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Medicina Basada en la Evidencia: entre la herramienta científica y el paradigma comercial, y de la importancia de no confundir una con el otro

 
Bueno, entremos en materia. He preparado esta ponencia junto a Amaia Vispe y, por ello, me permitirán que use con frecuencia el plural. Vamos a hablar acerca de la llamada Medicina Basada en la Evidencia. No va a ser ésta una clase magistral. Hay mucho escrito y publicado en relación a las controversias que suscita, en el campo psiquiátrico que es el nuestro, este concepto, y no es posible abarcarlo todo. Nuestra intención es perfilar una idea que creemos capital a la hora de pensar y emplear este constructo y luego podremos, en el debate, profundizar o comentar lo que deseen.

Lo primero es no pasar por alto el error de traducción. El término inglés Evidence Based Medicine se ha traducido habitualmente (y es una tendencia que no nos parece probable que se pueda corregir) como Medicina Basada en la Evidencia. El problema es que, en castellano, “evidencia” significa, según el Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina de Fernando Navarro, “certeza clara, manifiesta y tan perceptible de una cosa, que nadie puede racionalmente dudar de ella”. Por otra parte, “evidence” significa en inglés “indicios, signos, datos, pruebas, hechos indicativos o datos sugestivos”. Como solemos decir, no hace falta ser un lacaniano más o menos obsesionado por el lenguaje para darse cuenta de que confundir ambos significados es un error conceptual grave.

Haciendo un poco de historia, en 1988 Laupacis señaló que los clínicos no tenían un patrón de medida con el que comparar los riesgos y beneficios de los diferentes abordajes terapéuticos. Para que la Medicina, y, en lo que nos interesa, la Psiquiatría, pudiese ser científica, debería someterse a un proceso de verificación empírica, basado en pruebas. En 1992 se publica en la revista JAMA el artículo fundacional de la MBE, firmado por el autodenominado Evidence-Based Medicine Working Group. El grupo de trabajo dirigido por Sackett propugnaba un cambio de paradigma basado en una serie de axiomas:
  • La experiencia clínica y la intuición en ocasiones pueden resultar engañosas.
  • El estudio y comprensión de los mecanismos básicos de la enfermedad constituyen guías necesarias pero insuficientes en la práctica clínica, pudiendo llevar a predicciones incorrectas. El conocimiento psicopatológico y la expe­riencia clínica no son suficientes para establecer juicios como el diagnóstico, el pronóstico y la eficacia de los tratamientos; dan lugar a una medicina basada en la opinión que puede conducir a predicciones inexactas.
  • Es preciso buscar la mejor evidencia disponible a través de búsquedas en la literatura científica.
Como señala Sackett, el ensayo clínico aleatorizado, especialmente la revisión sistemática de varios ensayos clínicos aleatorizados o metaanálisis, es el “patrón oro” para juzgar si un tratamiento causa o no beneficio o daño. Y como afirma por su parte Desviat, la decisión clínica se convierte en el resultado de un pro­ceso supuestamente objetivo y reproducible. Frente al llamado “ojo clínico” y las conjeturas y suposiciones basadas en la experiencia e imposibles de validar se­gún criterios de ciencia natural, la MBE ofrece verificaciones empíricas, pruebas (aunque mal traducidas como evidencias, eso sí).
Dicho esto, quiero entrar en el, para nosotros, núcleo del asunto. La MBE (cayendo en la errónea traducción, que se ha hecho habitual) despierta, especialmente en el campo psiquiátrico, férreas adhesiones y furiosos cuestionamientos. Como tantas cosas y casos a lo largo de la historia de nuestra disciplina, se configura como una especie de raya en la arena respecto a la cual hay que posicionarse: ¿estás a favor o en contra de la MBE? El problema es que, como para todo en la vida, antes de saber si se está favor o en contra hay que saber de qué se está hablando.
 
Y la cuestión es que el término Medicina Basada en la Evidencia hace referencia a dos conceptos diferentes y que suelen confundirse. Por una parte, la MBE se intenta configurar, desde algunos sectores, como una suerte de paradigma en el sentido de Kuhn que va a proporcionarnos las respuestas a todas las viejas cuestiones de la Psiquiatría (aunque sea por el método, poco meritorio, de descartar la mayoría de las preguntas). La MBE como paradigma se sitúa al lado de la llamada psiquiatría biológica, de forma que prácticamente se confunde con ella en una especie de simbiosis no exenta de contradicciones, como luego comentaremos. Si a esta simbiosis le sumamos el interés siempre atento de la industria farmacéutica por conseguir el más difícil todavía de engordar sus cuentas de beneficios sin necesidad de desarrollar ninguna innovación terapéutica digna de ese nombre, llegamos al llamado, en palabras de Mata y Ortiz que suscribimos plenamente, paradigma bio-comercial en Psiquiatría, del que hablaremos tal vez otro día, porque hoy nos han traído a hablar de la MBE…
 
Por una parte, decíamos, tenemos la MBE como paradigma explicativo de la Psiquiatría y la enfermedad mental, desde un punto de vista biológico (o, en realidad, como señalaron Luque y Villagrán, físicoquímico, porque lo biológico es bastante más complejo…).
 
Pero, por otra parte, la MBE son también una serie de herramientas y técnicas de recogida y análisis de datos, para la obtención de resultados que consigan una racionalización de los tratamientos y actividades médicas, en busca de cierta objetividad a la hora de la clínica. Cuando se piensa en la MBE como una herramienta, lo primero que se debe tener presente es que una herramienta no sirve para todo. Una báscula es un gran instrumento para medir el peso de una paciente con un trastorno de la conducta alimentaria, pero será inútil para valorar el grado de sufrimiento que arrastra en su vida cotidiana debido a dicho trastorno. Es decir, lo que intentamos transmitir es que la MBE como herramienta, puede ser muy útil para medir determinadas cosas, pero absolutamente ineficaz para estudiar otras. Si queremos saber la altura de nuestros hijos, usaremos un metro, pero si queremos conocer sus intereses, tendremos que ponernos a escucharles… Y creemos que el ejemplo es pertinente si lo aplicamos a nuestros pacientes.
 
En Psiquiatría trabajamos con personas que sufren. Personas que presentan determinadas conductas, pensamientos o emociones que conceptualizamos como síntomas, pero que cobran sentido en su propia subjetividad (y que entendemos, o intentamos entender, sólo a través de la nuestra). La única forma de pretender que la MBE dé una explicación completa como paradigma psiquiátrico (de la mano de la psiquiatría biológica) es si conseguimos rechazar dicha subjetividad (propia y ajena) o, más bien, creer que somos capaces de hacerlo, y cosificar al paciente en el proceso. Donde hay un ser humano, con sus deseos, miedos, esperanzas, dolores y frustraciones, con su libre albedrío o su ilusión de libre albedrío, pensamos sólo en un organismo biológico, algo más complicado que una ameba pero no mucho más que una rata, y nos dedicamos a evaluar su conducta en términos de neurotransmisores que suben y bajan y condicionamientos que se refuerzan o se extinguen… Algo sobre esta cosificación se comenta en un famoso y polémico editorial contra la MBE, donde se podía leer: “No es sólo que la MBE afecte negativamente la calidad de la relación clínico-paciente sino que la reduce a una táctica neocapitalista para hacer negocios. […] Su problema [de la MBE] deriva de una perversión epistemológica […] profunda, resultante de la cosificación del hecho de prescribir y cuidar de las personas que sufren un trastorno mental. Esta identificación está estrechamente relacionada con las demandas de una economía neo-capitalista que precisa abrir nuevos mercados y crear nuevas necesidades consumistas. […] Y en medio de esta locura, donde todo el mundo quiere hacer negocio, la vieja relación médico-paciente, y el paciente que sufre, han desaparecido para siempre”. Poco se podría añadir a tan contundentes palabras. Su autor es el Profesor Germán E. Berrios, Catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge.
 
Llegados a este punto, les daré nuestra opinión, que es para lo que nos han invitado: elevar la MBE a rango de paradigma en psiquiatría es completamente absurdo. Porque un conjunto de mediciones no pueden llegar a proporcionar una explicación completa del ser humano. Salvo que pensemos que el ser humano no es más complejo que una rata o cosa parecida, con lo cual obtendremos probablemente un montón de teorías que serán útiles sólo si se aplican a una rata y no a un ser humano. Además, la MBE de la mano de la psiquiatría biológica se constituyen en autonombrado paradigma de una forma que sólo podemos catalogar de tramposa. Tanto pontificar de datos, mediciones y ciencia pura y dura y, al final, todas las etiologías y fisiopatologías de las llamadas enfermedades mentales quedan despachadas con “sin duda son procesos biológicos, pero todavía no los hemos podido determinar”. Y como hemos señalado repetidamente, “todavía” no es un adverbio aplicable a cuestiones científicas sino a profecías religiosas sobre futuras venidas redentoras… Salvo que uno haga, como hemos leído más de una vez, de nuevo trampa y a la hora de ejemplificar causas biológicas de las enfermedades psiquiátricas se ponga a comentar el parkinson, el alzheimer o la neurosífilis…
 
Pero rechazar la MBE como paradigma totalizador expresado en la casi hegemónica psiquiatría biológica (nos permitirán que señalemos: biocomercial) no supone rechazar el poder de la MBE como herramienta. Estamos totalmente convencidos de que su papel como instrumento de medida es incalculable en Medicina y también en Psiquiatría. Pero, como todas las herramientas, mide lo que puede medir y no otra cosa. Un termómetro pediátrico mide la fiebre de un niño, pero no la preocupación de una madre. Ahora bien, que no sirva para valorar la preocupación de una madre ante la enfermedad de su bebé, no significa que no sea de la mayor utilidad para controlar la progresión de la fiebre en éste.
 
¿Y qué es lo que puede medir la MBE en Psiquiatría? Pues desde luego no, como decíamos antes, deseos, miedos o esperanzas… Pero sí servirá para evaluar, sobre todo, efectos primarios o secundarios de fármacos u otras intervenciones terapéuticas, y eso es de un gran valor a la hora de optimizar nuestros tratamientos y disminuir sus iatrogenias asociadas. Evidentemente, tampoco esta medición será infalible. Y no lo será porque nuestros instrumentos de medida sintomatológicos son la mayoría de las veces escalas cuya fiabilidad y validez puede ser discutible, o cuyos puntos de corte no dejan de tener cierta arbitrariedad. Pero, sin perder de vista estas limitaciones, creemos que la MBE, como herramienta en Psiquiatría, es no sólo útil sino imprescindible a la hora de evaluar nuestros tratamientos y sus efectos. Y sobre todo los tratamientos farmacológicos, porque valorar experimentalmente las psicoterapias lleva a grandes problemas a la hora de diseñar intervenciones placebo o evaluar los distintos resultados que cada psicoterapia busca… Por supuesto, la MBE tampoco es perfecta aplicada a la evaluación de los efectos de los psicofármacos también en gran parte por múltiples sesgos asociados a los conflictos de intereses de quien financia, escribe o simplemente se limita a firmar el estudio en cuestión… Pero de la influencia de la industria farmacéutica en nuestra disciplina habremos de hablarles en otra ocasión…
 
Y no queremos dejar de comentarles una cuestión que nos ronda insistentemente por la cabeza hace ya tiempo: nos llama poderosamente la atención la contradicción de que quienes se posicionan más fervientemente del lado de lo que hemos llamado la MBE como paradigma, más ignoran los resultados que proporciona la MBE como herramienta. Y al contrario, quienes más críticos intentamos ser contra ese intento de paradigma biocomercial basado en la evidencia (lo que Spielmans llamó en un artículo de 2010 Medicina Basada en el Marketing), más nos fijamos e intentamos aplicar en nuestra actividad clínica diaria los resultados de la MBE como herramienta.
 
Lo que tratamos de decir es que la posición casi hegemónica en nuestro entorno de la psiquiatría biológica supuestamente basada en la MBE ignora, en sus teorías explicativas que gustan de confundir correlaciones con causalidades y en sus prácticas de tratamiento, una serie de hallazgos obtenidos de acuerdo con los parámetros de la MBE como herramienta. Vemos y oímos a muchos profesionales defender con absoluta firmeza la psiquiatría biológica y científica como única con derecho a existir para, a continuación, argumentar que no se fían de estudios independientes, metaanálisis muchos de ellos, que resultan ser críticos con los fármacos producidos por las empresas que les pagan obsequios, comidas y viajes diversos. Y como no se fían de dichos estudios independientes, de sus escalas o análisis estadísticos, consideran que es mejor probar cada fármaco nuevo que un amable visitador nos pone delante, sin detenerse a pensar que existe algo llamado el sesgo del observador o que ése es exactamente el mismo argumento con el que defienden los curanderos y chamanes sus pociones (aunque éstas posiblemente sean más baratas y tengan menos efectos secundarios). Ya se sabe: por la mañana anunciamos la muerte del psicoanálisis o las barbaridades de la antipsiquiatría, y por la tarde nos dedicamos a probar (de hecho, más bien a hacer probar a nuestros pacientes) los fármacos que la industria nos indica, sin molestarnos en revisar la evidencia disponible (o muchas veces la falta de ella) sobre eficacia, tolerancia o coste. Igual que cuando vamos rapidito a la manifestación contra los abusos de la gran banca para llegar a tiempo al viaje al extranjero que nos paga la gran farmacéutica. O cuando ponemos a parir a personajes que afirman no venderse por cuatro trajes pero, a la vez, estamos convencidos de que no nos vendemos por cuatro cenas.
 
En fin, para no caer en el mal rollo, nos detendremos en unos cuantos ejemplos de esos estudios críticos que mencionábamos y que muchas veces se prefiere ignorar:
 
Es totalmente habitual que la prescripción de antipsicóticos se inicie por un fármaco de los llamados atípicos: hay varios estudios independientes que no encuentran ventaja frente a los típicos. Lo que eso significa a nivel de coste es sencillamente escandaloso:
(revisión de los ensayos clínicos publicados en el artículo original)

Es totalmente habitual la prescripción de medicación antidepresiva para cualquier episodio depresivo independientemente de su gravedad, aunque hay varios metaanálisis que demuestran que, excepto en las depresiones severas, la eficacia del fármaco no es superior a la del placebo:
(revisión de los ensayos clínicos publicados en el artículo original)


En relación con el aumento continuo de las prescripciones de antidepresivos, hay estudios que hablan del riesgo de disforia tardía causada por ISRS o de dependencia, pero tampoco parece que se haya decidido indicar nada al respecto.
(revisión de los ensayos clínicos publicados en el artículo original)

¿Y qué significa todo esto? En nuestra opinión, aceptar la MBE como paradigma es absurdo, pero rechazarla como herramienta es ridículo. La MBE es usada por la psiquiatría biológica y su entramado comercial como una especie de martillo con el que aplastar cualquier orientación psiquiátrica considerada enemiga, ya sea el psicoanálisis, las terapias sistémicas, las humanistas, los planteamientos sociales, etc. Pero la MBE no es un martillo, es una herramienta de precisión que sirve para medir lo que mide, y no otra cosa. Y debemos emplear dicha herramienta en lo que vale y para lo que sirve. Y, aunque sus resultados sean incómodos para lo que creíamos establecido y lo que durante tanto tiempo hemos dejado que nos contaran, a lo mejor ha llegado el momento de que empecemos a cuestionarnos una serie de cosas sobre nuestros conocimientos teóricos, nuestra actividad clínica y nuestra posición ética, sobre nuestros tratamientos y nuestro trato a las personas que atendemos, que deberían ser la única motivación y el único interés de nuestro trabajo…
 
Autores: Drs. José Valdecasas y Amaia Vispe.
Ponencia presentada en las
XIV Jornadas de actualización en Psiquiatría y Salud Mental, celebradas en el Hospital Insular de Gran Canaria, del 22-23 de noviembre de 2012, y tituladas "Postmodernidad y Enfermedad Mental", dedicadas en homenaje al Dr. Agustín Cañas.
Fuente:
blog postPsiquiatría.


Antropología médica y homeopatía

A propósito de tres conceptos escolásticos


En el seno de la comunidad médico homeopática han surgido, en los últimos años, algunas propuestas sobre cómo diseñar un modelo antropológico que diese cuenta de nuestra forma particular de concebir la salud y la enfermedad, un modelo de hombre sobre el que proyectar y desarrollar distintos aspectos de la clínica y de la materia médica homeopática, en muchos sentidos tan diferentes de las que mantiene la medicina institucional.

La existencia de un modelo antropológico es un elemento imprescindible cuando el médico (alópata u homeópata) pretende pensar la medicina, puesto que la medicina es, en el sentido fuerte del término, una disciplina antropológica. Por otra parte, en un modelo médico-antropológico, es preciso que cobren relevancia los aspectos diferenciales del ser humano, los cuales deberían a su vez marcar las diferencias entre medicina humana y medicina veterinaria, a la que probablemente baste con un modelo médico-biológico.


Veremos cómo el método homeopático encuentra sentido y justificación, es decir, se enriquece al ser proyectado sobre  un modelo antropológico. La elección del modelo escolástico responde a dos razones: en primer lugar fue propuesto por uno de los homeópatas que más han influido en la marcha del método durante los últimos decenios de siglo XX, el doctor Alfonso Masi Elizalde; además, la antropología escolástica y en concreto la llamada psicología de las facultades  ha conformado la visión general del ser humano hasta nuestros días, y sus conceptos y vocabulario se siguen utilizando pacíficamente y son entendidos sin mayor dificultad. Por otra parte, es un modelo abierto, elaborado inductivamente a partir de la introspección y la observación, y por lo tanto susceptible de ser modificado si nuevas observaciones así lo hiciesen necesario.

La cuestión fundamental de la antropología se resume en la pregunta: ¿qué es el hombre? Estudiamos el lenguaje, la cultura, la religión, el pensamiento, la estructura somática y psíquica del hombre con la finalidad, si no única al menos más importante, de desentrañar su naturaleza. Si es cierto que el estudio de la naturaleza es siempre misterioso, en el caso del hombre ese misterio lo encontramos multiplicado, no sólo por la complejidad del objeto, sino también por el hecho de que objeto y sujeto son idénticos.

Tratándose de antropología médica, las cosas resultan todavía más complicadas porque lo que el médico quiere aprender sobre el hombre no tiene como finalidad sólo el conocimiento sino también la acción. El médico necesita saber quién es su paciente porque se propone modificar premeditadamente ciertos factores de su funcionamiento vital, incluso de su anatomía, con el fin de mejorar su salud. En medicina, por consiguiente, antropología médica equivale a antropología de la salud y antropología de la enfermedad. ¿Qué es la salud?, ¿qué es la enfermedad?, ¿qué mecanismos convierten la primera en la segunda?, ¿qué recursos convierten la segunda en la primera?, son las preguntas de la antropología médica. También son las preguntas de la medicina, pero ésta las plantea y las responde en un nivel diferente, como tendremos ocasión de mostrar. Y por encima de todo esto, ¿quién es el sujeto que vive estas experiencias?

El término antropología médica es bastante difuso en sus múltiples significados. Para algunos es casi sinónimo de medicina, mientras otros lo proponen como el estudio de la enfermedad, el de las relaciones entre médico y paciente, desde un punto de vista histórico, social, etc. No pretendo establecer una definición. Sin embargo será necesario precisar en qué sentido voy a emplearlo para, desde una perspectiva médico-homeopática, poder utilizar terapéuticamente los conocimientos que se deriven de una mayor aproximación a la idea de hombre.

Entiendo la antropología médica como el estudio del hombre en tanto es sujeto de salud y de enfermedad, en tanto puede enfermar y sanar; el estudio de sus funciones, y muy especialmente de aquellas que lo distinguen como hombre, en tanto las mismas puedan ser alteradas por la enfermedad y ser susceptibles de sanar o ser sanadas. Y en este sentido, más allá de la anatomía y la fisiología, de las que las ciencias médicas básicas se ocupan pormenorizadamente, es preciso incorporar a nuestra antropología médica el estudio de las funciones que, o son exclusivas del hombre o revisten en el hombre un carácter determinado y especial. Me estoy refiriendo al psiquismo superior.

Como homeópata, he aprendido y comprobado, a lo largo de muchos años de práctica, la radical unidad del organismo vivo expresada a la hora de la enfermedad con la participación de la totalidad de las funciones. El organismo (salvo alteraciones locales, casi siempre de origen traumático) enferma y sana entero, en su conjunto. Esa unidad radical del organismo vivo constituye un primer elemento antropológico que coincide con el criterio nuclear de la antropología escolástica, a saber la unidad sustancial: alma y cuerpo constituyen una unidad inseparable, son una sola y misma cosa denominada, desde esta perspectiva, compuesto humano. La sustancia que lo constituye (también llamada sustancia simple) viene a ser una unidad inseparable e indiscernible de cuerpo y alma, de materia y espíritu, es decir, materia viva, carne animada, cuerpo viviente.

La importancia que para el método homeopático tiene este primer concepto antropológico estriba en las observaciones que sustentan el propio método: en efecto, puesto que la homeopatía propone tratar al enfermo con medicamentos que sean capaces de producir en el hombre sano un conjunto de síntomas similar al que la propia enfermedad produce, el homeópata necesita conocer no sólo la enfermedad sino también los síntomas que los distintos medicamentos producen en el hombre sano. Con ese fin, prueba las diferentes sustancias y de esas pruebas obtiene unos síntomas que constituyen su materia médica (su farmacia). Pues bien, cualquier sustancia suficientemente experimentada hace aparecer síntomas en todos y cada uno de los órganos y funciones del cuerpo, como también en el plano del psiquismo superior: sensibilidad interna (las facultades inorgánicas se ven afectadas sólo de modo secundario).

Estamos ya situados frente a una elemental pero importante diferencia entre medicina y antropología médica: conocer e interpretar los síntomas de la enfermedad es un saber médico; conocer que el  organismo vivo enferma como un conjunto, como una unidad, es un saber antropológico. ¿Cuál es la importancia de este conocimiento? Si el médico no tiene un criterio sobre la naturaleza del hombre (o tiene un criterio dualista, alma y cuerpo), es posible que se satisfaga con los más evidentes síntomas corporales de una enfermedad corporal y no experimente la necesidad de indagar más. Sin duda, ésta es la norma en la medicina institucional: una enfermedad afecta fundamentalmente un órgano o sistema, y eso es lo que debe ser curado. En el caso de que el médico llegue a admitir la participación de la totalidad en el proceso patológico, no le encuentra utilidad a ese conocimiento en la medida en que el mismo queda excluido del proceso diagnóstico y terapéutico.

Pero hoy hablamos de homeopatía, y aquí tales cuestiones tienen una extraordinaria relevancia. La homeopatía es una medicina de la totalidad, es decir, una medicina holística en el sentido fuerte del término. Digo en el sentido fuerte con el fin de despejar un perverso malentendido que parasita el concepto de holismo en medicina, a saber que “holística” es la medicina que emplea la totalidad de los recursos que están al alcance del médico autodenominado “holista”, el cual, partiendo de esta idea, atiborra a su paciente con diversos medicamentos, lo asedia con innumerables agujas, masajes y manipulaciones de toda índole, confundiendo de este modo la totalidad unitaria de la naturaleza humana con la totalidad inventarial de todos los pretendidos recursos terapéuticos que tiene a su alcance. Sin embargo, la verdad es lo opuesto: consistiendo el organismo en una sola realidad, su desequilibrio morboso natural constituye asimismo, en cada enfermedad, una sola afectación de esa realidad, lo que requerirá un solo tratamiento. Ése es el tratamiento holístico, el tratamiento de la totalidad como una unidad. Un tratamiento holístico hará desaparecer todas las manifestaciones (síntomas) que dependen de una sola y misma causa (desequilibrio dinámico[1]).

Pues bien, hemos de señalar que la homeopatía, en su versión original y, por así decir, auténtica, es un método concebido y desarrollado precisamente sobre la idea de la unicidad del organismo humano y por lo tanto de sus dos manifestaciones cardinales: salud y enfermedad. El organismo es una unidad cuando está sano y también es una unidad (por cierto, la misma) cuando está enfermo, siendo los diferentes síntomas de enfermedad (o signos de salud) tan sólo aspectos o manifestaciones de esa única realidad.

Es evidente que la unicidad del organismo y la unicidad de la enfermedad exigen la unicidad del tratamiento. El medicamento único en su naturaleza aunque, como hemos comentado, diverso (al igual que la enfermedad) en sus manifestaciones, responde a dicha exigencia; la semejanza entre los síntomas de la enfermedad y los efectos del medicamento en la persona sana proporciona, como método, una referencia inequívoca.

Esta perspectiva permite establecer, como lo hace la homeopatía, que todos los síntomas son o pueden ser relevantes en el conocimiento de la enfermedad y no sólo aquellos que conducen al diagnóstico patológico (nombre de la enfermedad clínica); nos permite ampliar nuestra percepción de la enfermedad y describir perturbaciones morbosas que permanecen ignoradas por la medicina convencional. Aquí de nuevo se hace necesario recurrir a la antropología si queremos sistematizar el conocimiento de esos síntomas ignorados que para la homeopatía se configuran en no pocas ocasiones como los más importantes en el proceso de la prescripción. Si los síntomas son o expresan perturbaciones, los síntomas admitidos por la medicina convencional lo son por referencia a la anatomía y la fisiología normales. Pero sabemos que existen más síntomas: alteraciones (muy a menudo leves) de la actividad apetitiva, síntomas de la imaginación, de la memoria, etc. ¿Qué están expresando? Descubrimos que expresan la perturbación de ciertas funciones, concretamente de la instintividad (cogitativa), la imaginación, la memoria y el sentido común. En la psicología de las facultades esas funciones se conocen como “sentidos internos”. Hahnemann, el fundador de la homeopatía, engloba los síntomas para él más importantes como “alteraciones de las sensaciones y funciones”, dando especial relevancia a la instintividad como centro de lo vital y por lo mismo, centro del desequilibrio morboso. En efecto, la instintividad (cogitativa) es la función de articulación entre el animal (hombre) y su medio (mundo)[2]. Aprender a interpretar, como partes de una unidad, los síntomas útiles a la homeopatía en función de su referente antropológico, viene a ser, según podemos observar, una consecuencia del concepto de unidad sustancial, de raigambre escolástica, pero que tan fecundo resulta para un método terapéutico ilustrado como la homeopatía.

Otro elemento antropológico de relevancia para la comprensión y el desarrollo del método homeopático lo constituye la noción de la vulnerabilidad del hombre ante la enfermedad: natura lapsa, en el lenguaje escolástico, la naturaleza caída. Más allá de las diferentes interpretaciones, parece un hecho común (si no general) la existencia, en el psiquismo humano, de una cierta nostalgia en relación a “otro” estado, un estado en el cual no conoceríamos la enfermedad ni la muerte, y en el que la vida sería apacible y feliz. Algunos lo refieren al pasado, otros al futuro, otros lo sitúan en un escenario transtemporal. El pecado original, ese inconveniente que nos impide el retorno al paraíso terrenal, es en la cultura occidental el referente simbólico de este concepto, referente que a su vez se manifiesta de diversas maneras (culpabilidad, nostalgia, rebelión, etc.) en la clínica y en las patogenesias homeopáticas.

Asimismo, esta natura lapsa, esta vulnerabilidad o más bien consustancialidad entre organismo y enfermedad, el hecho inevitable del deterioro y de la muerte, va de la mano con otra concepción escolástica que más tarde tendrá una importante repercusión en la concepción de la homeopatía: la inferioridad biológica del hombre. El ser humano tiene el organismo que tiene (indefenso, calamitosamente débil y vulnerable si lo comparamos con la mayor parte de los animales, inadaptado y trágicamente inadaptable), porque ése es el cuerpo que corresponde a un alma inteligente: un cuerpo no determinado para un intelecto de posibilidades ilimitadas; un cuerpo que no se adapta al medio para una mente que obligará al medio (por inhóspito y violento que sea) a adaptarse a sus propias necesidades. “El alma es la forma del cuerpo”, dice Aristóteles, es decir que cada alma da forma al cuerpo que necesita para el máximo desarrollo de sus capacidades: el alma de oso formaliza un cuerpo de oso, el alma de hormiga formaliza un cuerpo de hormiga y el alma de hombre formaliza un cuerpo de hombre. Esta idea de la inferioridad biológica del hombre junto con la superioridad de su intelecto atraviesa la cultura humana y la encontramos ya en Platón para ser retomada por Santo Tomás de Aquino, y más tarde por Kant, Herschel  y el propio Samuel Hahnemann, en los siguientes términos: biológicamente, el hombre, considerado como animal, no puede compararse con el resto de los animales, pero a cambio su inteligencia le permite superarlos en todos los ámbitos. En lo que concierne a la enfermedad, los médicos deberían encontrar algo mejor que hacer que imitar a la naturaleza pues la naturaleza humana es, en este ámbito como en los demás, insuficiente. Los médicos deberían indagar y encontrar una ley que permita una curación racional, ya que la racionalidad y no la imitación ciega de la naturaleza es el ámbito propiamente humano. Del mismo modo que el hombre no puede nadar como los peces pero construye barcos; del mismo modo que no resiste el frío como los osos pero hace vestidos, construye casas y enciende fuego, de la misma manera debería encontrar un modo racional de superar ese otro inconveniente que lo aflige: su enorme vulnerabilidad a la enfermedad. Debería encontrar la ley que rige la curación porque ese ámbito de la racionalidad es precisamente el ámbito de la libertad, también en medicina.

Por la indeterminación de su cuerpo físico, sabemos que el hombre hará literalmente cualquier cosa a la que su inquieta mente, alentada por una mítica nostalgia de perfección, pueda inducirlo. Esa inquietud permanente es sin duda un motor para su crecimiento y evolución, pero cuando los propósitos se exageran imaginativamente, se convierte en causa de sufrimiento y enfermedad. La medicina (la homeopatía) desempeña un gran papel en ese campo específico. Por lo demás, compete a la medicina comprender y hacer comprender que el ámbito de la salud y de la enfermedad se restringe a las posibilidades de la realidad (natura lapsa) y que las apuestas sobrehumanas son una fuente de nuevos conflictos sin solución. La perfección del hombre no es una perfección acabada, sino que más bien consiste en un equilibrio entre sus propósitos y sus posibilidades cuyo cabal desarrollo debe proporcionarle satisfacción.

Podemos ya comenzar a preguntarnos cómo enferma el hombre. Sabemos que, por un lado, el hombre, como cualquier animal, es vulnerable a las enfermedades naturales: infecciones, intoxicaciones, agresiones físicas del medio. Pero además existe un campo exclusivo para la enfermedad humana como acabamos de ver: su psiquismo superior. Es decir, no sólo las noxas externas pueden desequilibrar el compuesto sino también las que proceden de un inadecuado desempeño de los sentidos internos. La imaginación, al proponer al hombre metas de perfección (inalcanzables por irreales), genera una dinámica perversa que Paul Diel[3] y Jeanine Solotareff[4] han estudiado minuciosamente en tanto que causas de sufrimiento; pero además, al proponer a la instintividad (cogitativa) un mundo que no es el real, perturba con su información equivocada el funcionamiento de la (instintividad) cogitativa, desajustando de este modo la función de equilibrio entre el sujeto y el medio externo por un lado, y también entre el sujeto y el medio interno, mecanismos que conducen a la enfermedad.

Vemos de este modo cómo la idea escolástica de inferioridad biológica, convertida en propia por la Ilustración, inspira y sostiene la propuesta homeopática de lucha racional contra la enfermedad.

Así pues, tres conceptos antropológicos escolásticos (conceptos que por lo demás transitan pacíficamente por la modernidad, de la que la homeopatía es un fruto genuino), proporcionan una base consistente a la concepción y el desarrollo del método homeopático.

Estos tres conceptos elementales acotan la imagen de un hombre sobre el que la medicina ejercerá las funciones de conocer y actuar, un ser que por su condición biológica es débil, por su condición intelectual fuerte, y que, haciendo virtud de la necesidad, convierte su nostalgia (natura lapsa) en el motor de una búsqueda sin fin.

El hombre que emerge de esta antropología está dotado de unicidad, por lo que requerirá una medicina de la totalidad; está abierto a infinitas posibilidades en el pensamiento y en la acción, lo cual le permitirá progresar, pero al mismo tiempo lo hará vulnerable (por lo tanto requerirá permanentes cuidados), y, motivado por su mítica nostalgia, se verá a menudo embarcado en la búsqueda de una perfección no humana, creándose problemas que la medicina debe curar y también evitar en lo posible.

Estos conflictos son motivo de sufrimiento y a menudo se constituyen en causa de enfermedades propia y exclusivamente humanas, que no deben ser confundidas con las enfermedades, por así decir naturales, ni tratadas del mismo modo.



[1] Entiéndase aquí dinámico como relativo a la dynamis o principio vital.
[2] Para mayor desarrollo de esta idea, consultar: Emilio Morales Prado. Fundamentos de nosología homeopática. Dilema, 2004.
[3] Psychologie de la motivation.
[4] La aventura interior. Editorial Mínima, 2007.


Autor: Dr. Emilio Morales Prado
Comunicación del autor a las V Jornadas de Medicina y Fiolosofía, realizadas en Sevilla. Publicada en las Actas correspondientes.

Oncology – A Repertorial approach

A compilation of cancer related rubrics for day to day clinical practice

Homeopaths are not guarantying a complete cure in cancer, but we can palliate effectively and it is cost effective also. Here we are representing few authentic rubrics which are useful for our day to day practice. One mark remedies are avoided where large numbers of medicines are represented in one rubric itself.

 

Synthesis Repertory 9.2
  • DELUSIONS – cancer, has a : Carc, ruta, sabad, verat
  • FEAR – cancer; of : AGAR, ARS. Lob, MANC. Nit-ac. PLAT. Positr, PSOR.
  • FEAR – death, of – cancer; of carc.
  • SADNESS – cancer; with : ars. carc. con. graph. iod.
  • EYE – CANCER : Bell. CALC. LAUR. Lyc. PHOS. Sep. Sil
  • NOSE – CANCER : Ars. AUR. Aur-m. Calc.Carb-an,JUG-C.Kali-c.Kreos.Nit-ac,Phos,Phyt,Sep,Zinc
  • FACE – CANCER : ARS. Aurk Carb-an,Graph.JUG-C. Kali-ar. Phos.
  • FACE – ERUPTIONS – cancerous :Rhus-t
  • FACE – ULCERS – Lips – cancerous : Ars, Aur-m, Clem, CON. Kali-bi, Phos.
  • MOUTH – CANCER : AUR-M.
  • MOUTH – ODOR – offensive – accompanied by – cancer : cit-ac. kali-perm. oxal-a. sep.
  • THROAT – CANCER : Carb-ank Lach. led. Phos.
  • STOMACH – APPETITE – diminished – cancer; in : iod.
  • STOMACH – CANCER : Acet-ac, ARS. Ars-i.BISM. Cadm-s,Caps, CARB-AC. CARB-AN. Carb-v. CON. Crot-h. CUND. Hydr, Iris, Kreos1 LYC, Merc-c.,Nat-m.,PHOS. Sep.,Sil.,Staph. Sulph, Thuj.,Uran-n.
  • STOMACH – PAIN – cancer of stomach; in : cund.
  • STOMACH – VOMITING – cancer; from : carb-ac. Carc. kreos.
  • STOMACH – VOMITING; TYPE OF – coffee grounds, like – gastric cancer, in : phos.
  • ABDOMEN – INFLAMMATION – Colon – cancerous : mag-c. mag-m. mag-s. phos.
  • RECTUM – CANCER : ALOE. Alum. alumn. ARS-I. Kali-c. Merc. Nat-s. Nit-ac., Scir. Thuj.
  • RECTUM – CONSTIPATION – cancer of rectum, uterus : alumn.
  • RECTUM – CONSTRICTION – uterine cancer, from : kreos.
  • RECTUM – DIARRHEA – cancer of rectum; due to : card-m.
  • RECTUM – PAIN – cancer, due to : laur
  • BLADDER – CANCER : Anil. TER.
  • KIDNEYS – CANCER : calc. chim. form. sars. solid.
  • PROSTATE GLAND – CANCER of prostate : CON.Cop. Iod. Lyc,Psor. SABAL. Scir Sel. Sil, Sulph.THUJ.
  • PROSTATE GLAND – PAIN – cancer, in : cadm-f, carc. crot-h.
  • MALE GENITALIA/SEX – CANCER : Carb-an, CON.
  • MALE GENITALIA/SEX – ULCERS – cancer-like : arg-n.
  • FEMALE GENITALIA/SEX – CANCER of : carc.
  • FEMALE GENITALIA/SEX – INDURATION – Uterus – Cervix – cancerous : aur. carb-an. con. nat-c. sep.
  • FEMALE GENITALIA/SEX – METRORRHAGIA – cancerous affections, in : bell.crot-h. kreos. lach. phos. sabin. Thlas. ust.
  • FEMALE GENITALIA/SEX – METRORRHAGIA – dark blood – cancer; in : cadm-met.
  • FEMALE GENITALIA/SEX – ULCERS – Uterus – Cervix – cancerous : bufo. Med. mez.
  • LARYNX AND TRACHEA – CANCER : ars. con. hydr. iod. lap-a. nit-ac. phos. phyt. sang. sil. thuj.
  • CHEST – CANCER – Mammae – last stage – mastectomy of opposite cancerous mamma; after : lac-c.
  • CHEST – ULCERS – Mammae – cancerous : ars-i. calc-sil. hydr. scroph-n. sil.
  • BACK – PAIN – Cervical region – cancer; from : hydrc.
  • SKIN – CANCER : ARS-BR. ARS-I. cund. kali-ar. kali-s. rad-br. x-ray
  • SKIN – ULCERS – cancerous : Ambr. Anthraci. ARAN. ARS. Ars-i. ARS-S-F.Aster. AUR-S. BROM. BUFO, Calc-s. Carb-ac.Carb-an.Carb-v. Carbn-s.Con.Crot-c. Ferr. Gali. Graph. HEP. Hippoz.Kali-i. Kreos. Lach. LYC. Lyss. Merc. Mill. Nit-ac. Petr. Ph-ac. Phos. Phyt. Rhus-t. Sang. Sep. SIL. Staph. SULPH. Thuj. Zinc
  • GENERALS – CACHEXIA – cancer; from : Kreos.
  • GENERALS – CANCEROUS affections : ABROT. Ambr. Ant-m. Apis. ARS. Ars-i. Aster. Aur. Aur-m. Bapt. BROM. Bry.Bufo. Cadm-sk Calc. Calc-i. Calc-p. Calc-s.. Calen. Carb-ac. CARB-AN. Carb-v. Carbn-s. Cham. Cic.Cist. Cit-ac. CON. Gaert. Gali. Graph. Ham. Hippoz. Hydr. Iod. Jug-c. Kali-ar. Kali-bi. Kali-cy. Kali-i. Kali-p.1 Kali-s. Kreos.Lach. Lap-a. LYC. Merc. Merc-i-f. Mill. Morph. NIT-AC. Ol-an. Op. PHOS. PHYT. Sang. Scir. Sec.Semp. SIL. Strych-g. Sulph. Ter. Thuj. X-ray
  • CANCEROUS affections – colloid cancer : carb-ac. carb-an. hydr. Lach. lob-e. Phos
  • EMACIATION – cancerous affections; in : brom. carc. cory.
  • FAMILY HISTORY of – cancer : brom. calc-ar. carb-an. Carc. con. cund. Scir. Trif-p.
  • GENERALS – HEMORRHAGE – cancer; in: mill. PHOS. SANG. strych-g.
  • GENERALS – HISTORY; personal – cancer; of : carc. Con. med. morb. Trif-p.
  • GENERALS – INDURATIONS – cancerous : aur-ar.
  • GENERALS – MUCOUS MEMBRANES; complaints of – cancer of : eucal.
  • GENERALS – ODOR OF THE BODY – offensive – cancerous affections; in : bufo, cinnm. strych-g.
  • GENERALS – PAIN – cancerous affections, in : Apis, Ars. Calc. Calc-act. Cit-ac. Euph. Hydr.
  • GENERALS – ULCERS – Glands – cancerous : ARS. Bell. BROM. CON. Hep.Sep. Sil. SULPH.
  • GENERALS – WEAKNESS – cancer; in : cadm-i. carb-an. carb-v. nat-c.
  • GENERALS – WEAKNESS – operation, from – cancer surgery : kali-p.
  • GENERALS – WOUNDS – heal; tendency to – slowly – cancer; in : coenz-q.
 
Murphy’s Repertory 3rd Edition
A separate Chapter Cancer with large number of rubrics and subrubrics are available in Murphy’s Repertory.
  • ABDOMEN, cancer : Calc-ar. Hydr. lob-e. Orni.
  • AXILLA, cancer : ars. ASTER. Brom. Carb-an. chim. Con. Phyt. scroph-m. scroph-n.
  • BASAL cell, cancer : AUR-M. Carc. Hydr. Kali-bi. Sol
  • BIOPSIES, cancer from getting : calen. graph. hyper. kreos. led. sil. staph. thuj.
  • BLADDER, cancer : Carc. Con. Crot-h. TER. Thuj.
  • BONE, cancer : Aur. CADM-MET. Calc. Carc. Con. HECLA, Phos. SCIR. SYMPH.
  • BREAST, cancer : Apis, Arg-n. Ars. Ars-i. ASTER. Aur-ar. Aur-m-n. Bad. Bell. Bell-p. Brom. BUFO, Calc-f, Calen.Carb-ac.CARB-AN. CARC. Chim. Clem. CON. CUND. EUPH. Gali, GRAPH. Hep . Hippoz. Hydr. Kali-I,.Lac-c, Lach, Lob-e. Lyc. Maland. MERC. Merc-i-f. Nit-ac. Ox-ac. PHOS. PHYT. Psor. PULS. Sang. SCIR. SCROPH-N. SEP. SIL. Sulph. Thuj.
  • BREAST, cancer – mastectomy, after – cancer appears in the other breast, after : Lac-c, lach. lyc.
  • BREAST, cancer – scars, cancer in old cicatrices : carb-an. GRAPH. phyt. sil.
  • CACHEXIA, emaciation with cancer : ALF. ARS. Cadm-i. CADM-S. CARC. Con. Cund. HYDR. Kali-i. Nit-ac. Orni. Plb.Sars. SCIR. SCROPH-N. Sed-ac. SIL.
  • CERVIX, cancer of uterine : AUR-M-N. Carb-an. CON. Scir
  • CLAVICLES, cancer, fungus haematodes : sep
  • COAL TAR, cancer from : carb-an. carb-v. crot-h. graph. lach. naja petr.
  • COLLOID, mucinous cancer : ars. carb-ac. hydr. Lach. Phos.
  • COLON, cancer : ALOE. Alum. Ars. Cadm-i. Cadm-s. Carc. Graph. HYDR. Kali-c. Lap-a. LYC. Nit-ac. Orni. Scir. Thuj
  • CONSTITUTIONS, cancer : ARS. CADM-S. CARC. CON. HYDR.
  • CONTUSIONS, cancer after : Bell-p. CON.
  • DELUSION, that they have or will get cancer : ARS. Asar. Calc. CARC. Chel. Cic. COLCH. Iod. Kali-c. Lyc. NUX-V. PULS. Sabad. Sep. STAPH. Tarent. VERAT.
  • DEPOSITS, cancer after removal of : kali-p. maland.
  • DREAMS, of cancer : carc. halo.
  • ESOPHAGUS, cancer : Arg-n. Ars. Carc. CAUST. Con. Hydr. Sil. Thuj.
  • EYELIDS, cancer : apis. clem. con. cund. hydr. lach. phyt. ran-b. sep. staph. thuj.
  • EYES, cancer : Bell. CALC. Carc. Lach. LAUR. Lyc. PHOS. Sep. Sil.
  • FACE, cancer : ARS. Aur. Carb-an. Cist. Con. Kali-ar. Kali-s. Lach. Phos.
  • FEAR, cancer, of : ARS. CALC. CARC. Kali-ar. Lob. MANC. Nit-ac. PHOS. PLAT. PSOR.
  • FEAR, cancer, of – rectum cancer, fear of, although examination shows nothing abnormal : plat.
  • FEMALE, genitalia, cancer : Arg-met. Ars. Ars-i. Aur-m-n. Calth. Carb-an. CARC. CON. Graph. Hydr. 1 Kali-bi. Kreos. Lap-a .Pall, Phos. Phyt. Scir. Sec. Sil. Thlas. Thuj.
  • GANGLIA, cancer : Aur-m. CARB-AN. CON.
  • GLANDS, cancer, adenocarcinoma : Ars-i.ASTER. Aur-m. Bar-i. Brom. Calc-f. Calc-i. CARB-AN. CARC.Cist. CON. Cory. Cund. Iod. Lap-a. Phos. PHYT. SCROPH-N.
  • GRIEF, cancer after : aur-m-n.carc. con. nat-m.
  • INJURY, cancer from : Bell-p. Con
  • JAWS, cancer : Ant-c. Ars. Calc-f. HECLA. Scir. SYMPH.
  • LARYNX, vocal cords, cancer : Arg-n. Ars. Carc. Con. Lach. Phos. Phyt. THUJ.
  • LIPS, cancer : Ars. Aur-m.Bell. Carb-an.Cic. Cist. CON. CUND. Kreos. Lach. Lyc. Scir. Sep. Sil.
  • LIVER, cancer : ARS. Calc-ar.Carc. Card-m.CHEL. Chlol. Chlor. CHOL. HYDR. Ins. LYC. Nat-s. SCIR.
  • LUNGS, cancer : Acal. Arg-n. ARS. Asbest. Carc. Cob. CON. Kali-bi. Lach. Lap-a. LYC. Phos. Rado. Scir. Sil. Tub.
  • LYMPHOMA, lymphatic glands, cancer : Ars. Ars-i. Bar-i. Calc-f. Calc-i. CARB-AN. Carc. Con. Phos. Phyt. SCROPH-N.
  • MALE, genitalia, cancer : Carb-an. Carc. CON. Scir. Thuj.
  • MEDIASTINUM, cancer: Scir. SCROPH-N. Spong. Thuj.
  • MENTAL, states, cancer with strong : ARS. AUR. Aur-m-n. CARC. Con. Scir. STAPH. Verat.
  • MIASM, cancer : ARS. Ars-i. ASTER. Bar-i. BROM. Cadm-i. Cadm-met. Cadm-s. Calc-f. CARC. CON. Cund. HYDR. Iod. Kali-i. LAP-A. Orni. Phos. PHYT. SCIR. SCROPH-N. Thuj. Tub.
  • MIASM, cancer – history of cancer in family : CARC. con. hydr. Scir
  • MOUTH, cancer : AUR-M. Carc. Con. HYDR. Kali-cy. Merc. Semp.
  • NAUSEA, with cancer : Cadm-s. Hydr. ip. kreos.
  • NOSE, cancer : Ars. AUR. Aur-m. Calc. Carb-an. Kreos. Phyt. Sep.
  • ODORS, cancerous, offensive : Bufo. Carb-an. Kreos.
  • OVARIAN, cancer : Apis. AUR-M-N. Carc. CON. Lach. Lil-t. Pall. Scir. Sep. Thuj. VIP.
  • PAINLESS, cancer : con. op.
  • PAINS, from cancer : Apis. ARS. Ars-i. ASTER. CADM-S. Calc-act. Calc-ar. CARC. Cit-ac. Coloc. Con. EUPH. HYDR. Lact. OX-AC. SCIR. Syph. X-ray
  • PAINS, from cancer – painless, cancers : con. op.
  • PANCREAS, cancer : Bar-i. Cadm-s. Calc-ar. Carc. CEAN. Chel. CON. HYDR. Scir.
  • PAROTID, cancer : merc. Phyt. Scir.
  • PENIS, cancer : arg-n. ars. bell. carb-an. carbn-s. con. phos. phyt. sil. spong. thuj.
  • PERIOSTEUM, cancer : con. phos.ruta. scir. symph.
  • PHARYNX, cancer : cist.
  • PROSTATE, cancer : Carc. CON. Cop. LYC. Psor. SABAL, SCIR. Sel. Sil. Sulph. THUJ.
  • RECTUM, cancer : ALOE. Alum. Ars. Card-m. Graph. HYDR. Kali-c. Kali-i. Lach. Nat-s. NIT-AC. Phyt. Plb. Ruta. Scir. Sep. Thuj.
  • RECTUM, cancer – anus, cancer : NIT-AC. Ruta. Scir.
  • RECTUM, cancer – constipation, with cancer : alum. grat. kreos. plb.
  • RECTUM, cancer – diarrhea, with cancer : ars. card-m. chin. podo.
  • SCARS, cancer in old : graph. sil. thiosin.
  • SCIRRHUS, cancer : Anac. Ars. Aster. Calc-s. CARB-AN. Carb-v. Carbn-s. CON. Cund. gali. Graph. Hydr. Lap-a. Petr. Phos. Phyt. SCIR. SIL. Sulph.
  • SCROTUM, cancer : ars. carb-an. fuli. ph-ac. thuj.
  • SKIN, cancer : Ars. ARS-BR. Carc. Euph. SOL. Sulph.
  • SMOKING, cancer from tobacco : ars. calad. cob. Con. kali-bi. lach. phos.
  • SPLEEN, cancer : ars. borx. cadm-m. Cean.
  • SQUAMOUS, cell, cancer : AUR-M. Carc. Hydr. Kali-bi. Sol
  • STERNUM, cancer : ars-s-r. sulph.
  • STOMACH, cancer : Acet-ac. Arg-n. ARS. Ars-i. BISM. CADM-S. Calc.Caps. CARB-AC. CARB-AN. Carb-v. Carc. CON. Crot-h. CUND. HYDR. Ip. Iris. KALI-BI. Kreos.Lach. LYC. Merc-c. Mez. ORNI. PHOS. Scir. Sec. Sep. Sil. Staph. Sulph. Verat.
  • SUBMAXILLARY, glands, cancer : Anthraci. calc-s. carb-an. ferr-i.
  • SUICIDAL, disposition, cancer patients or in heredity : Aur. Carc. scir.
  • SURGERY, cancer, after : CALEN. Carc. lac-c. lach.
  • TESTES, cancer : Aur. Carb-an. Carc. CON. Phyt. Sil. Spong.
  • THROAT, cancer : cadm-i. Carb-an. led. tarent. thuj.
  • THYROID, cancer : Carc. Iod. Lach. Scir. Spong. THUJ.
  • TONGUE, cancer : Alumn. Apis. Ars. Aur. AUR-M. Carb-an. Carc. Con.Hydr. KALI-CY. Kali-i. Lach. Mur-ac. Nit-ac. Phos. Phyt. Scir. Semp. Sil.
  • TRACHEA, cancer : Ars. Con. Phyt.
  • ULCERS, cancerous : Ambr. Anthraci. ARN. ARS. Ars-i. ARS-S-F. Aster. AUR-S. Bell. BUFO. Calc-s. Carb-ac. Carb-an. Carb-v. Carbn-s. CON. Crot-c. CUND. Ferr. Gali. Graph. HEP. Hippoz. Hydr. Kali-i. Kreos. Lach. LYC. Lyss. Merc. Milli. Nit-ac. Petr. Ph-ac. Phos. Phyt. Rhus-t. Scir. Sep. SIL. Staph. SULPH.Thuj.Zinc.
  • ULCERS, cancerous – glands,, cancerous : ARS. Bell. BUFO. CON. Hep. Kreos.Merc.Sep. Sil. SULPH.
  • UTERUS, cancer : Arg-met. Arg-n. ARS. ARS-I. AUR-M-N.Bufo. Calc. Carb-an. Carb-v.Carc. Cinnm. CON. Crot-h. GRAPH. HYDR. Iod.KREOS. LACH. Lap-a. Lil-t. LYC. Merc-i-f. MURX. Nat-c.. Nat-m. Nit-ac. PHOS. Phyt. Scir. Sec. SEP. SIL. Staph.THUJ. VIP. Zinc.
  • UTERUS, cancer – cervix – pre-cancerous : carc. con. hir. scir.
  • UTERUS, cancer – pre-cancerous : cand-al. con. hir. thuj.
  • VACCINATIONS, cancer after : Sil. Thuj.
  • VAGINA, cancer : Con. Ferr-i. KREOS.Scir.
  • VOMITING, with cancer : Ars. BISM. CADM-S. Carb-ac. Carb-an. Hydr. Ip.Mez. Orni. Phos.
  • WARTS, cancerous : aur-m. ferr-pic. nit-ac. thuj.
  • WEAKNESS, with cancer : ALF. ARS. CADM-S. CARC. CON. HYDR. Phyt. Plb. Plb-i. SCIR.
  • WEAKNESS, with cancer – cancer, after : Alf.
  • WOUNDS, cancer from : calen. con. graph. kreos. led. sil. staph. thuj.
 
Concept of Stalwarts

Dr.Kent in his lesser writings discuss why is cancer incurable. He tells that in most cases there is paucity of symptoms, and there is nothing discoverable but the malignant growth and its associated features of hardness, stinging pain ulceration, enlarged glands and the tendency to involve the surrounding parts in its own development. If the child’s mental symptoms could be fully ascertained and the symptom from child hood to the adult age, some thing might be done. Cancer generally comes on in later life, when childhood action have forgotten. If the symptoms that have appeared from birth to the present date are undiscovered, it is no wonder that cancer is incurable. (J.T.Kent, Why cancer is incurable, Lesser writings)
 
Hahnemann says all curable disease make themselves known to the intelligent physician in signs and symptoms Pathological conditions as also the patient are incurable when there are no signs and symptoms .In proportion as the pathology progress signs and symptoms decreases. This is true in cancer cases. In terminal cancer cases there are paucity of symptoms and even if there is any that are mainly the common symptoms or pathological symptoms.
 
As Dr. Stuart Close says, the gross tissue changes, organic lesions, morphological disproportion and the physical effect of mechanical causes are not primarily with in the domain of similia and there for are not the object of homoeopathic treatment, the morbid process from which they arise, or to which they lead are amenable to homoeopathic medications. Homoeopathic remedies by virtue of their power to control vital function and increase resistance often exercise a favorable influence upon the physical development as well as up on the tangible products of disease or accident.Thus the growth of the tumor may be retarded or arrested. So the conditions like cancer with gross tissue changes we can’t expect a cure and the only thing a homoeopath can do is to palliate the suffering. (Stuart Close, The scope of homoeopathy, Life, health and disease, The genius of homoeopathy)
 
Author: Dr K R Mansoor Ali. BHMS, MD (Hom). Approved Practitioner, Ministry of Health, United Arab Emirates. Asst. Professor, Govt. Homeopathic Medical College, Calicut, 673010  Kerala, India. similimateam@gmail.com  Mob : + 91 9249337799.Article originally published  in Homeopathic Medical Panorama 2008 www.homedpa.com

Del origen endógeno de los microorganismos

La teoría de gérmenes desmontada

Desde la era vacunal, son las teorías de Pasteur las que han triunfado y han conducido
a la medicina mecanicista que conocemos hoy, con su ceguera y su cortejo de
desastres.

Numerosos investigadores, médicos y sabios han demostrado que hay otras vías para
explorar y comprender mejor el funcionamiento de nuestro cuerpo, para aprehender
mejor las causas de las enfermedades y, en fin, para aproximar al máximo los orígenes
de la vida. Estos investigadores han sido abucheados sistemáticamente, aislados,
ridiculizados, perseguidos por el establishment, algunos incluso empujados al suicidio.

Cuando reina un dogma, los guardianes del templo hacen de todo para preservarlo,
ya pueda ser completamente obsoleto o indefendible. 

1-LAS BASES DEL PASTEURISMO

La generación espontánea (1)
Hasta mediados del siglo 19, creíamos que los organismos vivos podían
aparecer por simple transformación de la materia inerte. Es decir que la
vida podía aparecer ex nihilo (de la nada), de forma espontanea. En 1860,
tuvo lugar un gran debate que oponía a los partidarios de la generación
espontanea a los que, como Pasteur, defendían la teoría de gérmenes
o “panspermia”. Finalmente ganó la teoría de gérmenes y los defensores
de la generación espontánea han sido ridiculizados. De hecho no se trata
de dar la razón a los unos y quitársela a los otros, ese debate histórico
era de gran importancia y aún no está cerrado hoy día. Solamente los
datos que poseemos nos permiten aportar algo de talla y de solidez a los
argumentos.

Es un hecho admitido el que la vida no puede surgir de un medio que
no contenga algo vivo. La pregunta será entonces saber si la materia
viva puede evolucionar hacia formas diferentes de vida. JEAN ROSTAND
(2) algunos años más tarde, aunque favorable a las ideas de Pasteur, se
interrogaba a su vez “Hemos podido preguntar si ciertos virus no podían
tener como ancestros genes normales” El sujeto estaba de actualidad. A
fin de cuentas, Pasteur ha podido aplastar a sus contradictores, pero no ha
podido convencerles, ya que no ha sabido demostrar su teoría mediante
experiencias científicamente indiscutibles.

La teoría de gérmenes
Pasteur enunció los postulados que fundaron la vaccinología. Los
conocimientos actuales aportan la prueba de que son falsos y nos han
confundido. Sin embargo, los enunciados de Pasteur han tenido éxito
porque eran simples, fáciles de comprender y tranquilizadores. Pero la
biología, la inmunología, la epidemiología etc…son ciencias complejas
y necesitan una constante revisión de conocimientos, a fin de no
permanecer en una visión simplista y reduccionista, tal como la de Pasteur
que podemos resumir como sigue:

1ºpostulado: la célula es virgen (asepsia celular), los microbios vienen del
exterior, penetran en la célula para provocar destrozos (son “exógenos”
y son la causa de las enfermedades, son por tanto enemigos que hay que
combatir y “erradicar”)

2ºpostulado: a un microbio corresponde una enfermedad (un microbio es
una entidad fija, inmutable, diferente de cualquier otra)

3ºpostulado: una enfermedad se puede prevenir mediante una vacuna: la
vacuna produce anticuerpos que neutralizan los antígenos y aseguran la
inmunidad (vacuna=protección).

Podemos excusar a Pasteur de alguno de sus errores cuando son
debidos a una falta de conocimientos, falta de medios de exploración
como los que disponemos actualmente, pero no podemos aceptar que
el “benefactor de la humanidad” , haga trampa, tome prestados los
resultados de otros, maquille la realidad o se obceque defendiendo
hechos contrarios a la realidad.

Si en su época no sabíamos nada acerca de inmunidad, de biología
molecular, de fiso-neuro-inmunología, etc… es lógico que las primeras
vacunas hayan sido el fruto de tanteo y empirismo. De todas formas es
inadmisible que se continúe sobre bases anticuadas y erróneas.

En todo caso, es fácil desmontar los postulados de Pasteur, gracias a lo
que sabemos actualmente aunque en el siglo XIX las ideas defendidas
por Pasteur ya hubieran sido combatidas por otros científicos más 

“esclarecidos”.

Un germen exterior, una enfermedad, una vacuna
He aquí el trío, convertido en imagen de “Epinal” (referente a unas
estampas famosas del Siglo XIX procedentes de dicho pueblo francés,
utilizando el término como visión tradicionalista y naïf de las cosas que se
decanta únicamente por su lado bueno), que se ha inculcado a todos los
niños del mundo en los colegios. Ello permite destilar el miedo, imponer
las vacunas y delimitar un campo de acción para la medicina. Se sabe que
la enfermedad siempre es multifactorial, que no se desarrolla más que en
un terreno predispuesto, desequilibrado, que ha perdido su homeostasis
(a). En cuanto a los microbios, si fuesen tan malos, cuando hubiesen
epidemias todo el mundo enfermaría y moriría, sin embargo está lejos de
la realidad. Al contrario, los microbios son nuestros amigos, sin ellos no
podríamos vivir. La vaccinología nos ha hecho pensar lo contrario.

La explicación que nos da el Dr Marc EMILY (3) es muy esclarecedora “En
toda inoculación, consideramos la pareja “germen-organismo” como
una pareja del tipo “ratón-queso”, es decir como uno de los términos
es realmente un ser agresivo por la necesidad de tener que asegurar
su subsistencia. En realidad la pareja “germen- organismo” debe ser
considerada como del tipo “grano de trigo-tierra”. La propiedad intrínseca
del grano de trigo no es la de atacar a la tierra, es decir el medio en el que
se encuentra sino el de desarrollarse si dicho medio reúne las condiciones
necesarias para su desarrollo. Si no se reúnen esas condiciones el grano de
trigo puede persistir indefinidamente idéntico a sí mismo como el grano
de trigo encontrado en las tumbas de los faraones, o como las bacterias
enterradas desde hace millones de años.

La teoría pasteuriana enuncia que toda enfermedad microbiana es
debida a la introducción y la multiplicación en el organismo de un
microbio llegado del exterior. Ciertamente, los gérmenes se encuentran
momentáneamente en el aire pero son transportados por unos
elementos (polvo, gotitas de agua…) no nacen allí, son fabricados
por una célula original, lo que demostrará BECHAMP y muchos otros.
Penetrando en un organismo aprovechando un encuentro, pueden
volverse patógenos en ciertas circunstancias. Podemos considerar que las
enfermedades infecciosas, resultantes en el ser humano, de la intrusión
de microorganismos procedentes de otros seres vivos, han comenzado
a tomar importancia desde que el ser humano se ha sedentarizado y ha
vivido en estrecha promiscuidad con los animales que había domesticado.
Este proceso ha permitido definir la noción de “contaminación” y
de “contagio”.

“Un hecho ha impresionado a todos los observadores. Cada uno se
pregunta, sin poder contestar a la pregunta, porque nunca hemos
podido realizar experimentalmente la enfermedad en la forma en que
se presenta cuando aparece de forma natural” recuerda el Dr. EMILY.
Esta es una gran pregunta. La teoría es que la vacuna nos proporciona
la enfermedad atenuada y que la inmunidad resultante es tan eficaz,
sino más que la conferida por la enfermedad natural. Sin embargo, no
hay nada de eso. Ningún proceso químico es mejor que la naturaleza.
Y en tal caso, los mecanismos puestos en juego en el desarrollo de las
enfermedades son mecanismos regidos por fenómenos internos a nuestro
organismo, propios de cada individuo. La vacunación no es más que un
procedimiento artificial y aventurado de falsa protección del organismo.

La asepsia celular
Pasteur estaba seguro de su afirmación: la célula es virgen. La noción
de “mutación”, “transformismo”, “polimorfismo” de los micro-organismos
era extraña para él. Uno de sus contemporáneos y colega, el Profesor
Antoine BECHAMP (4) no tenía la misma visión y se opuso a Pasteur
durante una polémica que duró 20 años. Lo que había descubierto
BECHAMP contradecía las teorías pasteurianas. En efecto, gracias a
investigaciones y experimentaciones profundas, por supuesto con
los medios que contaba en la época, este auténtico sabio ha podido
demostrar que existían granulaciones muy pequeñas en la sangre
a las que denominó “microzymas”. Es gracias a su estudio sobre
fermentaciones, en 1860, que BECHAMP pudo afirmar que el proceso no
era debido a microbios “atmosféricos” sino a una transformación química
producida por organismos vivos endógenos. Este descubrimiento le valió
el sarcasmo de sus adversarios.

Los microzymas constituyen el primer elemento de construcción de la
vida; la célula, elemento transitorio, no es la unidad vital más pequeña,
BECHAMP constató que esas tres pequeñas partículas ó “granulaciones” :

_ Eran extremamente resistentes (en particular al calor);

_ Eran agitadas por movimientos brownianos (en perpetua trepidación o
agitación);

_ Eran capaces de tomar formas diferentes, en función del estado de salud
del organismo, esta transformación respondiendo a una ley biológica
y evolutiva en varias fases hasta la formación de bacterias, pudiendo
estas bacterias a su vez regresar para reconvertirse en microzymas si las
condiciones lo permiten;

_Eran persistentes tras la muerte del animal.

La obra de este sabio era bastante innovadora y a la vuelta de la esquina
se ha visto confirmada por todos los descubrimientos contemporáneos.
Admitimos hoy, la presencia de unidades virales en el citoplasma de
las células, la presencia de ADN en las mitocondrias, estos orgánulos
reproduciéndose como seres microbianos. El mérito de BECHAMP
es haber hecho la prueba del polimorfismo microbiano lo que abría
la puerta a una nueva concepción: los microbios no son la causa de
las enfermedades sino su consecuencia. Cuando el terreno está en
desequilibrio es cuando se manifiestan los micro-organismos. Estas teorías
están hoy día confirmadas por los trabajos de numerosos científicos.
Como lo escribía el Dr. EMILY “La teoría de Bechamp es a la biología lo que
el tronco es al árbol”.

Conviene señalar que CLAUDE BERNARD, aproximadamente por
la misma época había comprendido él también, el origen de los
microorganismos: “los gérmenes de estos fermentos no estarían en el aire
sino en los líquidos mismos… Siempre hay formación de granulaciones
moleculares en el líquido en alteración. ¿Son los microzymas de

Béchamp?...La experiencia de Gay-Lussac es muy exacta y el rol de
los gérmenes no es lo que cree Pasteur. Estos gérmenes no los hemos
visto nunca. Las experiencias de Pasteur sobre el racimo de uva son
erróneos.” (5). La experiencia de GAY-LUSSAC demostró que el fermento
de la vinificación nace en el medio anatómico de la célula de uva en
descomposición, mientras que los Pasteurianos afirmaban que nacían
en el aire, cuando únicamente el oxígeno necesario para la fermentación
proviene de éste.

En nuestros días, nadie puede sostener el dogma de la asepsia celular.
Aunque en vaccinología, continúa reinando. Las líneas celulares contínuas
utilizadas normalmente en los laboratorios para fabricar vacunas (células
VERO por ejemplo para la vacuna de la polio) son invariablemente
contaminadas por elementos internos que, una vez inyectados en el
cuerpo, pueden tener un comportamiento inesperado. ¿Quién puede
garantizar la asepsia de los productos biológicos puestos a la venta, las
vacunas, en primer lugar?; ¿Quién puede garantizar su inocuidad?

“Toda célula eucariota puesta en cultivo termina por liberar virus
en el medio de cultivo. Se trata de virus elaborados por las células
durante su cultivo, lo que prueba que ellas tienen la información
genética para hacerlo. Este descubrimiento reduce por tanto a cero
el dogma pasteuriano de la asepsia celular” señala Michel GEORGET
(6). Recordemos que durante el descubrimiento del virus SV40 en la
vacuna contra la polio en los años 1960, nos hemos dado cuenta de que
cantidades de virus simiescos desconocidos hasta entonces, se alojaban
en las células del riñon del mono utilizadas en la fabricación de la vacuna.

La protección vacunal
Según la ortodoxia médica, la eficacia de una vacunación se mide por
la producción de anticuerpos neutralizantes que ésta sea capaz de
generar. Es todo. Se trata pues de medir únicamente lo que llamamos “la
inmunidad humoral”. Ahora bien, existe una inmunidad celular, incluso
más compleja, es mucho más difícil de cuantificar, no existen tests para
ello.

Recordemos que los anticuerpos no son más que una ínfima parte de
la respuesta inmunitaria. Existen otros mecanismos complejos que
intervienen. Los anticuerpos no son más que los testigos de una agresión,
un poco como el morado que aparece sobre la piel testimonio de un golpe
que hemos recibido. Además, los anticuerpos, sobre todo si proliferan
numerosamente o de manera anárquica (tras vacunaciones múltiples
y repetidas, por ejemplo corren el riesgo, a pesar de los fenómenos
reguladores, de tener una acción inversa de la que deberían tener. Pueden
por tanto volverse patógenos, esto es lo que ocurre en las enfermedades
auto-inmunes, en las alergias, en las enfermedades de complejos
inmunes, etc… A menudo, los anticuerpos son inoperantes ya que a pesar
de una tasa de anticuerpos muy elevada, un individuo puede desarrollar
la enfermedad contra la cual se le ha vacunado. Pueden incluso agravar
una enfermedad.

El Dr. Andrew MOULDEN (7) explica que el exceso de anticuerpos
obstruyen los vasos sanguíneos y pueden hacerlos estallar; los glóbulos
blancos demasiado numerosos pueden incluso bloquear la entrada de
los capilares a los glóbulos rojos y así reducir el aporte de oxígeno en los
vasos y producir una isquemia (parada de la circulación de la sangre).
Fijándonos en las paredes de las venas pequeñas, los glóbulos blancos
comprimen el flujo sanguíneo de manera peligrosa. Todo esto se paga con
patologías a largo término.

A la inversa, también puede producirse la ausencia de anticuerpos
detectables. Un porcentaje no despreciable (entre 5 y 20% de los
vacunados) no producen anticuerpos a ciertas estimulaciones antigénicas.
¿Qué podemos pensar de su sistema defensivo? ¿Están inmunizados?
¿Cómo puede ser que nadie sepa nada hasta día de hoy?, con una
inconsciencia total, se recomienzan las inmunizaciones: 6 inyecciones
de vacunas contra la hepatitis B están previstas por Ley. Antes, los que
nunca cambian de opinión (en plan borreguil) se veían inoculados por tres,
cuatro hasta 10 BCG.

¿Qué protección puede aportar una colonia forzada de anticuerpos? Los
celadores de las vacunaciones pretenden que el sistema inmunitario
es capaz de producir cantidades incalculables de anticuerpos sin ser
perturbados, e incluso, cuanto más produce, mejor se porta. Esta
afirmación es totalmente falsa. Un hecho viene a desmentirlo: las vacunas
múltiples debilitan bastante más al niño que las vacunas unitarias. El
cuerpo no aprecia demasiado el estar obligado a “batir” diez veces más
para afrontar ataques repentinos y agrupados. Por otra parte, el sistema
inmunitario, aunque muy eficiente, también es muy sensible, no es
inagotable y está hecho para practicar con los gérmenes que se encuentra
pero no con agresores químicos directamente bombardeados en el
cuerpo.

II- EL POLIMORFISMO MICROBIANO VISTO POR DIFERENTES CIENTÍFICOS

Antoine BECHAMP (1816- 1908)
¡Este gran nombre no figura ni siquiera en el “petit Larousse” ¡ Hemos
evocado un poco más arriba sus descubrimientos. Se opuso a Pasteur
particularmente acerca de la enfermedad de los gusanos de seda y de
las fermentaciones. Y es sobre todo el descubrimiento de la acción de las
bacterias en la descomposición cadavérica la que le permite mostrar el
transformismo de los microzymas. En el carbonato de calcio que utilizó
para sepultar el cadáver de un gato, se da cuenta de que los microzymas
estaban presentes aún después de la descomposición del cuerpo, que
las bacterias, libres de microzymas , ellos mismos organismos vivos
preexistentes en el organismo, habían devorado. Concluyó que el cadáver
de un animal no estaba totalmente muerto, lo que estaba vivo vivía para
continuar un ciclo perpetuo de vida y transformación. La fórmula que es
la suya: ”Nada es presa de la muerte, todo es presa de la vida” resume
este descubrimiento fundamental. En resumen, Bechamp enuncia que los
microzymas según su entorno, pueden evolucionar en hongos, levaduras,
o en bacterias, las cuales tienen un potencial de transformación.
Consideramos a BECHAMP como el precursor de la puesta en evidencia
de las enzymas, a las que dio el nombre de “zymases”. Adelantándose
a su tiempo, fue vilipendiado por la comunidad científica. Sin embargo
anunciando “solo existe una química”, estaba en la verdad. Reenviamos
al lector a varias publicaciones si desea profundizar en sus conocimientos
sobre los descubrimientos de Antoine BÉCHAMP (8).

Jules TISSOT (1870-1950)
Digno seguidor de BECHAMP, el profesor TISSOT se ocupó de demostrar
la naturaleza bacteriana de los elementos que componen la materia viva
(9). A partir de numerosos experimentos y fotografías de lo que veía al
microscopio óptico, ha podido mostrar que la materia viva (9). A partir de
organismos que ha llamado “organites”. Por un lado “el organite haltera”,
que es la sustancia misma de la materia viva y que ejerce la función
constructiva de los tejidos y órganos; por otro “el organite bacteriano”
que es la granulación del colibacilo y que ejerce la función capital de
realizar las acciones químicas o fermentativas del organismo. El colibacilo
(hoy decimos “Escherichia coli”) es un elemento constituyente normal y
constante del organismo animal. Es éste el que completa las funciones
químicas de naturaleza fermentativa (el cuerpo es una máquina compleja
de digerir y evacuar). Cuando un estado mórbido afecta al organismo,
el colibacilo puede tomar otras formas y convertirse en una bacteria
suceptible de liberar productos de degradación o de desasimilación,
como una toxina. TISSOT explica que el bacilo del tétanos no es otra
cosa que la forma anaerobia del colibacilo, el cual puede desarrollar la
enfermedad- es decir una gran limpieza de los tejidos dañados- sobre
todo si gérmenes “pyogénes”(streptococos, stafilococos, etc… grandes
devoradores de oxígeno) se encuentran presentes y si las condiciones
de anaerobia son estrictas. En presencia de oxígeno, el bacilo tetánico
vuelve a ser un colibacilo comensal inofensivo. Nos demuestra, fotos que
lo corroboran, que el ciclo del desarrollo de los cultivos bacterianos de la
forma bacilar (ex tétanos, tuberculosis) comporta 4 fases:

-1 Aglomeración de los elementos

-2 Fusión de los elementos en las masas

-3 Germinación y emisión de filamentos

-4 Segmentación de los filamentos en elementos bacterianos, ellos
mismos se dividen también.

Los trabajos de TISSOT sobre los mohos y las diferentes estructuras
fúngicas (hongos) le han permitido describir lo que ha denominado “ultra
virus” o “virus filtrantes”. Todas las formas microbianas evolucionan
según un ciclo recordando la metamorfosis de los insectos (larvas, ninfas,
mariposas) o de los peces y pueden presentarse bajo las tres formas
de bacterias, de virus o de micelio (hongo). Estos descubrimientos eran
revolucionarios pero titubeantes para la época. Hoy día se ha pulido y lo
que ha descubierto TISSOT podría corresponder hoy a los mitocondrias,
a las fibras de colágeno o a los mycoplasmas. Incluso si ha interpretado
sus observaciones de forma errónea, han contribuido a hacer avanzar los
conocimientos.

Augusto LUMIERE (1862-1954)
Ni Béchamp ni Tissot se preguntaron ¿porque motivos esas alteraciones
celulares se manifestaban?, ¿porque mecanismos y bajo qué influencias
ocurrían? . Otro debía responder: el biólogo Auguste LUMIERE, hermano
de Louis con su teoría de la floculación. Las alteraciones de los orgánulos
se producen cuando la célula es asfixiada por costras en sus periferias
(desechos humorales) . LUMIERE explica que el estado coloidal es el
estado normal de salud de la célula. Está caracterizado por un equilibrio
eléctrico que hace que la sero-albúmina disperse a los glóbulos.

La ruptura de este equilibrio produce la floculación. Estas precipitaciones
son los lugares de mutación brusca y anormal, origen de los microbios.
La floculación está causada por unas impurezas humorales y una
polarización de la cobertura celular. Esta polarización es el resultado
de oxido-reducciones anormales, de problemas en el metabolismo, de
asimilaciones y desasimilaciones incompletas acarreando problemas en
la alimentación y en la forma de vida. Curarse es “deflocular” (separar
los flóculos asociados de un colloïde). El buen entretenimiento de
nuestros tejidos evita el desequilibrio y frena las mutaciones nocivas de
nuestras células. Esta visión de la biología celular convierte en inútil toda
vacunación encaminada a destruir microbios que nos pertenecen y que no
forzosamente nos quieren dañar (32).

Gunther ENDERLEIN (1872-1968)
Considerado por otros investigadores (tales como F. HUEPPE, W. KRUSE,
M.GRUBER, F. LEONIS, N.R.SMITH, K.B.LEHMANN y JJ. NEWMANN), como
uno de los dirigentes de la bacteriología no pasteuriana. Descubrió los
mismos microorganismos que BECHAMP a los que llamó “protites”.
Circulando por la sangre, las “protites” son resistentes e inmortales
y evolucionan en varios estadios en función de las condiciones del
medio, hasta convertirse en microbios. Esta es de nuevo la prueba de
la adaptabilidad del mundo microbiano (pleomorfismo). Los elementos
intracelulares viven en armonía con las células y colaboran con ellas en
sus funciones fisiológicas benéficas para la salud. Estamos en las antípodas
de las teorías pasteurianas. Los descubrimientos de ENDERLEIN han
servido de base para la realización de los “tratamientos isopáticos” usados
en homeopatía.

“En 1906 y 1907, una publicación de N.NEISSER y R.MASSINI concerniente
a la observación de mutaciones posibles sobre una cepa colibacilar
reavivó el debate. En 1914, se publicaron una serie de trabajos acerca de
la variabilidad bacteriana por Philip EISENBERG. Después, un grupo de
investigadores ha continuado su trabajo en este sentido, trabajando sobre
todo en el estudio de las perturbaciones sanguíneas que acompañan
los estados tumorales. Se han reunido en una Agrupación Internacional
de Biólogos del Cáncer y de la Leucemia. Se han redactado numerosas
publicaciones sobre el tema pero ninguna parece haber despertado
suficientemente el interés de los medios oficiales para cuestionar el
dogma pasteuriano”. Podemos leer en un artículo del 14 de mayo del
2004 consagrado a la concepción de Enderlein en el sitio AMESSI (10).

Pr. BOCHIAN (época de la ex-URSS)
Bochian apoyó las tesis de transformismo microbiano defendidas por el
agrónomo Trofim LYSSENKO, poeta cantor de la agricultura soviética, hoy
día muy controvertido a causa de su coloración política. En 1935 sintetizó
el virus del mosaico del tabaco. Pero es su estudio sobre la tuberculina el
que adquirió fama. Demostró que los virus filtrantes podían transformarse
en microbios y viceversa y que podían evolucionar a otras formas de
microbios lo que hoy día está perfectamente admitido. Nos muestra
también que los virus no son parásitos celulares constantes, no pudiendo
existir más que en ese medio nutritivo. Los virus y las bacterias
representan estadios diferentes de existencia y desarrollo de los
microorganismos en sí. El metabolismo de los virus, su división y su
multiplicación se desarrolla mediante cristalización. En el caso de la
tuberculina ha demostrado que esta toxina (b) juzgada como inerte podía
en ciertas condiciones convertirse en bacilos de koch.
Este descubrimiento se corroboró por numerosos casos de oleadas evolutivas
de tuberculosis que han podido ser observadas tras una cuti-reacción.
Hemos podido leer en la “Gazette des hôpitaux” (9/08/1939) bajo la
pluma de un médico nada anti-vacunalista: “Biológicamente, la
tuberculina es una toxina sensibilizante, cuya actividad agresiva sobre
nuestras células prepara su colonización por el bacilo de koch”(5).
BOCHIAN o TISSOT habrían podido añadir que no solo es una toxina
sensibilizante sino que es una forma evolutiva de bacilo en sí.

Bárbara Mc CLINTOCK (1902-1992)
Genetista americana que hizo un trabajo magnífico sobre los cromosomas
y fue la primera en describir “la inteligencia de las células”. Sus
investigaciones fueron despreciadas al principio pero acabó recibiendo,
en 1983, el premio Nobel de medicina por su descubrimiento de
los “transposones” (secuencia de ADN que puede moverse de manera
autosuficiente a diferentes partes del genoma de la célula, pudiendo
reproducirse de manera autónoma en el genoma de las células). Este
descubrimiento rompía con la visión mecanicista de los virólogos que
únicamente ven en la célula una entidad pasiva, víctima de la invasión de
parásitos celulares (virus, retrovirus, etc…). Para ella, los virus no resultan
de una infección pero si de una transformación interna en el interior de
nuestras células.

Louis Claude VINCENT (1906- 1988)
Fundador de la bioelectrónica, este ingeniero construyó un aparato que
permitía, basándose en tres elementos de referencia: el pH sanguíneo,
el potencial de óxido-reducción y la resistividad, medidos en sangre,
las orinas y la saliva, determinar el estado del terreno de los individuos.
Las alteraciones que observaba con su aparato eran el testimonio de
una transformación celular. Hizo recalcar que las vacunas favorecían
la obtención de un terreno sobreoxidado abriendo paso al cáncer. En
colaboración con una farmacéutica, Jeanne ROUSSEAU, hizo numerosos
análisis al agua y confirmó el origen endógeno de los virus. Para este
sabio, la noción de terreno es fundamental. Actualmente sabemos, por
ejemplo, que en los enfermos de Sida, el toxoplasma o bacilo de Koch
aparece sin que haya habido el mínimo contagio exterior, únicamente
porque el terreno se encuentra totalmente debilitado (11).

Louis PILLEMER (1908-1957)
En los años 1950, un joven investigador de la Universidad de Yale, acosado
por sus contemporáneos, se aisló en su laboratorio y se suicidó. Acababa
de hacer un descubrimiento importante que iba a hacer evolucionar la
inmunología: el descubrimiento de una extraña proteína de la sangre que
no era un anticuerpo pero que podía ejercer su función: la properdina.
Era un desafío a los trabajos consagrados a la inmunología. Los profesores
que debían su situación a su teoría de anticuerpos, no querían ni oír
hablar del tema. Los más eminentes, le acusaron de valorar “un error de
laboratorio”. Cuando no pudo más, puso fin a su vida. Actualmente su
descubrimiento está a la orden del día en las facultades y congresos, pero
han olvidado su nombre (12).

León GRIGORAKI (monográfico publicado en 1966)
Al igual que sus predecesores este médico profesor de la facultad de
medicina de Atenas hoy fallecido, conocía muy bien el transformismo
de los microbios, en particular su trabajo sobre el ciclo del bacilo de
la tuberculosis. Durante el transcurso de sus investigaciones sobre el
bacilo de koch descubrió una fase sexuada (la de la aglutinación de
los elementos, ya vislumbrada por TISSOT) indispensable para que los
microbios existan. Los microbios no mueren, pasan a una fase sexuada y
no hay manera de deshacerse de ellos. Esta complejidad suplementaria
explicaría las recaídas en las enfermedades agudas y los accesos
periódicos en las enfermedades crónicas. Permite también vislumbrar
una explicación a los efectos indeseados de las vacunas cuyos elementos
microbianos se encuentran en fase sexuada en nuestro organismo.
Estos descubrimientos no atrajeron la atención en vida de su autor, pero
hicieron su camino y hoy día otros científicos se los han apropiado.

Alexis CARREL (1873-1944)
Gran científico cuya memoria desgraciadamente emborronada por sus
teorías sobre eugenismo, pero que hizo avanzar muchos conocimientos
en fisiología. Jamás defendió abiertamente tesis no pasteurianas pero
encontramos en sus escritos suficientes elementos para ver en él un
médico hipocrático. Reconoce que la enfermedad está en nosotros
(concepción dinámica individual de los disturbios mórbidos). Defensor de
la noción de terreno, percibe bien toda la importancia del medio interior y
de sus cambios (antes se hablaba de “humores”). “la medicina hipocrática
en contradicción con las tendencias doctrinales actuales, resultado de sus
descubrimientos pasteurianos y que se aferran ante todo a la investigación
y a la neutralización de los agentes patológicos externos considerados
como los primeros responsables de las enfermedades” escribía en un
pequeño trabajo publicado al final de su vida (13).

Wilhelm REICH (1897-1957)
Este médico alemán, discípulo de Freud, cuyas ideas han sido muy
controvertidas y mal interpretadas, se volcó también sobre los misterios
de la biología. En sus estudios acerca del cáncer, constató la presencia de
protozoos en el interior de los tumores. Concluyó que estos organismos
eran el producto de la putrefacción y de la descomposición orgánica
que se producen en el interior del tumor. Yendo más allá en sus
investigaciones, pudo determinar incluso filmar unas estructuras que
juzgó ser el origen de la vida y que denominó “biones”. Se trata de
vesículas de energía representando estadios intermediarios entre la
sustancia mineral y la sustancia viva. Cargados de energía “orgonal” (o
sexual) se transforman durante su desarrollo en protozoos (seres vivos
unicelulares) y en bacterias o bacilos (14).

René DUBOS (1901-1982)
Biólogo y ecologista francés profesor de la Universidad Rockefeller
en los EEUU, publicó numerosas obras donde sentimos la misma
cercanía de BECHAMP o TISSOT. En cuanto al tétanos en particular,
escribía en 1954: “Las esporas del Clostridium tetani u otros Clostridium
pueden permanecer años en los tejidos sin causar el mínimo síntoma de
enfermedad: los clostridium pueden incluso multiplicarse: sin embargo
estos bacilos pueden reactivarse mediante estímulos o traumatismos, una intervención
quirúrgica o una infección local” Para él, virus y bacterias no son la
única causa de la enfermedad infecciosa, hay algo más. En su libro “Man
adapting”, pag. 179, evoca unos organismos intracelulares capaces
de reproducirse de forma endógena y de transformarse en bacterias
en ciertas circunstancias, y en estadios diferentes. Constató que este
fenómeno puede explicar la aparición de “infecciones atenuadas”, que no
podrían explicarse si las células fueran atacadas desde el exterior ya que
los daños serían los mismos para todos y de la misma intensidad (15).

Ernest VILLEQUEZ (1902-…)
Otro sabio que hemos mantenido en la sombra. Hizo un descubrimiento
de importancia: el parasitismo latente en la sangre. “La noción biológica
fundamental del parasitismo latente en sangre une la tesis sobre la
intervención de agentes vivos presentes en los organismos animales y
ejerciendo secundariamente y necesariamente cuando son realizadas
las causas de receptividad local y general, en particular los problemas
bioquímicos.” (16). Todo está dicho en este corto escrito de VILLEQUEZ
donde encontramos de nuevo la constancia de los descubrimientos
expuestos precedentemente. Tras haber sido nombrado en 1952, director
del centro regional de transfusión sanguínea de Dijon, puso a punto
un método de diagnóstico precoz del cáncer, que fue inmediatamente
boicoteado. Tras un encuentro con Gaston NAESSENS fue testigo de su
proceso en Francia en 1965. No habiendo sido nunca reconocido por la
inteligencia médica, este médico quedó ignorado y hoy podemos apostar
que sus tests ya no se usan.

Gaston NAESSENS (1924)
Francés exiliado en Canadá, donde también fue perseguido por orden de
médicos por ejercicio ilegal de la medicina, terminó vencedor del proceso
rotundo que le habían intentado las autoridades en 1989. ¿Sus crímenes?
el haber descubierto, gracias al microscopio de RIFE el cual había
perfeccionado, unos corpúsculos en la sangre a los que llamó “somatides”
y que le permitieron poner a punto diversos productos para sostener a los
enfermos de cáncer. Como Enderlein pudo constatar que los “somatides”
como los “microzymas”, los “protites” o los “biones”, son indestructibles,
forman la base de la vida y evolucionan bajo diferentes formas según el
estado general de la persona. En función del terreno, la somatide pasa por
una serie de fases (él observó 16) desde la forma esporulada, pasando por
el bacilo y la forma miceliana. La somatide podría ser una forma de “virus”
que en vez de ser la causa sería la resultante de la enfermedad. NAESSENS
precisó que los somatides debían ser precursores del ADN y también
condensadores de energía. Actualmente el 714-X, medicamento puesto
a punto por NAESSENS es administrado a enfermos de cáncer por vía
intraganglionar y parece, según los testimonios, haber coronado el éxito
(17).

Archie KALOKERINOS y Glen DETTMAN
Dos amigos australianos que han trabajado mucho sobre los problemas
de salud de los aborígenes. Discípulos de Linus PAULING, constataron
que un aporte masivo de vitamina C en este pueblo carente de ella, les
evitaba la muerte. Persuadidos de que las vacunaciones proporcionadas
a ese pueblo desnutrido había contribuido a debilitarlos terriblemente,
lograron salvar a niños de la muerte gracias a administrarles dosis
elevadas de vitamina C. Comparten las visiones de BECHAMP sobre el
origen interno de las enfermedades. KALOKERINOS continúa actualmente
su trabajo de información en su país publicando numerosos artículos (18).

Wae WAN-HO (1941)
Inspirándose en los descubrimientos de Bárbara Mc CLINTOCK, esta
genetista se volcó sobre los problemas de ingeniería genética. Explica que
las células son un hogar de dinamismo y energía capaz de crear elementos
nuevos y renovarse. Ésta científico se ha convertido en directora del ISIS
(Instituto de ciencia y sociedad) que lucha por una ética en el uso de las
biotecnologías.

James A. SHAPIRO
Bioquímico en la Universidad de Chicago, explica en sus publicaciones,
como un organismo reestructura su material genético en respuesta a un
estrés del entorno. Por otra parte, nos muestra como las células contienen
millares de información y son capaces de desarrollar todo un abanico de
estrategias de comunicación y de evolución, lo que prueba su inteligencia.

Robert FOLK
Geólogo a la Universidad de Texas, en 1990, observa al microscopio
electrónico extrañas estructuras ovoides de talla muy pequeña en unas
rocas carbónicas a las que denominó “nano-bacterias” o “nanobes”
y que consideró como formas de vida hasta ahora desconocidas.
Estas partículas resultan muy resistentes. Después de esto, otros
investigadores descubrieron los nanobes en otros minerales. El Pr. P.
UWINS de la Universidad de Queensland, en 1998, confirmó que los
nanobes son capaces de reproducirse y contienen ácidos nucleicos.
Otros investigadores los han encontrado en el organismo humano,
particularmente en la sangre y en los tumores, parecen fuertemente
implicados en los cálculos renales, pero el rôl exacto queda todavía por
descubrir (19).

Douglas ROBINSON
Fundador de la sociedad Denovo Biologic a Arlington (Virginia). Consiguió
aislar a partir de cultivos sometidos a estrés, diferentes tipos de cuerpos
bacterianos (20). De esta forma ciertas células eucariotas humanas
pueden, en situación de estrés respiratorio, fabricar bacterias. “Ya
sabíamos que ciertos virus estaban agazapados en nuestro genoma,
exprimiéndose de vez en cuando, pero nadie había puesto en evidencia
tal comportamiento para las bacterias” (www.exobiologie.info/articles/
page3.html). Hemos bautizado estas bacterias VLIA (Virus Like Infectious
Agents). Este descubrimiento deja en mal lugar a las teorías pasteurianas
y aporta la prueba de que el estrés, o cualquier agresión mayor, repetida,
a nivel celular,puede desencadenar una patología. ¿Que son las vacunas
sino un estrés mayor? La enfermedad nace en el interior mismo de
nuestras células. Esto nos lleva a revisar numerosos conceptos clásicos
acerca de las infecciones de retrovirus así como sobre el origen de los
procesos de cancerización.

Paul CHENEY
Director de una clínica en Carolina del Norte, es conocido por sus trabajos
sobre el Síndrome de Fatiga Crónica. Aunque se trate de un médico
digamos “ortodoxo”, entrevemos en sus escritos que ha puesto su dedo
sobre las mismas nociones que sus predecesores. En una exposición
sobre el “glutathion” (transportador de hidrógeno), subrayaba: “Los
estados de inmunodeficiencia pueden desencadenar la activación de
microbios endógenos en presencia de una insuficiencia de glutatión. Esto
podría explicar porqué en un estado de inmunodeficiencia tal como el
estado de Fatiga crónica vemos activarse una cantidad de microbios
endógenos como el EBH, CMV, HHV6, mycroplasma incognitus, chlamydia
pneumoniae, candida…¿ Porqué se produce esto? Probablemente porque
los cytokines excesivos estimulan sus organismos, sobretodo en caso de
carencia de glutatión”. Conclusión: el glutatión tiene virtudes antivirales.
Aumentando el nivel de glutatión evitamos la réplica de los virus. Además,
la falta de glutatión crea un desequilibrio favorable para la aparición de
microbios endógenos (21).

Lynn MARGULIS (1938)
Profesora de la Universidad de Massachusetts, presentó en 1960, su
teoría “endosymbiotica” (22) según la cual los mitocondrias (bombas
de energía para el metabolismo de las células) en el citoplasma de
las células tendrían un origen simbiótico, derivarían de bacterias que
vivían en simbiosis al interior de las células. De nuevo una visión de la
evolución basada en el transformismo endógeno de los microorganismos.
Al principio excéptica, la comunidad científica ha terminado por validar
sus descubrimientos. Entre 1970 y 2007, hizo aparecer numerosas
publicaciones (cf Wikipedia en inglés)

John MAYNARD SMITH (1920-2004)
Biólogo británico que trató la evolución y los orígenes de la vida en todas
sus publicaciones. Sugiere que las primeras células han tenido como
precursores unas pequeñas estructuras a las que llamó “medio-células”,
que se habrían formado como pequeñas ampollas en la superficie de los
minerales (22).

Miroslav RADMAN (Unidad 571 INSERM)
“La génesis de las mutaciones, base de la evolución de las especies
pero también del desarrollo de las enfermedades, constituye el campo
de estudios privilegiados del laboratorio del Pr. M. RADMAN (facultad
de medicina Necker, Paris). Descubriendo dos sistemas mayores de
reparación del ADN, este investigador ha agitado un dogma de la biología
evolutiva, descifrado el mecanismo de la barrera genética entre especies
y aclarado el proceso de resistencia bacteriana a los antibióticos y a las
radiaciones ionizantes (23).

El sistema “SOS repair” descubierto en 1974 por M. RADMAN es activado
por el estrés: solicitado por la llamada de socorro de la célula, favorecerá
la génesis de mutaciones, salvadora para la especie. Es pues un proceso
acelerador de mutaciones, creador de diversidad genética y un motor
de la evolución. “La célula intacta no estresada no es competente para
producir mutaciones, subraya M. RADMAN, pero durante un estrés
importante, el proceso de creación de mutaciones es activado. La
mutación que ha aparecido durante mucho tiempo como un accidente
químico puramente aleatorio, corresponde aquí a una decisión celular,
un proceso genético controlado, por la necesidad de reparar el ADN
lesionado”(23).

El sistema “mismatch repair” juega un rôl crucial para la fidelidad y el
mantenimiento de la integridad del genoma. Puso en evidencia en 1976,
la bacteria, corrige el 99% de los errores de réplica del ADN. Enfrentados
a un estrés, las bacterias, por ejemplo, modulan la tasa de mutaciones de
un gen confiriendo resistencia a un antibiótico. La estrategia adaptativa
de las bacterias evoluciona mostrándonos extraordinarias capacidades de
construir la vida.

Sorin SONEA y Maurice PANISSET (libro aparecido en francés en 1980)
Conviene citar a estos dos autores canadienses de la Universidad de
Montreal que han contribuido a aportar una piedra importante en el
edificio evocando el mundo microbiano como unidad y entidad. Para ellos,
los virus están presentes en las bacterias en estado de “prophages” y
no son más que informaciones liberadas por las bacterias cuando hacen
el “teléfono celular”. “Si desordenamos el mundo bacteriano mediante
nuestra intervención, esto puede llegar a comprometer la vida sobre
la tierra” escriben (24). ¿Qué es lo que estamos haciendo con las
vacunaciones?

El Dr. Guy LONDECHAMP confirma este descubrimiento diciendo que
los virus son emisiones de una fracción de ADN, saliendo del núcleo
celular y traduciendo una información destinada al conjunto del
organismo. Son mensajeros. La enfermedad será entonces la resultante
de esta información viral que nuestro sistema inmunitario no llega a
resolver. Jacqueline BOUSQUET añade que la enfermedad resulta de
una degeneración de la célula sobre el plan vibratorio. Cuando la tasa
vibratoria de la célula disminuye, no puede controlar los elementos que la
componen, y estos organites retoman su vida propia (25).

Además, es plausible atribuir a los virus una función positiva: ¿no serían
una sabia respuesta de las células a un problema medioambiental, una
inteligente opción elegida por las células para resolver una dificultad en el
organismo? Esto supone que nuestras células están en perpetuo cambio.
Los fabricantes de vacunas no pueden actualmente ignorar este hecho
y hacer creer que las células son inmutables y responden de manera
standart a los estímulos vacunales.

Destaquemos que un grupo de investigadores de la Universidad de
Heidelberg ha realizado un estudio probando que las partículas de
retrovirus eran excretadas por células cancerosas (de cáncer de pecho) y
provenían de provirus endógenos de diversos orígenes (26).

Hay que saber que las ideas que estamos exponiendo brevemente, no
son compartidas por todo el mundo; en la comunidad científica, muchos
piensan que esas ideas son chifladuras. Defienden posiciones inmutables
como Lyse THIRY : “Los virus no representan probablemente una forma
primitiva de la vida, porque son parásitos que, tienen necesidad de otra
vida para que les ayude” (27).

David J. HESS
Profesor de ciencia y tecnología en Estados Unidos, este investigador ha
hecho suya las ideas sobre polimorfismo (o pleomorfismo) microbiano de
Antoine BECHAMP, al que se refiere, particularmente en su libro “¿Pueden
las bacterias se la causa del cáncer? (31). Sugiere emplear terapias
alternativas para curar el cáncer, terapias que tendrían en cuenta el rol de
las bacterias y su evolución en los procesos degenerativos.

III- CONCLUSIÓN
Podríamos alargar esta lista de “visionarios”, según palabras de Simone
BROUSSE (28), lejos de ser exhaustiva. Lo que queremos remarcar es toda
la importancia de una aproximación no pasteuriana de la biología que
debe actualmente conducirnos a “revisar nuestros conceptos” según la
expresión de Michel GEORGET. Ya es hora suficiente de que salgan a la
luz los trabajos de todos los científicos que han contribuido a abrir nuevos
horizontes, sin buscar la gloria, como fue el caso de Pasteur, acabe el uso
obligado de las vacunaciones, ya que, herencia de una ciencia errónea,
son el mayor y evidente perturbador de la construcción de la vida, nos
encaminan hacia la enfermedad y la muerte. En vez de combatir un agente
infeccioso vacunando, más valdría ayudar a comprender la dinámica
interior perturbada. La vida es un perpetuo cambio de información. ¿Qué
hacen las vacunaciones en esta mágica maraña de energía en movimiento
si no es desorganizar y engendrar graves problemas?

¿Pueden todos estos sabios reconciliarnos con los microbios,
constituyentes de nuestro propio organismo? Demos la palabra al
Dr. Roger RAYNAL para concluir: “Todos estos científicos han tenido
en común la honestidad intelectual de basarse únicamente en sus
observaciones y sus experiencias para proponer nuevas ideas. El hecho de
que fuesen incomprendidos (por la mayoría), algunas veces en el error,
otras precursores, no resta nada a su contribución a la edificación de los
conocimientos, proceso que se nutre de muchos más errores (y de palos
de ciego) que aciertos! Cada uno a su manera no ha dudado a oponerse
a los conceptos dominantes de su época, permitiendo así útiles debates
y abriendo a veces nuevas vías, que no han sido exploradas hasta más
adelante, y sus nombres incluso fueron olvidados… Los investigadores
actuales, a menudo no conscientes de la historia de su disciplina, se deben
interrogar y preguntar, más allá de las burlas que es la reacción de los
mediocres: “¿Qué han visto? ¿Por qué han deducido esto? ¿Qué podemos
pensar hoy? Ya que es así como se construyó, sobre sus cimientos
inestables y constantemente renovadas, el edificio del saber.” (29).

Notas bibliográficas (indicativas)
1-James Edgar STRICK “Sparks of life- Darwinism and the victorian
debates over spontaneous generation”, 2002

2-Jean ROSTAND “l´atomisme en biologie”, Ed. Gallimard, 1956

3-Dr Marc EMILY “Les microbes dans leurs rapports avec les organisms et
les maladies qui les atteignent” Ed. Le François, 1966.

4-Antoine BECHAMP “Les mycrozymas”, 1883. Reeditado por el Centro
Internacional de Estudios. A. BECHAMP, EN 1990.

5-Dr Yves COUZIGOU” Science d´aujourd´hui et mèdecine de demain”,
Ligue nacionale pour la liberté des Vaccinations. Septiembre 1966

6-Michel GEORGET “Vaccinations, les verités indésirables”, Ed Dangles,
2000.

7-Dr Andrew MOULDEN www.vacinfo.org

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Marie NONCLERCQ “Antoine Béchamp” (Tesis de farmacia) Ed. Maloine,
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de Paris.

10-www.amessi.org/la-conception-d-enderlein también www.sanum.ch

11-Louis Claude VINCENT “Bioelectronique Vincent” Ste STEC, 1979.

12-Dr. Ronald GLASSER”C´est le corps qui triomphe” de Robert Laffont,
1976.

13-Alexis CARREL “Mèdecine officielle et mèdecines hérétiques “, Ed. Plon,
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14-Dr. Wilhelm REICH “Die Bione zur Entstehung des vegetativen Lebens”,
Oslo, 1938…la biopatía del cancer”, Ed Payot, 1975.

15-René DUBOS “Man adapting”, 1965, Yale University Press.

16-Pierre LANCE “Savants maudits, chercheurs exclus” tomo 3, Ed.
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17-Cristopher BIRD “Gaston Naessens , le Galilée du microscope”, Quebec,
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18-Archie KALOKERINOS “Every second child”, 1981; DVD “The hidden
truth”.

19-FOLK R.L. “Bacteria and nanobacteria revealed in hardgrounds…”
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21-Paul CHENEY, “Dr. Paul Cheney discusses benefits of undenatured whey
protein” (08/03/2000) www.prohealthnetwork.com

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Médecine, Noviembre 2006, nº 120, p.44

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Libro “Introduction a la nouvelle bacteriologie”, Ed. Masson,1980.

25-Guy LONDECHAMP “L´homme vibratoire” Ed. Amrita, 1998.

26-SEIFHART W. Et al.”Retrovirus-like particles released from the human
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retroviral sequences” J.Virol, 1995, 6408-6416, vol. 69,nº10

27-Lise THIRY “Tutoyer les virus” Ed. Labor (Bruxelas) 1993.

28- Simone BROUSSE “Le gran tournant vers la médecine quantique” Ed.
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29-Dr.Roger RAYNAL, director de la Universidad de Toulouse, “Evolution”
Febrero 2002, sitio “Connaître, découvrir, creer” www.exobiologie.info/
articles/page3/page3/html

30-James A. SHAPIRO “Bacteria as multicellular organism”, 1997.
Janine ROBERTS “Fear of invisible”, 2009.

31-David J. HESS “Can bacteria cause cancer?” New York University Press,
1997.

32-Auguste LUMIERE
“Extraits de colloïdes et miscelloïdes, leur role en biologie et en médecine “Ed Maloine, 1933 ver también el
sitio www.cdcp.free.fr/dossiers/pasteur/pasteur.html “Pasteur et la microbiologie des agressions”.

a) _Homeostasis- mantiene a su valor normal diferentes constantes
fisiológicas del individuo (temperatura, tono cardiovascular,
composición de la sangre, etc…). La homeostasis está regulada
por el sistema nervioso vegetativo y las glándulas endocrinas. La
toma del pulso en medicina china permite darse cuenta donde se
encuentran los desequilibrios.
b) _La tuberculina descubierta por Robert KOCH en 1982, es una
proteína que extrajo químicamente de las paredes celulares del
bacilo de la tuberculosis. El test tuberculínico contiene por tanto un
sustracto, un macerado de proteínas, es decir partes de cobertura
de gérmenes. La experiencia de BOCHIAN prueba como bacterias
o virus pueden ser reconstruidos en el organismo a partir de un
fragmento.


Autora: Dra. Françoise Joët.
A partir de una conferencia hecha en Barcelona en mayo del 2009.