Prólogo
Estimado lector, tiene en sus manos una herramienta importante para el manejo, desarrollo sano de sus cultivos. En este libro realizaremos juntos un recorrido práctico sobre los temas más importantes de la homeopatía aplicada al manejo de plagas y enfermedades en las plantas (agrohomeopatía), comprendiendo sus antecedentes históricos, los principios y técnicas básicas de elaboración de biopreparados y sustancias homeopatizadas.
A través de un caudal de consejos prácticos, usted aprenderá a repertorizar los cultivos, a observar y predecir los efectos de los medicamentos del botiquín básico de la homeopatía para las plantas.
La agrohomeopatía es la ciencia que permite manejar las plagas y enfermedades en todos los organismos vivos, en esta ocasión nos concentraremos en las plantas, puede utilizarse incluso en condiciones rústicas, sin necesidad de sofisticados laboratorios ni dependencia económica de preparados caros.
En cuanto al tratamiento de las enfermedades crónicas del suelo y de las plantas, en la cuales la actividad devoradora del hombre tiene abundante mérito, la agrohomeopatía es uno de los importantes instrumentos de bioremediación, requiere conocimientos complejos que en este manual trataremos solo en forma breve.
A pesar de la aparente rusticidad y simplicidad de los preparados agrohomeopáticos, la agrohomeopatía es una ciencia que implica profunda redefinición de conceptos sobre la naturaleza de las plantas, del suelo, de todos los seres vivos desde luego incluye al propio hombre.
La agrohomeopatía es una propuesta integral holística que le permitirá producir alimento sano para usted y su familia y estar en armonía con la naturaleza y consigo mismo.
La agrohomeopatía se enfoca principalmente a fortalecer a la planta y los demás organismos que conviven de manera armónica con ella sin dejar rastros peligrosos para la salud de las plantas, animales o humanos que la rodean o consumen.
Además, la agrohomeopatía tiene una importancia cada vez más grande frente al cambio climático global.
Las repentinas variaciones de condiciones climatológicas y cierto desfasamiento de los ciclos naturales relativamente estables por cientos de años facilitan la aparición y multiplicación de nuevas plagas y enfermedades hasta hace poco desconocidas, presionan a los cultivos debido al estrés hídrico, ya sea en forma de sequía o en forma de inundaciones y lluvias copiosas que causan la aparición de pudriciones, hongos, bacteriosis, virosis y pérdida de las cosechas.
La agrohomeopatía ofrece posibilidad de ayudar a las plantas, a sobrellevar el estrés ambiental y adaptarse con mayor facilidad a los retos de sobrevivencia sin que esto signifique aumentar las raciones de agua, aplicar la fertilización química o construir costosos ambientes artificiales.
Como toda la tecnología, la agrohomeopatía tiene sus límites que son marcados por la extensión de la dinámica vital de las plantas y demás organismos, incluyendo al suelo; se puede decir en este sentido que la agrohomeopatía puede ampliar la dinámica vital, hacerla más responsiva frente a los retos que se presentan.
Es un hecho globalmente observable que la tierra, cansada del constante abuso de los agroquímicos, viciada por la sobrefertilización y dependiente de estímulos externos, disminuye la producción.
Y al no recibir de regreso en forma compleja por lo menos parte de lo que el hombre recoge de ella (frutos, semillas, fibras, raíces, tubérculos, madera et.), la tierra pierde su fertilidad, su capacidad de producir, modifica su textura, color y olor característicos, se deslava, desmineraliza y donde por siglos existían cultivos sanos y abundantes hoy aparece un suelo reseco, pedroso e inútil para la agricultura.
La agrohomeopatía representa una herramienta valiosa para recuperar la salud de los cultivos y de la tierra; restablece un equilibrio entre los organismos: bacterias, virus, hongos, insectos, pájaros, mamíferos, quienes a la vez viven en una comunión íntima con el hombre.
Renueva el equilibrio entre los diferentes organismos en la tierra y alrededor de ella, fortaleciendo a las plantas y su crecimiento de tal manera que puedan enfrentar con éxito la aparición de plagas y enfermedades y también los cambios climáticos.
En principio, el objetivo de nuestra labor será aprender a respetar a la naturaleza, a superar nuestro instinto destructor, no pretender sólo aniquilar a la plaga o a la enfermedad (aunque sea por medio de la homeopatía): matarla, aplastarla o suprimirla, sino primero tratar de entender las causas de la plaga y enfermedad en planta, animal o suelo. Entonces podremos reconocer la enfermedades y plagas como una señal externa de un desequilibrio, podremos atenderlo desde su origen y establecer un equilibrio que se traducirá en la disminución de las plagas y enfermedades (desequilibrios en la dinámica vital).
El estado de salud o enfermedad no son estados absolutos, existe entre ellos una infinidad de grados intermedios en un constante movimiento dinámico; tenemos que aceptar incluso que algunas enfermedades y plagas tienen importancia en el equilibrio de la naturaleza, aunque desde el punto de vista humano o económico no parezca así.
La salud y la fertilidad de la tierra y de los animales tienen una relación directa con la salud física, mental, espiritual del hombre, entender esto significará un cambio profundo en la mentalidad del agricultor.
La gente piensa: “y a mí en qué me enferma si aplico un químico, cumplo con las instrucciones de seguridad, y con esto basta, acabo estoy matando a un gusano que come mis plantas”.
Pero más tarde o temprano la contaminación llegará a nosotros en forma de una plaga fortalecida –también conocida como superplaga– a la cual nuestros químicos no harán efecto alguno. Utilizaremos entonces otras sustancias más poderosas, contaminaremos otros organismos y dejaremos rastros del veneno en el subsuelo, suelo, aire, agua, en los frutos, semillas y otros organismos presentes.
Por la lógica los organismos que se encuentra al final de la cadena trófica como los mamíferos y el hombre por ejemplo, acumulan los efectos de la contaminación en forma intensiva.
Podremos ver con calidad que la modificación de los hábitos de los campesinos y sus prácticas de cultivo a partir de la “revolución verde” han propiciado aparición de enfermedades poco comunes en el pasado como cáncer y diabetes. El uso indiscriminado de los organofosfados por ejemplo causa misteriosas enfermedades incurables del sistema nervioso central.
En el campo habitaban hombres y mujeres longevos, y si se preguntan por qué actualmente no es así, no tardarán en descubrir que la circunstancia modificada en comparación con el pasado se resume en el uso de los plaguicidas, fertilizantes, herbicidas y otros agroquímicos tóxicos además de estrés.
Esta situación se acentúa con el consumo de alimentos procesados –más atractivos en su empaque– que contienen conservantes, colorantes, saborizantes y sustitutos de todos tipos y formas que envenenan desde temprana edad y predisponen al organismo a las enfermedades crónico-degenerativas.
La sucesiva aplicación de los agrotóxicos que pasan de la tierra a los frutos, de los frutos a los animales y de los animales al hombre a ser ingeridos –aún cuando aumentan la producción de forma temporal– a la larga propician la destrucción de la naturaleza y la del hombre que forma parte de ella.
Podemos confirmar con claridad: el futuro de la salud del ser humano dependerá del cuidado que tenga con su tierra, las medicinas más poderosas se encuentran en la comida sana, aire y agua limpia y no en los fármacos potentes o novedosos.
Si aprenderemos a cuidar de la tierra, de su salud y fertilidad, ella se encargará de cuidar de nuestros cultivos –y lo sabe hacer mucho mejor que nosotros– cuidará de nuestros animales y finalmente dará la posibilidad de que los humanos de vivamos una larga y sana vida.
Agradecimientos
A mis colegas por sus consejos, correcciones y ayudas. Gracias a la Dra. Niurka Meneses Moreno por acompañarme en las búsquedas, a Katja Schutt por sus correcciones hahnemanianas, Dr. Vicente Wagner Casali y la Dra. Amarilys de Toledo Cesar por numerosos materiales y consejos, al Dr. Antonio de Oliveira Lobão por su apoyo moral e importantes opiniones, al M.C. Ramón Aguilar García por sus sabios consejos sobre los suelos, al M.C. José Guadalupe Dávila Hernández, al Dr. Fortunato Garza Ocañas y M.C. Biol. Mauricio González Ferrara por compartir de forma desinteresada sus conocimientos biológicos y fitoterapéuticos; gracias a lng. Roberto Benítez Chávez por su apoyo e inspiraciones en el campo de las mediciones, agradecimiento también a mis alumnos, sus preguntas y dudas me inspiraron para ser más claro y contundente en las argumentaciones y mi gratitud también a numerosos campesinos y productores quienes con sus agudas observaciones aportaron un material invaluable.
De manera muy especial a mi esposa Elza Fujimoto por su comprensión, apoyo, consejos y paciencia, sin su ayuda sería imposible realizar el trabajo.
Gracias al Dr. Frantisek Kahuda (+) por inspirar y alentar mis primeras investigaciones sobre las plantas, a mi padre Mtro. Radko Tichavský (+) y a mi tío Mtro. Rene Tichavský (+), directores del Jardín Botánico en Jeseník, quienes me inculcaron el amor a la naturaleza y el respeto a su sabiduría.
ÍNDICE
PRÓLOGO /11
I. HOMEOPATÍA O AGROHOMEOPATÍA / 15
II. PRINCIPIO DE TRANSMUTACIÓN / 23
III. HOMEOPATÍA CIENTÍFICA / 35
IV. PANES DE PIEDRA /47
V. CÓMO OBSERVAR A LAS PLANTAS / 67
VI. ORIGEN Y TIPOS DE MEDICAMENTOS HOMEOPÁTICOS / 77
VII. PREPARACIÓN DE LA TINTURA MADRE Y POTENCIALIZACIÓN / 95
VIII. BIOTIPOLOGÍA AGROHOMEOPÁTICA / 103
IX. MIASMAS /127
X. REPERTORIO Y REPERTORIZACIÓN / 139
XI. POSOLOGÍA: EL ARTE DE LA DOSIS / 167
XII. APLICACIÓN DE LAS SUSTANCIAS HOMEOPATIZADAS EN EL CAMPO /181
XIII. PROCEDIMIENTOS BÁSICOS EN LA PARCELA /185
XIV. MATERIA AGROHOMEOPÁTICA BÁSICA / 189
Autor: Radko Tichavsky
No hay comentarios:
Publicar un comentario