre había sido propuesto como antídoto de este remedio, escribe:
"Esta aserción es contraria a todas las experiencias que he tenido ocasión de hacer tanto en el hombre como en los animales".
La cuestión de la experimentación no estaba, por tanto, reglada y HAHNE­MANN volvió a ella en 1824 en su "Materia Médica Pura", donde cuenta la historia de la intoxicación de un caballo por Arsenicum, añadiendo:
"Si poseyéramos muchas observaciones parecidas, y mejor hechas aún, sobre los efectos de varios medicamentos simples en este útil animal doméstico, ten­dríamos también una Materia Médica Pura para él, y podríamos tratarlo ho­meopáticamente en lugar de prodigarle, como ha hecho hasta este día el char­latanismo, una multitud de mezclas inconvenientes".
Esta propuesta no tuvo repercusión y hasta que, entre 1831 y 1840, Karl WIBMER hizo aparecer cinco volúmenes de una obra titulada "Acción de los Me­dicamentos y Venenos en Organismos Animales en Buena Salud" no parece que ha­ya recibido la atención que merecía; su obra hace referencia tanto a casos de toxicología humana como a experiencias realizadas en animales y merecería un examen más profundo.
LA INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS El problema de la interpretación de los resultados obtenidos no podía dejar de plantearse. Los homeópatas se encontraban al terminar una experimentación fi­siológica, en presencia de elementos que parecían no tener ninguna relación los unos con los otros y era urgente, a través de esta incoherencia aparente, encontrar o establecer un hilo conductor que formulase una coherencia que permitiera determi­nar el valor relativo de cada uno de los síntomas obtenidos. Muy consciente de este problema HAHNEMANN intentó valorar los síntomas por la tipografía, señalando así los que eran evidentes de forma más frecuente o más marcada en las experimentaciones. Quedan al menos las presentaciones que hizo de las primeras patogenesias, en los "Fragmenta" por ejemplo no siendo estas muy coherentes. Intentó encontrar otra forma de orientarse en el laberinto de la sinto­matología. HAHNEMANN tenía sobre este tema una idea: una idea que expuso en 1808 en su "Carta a un médico de alto rango sobre la urgencia de un reforma en medicina". En esta carta, que fue dirigida a HUFELAND, escribía:
"en el curso de mis investigaciones, que han durado tantos años, he hecho un escubrimiento importante. He reconocido que, actuando en el hombre con buena salud, los medicamentos dan lugar a dos series opuestas de síntomas, de los cuales: unos, aparecen inmediatamente o poco tiempo después que la sus­tancia ha sido introducida en el estómago o puesta en contacto con una parte cualquiera mientras que los otros, totalmente contrarios, se manifiestan poco después de la desaparición de los primeros. He constatado además que el úni­co caso donde los medicamentos procuran una ayuda verdadera es cuando hay concordancia entre los síntomas que determinan durante las primeras ho­ras su acción en el hombre sano y los de la enfermedad que se quiere comba­tir, porque entonces esta última es aniquilada con una prontitud increible por la enfermedad análoga que la sustancia medicinal da lugar".
La noción de efectos primitivos y secundarios se reencuentra a través de las sucesivas ediciones del Órganon, y sin modificaciones importantes, desde la primera edición en los parág. 260 a 271 hasta la sexta edición en los parág. 112,113 y 114. Tiene un lugar importante en la doctrina hahnemanniana pues no solamente rinde cuentas de las dos leyes de acción por los semejantes y por los contrarios, sino que permite una explicación del modo de acción del remedio homeopático. En su "En­sayo sobre un Nuevo Principio", HAHNEMANN la evocó también, hablando de "síntomas directos, positivos o primarios" que opone a los "síntomas indirectos, negativos, secundarios". El efecto primitivo corresponde a la acción de la fuerza me­dicinal, el efecto secundario estaría ligado ala reacción de la fuerza vital en el afec­to primitivo. Estos son los primeros y son los más significativos e importantes; es­tán en el origen de la acción curativa de los medicamentos, mientras que su acción paliativa está ligada al efecto secundario. HAHNEMANN distingue los efectos alter­nantes: son los efectos primitivos que se oponen y suceden. De hecho parece impo­sible, para muchos de los síntomas patogenéticos, determinar su carácter primitivo o secundario y esta distinción fue el origen de numerosos estudios y debates. Si al­gunos autores como ATTOMYA se colocaron al lado de HAHNEMANN, otros eran de una opinión contraria. Este era el caso de HERING para el que los efectos conse­cutivos (secundarios) no eran más que efectos alternantes. Este problema no recibió nunca respuestas satisfactorias y no parece interesar a los actuales homeópatas. El problema de una visión sintética y coherente de la acción fisiológica de los medicamentos permanece entero. Se sabe que HAHNEMANN, por necesidades de claridad, elaboró un esquema lógico en el cual clasificó los diferentes síntomas. Este esquema que era anatómico adquirió rápidamente una función de valorización hasta que fue establecida una jerarquía de los diversos síntomas del individuo. Se tomó la costumbre de considerar que las manifestaciones del orden general eran más impor­tantes que las manifestaciones locales, y que entre los síntomas generales, los sínto­mas psicológicos y mentales iban delante de los síntomas físicos generales. Pero esta óptica no fue la de todos los autores, y se sabe el favor que recibieron las ideas de BOENNINGHAUSEN en las cuales la reflexión era totalmente diferente. Un reproche a menudo formulado respecto a este tema era la ausencia de cua­dros individuales de síntomas presentados por cada uno de los experimentadores. Se echa en falta también que la secuencia de aparición de los síntomas no sea puesta en evidencia suficientemente. Según SCHRON, era necesario adoptar una solución mixta, cada informe esta­ría precedido de una introducción precisando el orden de aparición de los síntomas y daría una visión general de la acción patogenética de cada medicamento. Después debía venir la lista de los síntomas clasificados según su frecuencia de aparición y según el órgano afectado, los síntomas observados en la mayor parte de los experi­mentadores estarían anotados antes que los que no apareciesen más que en un pequeño número. En apéndice y a título de información serían citados los síntomas que no se manifestasen más que en un sólo experimentador. Pero, a conocimiento nuestro, ninguna publicación se conformó bajo este esquema, que no parece haber inspirado ni a su autor. Algunos finalmente, estaban persuadidos que la cronología, la secuencia segui­da por los medicamentos para afectar sucesivamente los diferentes órganos, era algo importante a poner en evidencia, por responder a la misma secuencia que se obser­vaba en el curso de evolución de las enfermedades crónicas. Tal fue el caso de Benoît MURE que había puesto a punto fórmulas que expresaban la secuencia de los órganos sucesivamente afectados por los medicamentos en el curso de la experimen­tación fisiológica. Las diferentes publicaciones que hizo sobre este tema no parecen haber despertado eco en los homeópatas de su época. Se conoce también la intere­sante Materia Médica Constitucional de WOODWARD que, también tenía en cuenta estas secuencias y de la cual hablaremos en otra parte. Así Bryonia afecta primero el tubo digestivo, después el sistema locomotor, seguido de piel y finalmente las vías respiratorias, y el análisis sintomático dado por WOODWARD se desarrolla en este orden. Hay, quizá, una interesante dirección que no ha sido aún suficientemente ex­plorada. Tales son, resumidas, las principales críticas que fueron hechas a la Materia Médica de HAHNEMANN por los prácticos, incluso los que habían adoptado su Doctrina. Suscitaron tantos problemas que fueron fuente de polémicas a veces acer­bas. Pero cuando los problemas se inflan de una dimensión sentimental o emocional se vuelven insolubles. Las polémicas del último siglo no aportaron ninguna respuesta a los problemas que se estaban planteando. Desembocaron en la formación de es­cuelas rivales que se enfrentaron entre sí o a través de sus verdades particulares. La Materia Médica Hahnemanniana permaneció y se desarrolló en la dirección que había determinado su fundador. Si su Materia Médica, de hecho, no es perfecta en todos los puntos, su fundador no deja de ser un innovador, creador de una cien­cia nueva que preparó las vías de la farmacodinamia experimental que imita Claude BERNARD publicando en 1856, 50 años después de la "medicina de la Experien­cia" de HAHNEMANN, su "Introducción al Estudio de la Medicina Experimental". Cualquiera que hayan sido las imprudencias de los primeros experimentado­res, el trabajo que nos han dejado ha sido después de casi dos siglos puesto a prueba del tiempo. La conjunción de la clínica y los resultados experimentales permite pri­mero la confirmación de un cierto número de síntomas. Los homeópatas por otra parte estaban muy interesados en efectuar estas verificaciones en su práctica y noso­tros les debemos la valorización de los remedios de nuestros Repertorios. Es deplo­rable que en nuestros días esta investigación no interese a los homeópatas y que nin­guna rúbrica en nuestras revistas sea consagrada a esta cuestión. Es sin duda la razón por la que hay aún tantos remedios en pequeño grado en nuestros Repertorios. La conjunción de clínica y experimentación fisiológica permite también la elaboración de síntesis originales: estas son nuestras Materias Médicas, las grandes y las pequeñas de las que examinaremos a continuación algunos ejemplos. Si hasta aquí las críticas no han servido más que para alimentar polémicas es­tériles, un examen crítico desprovisto de agresividad resulta necesario en la via y en el desarrollo de la Homeopatía. Así como ha escrito el Dr. WATZKE, que fue una de las personalidades más activas de la Sociedad de Experimentación de Viena, no sena razonable considerar la Materia Médica de HAHNEMANN como una obra per­fecta, inmutable y sin necesidad de ninguna modificación. Pero esto no significaría poner en tela de juicio los méritos de la obra de HAHNEMANN ni la conciencia con que fueron realizadas las experimentaciones. Más las estudiamos y más grande es nuestro respeto y admiración por su autor. Pero el deber de los discípulos de HAHNEMANN no es tenderse perezosa­mente sobre una capa que su Maestro extendió para ellos. Su deber es poner toda su energía en proseguir en la misma dirección que él.
Autor: Dr. Jacques Baur.
Traducción: Dra. Maribel Pluma.
Presentado en el I Congreso de Homoeopathia Europea, Lyon, mayo 1986.
Publicado en REVISTA HOMEOPATICA. Boletín de la A.M.H.B. en tres números correlativos: año II, septiembre - diciembre 1986, nº 5; año III. enero - abril 1987; año III, mayo - agosto 1987, nº 7.

1 comentario:

marino dijo...

Memorable este artículo de Baur, de relectura no solo grata sino absolutamente necesaria para ayudar a poner los pies en la tierra a buena parte de la homeopatía médica actual, abducida en media docena de limbos. Lo resumiría, el artículo, en una de sus frases:

Es deplo­rable que en nuestros días esta investigación no interese a los homeópatas.

Veintitrés años después bien podemos decir que, si cabe, aún interesa menos esa investigación. Lamentable.