Jacques Imberechts, MD, in memoriam

En nombre de todos los miembros de la Federación Española de Médicos Homeópatas (FEMH), a través de este sucinto y sencillo escrito, queremos rendir un pequeño homenaje a uno de los grandes pedestales -quizás el mayor- de la Homeopatía médica en España, y no sólo en España, sino en muchos otros países de casi todos los continentes.


Su llegada a España fue providencial, para avivar la chispa de la Homeopatía –mantenida casi en clandestinidad y en exclusiva por el Dr. Enric Peiró i Rando, de la Academia Mèdico Homeopàtica de Barcelona- en el corazón de unos inquietos estudiantes de Medicina, que buscaban más allá de las asignaturas impartidas en una de las dos facultades de Medicina de Barcelona que existían en aquella época.

De eso ya hace la friolera de más de 40 años. Así se fundó entonces el primer grupo español de Homoeopathia Europea (H.E.), el grupo Sepia, siguiendo la estela de algunos grupos que ya existían en Europa con nombres de remedios homeopáticos, y siendo liderado por el propio Jacques, que tenía su grupo en Bruselas, donde siempre residió.

Si algo lo caracterizaba de forma muy particular era su don de gentes y su facilidad por aprender idiomas diversos; gracias a lo cual colaboró activamente en cosechar el germen de la Homeopatía allá donde fuere, por muy yermo que fuera el terreno. Viajero incansable, era consciente de la utilidad imprescindible de conocer distintos pueblos, culturas diferentes, perspectivas diversas, para tener menos prejuicios y poder observar al paciente de manera más objetiva.

Su caballo de batalla fue, desde el principio, la investigación. Fundó Homoeopathia Europea, que más tarde se amplió a Homoeopathia Europea & Americana, con el objetivo único y primordial de investigar. Repitió hasta la saciedad que H.E. no era una escuela, sino grupos de investigación: grupos de médicos homeópatas que se reunían para homogeneizar su práctica homeopática, partiendo de unos criterios comunes de aplicación de la doctrina (o teoría) homeopática, con el fin de que los resultados prácticos fueran contrastables, y se pudieran sacar conclusiones válidas para el avance de la ciencia homeopática.

Fundó en 1990, durante el Congreso Internacional de la Liga Medicorum Homoeopathica Internationalis (LMHI) en Barcelona, en consenso con todos los vicepresidentes de la LMHI presentes, el Comité Europeo de Homeopatía (ECH – European Committee for Homoeopathy, por sus siglas en inglés), del que fue su presidente durante varios años, participando muy activamente, desde el principio, en fomentar sobre todo las comisiones de Research (Investigación) y de Provings (Experimentaciones puras), que para él eran la columna vertebral del gran edificio de la Homeopatía,  único camino para asegurar su progreso.

Le gustaba la metáfora de la vaca: investigar era para él la forma de nutrir a la “vaca” (a la Homeopatía), para que creciera y diera sus frutos, y no sólo ordeñarla, evitando así que enflaqueciera y muriera de inanición por sobreexplotación.

Por ello se mantuvo siempre independiente en sus criterios: era un librepensador, antiescolástico por naturaleza. No siguió escuela alguna, pero las aceptaba todas. Eso, a ojos de algunos podía parecer contradictorio o incoherente, cuando era precisamente todo lo contrario: extremadamente riguroso y coherente. Aceptaba todos los puntos de vista, siempre y cuando se le ofrecieran argumentos objetivos válidos. Insistía en la importancia crucial de los hechos, frente a la teoría, frente a las especulaciones. Resumiendo: era un hahnemanniano  estricto, pero no dogmático. Era de mente muy abierta.

Se interesó hasta el final de sus días en conocer diversos modos de aplicar la medicina homeopática. Le interesaban ante todo los resultados, pero no se contentaba con ello: quería saber también el proceso que había llevado a esos buenos resultados, para poderlos reproducir dadas circunstancias similares. Es decir, era un científico nato.

Fue gracias a su personalidad por lo que se codeó con toda la élite de la Homeopatía del siglo XX. Allí donde destacaba alguien, ahí estaba él para aprender algo nuevo. No se cansó de viajar y de aprender. Se consideró siempre un aprendiz de la Homeopatía, enmarcado en la tríada aprendiz-artesano-artista, en la búsqueda de otros aprendices, artesanos y artistas de quienes aprender. Nunca se autoproclamó artista, cuando los que lo conocimos sabíamos que lo era. Eso en él era la forma peculiar de manifestarse la humildad, humildad con dignidad, valentía y arrojo.

Una combinación explosiva cuando echaba mano de su hobby preferido (el gin tonic). Entonces podías descubrir quién había realmente detrás de su fachada aparentemente grandilocuente: era todo un caballero, de los que quedan pocos. Pero su fachada –su fuerte personalidad- generaba odios feroces o amores incondicionales, sin medias tintas. Y no tenía reparo alguno en exponer su criterio allí donde hiciera falta, sin reparar en la audiencia, fuera en petit comité –con su muy personal modo de liderar los grupos de trabajo, fuera en sus intervenciones públicas, vociferando desde el fondo de la sala. Ser un líder nato conlleva esas consecuencias.

Podríamos seguir nombrando otras características de su gran personalidad, pero no es el momento ni el lugar adecuados. Podríamos hablar de su sentido agudo del humor (“negro”), de su elegancia, de su impecable comportamiento, en especial con las mujeres, y así… no acabaríamos nunca.

Para terminar, queremos, desde la FEMH, desearle un caluroso viaje al más allá, sea donde sea. Y asegurarle que brindaremos en su honor por haber dejado un legado inapreciable, y una huella indeleble en nuestros corazones.

Nos quedamos con el compromiso de seguir alimentando a la vaca, para evitar que fenezca.

Allí donde estés Jacques, te mandamos un fuerte abrazo, agradeciéndote de corazón todo lo que has hecho por la Homeopatía, dentro y fuera de España.

Descansa en paz, Jacques, con la tranquilidad de que todos tus esfuerzos en pro de la Homeopatía no han caído en saco roto, que somos muchos los que te tomamos el relevo en la gran misión en este mundo de engordar a la vaca, o, al menos, de ordeñarla en la misma medida que la vayamos alimentando.

2 comentarios:

silvia garcia dijo...

Preciosas palabras para el hombre que guió de la mano a toda una generación de médicos homeópatas. Ya forma parte de la historia de la homeopatía española.... Seguiremos el camino que abrió con tanto tesón.

القمر السعودى dijo...

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