Los veterinarios tenemos ventaja respecto de los médicos al ser la vida de nuestros pacientes más corta. Pasan ante nuestros ojos a cámara rápida, al igual que su enfermedad, lo que hace más fácil el estudio. Los vemos nacer, crecer y morir.
Tenemos, además, la oportunidad de diagnosticar y tratar a varias generaciones de una misma familia. También podemos observar con más facilidad el tumor, al que vemos al natural, invadiendo un territorio que no le corresponde con el beneplácito de un organismo que sólo da facilidades.
En cambio en Medicina no tienen esa visión. El paciente humano pasa por tantas manos que se pierden el proceso, hasta que llega al oncólogo que sólo ve el tumor, el anatomopatólogo un trocito de tejido muerto y el bioquímico las moléculas.
Otra de nuestras ventajas es la oportunidad de aplicar diferentes tratamientos a miembros de una misma familia con la misma patología. Incluso tenemos experiencia con pacientes que sus dueños deciden no tratar y he de reconocer que no sufren peor suerte que los tratados quirúrgicamente y con quimioterápicos. Es más, me atrevería a decir que viven más y mejor”.
Recuerdo el caso de una hembra Pastor alemán que vivió años con su enorme tumor y se murió a las pocas semanas de su extirpación. ¿Estaba mejor con él? ¿En qué le podría beneficiar?
¿Tendría el tumor alguna función?
Me pregunto: ¿Y si la neoplasia no fuera un error?
¿Y si fuera un mecanismo de defensa? La formación de un nuevo tejido capaz de atrapar, secuestrar, y desintegrar, todas las moléculas indeseables, que circulan impunemente por nuestro organismo, y perturban el buen funcionamiento del mismo.
Es fácil de comprender cuando se trata de la formación de un tumor benigno; como el organismo encapsula un cuerpo extraño visible al ojo humano, por ejemplo un perdigón; el nuevo tejido en este caso es beneficioso, recubre la masa de plomo y la separa del organismo impidiendo que interactúen, pero cuando el tumor es maligno ya no es fácil de entender, y sin embargo es muy posible que se trate de lo mismo.
¿De donde proceden esas moléculas dañinas?
Unas del exterior. Existe una buena lista de sustancias cancerígenas, metales pesados, pesticidas, etc. residuos químicos que contaminan nuestras casas, el agua que bebemos, los alimentos que comemos y el aire que respiramos. No debemos olvidar que estamos hechos con los elementos de la primera parte de la tabla periódica, (los lodos de la ría de Avilés, contienen la tabla entera) y que no estaba previsto la incorporación a nuestro organismo de grandes moléculas que lleven elementos extraños, con gran peso molecular.
Otras proceden del interior, las elaboramos nosotros mismos. El estrés, las alteraciones hormonales, la hiperactividad del sistema inmunológico, el sufrimiento prolongado, etc.; producen potentes sustancias químicas que dañan los tejidos.
Evidentemente, la oncogénesis, sería un plan a seguir por parte del organismo, previo fallo de los intentos anteriores, más económicos y menos peligrosos, como son, las eliminaciones corporales:
Fisiológicas: Sudoración corrosiva que irrita la piel, mucosidad que excoria la nariz, orina fuerte que quema la uretra, salivación que llaga la boca, heces que ulceran el ano.
Patológicas, no sería de extrañar, que el organismo se beneficie a propósito de la actuación de ciertos microorganismos, dejándoles reproducirse en situaciones especiales, ya que metabolizarían estas peligrosas moléculas, dando un resto de cadena más corta y menos tóxica.
En la actualidad son muchas las empresas que utilizan microorganismos para deshacerse del material contaminante, como la empresa americana que gestiona la mayor mina de oro del mundo a cielo descubierto, que para descontaminar el río, que a su vez contaminaba a la región entera, utilizó una bacteria, que cultivó y colocó en una piscina, entre la salida del material tóxico y el río; este microorganismo se alimentaba de dicho material nocivo (gran cantidad de arsénico) y dejaba como residuo moléculas de cadena corta. En pocos meses el río volvió a tener truchas.
Esta manera biológica de descontaminar, algo muy frecuente en la moderna industria, es el plan más barato y más eficaz.
De hecho cuando nos enfermamos primero nos debilitamos y después crecen los microbios.
En la actualidad, médicos como el Dr. Marco Salvetti (Facultad de Medicina de Roma) está utilizando el Micobacterium tuberculoso para tratar la esclerosis múltiple. El médico gastroenterólogo, Dr. Joel Weistock (Universidad de Iowa .USA), gusanos intestinales para la enfermedad de Crohn. El pediatra Peter Arkwright (Universidad de Manchester) micobacterium para la remisión total del eczema crónico en niños.
Boicoteamos constantemente a nuestros sufridos organismos, anulando todos los síntomas que elaboran para descontaminarse. No les dejamos eliminar nada; si vomitan, tomamos un antiemético, para que quede dentro; y cuando intentan eliminar con rapidez un contenido intestinal cáustico que les está quemado la mucosa intestinal, un antidiarreico; si necesitan tener fiebre, un antipirético (para que no transpiren, ni fabriquen Interferón, molécula élite en “defensa”), ni siquiera les dejamos sudar, nos ponemos un antitranspirante, incluso cuando el sudor es una sustancia corrosiva y peligrosa que quema el zapato, preferimos que no salga y se quede dentro.
El organismo podría recurrir a la oncogénesis si han fallado todos los mecanismos de defensa anteriores, menos agresivos y más baratos.
El hecho de desarrollar un cáncer de primera opción, sin enfermedades previas, se podría deber más que a la naturaleza del material contaminante al propio paciente, ya que no debemos de olvidar que no estar nunca enfermo no significa necesariamente estar sano, puede por el contrario ser síntoma de falta de reacción por parte del organismo.
Un ejemplo de neoplasia por material tóxico externo es el SARCOMA POSTVACUNAL. Es un hecho cada vez más frecuente que viene a confirmar mi teoría. Estamos viendo cánceres en los puntos de inoculación de la vacuna. Suelen ser Fibrosarcoma, aunque también se presentan Condrosarcomas, Rabdomiosarcomas, Osteosarcoma, Histiocitoma fibroso maligno, Sarcomas indiferenciados y Sarcomas histopatológicamente múltiples.
La presentación del sarcoma vacunal puede ser de 3 meses a 3 años y medio.
Los fabricantes de vacunas nos piden que cambiemos el nombre de Sarcoma Postvacunal por Sarcoma Punto de Inoculación, ya que no siempre son vacunas, otros medicamentos también los originan.
Todo apunta hacia el coadyuvante como factor desencadenante del sarcoma, y no sería nada de extrañar, ya que las vacunas pueden llevar:
Aluminio, en forma de hidróxido o de fosfato (adyuvantes).
Timerosal que contiene mercurio (conservante).
Betapropiolactona, formaldehído y formalina (inactivantes).
Fenoxietanol (anticongelante).
Glutamato monosódico (excipiente).
Antibióticos.
Tejidos animales (riñón de mono, riñón de perro, embrión de pollo, cerebro de conejo, sangre de cerdo y suero de vaca).
No es de extrañar que el organismo encapsule los metales y macromoléculas pesadas que no están previstas en el organismo, ni tienen dónde ir, ni por dónde salir.
¿Quien pone en marcha una neoplasia?
El organismo. Cuenta para ello con los oncogenes que todos podemos tener. Son los encargados de la construcción de un nuevo tejido.
La naturaleza de esta neoplasia depende de cada paciente y de la peligrosidad del material que tenga que albergar.
El nuevo tejido, a veces, es tan extraño, que no recuerda al original, de donde nació, y asusta un poco observarlo. Cuando me encontré con ellos, por primera vez, hace mas de 27 años, tenía la sensación de estar ante un “alien“. El tumor, rodeado por un numeroso ejército de vasos sanguíneos, parecía dominar al animal.
Ahora comprendo que no es un error, propio de una mutación genética.
El plan consiste en construir un nuevo tejido que libre al organismo del material nocivo, de bajo costo si es posible, y en un territorio no vital, que moleste lo mínimo, suele ser en mamas, úteros, ovarios, próstata, jamás me he encontrado con un tumor primario en el corazón .
Se concede al proyecto de la neoplasia muchos privilegios.
Las células elegidas vuelven a ser eternas, privilegio que perdieron con el nacimiento, tras el cual los telómeros se van acortando con cada división hasta que ya no se pueden dividir más.
El sistema inmunitario no lo ataca, lo reconoce como propio (según la “teoría del peligro” de la inmunóloga americana Polly Mazinger); esto se debería a que el tumor crece con orden, sigue un plan y no existe muerte celular no programada. Lo contrario sería motivo para la actuación del sistema inmunitario.
En el crecimiento de la neoplasia, todo está perfectamente programado.
¿Como se abastecen los tumores?
Con la fabricación de vasos nuevos (angiogénesis tumoral)
Eso ya quedó demostrado por el recientemente fallecido Dr. Judah Folkman (Hospital Infantil de Boston, USA), Premio Príncipe de Asturias.
Sus colaboradores, el Dr. Yuen Shing y el Dr. Michael Klagsbrun, aislaron en un tumor de ratón las moléculas que hacen crecer los capilares (estimuladores de la angiogénesis). Las inyectaron en la córnea de un conejo y aparecieron numerosos vasos sanguíneos.
El Dr. Michael O´Reilly aisló moléculas contrarias, las inhibidoras (la angiostatina, por ejemplo, evita que ratones con cáncer desarrollen metástasis al extirparles el tumor primario).
La Dra. Noel Bouck, departamento de patología Universidad de Chicago, ha estudiado la elaboración celular de inhibidores capilares en condiciones normales de salud, pero en procesos cancerosos, las células elaboran además estimuladores para formar nuevos vasos.
La célula cancerosa estimula el crecimiento de sus propios vasos sanguíneos mediante la elaboración de estas moléculas, pero también elabora las contrarias y una vez que el tumor primario está perfectamente establecido, con su generosa red de abastecimiento, empieza a trabajar atrayendo a todo el material indeseable que circula por el torrente sanguíneo y destruyéndolo con su potente bioquímica.
El investigador en biología molecular Dr. López Otin y su grupo (Universidad de Oviedo) han identificado las funciones de 30 proteasas, enzimas que destruyen proteínas (macromoléculas) relacionadas con los tumores malignos y sus metástasis; estas sustancias que genera el tumor tienen un alto poder de destrucción molecular.
¿Cuándo dejaría de crecer el tumor primario?
Cuando ya no hiciera falta.
En el caso de un origen externo: eliminando la fuente de contaminación.
En el caso de origen interno: cuando desaparezca la química alterada, es decir, cuando se equilibre el organismo a nivel físico, mental y emocional.
¿Cómo desaparecería el tumor?
Dejando de elaborar los estimuladores de la angiogénesis, así podrían actuar los inhibidores de la misma. El tumor en vez de crecer se atrofiaría.
El tumor primario es el que da las órdenes:
Elabora dos tipos de moléculas contrarias: Estimuladoras e inhibidoras de la angiogénesis.
Además envía células cancerosas al torrente circulatorio (normalmente cualquier célula moriría pero éstas no; un tumor tamaño guisante elimina al día un millón de células cancerosas). Estas células estarían preparadas en distintos lugares para crecer en caso de necesidad. Es decir, que el tumor primario fuera insuficiente.
Y en el caso contrario las inhibidoras atrofiarían los capilares y el tumor empezaría a desmantelarse poco a poco, pudiendo llegar a la desaparición total.
¿Qué ocurriría si se DESTRUYE el tumor “primario” es decir, el que da las órdenes?
Cuando la cirugía lo elimina, el organismo lo interpreta como un fracaso del mismo y lo vuelve a intentar, en el mejor de los casos recidiva en el mismo sitio que había elegido la primera vez y, en el peor en tejidos más nobles, y empiezan a desarrollarse las micrometástasis.
Como ocurre con el Sarcoma postvacunal, que es una neoplasia muy agresiva pero la metástasis es infrecuente. En cambio, si se extirpa la recidiva es del 86% a los seis meses de la resección quirúrgica, y más agresiva.
Me pregunto: Si no metastatiza y en cambio sí recidiva y con mayor agresividad, ¿será mejor no extirpar? Y si los gatos que no son vacunados, tienen una muy baja incidencia ¿seguiremos revacunando?
La AAFP (Asociación Americana de Especialistas en Felinos) y el Grupo de Tareas del Sarcoma Vacunal Felino, nos recomiendan que inoculemos en los sitios que han establecido:
Se aconseja a los veterinarios aplicar las vacunas que se sabe que producen sarcomas en los miembros posteriores, de esa manera si desarrolla un sarcoma se le puede amputar sin ningún problema el miembro, y que se informe a los propietarios que “los gatos con tres miembros tienen un periodo de vida normal, y viven activamente y felices si el cáncer ha sido detectado precozmente”.
Es engañoso, porque es cierto que un gato con tres patas puede vivir su ciclo normal y morir de viejo, pero si la pata ha sido amputada por un cáncer, como en estos casos, que va a recidivar con más agresividad en un 86%, este consejo que nos piden que demos no es del todo cierto.
Seguimos con la Teoría del Incinerador:
¿Cómo se mantiene a raya la metástasis?
Está ya demostrado que es el tumor primario el que fabrica moléculas inhibidoras de la angiogénesis, que impiden crecer a la metástasis, que a su vez elabora moléculas estimuladoras y con su desaparición, tras la resección, se pierde el equilibrio y la metástasis ya no tiene freno.
Todas las personas que hemos hecho cirugía de tumores lo hemos visto.
Se podría perder, además, el mecanismo de involución, es decir, el poder de la REMISIÓN total.
¿Cómo se ACTIVAN las metástasis?
Existe un cierto control en este proceso, los inhibidores frenan un poco a los estimuladores y controlan completamente a las micrometástasis, por eso cuando se extirpa el tumor primario, las metástasis quedan libres de represión y crecen sin control.
Las grandes empresas farmacéuticas apuestan por la quimioterapia y se ha visto que las MACROMOLÉCULAS PESADAS, van directamente al tumor, así que, enganchándoles el quimioterápico, irían como una bala hacia la neoplasia y se evitaría que todo el organismo sufriera los efectos demoledores de la quimioterapia. No estaría nada mal si el tumor fuera un error del organismo, pero si no lo es, tendría que volver a hacer otro y tras la quimioterapia ha quedado muy debilitado, lo tiene mas difícil, y además ya le han eliminado los tejidos que había elegido: útero, mama, próstata (tejidos no vitales). En esta segunda ocasión el tejido de elección será más noble y terminará comprometiendo la vida.
Nos haremos una pregunta ¿Es la macromolécula la que hace diana en el tumor? o ¿Es el tumor quien atrapa a la macromolécula?
La oncogénesis podría ser el último y dramático intento del organismo por librarse de un material peligroso, construyendo un contenedor biológico con capacidad crematoria, que ATRAE, SECUESTRA Y DESTRUYE.
En caso de conseguirlo involucionaría hasta la desaparición total, REMISIÓN.
El plan no está nada mal: ATRAER, SECUESTRAR, DESTRUIR Y REMITIR.
INVESTIGACIÓN
La única manera de comprobar esta hipótesis es estudiando el cáncer en pacientes que lo hayan desarrollado ellos mismos y no provocándolo nosotros, como se ha hecho hasta ahora en ratones, ya que podría enmascarar el resultado. Hoy sabemos que los roedores tienen una capacidad extraordinaria para desintoxicarse, incluso no es aconsejable utilizarlos para estudiar la toxicidad de los medicamentos, ya que el ser humano no tiene esa capacidad, además las ratas evolucionan tres veces mas rápido que nosotros, lo que hace que se adapten con mayor rapidez a un nuevo entorno, por ejemplo mas tóxico.
Los cánceres que vemos en perros se asemejan más a los humanos que los que inducimos en ratones de laboratorio.
LA ESPECIE CANINA es la más adecuada para realizar el estudio.
Tiene otra ventaja: el componente mental y emocional es fácil de comprender.
EL CÁNCER DE MAMA, el más interesante por su incidencia y localización externa.
GRUPO DE ESTUDIO: 100 pacientes con carcinoma mamario, sin metástasis.
1er. Grupo:
Tratamiento quirúrgico agresivo, cirugía total, cadena mamaria y ganglio, y quimioterapia.
2º Grupo:
Tratamiento quirúrgico más conservador, sólo la extirpación del tumor.
3er. Grupo:
Tratamiento Integral, físico y mental, con dieta ecológica.
Sin cirugía ni quimioterapia.
4º Grupo:
Grupo Testigo, sin tratamiento.
Debido a los resultados tan poco alentadores, muchos propietarios deciden no tratar a sus perras. Estas pacientes evolucionarían de un modo natural.
RESULTADO: Se podrán comparar los 4 grupos entre sí y también por separado.
LECTURA final de la investigación se haría a los 4 años (esto corresponde a un periodo de 16 años, en la especie humana).
Autora: Coral Mateo Sánchez, veterinaria homeopática, presidenta de la Sociedad Española de Homeopatía Veterinaria.
Reportaje-entrevista en la revista Discovery Salud: http://www.dsalud.com/numero101_1.htm
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