INCURABILIDAD en Homeopatía

Definición Entendemos por incurabilidad la imposibilidad de obtener la curación, es decir, de recuperar totalmente la salud. Consideramos, siguiendo a Hahnemann, que una enfermedad es incurable cuando no pueden eliminarse terapéuticamente todos sus síntomas. La incurabilidad es la manifestación de un proceso vital de difícil adaptación biológica(enfermedad), que no logra ser modificado terapéuticamente, estableciéndose una inadaptación biológica constante. El pronóstico homeopático Hay que aclarar que hablamos de enfermedad desde el punto de vista homeopático, no nos referimos sólo a la entidad nosológica o a la lesión patológica sino a todo el conjunto de síntomas morbosos, de acuerdo al principio de la totalidad sintomática. Es en esta perspectiva en la que, mientras persistan síntomas, por muy banales que puedan parecer a los ojos del clínico, no puede darse por terminada la curación. Cabe recordar aquí la amplia lista (y posiblemente incompleta) de síntomas de la psora latente de los que Hahnemann dejó constancia escrita, muchos de ellos irrelevantes para la Patología Médica. El pronóstico homeopático de una enfermedad (o, mejor dicho, de un enfermo) difiere del pronóstico patológico. El pronóstico de una enfermedad determinada se basa en el conocimiento de la evolución natural de esa misma enfermedad o sometida a tratamiento alopático, con un criterio generalizador. En cambio, el pronóstico homeopático sólo puede regirse por el principio de la individualidad, lo que obliga a una gran prudencia a la hora de emitir un pronóstico a priori, antes de observar la reacción del enfermo al medicamento homeopático indicado. Dada esa preponderancia de lo individual por encima de lo genérico, nos parece lo más correcto y humano el presuponer la posibilidad de curación en cualquier caso. Con ello nos adherimos a la idea expresada por Kent en las últimas líneas de su libro sobre doctrina, "Qué médico comedido abandonará la esperanza de curación en el curso de enfermedades dolorosas mientras dure la vida". Como regla general, sin embargo, podríamos apuntar que toda enfermedad con un pronóstico de patología grave o mortal, en homeopatía debe considerarse a priori cuando menos de pronóstico reservado, y no hacer albergar dudosas esperanzas al enfermo, a las que sólo se aferra muchas veces para eludir la confrontación con la muerte. Esta misma situación ocurre con las enfermedades crónicas complicadas por intoxicaciones medicamentosas: incluso en casos con un estado aparentemente reversible y con energía suficiente, Hahnemann aconseja reservar el pronóstico y no dar esperanzas de una perfecta curación (E.C.225). Esta situación contrasta diametralmente con la facilidad de curación de las más horribles enfermedades crónicas no tratadas por la alopatía, tanto que parecen milagros, dice Hahnemann (E.C.225,nota). El pronóstico de incurabilidad patológica no nos ayuda mucho porque en Homeopatía sabemos que esa es la naturaleza de toda enfermedad crónica. Sí podemos estar más atentos al criterio de reversibilidad lesional, ya que éste introduce un factor orgánico limitante, que da cuenta de lo avanzado de la patología, y por tanto de las dificultades previsibles de curación y de restitutio ad integrum. Precisamente según este último parámetro, el de la restitución total, podemos considerar dos tipos de incurabilidad: -la incurabilidad parcial, cuando persisten síntomas debido a una lesión irreversible (p.e. varices,...), a pesar de haber logrado la curación dinámica; y -la incurabilidad general, cuando la patología irreversible afecta a todo el organismo (p.e. cáncer, estados terminales,...) La imposibilidad de recuperar la salud, la incurabilidad, desde un punto de vista analítico, puede ser teórica o práctica, la primera referida a los conocimientos adquiridos por experiencia o estudio, y la segunda en función de la realidad clínica diaria. Incurabilidad teórica Se da cuando no se conocen casos de curación en la evolución clínica de la enfermedad, especialmente durante el tratamiento homeopático; a priori no podemos asegurar si una enfermedad será curable o incurable homeopáticamente, aunque indudablemente el conocimiento de otros casos semejantes nos reconforta y nos da fuerzas para abordar con decisión el tratamiento en los casos más difíciles; por el contrario, el desconocimiento de los resultados y la experiencia de otros homeópatas en el tratamiento de la enfermedad en cuestión y en el uso de los remedios para ella, nos hace estar más inseguros sobre las posibilidades de éxito terapéutico. La única medida que nos puede dar garantía de un pronóstico de incurabilidad es la observación minuciosa del enfermo durante el tratamiento homeopático. Kent fue el primer homeópata que sistematizó de forma más completa sus observaciones en torno al "pronóstico después de observar la acción del remedio" (conf. XXXV, Conferencias sobre Filosofía Homeopática); de sus observaciones extraemos aquellas que pueden hacer sospechar que la enfermedad sea incurable: AGRAVACIÓN: 1ª. observación: Agravación prolongada y hundimiento final del enfermo. Presupone prescripción errónea por medicación (antipsórica) demasiado profunda, que produce una destrucción, probablemente por existir una lesión orgánica manifiesta. La potencia ha sido demasiado alta. Existe una falta de reacción vital. En el CASO XVIII, Vithoulkas se refiere a otra situación (p.316): Agravación continua de los síntomas. Es una reacción habitual tras la suspensión de medicación alopática, si el remedio no ha sido correcto. Si no tomaba medicación alopática, puede tratarse de la evolución progresiva de la enfermedad, aunque no necesariamente grave. Variante: Agravación larga e intensa, pero con mejoría final. La agravación puede durar semanas. En este caso la enfermedad no está tan avanzada y puede albergarse esperanza de curación, dando potencias bajas (30 o 200) poco repetidas (3 meses). El CASO XIX de Vithoulkas se corresponde bien con esta variante: Agravación larga, mejoría por unos días y recaída final. Es una reacción de mal pronóstico, cercana a la incurabilidad, con probable patología importante.(p.318) 2ª. observación: Agravación persistente, seguida de una lenta y final mejoría. Se refiere a repetidas agravaciones largas durante años, pero al cabo de unas pocas semanas tras la 1ª prescripción debe observarse una ligera mejoría general y de los síntomas respecto a como estaba antes del remedio, lo que puede hacer tener esperanza sobre una posible recuperación. Significa un inicio de lesión orgánica importante pero reversible todavía. Vithoulkas se refiere a ella en su CASO XVII (p.315): Todos los síntomas peor, pero mejor en la última semana. Suele tratarse de pacientes con patología bastante profunda, aunque esta reacción permite pronosticar una buena evolución. Estas observaciones pueden compararse con la segunda observación pronóstica que hace Hahnemann (E.C.228) de agravación persistente, que adjudica a la acción demasiado violenta del remedio, por baja potencia o por cantidad excesiva, provocando una enfermedad medicamentosa sobreañadida, que hace temer la incurabilidad si no se antidota a tiempo. Sin agravación "necesaria". Masi, al relacionar las observaciones pronósticas con las actitudes miasmáticas, establece la necesidad de agravación en el sycósico y el syphilítico, a diferencia del psórico que no tiene porqué agravarse; cuando en los dos anteriores no se produce la agravación necesaria por imposibilidad de reparación, nos indica un presumible estado de incurabilidad. Agravación mental. Masi apunta también la posibilidad de una crisis sycósica mental violenta en casos de enfermedad muy grave, casi incurable, o en casos en que la sycosis estaba reprimida (psicoanalíticamente) por adhesión a ciertos principios. MEJORÍA: 5ª. observación: Primero mejoría, seguida de agravación. La mejoría inicial dura unos días(3, 4), pero a los pocos días los síntomas empeoran más que al principio. Reacción común en casos graves, con buenos síntomas. También puede tratarse de un remedio paliativo, superficial, parcial. Se ajusta bastante bien al CASO XII de Vithoulkas, que presenta: Mejoría sin agravación inicial, luego peor que antes del remedio. Se trata indudablemente de un caso incurable, que probablemente presente una nueva imagen, cambiante tras cada remedio administrado, que produce una paliación (p.309-310). Variante: Mejoría inicial con recaída. La mejoría puede durar semanas (2-3), y luego hay un retroceso. Se trata de un caso muy desfavorable o de un obstáculo a la curación. Variante: Mejoría rápida seguida de larga agravación. Se trata de una reacción inesperada en una enfermedad crónica muy avanzada, en la que el remedio ha hecho un efecto puramente paliativo. Caso expuesto por Hahnemann (E.C.236,242), en el que aconseja antidotar o cambiar de remedio adaptándolo más al caso, excepto si se trata de uno de los escasos medicamentos con efectos alternantes (como Ign.). 6ª. observación: Alivio demasiado corto de los síntomas (sin agravación inicial). Se da en situaciones agudas graves y cuando existen lesiones orgánicas crónicas. Incurabilidad por irreversibilidad lesional. Se corresponde bastante con el CASO XI de Vithoulkas (p.308), con: Mejoría sin agravación y recaída completa. Puede tratarse de un caso incurable especialmente si durante la recaída la imagen del remedio ha cambiado. 7ª. observación: Mejoría total de los síntomas, pero sin alivio del paciente. La mejoría dura mientras dura la acción del remedio. Existen lesiones orgánicas limitantes. Incurabilidad permanente. 13ª. observación: Mejoría del enfermo con parámetros alterados. Esta observación ha sido añadida por Masi a las clásicas de Kent (p.II-15). Se refiere a la necesidad del incurable correctamente medicado de establecer un nuevo equilibrio tisular, que se manifiesta por parámetros clínicos y de laboratorio anormales para el sujeto sano. PATOGENESIA: 8ª. observación: Experimentación de los remedios. Reproducción de la patogenesia de cada remedio prescrito. Sucede con los enfermos hipersensibles, que a menudo son incurables. Incurabilidad absoluta. Podríamos resumir y esquematizar el fenómeno de la incurabilidad en 5 posibilidades teóricas, según la evolución resultante del cuadro clínico general: 1.-"CURACIÓN PARCIAL". La única con una clara reacción curativa, aunque no suficiente para llegar a la salud. El tratamiento (curativo) consigue una cierta estabilidad en un nivel inferior de salud al anterior a la enfermedad, por la permanencia de lesiones orgánicas irreversibles. 2.- ESTACIONAMIENTO DE LA ENFERMEDAD. El tratamiento (paliativo) consigue frenar la evolución natural de la enfermedad, manteniéndola en ese nivel sin conseguir tampoco su involución. 3.- ENLENTECIMIENTO DE LA ENFERMEDAD. El tratamiento (paliativo) consigue únicamente un cambio en la curva de evolución progresiva de la enfermedad, sin conseguir frenarla totalmente. 4.- ENFERMEDAD INALTERADA. Cuando el tratamiento es totalmente ineficaz, la enfermedad sigue su curso espontáneo, sin modificar su evolución natural. 5.- EMPEORAMIENTO DE LA ENFERMEDAD. Un tratamiento demasiado sintomático (supresivo) o demasiado violento puede acelerar la evolución de la enfermedad, incluso hasta una muerte prematura. Incurabilidad práctica En la clínica cotidiana nos encontramos con algunas limitaciones relativas al paciente y al médico: 1) la capacidad de respuesta curativa del paciente; y 2) la capacidad del médico para encontrar el remedio curativo. La capacidad del médico depende en buena medida de su nivel de preparación y experiencia, pudiendo fallar en cuanto a: (§3) -observación del enfermo y de los síntomas -valoración del caso -elección de la estrategia terapéutica -conocimiento de materia médica -manejo de la posología -valoración de los obstáculos a la curación Para solventar la incapacidad del médico en los diversos aspectos de la práctica homeopática profesional tenemos la opción de recurrir a otro médico, procurando que tenga un mejor nivel de conocimientos y experiencia. La capacidad de respuesta curativa del paciente, suponiendo que el homeópata ha prescrito el remedio y dosis correctos para el caso en base a su adecuada valoración y a una acertada estrategia terapéutica, puede estar condicionada a la presencia de ciertos obstáculos a la curación o a una reacción defectuosa por otros factores. Vamos a tratar a continuación estos dos aspectos. OBSTÁCULOS A LA CURACIÓN Sospecharemos la presencia de algún obstáculo a la curación si al observar la evolución después de la primera prescripción (del remedio adaptado homeopáticamente a la totalidad sintomática) se presenta alguno de los dos casos siguientes, según Kent: [-observaciones pronósticas de Kent-] 5ª. observación,Variante: Mejoría inicial con recaída.(v. supra) 6ª. observación: Alivio demasiado corto de los síntomas. Kent dice que si se produce una rápida mejoría, dicha mejoría debe persistir, y si no sucede así es porque existe alguna condición en el paciente, inconsciente o intencional, que interfiere con la acción del remedio. Vithoulkas registra otra variante de las anteriores en su CASO X (p.307): Agravación inicial, seguida de mejoría corta con recaída. Los síntomas de la recaída son los mismos que al principio. El remedio puede haber sido antidotado por algún factor externo. Podemos clasificar los obstáculos a la curación en tres grandes apartados, según el tipo de tratamiento coadyuvante eventual que puedan necesitar para retirarlos: 1. OBSTÁCULOS MECÁNICOS: - Traumatismos (E.C.222) > TRATAMIENTO TRAUMATOLÓGICO - Hipertrofias tisulares (glandulares, tumores, orgánicas,...) > CIRUGÍA Y/O TRATAMIENTO PALIATIVO - Compresiones (ateromas, litiasis,...) > CIRUGÍA Y/O TRATAMIENTO PALIATIVO - Desviaciones músculo-esqueléticas (cifosis, escoliosis, lordosis,...) > FISIOTERAPIA - Extirpaciones de órganos (histerectomía, nefrectomía,...) > TRATAMIENTO SUBSTITUTORIO 2. OBSTÁCULOS HIGIÉNICOS 2.1. PERSONALES (higiene desordenada): vida antihigiénica, insalubre (§77,E.C. 226), falta de limpieza (§260, nota) - Constitución mala > HIGIENE - Dieta inadecuada (-detallada más abajo-) > DIETOTERAPIA - Actividad inapropiada: trabajos físicos o mentales excesivos, especialmente después de comer (§206,nota;E.C.222); lactancia prolongada (§260,nota); ociosidad: ludopatía (E.C.216); vida sedentaria, ejercicios pasivos, leer acostado (§260,nota) - Desorden en los hábitos fisiológicos (sueño, apetito, intestinal,...) > REGULACIÓN DE HÁBITOS - Sexualidad desordenada: instinto sexual suprimido (E.C.226); libertinaje contra natura, lecturas obscenas, onanismo, coitus interruptus,...(§260,nota) > REGULACIÓN DEL DESEO SEXUAL - Ropa inadecuada: ropa interior de lana (§260,nota) 2.2. AMBIENTALES (contaminación): > REDUCCIÓN DEL CONTAMINANTE o CAMBIO DE RESIDENCIA - Contaminación atmosférica (inhalación del aire) - Contaminación del agua - Residuos sólidos - Contaminación radiactiva - Contaminación de los alimentos (biológica y química-insecticidas, aditivos,...) - Contaminación auditiva (ruidos) - Clima insalubre: humedad, extremos de temperatura (E.C.222) - Viviendas frías, húmedas, calentadas en exceso (§260,nota) 2.3. MEDICINALES (farmacológicos) 2.3.1. NO TERAPÉUTICOS: - Consumo de tóxicos tisulares (toxicomanías) > DESHABITUACIÓN - Cualquier posible estímulo medicinal (§259) 2.3.2. IATROGENIA ALOPÁTICA: (E.C.224) - Tratamientos alopáticos agudos o Intoxicaciones > ANTÍDOTOS o DESINTOXICACIÓN - Tratamientos alopáticos crónicos > SUSPENSIÓN o REDUCCIÓN PROGRESIVA - Tratamientos locales supresores repetitivos 2.3.3. IATROGENIA HOMEOPÁTICA: - Dosis demasiado fuerte (potencia baja): peor cuanto más homeopática y la potencia más alta. Peor que la iatrogenia alopática. Riesgo de muerte e incurabilidad. (§275,276) > ANTÍDOTO HOMEOPÁTICO - Repetición precoz del mismo remedio (E.C.235) > SUSPENDER EL REMEDIO - Repetición demasiado frecuente > MAGNETISMO (E.C.238) - Dosis repetida no modificada (§246,247) > AGITAR EL REMEDIO EN SOLUCIÓN - Cambio precoz de remedio (E.C.235) - Remedio parcialmente homeopático: produce síntomas accesorios medicamentosos (§163,167) > CAMBIO DE REMEDIO - Remedio no homeopático: produce agravación con nuevos síntomas (§249,250) > ANTIDOTAR / CAMBIO DE REMEDIO 2.4. SOCIALES (sistemas o situaciones sociales inhumanas) 2.4.1. FAMILIARES : alcoholismo, drogadicción, malos tratos,... 2.4.2. EDUCACIONALES (incultura/analfabetismo) > CULTURALIZACIÓN 2.4.3. RELACIONES 2.4.4. LABORALES (conflictividad laboral o paro) 2.4.5. ECONÓMICOS (miseria) (§206,nota;E.C.222) 2.4.5. POLÍTICOS (fascismos y dictaduras) 3. OBSTÁCULOS PSICOLÓGICOS 3.1. EMOCIONALES (emociones desordenadas) > PSICOTERAPIA - Necesidades básicas no cubiertas (seguridad, afecto, autoridad,...) - Hábitos rígidos de comportamiento - Inmadurez emocional - Relaciones personales "insanas" - Circunstancias adversas (penas, sufrimientos, vejaciones, decepciones, muerte de seres queridos, amor no correspondido, revés económico,...). (E.C.222) Ref. Repertorio: MENTE, TRASTORNOS POR (MIND, AILMENTS FROM) - Emociones exacerbadas: cólera, rencor, envidia, celos,...(§260,nota) 3.2. INTELECTUALES (cognitivos - "pensamiento desordenado") - Formas rígidas de pensamiento > REEDUCACIÓN - Falta de aprendizaje (inmadurez intelectual) > APRENDIZAJE - Exceso de preocupaciones > RELAJACIÓN De todos estos obstáculos, los psicológicos son para Hahnemann los más frecuentes, los más nefastos y los más perniciosos. "...es a las preocupaciones, a las penas, y a las desesperaciones a las que, con más frecuencia, la psora latente o la psora evolucionada deben, la primera, su desarrollo, y, la segunda, su agravación manifiesta." (E.C.223). Y es aquí donde Hahnemann advierte sobre el deber del médico de alejar tales obstáculos para obtener la curación, influyendo en el enfermo y en su entorno. Hasta tal punto da importancia a la interferencia de tales obstáculos que, en caso de no poderlos eliminar y si son realmente consistentes, adopta una actitud de abstención terapéutica ante el diagnóstico irremisible de incurabilidad. Reproducimos sus ideas al respecto: "...si es verdaderamente inaccesible al consuelo, si la filosofía o la religión le dejan indiferente, si su estado de ánimo no es capaz de hacerle soportar su sino y su enfermedad, si no tiene el suficiente dominio de sí mismo para soportar con conformidad y resignación unos males y desgracias que no son culpa suya, si se hunde incluso en la tristeza y la melancolía sin que el médico pueda alejarlas..." (E.C.223). Sólo tendría sentido instaurar un tratamiento homeopático crónico en caso de que esos factores psíquicos condicionantes no fueran de una envergadura suficiente, lo que haría concluir que ese estado mental forma parte de la hipersensibilidad morbosa del enfermo y, por lo tanto, hay que considerarlo como sintomatología susceptible de tratamiento. Hay una situación especial, durante el tratamiento homeopático de las enfermedades agudas, en que hay que tener en cuenta que la satisfacción de los deseos del enfermo en cuanto a alimentos y bebidas, temperatura y abrigo, y demás, dentro de unos límites moderados (e incluso, para Masi Elizalde aunque parezcan una transgresión dietética flagrante), no obstaculizan la curación sino todo lo contrario, al expresar una necesidad biológica imperiosa que debe ser colmada (§263). En cuanto a la dieta, a fin de evitar cualquier estímulo medicinal alieno al remedio homeopático y que pudiera interferir su acción de forma imprevisible, Hahnemann recomienda evitar carencias alimenticias y alimentos de mala calidad (E.C.222), así como abstenerse de cualquier exceso, sobre todo en el consumo de las sustancias siguientes: (§260,nota) - estimulantes o sedantes (café, té, especias, condimentos, hierbas aromáticas o medicinales, queso añejo,...) - alcohol (vino puro, cerveza, licores,...) - vegetales medicinales crudos - carnes medicinales (cerdo, pato, ganso, ternera joven, carnes acedas,...) - olores (perfumes, esencias, dentífricos, flores,...) Reacción terapéutica anómala Existen casos en los que no se produce una reacción curativa en el paciente tras el estímulo medicinal homeopático, por falta de reacción, por exceso o por alguna otra anomalía. a) Incapacidad reactiva, que puede darse por: -una resistencia psicológica a un cambio saludable en las condiciones de vida (profesión, pareja, familia, hábitat, residencia, hábitos,...) -el factor del tiempo biológico (p.e. ancianos) -falta de síntomas para la selección del remedio (casos defectivos) -debilitamiento general del paciente mientras la sintomatología se hace menos intensa -por exceso de repetición del remedio homeopático indicado, que sólo produce mejorías muy cortas (E.C.238) -al remedio homeopático: -sin mejoría (ni paliación ni alivio) o demasiado pequeña para distintos remedios -sin agravación o demasiado pequeña para distintos remedios -menos mejoría cada vez a cada tratamiento -corta mejoría; mayor necesidad de repetición -recurrencia frecuente de los síntomas b) Exceso de reacción: -por una agravación demasiado intensa después de cada dosis -es el caso típico de los pacientes hipersensibles, que experimentan cada nuevo remedio prescrito manifestando síntomas patogenéticos añadidos a su propia sintomatología (8ªobs.pron. Kent). c) Reacción inadecuada: -los síntomas desaparecen en el orden inverso a la ley de dirección de Hering -corta mejoría seguida de larga agravación -agravación no seguida de mejoría -mejoría general con persistencia de síntomas periféricos La Escuela Homeopática Argentina de Paschero, con Candegabe como portavoz, ha propuesto una nueva forma de analizar al enfermo según su constitución y el estado de su energía vital (p.140-157). Desde esta nueva perspectiva, podemos establecer un pronóstico relativo antes incluso de la prescripción, situando a nuestro paciente en las coordenadas de uno de los cuatro casos descritos. Aquí nos interesa particularmente describir el 4º caso, puesto que se trata del caso tipificado que tiende a la incurabilidad (p.150-151): se trata del caso que tiene una constitución incoherente, desarmonizada por supresiones, malos tratamientos o malos hábitos de vida, y una energía vital débil, que presentan pocos síntomas (por la falta de reactividad vital) y de escasa jerarquía (por la desestructuración constitutiva). Son, pues, casos defectivos, que requieren consejos de higiene para intentar fortalecer su energía vital, para que pueda dar más síntomas, y remedios parciales que, con suerte, pueden provocar un cambio de síntomas capaz de mostrar una constitución más fuerte (coherente), que dé síntomas más jerárquicos. Concepto hahnemanniano de incurabilidad Si hemos definido la curación como la desaparición de todos los síntomas de la enfermedad (§8), la incurabilidad supone la imposibilidad de la consecución de ese proceso, cuya meta final es la salud. En las enfermedades agudas, exceptuando aquellas atribuibles a la exacerbación de una enfermedad crónica natural por ciertas causas excitantes, Hahnemann admite la posibilidad de su curación espontánea. E incluso en las agudizaciones de la enfermedad crónica contempla la regresión espontánea hacia la latencia, a condición que la enfermedad aguda no haya sido demasiado violenta o prontamente eliminada. (§73) Los traumatismos (§186) y las indisposiciones (§150), que al no considerar propiamente enfermedades no requieren un tratamiento médico, se corrigen con medidas reparadoras en el primer caso o higiénicas en el segundo, sin descartar la posibilidad de la administración de un medicamento si el malestar o las consecuencias del trauma lo demandan. Considera, no obstante, que la función de los recursos quirúrgicos necesarios para la reparación mecánica es la eliminación del obstáculo a la curación que supone la alteración mecánica (herida abierta que requiere sutura, luxación que requiere reducción, hemorragia que requiere compresión, cuerpo extraño que requiere extracción, absceso que requiere incisión, fractura que requiere reducción y alineación, etc.), para que la energía vital pueda realizar la curación (cicatrización, desinflamación, regeneración tisular,...,según el caso). Suturar, reducir, vendar, puncionar, desbridar, amputar,... son técnicas quirúrgicas cuya finalidad es la restauración de los tejidos. La Cirugía es una terapéutica reparadora o restauradora pero no curativa. Porque siempre es la energía vital que realiza la curación (§186), al igual que su alteración produce la enfermedad (§11,12), gracias a su capacidad autoconservadora (§10), aunque por sí misma no tenga capacidad autocurativa (§22,nota). En las enfermedades agudas esa capacidad se manifiesta en el restablecimiento de la salud transcurrido un período de tiempo relativamente corto; si no se da esta curación espontánea sólo cabe la muerte (§73). En las enfermedades agudas no es aplicable el concepto de incurabilidad, porque la falta de curación lleva únicamente a la muerte. Las enfermedades agudas se definen y distinguen de las crónicas por su naturaleza autolimitada en el tiempo. El concepto de incurabilidad en Homeopatía tiene que ver, pues, con la evolución de las enfermedades crónicas, las naturales (enfermedades miasmáticas crónicas)(§78) y sobre todo las artificiales (iatrogénicas) (§74). Estas últimas, producidas por el uso prolongado de medicamentos alopáticos, son las que Hahnemann considera más incurables (§75). Un grupo aparte son las enfermedades crónicas aparentes, causadas por errores higiénicos o dietéticos persistentes, que pueden desaparecer espontáneamente mejorando el modo de vida, por lo que no son propiamente enfermedades crónicas (§77). Ya que lo que define la enfermedad crónica es su agravación continua y espontánea hasta el final de la vida, no es pues autolimitante como la aguda, a pesar del mejor régimen mental y físico, de la constitución más robusta y de la fuerza vital más potente (§78). Dado que las enfermedades crónicas no desaparecen por sí mismas (E.C.57), es decir, dado su carácter de incurabilidad intrínseca, de ahí surge la necesidad de un tratamiento (E.C.134) que logre cambiar ese pronóstico desfavorable. En este contexto, la psora se comporta como un obstáculo a la curación, y por lo tanto se convierte en el objetivo terapéutico prioritario. (E.C.45, 51, 246) Esa incurabilidad de la enfermedad crónica en sí misma puede ser de dos categorías: 1-incurabilidad absoluta, permanente o definitiva 2-incurabilidad relativa, provisional o transitoria. Incurabilidad absoluta Podemos definir la incurabilidad absoluta como la incapacidad de la fuerza vital para efectuar la restitutio ad integrum, que incluye las dos variantes que hemos distinguido antes: la incurabilidad parcial y la general. En la primera puede conseguirse la curación dinámica, aunque persiste un síntoma o síndrome consecuencia directa de una lesión orgánica; la segunda es el caso de la incurabilidad total, la irreversibilidad de toda la patología. El diagnóstico de incurabilidad absoluta se puede prever cuando existen lesiones patológicas o alteraciones orgánicas conocidas como irreversibles, pero su confirmación no se establece hasta la observación repetitiva a lo largo del tratamiento de una falta de reacción o una reacción anómala a los remedios administrados, porque realmente el potencial curativo de la terapéutica homeopática es en gran parte desconocido. La otra causa importante de incurabilidad absoluta es la existencia de obstáculos a la curación insalvables, especialmente de tipo tóxico -incluyendo los fármacos cuyo largo uso hace difícil su substitución- y psicológico. Incurabilidad relativa Es una situación morbosa en la cual se produce una incapacidad temporal para desarrollar una reacción curativa suficiente. Ya hemos enumerado más arriba los factores psicológicos, cronológicos, carenciales, tóxicos, patológicos,..., que se erigen como obstáculos modificables a la curación o como condicionantes superables de una reacción terapéutica anómala por defecto. En estas situaciones se necesitan otras medidas terapéuticas complementarias, que incluso pueden trascender el ámbito puramente individual (pareja, familiar, laboral, social, medio-ambiental,...). Entre estas medidas destacan las medidas higiénicas, la psicoterapia, la fisioterapia, la terapéutica sustitutiva, la cirugía. Enfermedades medicamentosas Las enfermedades medicamentosas son aquellas enfermedades acaecidas tras un tratamiento alopático violento y persistente, es decir, verdaderas intoxicaciones farmacológicas. Su consecuencia es el agravamiento de la enfermedad y el debilitamiento de la energía vital, o la sustitución mórbida por otra enfermedad que presenta síntomas no encuadrables en ningún síndrome nosológico conocido. (E.C.30, 31) En general estas intoxicaciones medicinales son más graves que la enfermedad crónica inicial por la que el paciente consultaba, y a menudo resultan incurables (E.C.32). Ya Hahnemann en su época, de mucho menos desarrollo farmacológico que la actual, consideraba a éstas como las enfermedades crónicas más incurables (§75), y, si no incurables, las más difíciles de curar y que requerían más tiempo (§149). Hahnemann alertaba también sobre la aparición de enfermedades serias tras un período largo de aparente salud, en desproporción con las causas desencadenantes y desarrollándose con rapidez, especialmente después de un tratamiento médico inadecuado (§78, nota). Las drogas despiertan la psora, aceleran su progresión, añaden nuevos trastornos patológicos artificiales por intoxicación medicamentosa, que se mezclan y se confunden con los síntomas de las enfermedades naturales, y la vuelven incurable (E.C.224). Esta relativa incurabilidad de la psora por sí misma es lo que la hace susceptible de necesitar tratamiento médico (E.C.134), y es causa a su vez de la incurabilidad de la sífilis complicada con ella (sífilis larvada, pseudo-sífilis, psoro-syphilis), sobre todo si hay sobreañadida una enfermedad medicamentosa debida al tratamiento alopático antisifilítico (E.C.204). Queremos recordar aquí algunos de los medicamentos y prescripciones que Hahnemann denunciaba por su capacidad iatrogénica (§74), y que todavía siguen en uso: - compuestos mercuriales: amalgamas dentales, colirios, antisépticos, tópicos,... - sales de plata: colirios, antisépticos cutáneos - sales de iodo: antisépticos cutáneos, contrastes radiológicos - derivados opiáceos: analgésicos mayores y menores, antidiarreicos, antitusígenos - valeriana: fitoterapia (antiespasmódica, sedante) - quina y derivados: aperitivos, antiarrítmicos, antiprotozoarios, antipalúdicos, antiinflamatorios - digitálicos: antiarrítmicos, glucósidos cardiotónicos - compuestos de azufre: tópicos, hipoglucemiantes orales (sulfonilureas), antibióticos (sulfamidas), antianémicos (sulfato ferroso), antiagregantes plaquetarios (sulfinpirazona) - laxantes (purgantes) de todo tipo - baños minerales (§149) Por supuesto, actualmente deberíamos completar esta lista con prácticamente todo el arsenal terapéutico alopático. Un caso especial es la interrupción de la acción saludable del remedio homeopático bien indicado por otros remedios o por la repetición intempestiva del mismo, al menos esto es lo que refiere Hahnemann en base a su experiencia, lo que produce un embrollo de la sintomatología y la imposibilidad de manifestar ningún efecto curativo; aconseja en estos casos ir cambiando el remedio de acuerdo a los cambios de la sintomatología, en lugar de repetir el mismo (E.C.238) Pauta de tratamiento de las enfermedades medicamentosas (E.C.225): 1º. DESINTOXICACIÓN: - Regulación de la dieta y la higiene de vida - Retiro de unos meses, en el campo - Pocos o ningún remedio - Remedio antipsórico si hay indicaciones claras de la enfermedad natural primitiva 2º. TRATAMIENTO HOMEOPÁTICO DE LA ENFERMEDAD CRÓNICA Tratamiento intercurrente con Sulphur, Hepar o Mercurius, según la sintomatología presente(E.C.238) 3º. ANTIDOTAR el remedio alopático para curar primero la enfermedad medicamentosa, es una estrategia terapéutica en enfermedades crónicas sometidas a tratamiento largo y violento propuesta por Kent. (Conf. XV) Abreviaturas en el texto (entre paréntesis): § : parágrafos del Órganon de Hahnemann. E.C. : "Las Enfermedades Crónicas" de Hahnemann, según la numeración de párrafos propuesta en la traducción francesa de P.Schmidt y J.Künzli, seguida en parte por la traducción española de A.Reig, editada por la Academia de Homeopatía de Asturias. p. (seguida de un nº): páginas de las obras de los autores referenciados en el texto. Publicado en la Revista Española de Homeopatia. 2001, 10: 25-32.

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