Resumen: Se analizan en forma detallada las historias clínicas de tres pacientes jóvenes, dos varones y una mujer, menores de treinta años, que presentaron hipertensión arterial sistémica (HTA), definida artificialmente como "Reciente Comienzo", por cuanto dicha patología comenzó no mas allá de 24 meses antes del inicio del tratamiento homeopático. Se informa asimismo de los beneficios obtenidos con el similimum en el tratamiento de estos pacientes.
Resultados: En los tres casos analizados el tratamiento homeopático resultó muy favorable, en dos de ellos se observó curación (desaparición) de la HTA, y en el otro posibilitó el control de las cifras detensión arterial, hasta ese momento objetivo no alcanzado, y posteriormente la reducción de dosis de drogas hipotensoras a una dosis mínima con estabilidad de los valores tensionales. Además hubo una notable mejoría del estado general y de la sensación de bienestar psicofísico en todos los casos y la desaparición completa del resto de los síntomas.
Conclusión: En vista de lo antedicho es lícito al menos sugerir provisoriamente, hasta tanto mas pruevas clínicas avalen estos resultados, que en los pacientes con HTA de "Reciente Comienzo" debe realizarce el tratamiento homeopático de los mismos con el similimum, el que permite cuando menos un mejor control cuando no la cura definitiva de la HTA.
Introducción:
La HTA sistémica es el trastorno cardiovascular mas frecuente en el mundo entero, afectando a mas de la mitad de la población mayor de sesenta años. En los ultimos años, a pesar del reconocimiento de un número creciente de drogas antihipertensivas que aumenta rápidamente, la HTA continúa siendo la principal causa de morbi-mortalidad cardiovascular. El presente trabajo analiza en froma detallada las historias clínicas de tres pacientes jóvenes, dos varones y una mujer, menores de treinta años, que presentaron hipertensión arterial sistémica (HTA), y los beneficios obtenidos con el similimum en el tratamiento de los mismos. Había coincidencia entre los tres casos en cuanto a la ausencia de antecedentes de HTA en los padres y hermanos, y todos tenían controles de tensión con cifras normales al menos hasta 24 meses antes del inicio del tratamiento homeopático, por lo que definió artificialmente a esta HTA como de "Reciente Comienzo".
Material y Métodos:
Caso 1: se trata de P.A. paciente femenino de 19 años de edad procedente de Pehuajó, en Noviembre su hermana me solicita que acuda al hospital donde se encuentra internada por presentar cifras de T.A. muy altas y de difícil control. Cursa el primer año en la Facultad de Agronomía y me cuenta que a raíz de una sensación de malestar y desasosiego se controló la presión hace 21 días constatandose una T.A. de 210-135 mmHg. , y como no respondía al tratamiento hipotensor se procede a internarla además para descartar causas secundarias de la misma. No hay antecedentes familiares de HTA en su familia ni otros de importancia, ella ha sido siempre sana excepto por por la aparición esporádica de dolores de cabeza asociados a una pérdida de la nitidez visual durante los mismos.Los análisis de laboratorio de rutina, E.C.G. , RX de tórax son normales salvo por la aparición de una proteinuria moderada sin compromiso del filtrado glomerular y ecografía renal normal. El F.O. muestra una retinopatía hipertensiva de 2º grado y el ecocardiograma detecta hipertrofia leve del ventrículo izquierdo. Se han descartado otras patologías endocrinas como causa de HTA, los dosajes de hormonas tiroideas, cortisol urinario, y ac. vainillín mandélico, son todos normales y también la enfermedad vascular renal por medio de radiorrenograma isotópico con captoprilo. La respuesta al tratamiento hipotensor es mala, cumple estricta dieta y luego distintos esquemas con diuréticos, bloq. cálcicos, beta-bloqueantes, inhibidores de la E.C.A., solos y combinados. Tomaba entonces: Enalapril 30 mg/d, Atenolol 50 mg/d y Furosemida 40 mg/d. A pesar del tratamiento sus cifras de tensión oscilan entre 180-160 para la Sistólica y 120-100 para la Diastólica. El exámen físico es normal excepto por una remarcada acentuación del segundio ruido cardíaco. Es una chica extremadamente delgada, de tez morena, ojos y cabello negros.Me cuenta que está muy asustada, que no ve la hora de regresar a su ciudad, que añora mucho la presencia de sus padres y abuela (que no han podido viajar por ser gente muy pobre), que todo el año sufrió su ausencia y desde que está internada aún más. Tiene apetito intenso, ("me la pasaría comiendo", dice) con marcado deseo por la sal que siempre agregó a todas las comidas. Despierta 5 o 6 veces por noche porque tiene sed. Sus ciclos menstruales aparecen regularmente cada 30 días, durando el sangrado entre 4 y 5 días, la sangre es líquida, sin coágulos y no hay molestias que se asocien a la menstruación, pero me asegura que le llama la atención que menstrúa mucho mas de noche que de día. Dice que es una chica tranquila, tímida (se ha sonrrojado varias veces durante la consulta), que le cuesta hacerse de amigos, que antes era alegre pero ya no, interrogada sobre cuando se produjo este cambio rompe en llanto y cuenta que hace 11 meses sorprendió a su novio con una amiga, lo cual le hizo sufrír una profunda desilusión, puesto que lo quería mucho; se separó de él y decidió venir a estudiar a La Plata tratando de olvidar, cosa que no logró porque le viene contínuamente a la cabeza el momento en que los encontró. Guarda hacia ambos intenso odio y resentimiento. Presenta además temor a los perros y a las tormentas.
Se repertorizaron entonces los siguientes síntomas:
1- Trast. por decepción de amor 2- Inconsolabilidad 3- Vive, pensando en acontecimientos desagradables del pasado 4- Odio 5- Malicius 6- Nostalgias 7- Temor de los perros 8- Temor de tormenta eléctrica 9- Timidez vergonzosa 10- deseo de sal 11- despertar por sed 12- Sueño interrumpido por sed 13- Menstruación más de noche 14- delgada gente 15- Visión turbia, cefalea durante.
Medicamento Puntaje 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15.
Nat-M 13/28 3 2 3 3 3 2 2 1 3 1 2 1 2
Sulph 12/18 1 1 2 1 1 1 2 1 1 1 3 3
Phos 11/18 1 1 1 1 1 2 3 1 3 2 2
Nit-Ac 9/14 1 1 2 1 2 1 3 1 2
Sep 9/11 1 1 2 1 1 2 1 1 1
Caust 8/13 1 2 1 2 2 2 1 2
Calc 7/11 1 2 2 1 1 2 2
Hyos 7/11 3 1 2 1 2 1 1
Verat 7/10 1 2 1 1 1 3 1
Stram 6/12 1 3 2 2 2
Recibió entonces en el lapso de 24 horas 3 microdosis de Natrum Muriatricum 1000 y la respuesta no se hizo esperar, a las 48 horas tuvo un brusco descenso de la T.A. que inicialmente los médicos no supieron a qué atribuirlo y que finalmente lo adjudicaron a un supuesto fallo en la administración del tratamiento hipotensor, sin embargo hubo que empezar a disminuir gradualmente los antihipertensivos y 5 días después la paciente dejó el hospital, en 15 días las cifras de T.A. Sistólica eran de 145-120 y la de Diástolica entre 95-80 mmHg. tomando solo 5 mg/d de Enalapril. Hoy luego de 5 años P.A. ha tomado distintas potencias de Matrum Muriatricum, pero se maneja mejor con la 200 que repite cada 45 días, ha podido olvidar aquella decepción, cursa 4º año de Agronomía, sigue tomando 5 mg diarios de Enalapril, y han desaparecido la proteinuria, la hipertrofia leve del V.I. y el F.O. es normal.
Caso 2: Se trata de G.A.M., varón de 29 años, casado, sin hijos, que consulta en Diciembre de 1993 por HTA diagnosticada en Mayo de 1992 y medicada con 20 mg/d de Enalapril, tos seca con arcadas y cosqulleo faringeo, mareos al levantarse de un asiento o la cama y también al agacharse, frecuentes despertares durante el sueño, repetidas visiones de fuego o llamas, palpitaciones despues de comer, por cólera, excitación y susto, cefaleas que se presentan como latidos en el occipucio, la angustiante sensación de que el corazón se paralizara, y por la aparición en los ultimos tres meses de secreción en la comisura interna de los ojos todas las mañanas y ojeras, dolores punzantes en los oídos y hormigueo en los pies. El examen físico solo es positivo para la presencia de roncus leves en ambas playas pulmonares y un soplo de 3/5 en la carótida derecha, trae consigo lab. de rutina, E.C.G., Eco-Doppler Cardíaco Carotídeo, Ventriculograma con radioisótopos en reposo y esfuerzo, Ecografía de abdomen, Endoscopía alta y F.O. todos normales. La R.X. de tórax muestra aumento de la trama broncovascular e ingurgitación hiliar leve moderada. Fuma 20 cigarrillos/día desde hace 12 años. Manifiesta un marcado deseo por las bebidas alcohólicas, la sal, y los helados (puedo tomar hasta 10 litros por semana, dice), y aversión por el pescado y el té. Es frecuente que rechine los dientes durmiendo. Interrogado por su carácter dice textualmente: "soy super calentón, cualquier cosa me arrebata muchísimo, son explosiones violentas, y empiezo con palpitaciones, me asusto mucho y pienso que voy a tener un pico de presión y se va a romper mi cerebro, vivo con ese temor". Es mecánico y trabaja en su propio taller y me cuenta que cualquier situación lo irrita en grado sumo, por ejemplo dice: " si entra un cliente y no oigo que me saluda lo trato mal y donde me pregunta o sugiere algo le contesto: ¿quiere hacerlo Ud?. Soy muy suceptible aunque se me pasa pronto y luego me olvido". Y continua diciendo "soy muy celoso, no soy para nada demostrtivo del afecto y desde que empecé con todo esto, mis sentimientos están como apagados, siento indiferencia por mi esposa, por mi trabajo, por divertirme, por todo, mis pensamientos giran en torno a mi enfermedad., no quiero salir de casa por miedo a que me de un ataque, y si veo a alguien que sufre inmediatamente pienso que me puede pasar a mi". Finalmente cuenta que sus penurias comenzaron en el año 88 cuando falleció su padre, de 71 años de cáncer de pulmon y al año siguiente su hermano de 37 años, antes sano, padece una insuficiencia renal aguda consecuencia de una glomérulonefritis y luego de varios meses de diálisis también fallece. "quedé muy impresionado y un día no mucho después me encontré pemsando EL PROXIMO SOY YO, estaba asustadísimo, simplemente aterrado, tenia mucho miedo a morir pero al mismo tiempo sentía que iba a morir pronto, llegué a pensar ojala fuera el corazón así no voy a sufrir tanto". "Algunos días despues ocurrió la descompostura, estaba cenando y sentí un dolor generalizado, empecé con palpitaciones y me puse muy pálido, estaba seguro de que iba a morir, creí que era la presión pero me la tomaron y tenía 145-80 mmHg, el E.C.G. tambien era normal y dijeron que eran solo nervios, empecé a controlarme la presión hasta 2 o 3 veces por día pero siempre era normal hasta que mas o menos un año despues por primera vez tuve presión alta, lo que se repitió varias veces llegando a valores de 200-130 mmHg por lo que finalmente fui medicado". Se repertorizaron los siguintes síntomas: 1- Trast. por susto 2- Trast. por temor 3- Presentimiento de muerte 4- indiferencia a todo 5- indiferencia a personas amadas 6- temor a la apoplejía 7- ansiedad por su salud 8- apasionado 9- oféndese fácilmente 10- Celos 11-Deseo de sal 12 Deseo de helados 13- deseo de bebidas alcoholicas 14- Aversión al té 15- Aversión al pescado 16-Rechina dientes durmiendo. Pero es interesante observar también la repertorización de los motivos de consulta del paciente, a saber: 1- Vértigo al levantarse 2- Vértigo al agacharse 3- Visión ígnea 4- Palpitaciones después de comer 5- Palpitaciones por cólera 6- Palpitaciones por excitación 7- Palpitaciones por susto 8- Pecho sensación de que el corazón se ha detenido 9- Pulsaciones en occipucio 10- Decoloración, azulada, ojos, alrededor de (ojeras) 11- Secreción, comisura interna de los ojos, de mañana 12- Despertares frecuentes 13- Hormigueo en los pies 14- Dolor punzante en oídos 15- Murmullo.
Medicamento puntaje 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16.
Phos 14/28 3 1 2 2 3 1 2 1 1 3 3 2 2 2
Sep 10/19 2 1 2 3 2 2 2 2 2 1
Ars 10/17 1 1 2 1 1 1 3 1 3 3
Puls 10/17 3 1 1 2 2 1 2 2 1 2
Calc 10/15 1 1 1 2 1 3 2 2 1 1
Verat 10/14 1 1 1 1 1 2 1 3 1 2
Acon 9/17 3 2 3 2 2 1 1 1 2
Sulph 9/13 1 1 1 1 2 2 1 3 1
Bell 8/15 2 2 2 1 1 2 2 3
Lyc 8/15 3 1 2 2 1 3 1 2
Recibió en 24 Hs. tres microdosis de Phosphorus 200 y tuvo un importantísimo cambio anímico, y paulatinamente fueron desapareciendo sus aprehensiones, y volvió a sentirse interesado por vivir, la tensión arterial fue disminuyendo lentamente, se lerealizaron controles mensuales durante el primer año de tratamiento, al noveno mes y luego de su gradual disminución pudo dejar el hipotensor; actualmente a dos años de aquella consulta inicial el paciente manisiesta: " Soy otro tipo completamente distinto a la primera vez que vine", ha curado su HTA y desde el inicio del tratamiento solo ha recibido 5 dosis del medicamento.
Caso 3: Se trata de A.L., varón de 17 años que vive con sus padres y dos hermanos menores, es de complexión robusta, alto pero de tejidos blandos y fofos, consulta en Octubre de 1992 por obesidad y dolor lumbar punzante que agrava estando de pie, trae RX de columna L-S normales y el traumatólogo le ha dicho que para poder solucionar su problema debe bajar entre 8 y 10 kilos, pesa actualmente 88 kg. y es llamativo que ambos padres y hermanos son muy delgados. Se queja también de una marcada sensación de inestabilidad y mareos al agacharse. La madre que lo acompaña insiste en contarme que es muy agresivo e intratable por que se enoja muy fácilmente, ya a la mañana al despertar esta muy malhumorado. Tiene celos desmedidos de los hermanos y hasta del padre respecto de las demostraciones afectivas de la madre, y es muy rebelde parece, dice, siempre hiciera lo contrario de lo que se le solicitara; él me cuenta que es muy rencoroso, "no borro la huella de dolor que alguien me causó, lo planeo cuidadosamente y cuando menos lo espera, se lo devuelvo", dice. Es muy friolento, agrava por las corrientes de aire, tiene deseo de dulces y nunca, en ningún caso transpira. Además, desde hace dos o tres años ronca fuertísimo de noche, tanto que actualmente duerme en el cuarto del fondo de la casa para no molestar a los demás. Sufre de cefaleas por exposición al sol desde niño, por lo que en el verano usa continuamente una gorra. Del exámen fisico me llama la atención que lo encuentro hipertenso con 150-100 mmHg. , lo que atribuyo al stress de emocional de la consulta, restándole importancia. Repertorizo: 1- Malicioso, rencoroso, vengativo; 2- Celos; 3- Cólera fácil; 4 Contrario; 5- Irritable, mañana al despertar; 6- Calor vital, falta de; 7- Corrientes de aire agravan; 8 - Deseo de dulces; 9- Piel seca, incapacidad para transpirar con; 10- respiración ronquidos; 11- Cefaleas por exposición al sol. Le indiqué Nux Vómica 200 (tres microdosis en 24 hs.), una dieta hipocalórica y ejercicios aeróbicos de trote diarios.
Medicamento puntaje 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11.
Nux-V 11/23 3 3 3 2 1 3 2 1 1 2 2
Lyc 10/21 2 1 3 1 3 2 3 3 2 1
Ars 10/19 3 1 1 1 1 3 2 3 3 1
Kali-C 9/18 1 1 1 2 2 3 3 2 3
Sulph 9/18 1 2 2 2 3 3 1 2 2
Calc 9/16 2 1 1 3 3 2 1 1 2
Bell 8/16 2 1 1 2 3 3 1 3
Chin 8/15 1 1 2 2 3 2 2 2
Nat-M 8/13 3 1 2 2 1 1 1 2
Calc-S 8/12 1 2 1 1 2 2 2 1
Vuelve a los dos meses y la medre me cuenta que estuvo mas tranquilo pero los últimos días nuevamente aumentó su agresividad, la lumbalgia desapareció en un 80%, había bajado dos kilos de peso y los mareos al agacharse seguían igual. Toda parecía andar mas o menos bien pero al tomar su T.A. nuevamente era de 150-100 mmHg. Prescribo Nux Vómica 1000 tres microdosis. Cuarnta días despues regresa solo y me cuenta que anda regular, que los mareos siguen sin ninguna mejoría y que la lumbalgia ha vuelto casi tanto como al inicio del tratamiento, y que no ha podido bajar mas de peso, de carácter "como siempre", sonrríe y dice "imposible". Le tomo la Presión : 155-100 mmHg. ¿que ha pasado?. Seguramente Nux Vómica ha sido solamente un remedio similar, le reinterrogo y surgen algunas cosas: siempre se ha llevado matemáticas la que le gusta pero para la que no sirve, dice; en los exámenes o cuando esta nervioso o enojado siente algo que le apreta en la boca del estómago, por último me confía que si hay algo que le desagrada sobremanera es que lo toquen. Dice que sigue roncando, quiza mas que nunca y ante mi interés en conocer mas detalles dice que únicamente ronca cuando está acostado de espaldas, y que su respiración no es regular, que su madre le ha contado que hace pausas largas, "parece que estas muerto" le ha dicho, y luego reinicia el ciclo respiratorio con un ronquido terrible. Esa misma noche voy a su domicilio y constato apneas de 6 a 20 segundos de duración y mas de 10 episodios/hora. Repaso el caso y ahora con el diagnóstico de apnea del sueño y probable HTA secundaria a la misma, agrego a la repertorizacion anterior: 12- Respiración detenida durante el sueño13- Respiración ronquidos acostado de espaldas; 14- Aprehensión en el estómago; 15- Aversión a ser tocado; 16- Matemáticas inapto para; 17- Vértigo al agacharse; 18- Dolor lumbar punzante; 19- Dolor de espalda parado agrava; 20- Obesidad.
Medicamento Puntaje 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Kali-C 18/35 1 1 1 2 2 3 3 2 3 2 1 2 3 1 2 3 1 2
Lyc 17/32 2 1 3 1 3 2 3 3 2 1 1 2 1 2 2 1 2
Nux-V 16/31 3 3 3 2 1 3 2 1 1 2 2 1 1 3 2 1
Calc 2 1 1 3 3 2 1 1 2 1 1 1 2 2 2 3
Sulph 15/32 1 2 2 2 3 3 1 2 2 2 1 3 3 3 2
Bell 13/26 2 1 1 2 3 3 1 3 2 1 3 2 2
Lach 12/27 2 3 3 2 2 2 3 3 2 2 2 1
Ars 12/22 3 1 1 1 1 3 2 3 3 1 1 2
Bry 12/21 1 1 2 2 1 3 1 2 1 3 2 1
Chin 12/20 1 1 2 2 3 2 2 2 2 1 1 1
Recibió entonces tres microdosis de Kali Carbonicum 200, observándose una marcada mejoría en el carácter, rápida desaparición de la lumbalgia y el vértigo y luego paulatinamente comenzaron a disminuir los episodios de apnea nocturnos y se normalizó la T.A. Actualmente toma Kali Carbonicum 100M, no ronca y en el último año sus controles de presión nunca superaron los 140-85 mmHg.
Resultados: En los tres casos analizados el tratamiento homeopático resultó muy favorable, en dos de ellos se observó curación (desaparición) de la HTA, y en el otro posibilitó el control de las cifras detensión arterial, hasta ese momento objetivo no alcanzado, y posteriormente la reducción de dosis de drogas hipotensoras a una dosis mínima con estabilidad de los valores tensionales. Además hubo una notable mejoría del estado general y de la sensación de bienestar psicofísico en todos los casos y la desaparición completa del resto de los síntomas.
Conclusión: En vista de lo antedicho es lícito al menos sugerir provisoriamente, hasta tanto mas pruevas clínicas avalen estos resultados, que en los pacientes con HTA de "Reciente Comienzo" debe realizarce el tratamiento homeopático de los mismos con el similimum, el que permite cuando menos un mejor control cuando no la cura definitiva de la HTA.
Bibliografía:
Eizayaga, F.X., El Moderno Repertorio de Kent, 1979, Buenos Aires Ed. Marecel.
Vijnovsky, B., Tratado de Materia Medica Homeopática, 1980, Buenos Aires.
Paschero, T.P., Homeopatía, 1988, Buenos Aires, Ed. El Ateneo.
Autor: Dr. Carlos Néstor Cámpora, Médico especialista en Medicina Interna, Máster en Homeopatía, Director de la Fundación Médica Homeopática Vitalis.
Fuente: http://www.cncampora.com.ar/arthta.htm
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Terapias alternativas y complementarias para la menopausia: Un enfoque homeopático.
La menopausia es una fase muy importante que representa un ajuste biológico a muchos niveles, y llega a ser muy variable en algunas mujeres. Los síntomas de la menopausia pueden afectar significativamente la calidad de vida, y en las mujeres con cáncer de mama esta fase de ajuste puede verse exacerbada y prolongada cuando se utiliza terapia antiestrogénica para combatir el cáncer.
La homeopatía es una de las medicinas complementarias y alternativas que utilizan las mujeres para aliviar los síntomas que supone esta fase de transición. El tratamiento individualizado por un homeópata se considera el patrón oro (gold standard) de la atención homeopática, y representa una intervención compleja, que implica dilucidar qué remedio homeopático es el más adecuado para una mujer que presenta síntomas entre los que se incluyen los sofocos, los problemas del sueño y del estado de ánimo, los dolores articulares y la fatiga (1).
En el artículo que comentamos se describe la prestación de la atención homeopática en el Reino Unido como parte de un enfoque integrado para abordar un conjunto de síntomas difíciles de tratar. Por otra parte, se revisan los datos disponibles de estudios observacionales y ensayos clínicos aleatorizados en este contexto clínico.
Entre el 30% y el 70% de las mujeres experimenta síntomas vasomotores como los sofocos y los sudores nocturnos durante la menopausia (2), y en el 20-25% de las mujeres estos síntomas (además de la fatiga y alteraciones del ánimo) pueden persistir durante al menos 5 años. Algunos estudios confirman que los sofocos pueden llegar a comenzar a una edad más temprana, y pueden ocurrir con mayor frecuencia e intensidad en comparación con los sofocos asociados a la menopausia normal (3).
El control alopático de los síntomas menopáusicos se basa en el tratamiento hormonal, pero existen también otros tratamientos no hormonales, así como las terapias complementarias, que suponen una alternativa dados los efectos secundarios (4). La homeopatía ha estado disponible en el Reino Unido desde 1948 como parte del programa de salud proporcionado por la Seguridad Social británica (National Health Service; NHS). Así, el NHS es un marco sanitario basado en un enfoque integrado, que ofrece una gama de opciones de tratamiento convencionales y complementarias.
Historia de un caso clínico real
DG acudió a la consulta en octubre de 2007, a la edad de 54 años. Había sido diagnosticada en 1989 de carcinoma ductal in situ de la mama derecha cuando se sometió a una mastectomía con reconstrucción. En 1997 se sometió a una histerectomía total y salpingooforectomía bilateral, tras la cual desarrolló sofocos severos y fatiga. Se le prescribió THS (terapia hormonal sustitutiva), pero posteriormente se encontró otra lesión en la mama izquierda y se le extirpó un carcinoma ductal de grado 1 sin afectación de ganglios linfáticos. DG era muy reacia a dejar la THS. En el momento de la visita, la paciente presentaba importantes sudores nocturnos que le provocaban fatiga. Por lo que respecta a los sofocos, ella los describía de la siguiente forma: “No son muy agradables, son principalmente por la noche, es como ir a la cama con una manta eléctrica toda la noche…. me ruborizo por completo, me pongo toda colorada, no me siento cómoda, es como una sensación de ahogo…”. La paciente tenía la impresión de que los demás se daban cuenta cuando ella se ponía colorada, y los sofocos mermaban de forma significativa su propia autoestima. Por otra parte, ella se autodefinía como una persona ansiosa e insegura (“tardé mucho tiempo en aprender a conducir… cuando me equivoco, todo el mundo me mira… siempre tengo miedo de hacer las cosas mal”). Cuando se le preguntó “¿Qué se siente cuando todo el mundo te está mirando?”, ella contestó "Pierdo la confianza, me ruborizo todavía más y empiezo a sudar, pienso que todos se dan cuenta”. DG es la segunda de 5 hermanos. “Mi hermana mayor siempre lo hacía todo bien era muy inteligente”.
La prescripción inicial fue Natrum carbonicum 200c, tres dosis con 12 horas de diferencia entre ellas. En la revisión a las 6 semanas, la paciente comentó "me siento avergonzada, pero han empezado a destaparse multitud de cosas… ya no me ahogo tanto por la noche, no es tan malo, aunque aún lo paso mal por las noches…”. Así que con Natrum carbonicum hubo ciertos cambios iniciales y el trébol rojo parece haber ayudado un poco. Por lo tanto, se decidió cambiar a Calcarea Silicata 200c, tres dosis espaciadas 12 h. Al no producirse cambios en las semanas posteriores, se prescribió Calcarea Sulphurica 200c. Al cabo de unos días, la paciente llamó por teléfono para decir que el remedio había sido un éxito y que se sentía mucho mejor. Al cabo de unos meses, en junio de 2008, vino a una revisión. Los sofocos se habían reducido de forma importante, así como la fatiga. La confianza había mejorado también, y se propuso repetir la Calcarea Sulphurica, tres dosis espaciadas 12 h, cuando fuera necesario.
La Calcarea Sulphurica (el elemento mineral del azufre) es un remedio de uso frecuente en el climaterio, ya que se asocia con calor corporal, particularmente en los pies, que conduce a destaparse por la noche. Uno de los síntomas guía de Calcarea Sulphurica es "creencia errónea de ser rechazado y criticado por los demás". Por otra parte, a un nivel más profundo, el azufre representa el punto en el desarrollo del yo en que el individuo necesita que se le reconozca y se le acepte. El elemento Calcarea permite que disminuya la timidez y el miedo al fracaso.
En ocasiones la elección de un remedio se realiza a través del conocimiento de la materia médica, como es el caso anterior, o bien través de consejos que podríamos obtener a través del repertorio, como comentamos a continuación. La elección de los síntomas que constituyen el núcleo de la persona y el encontrar los remedios pertinentes es el componente crucial de la homeopatía, y se realiza con ayuda del Repertorio y de la Materia Médica. Ambos están ahora disponibles como software informático.
Por lo que respecta a los posibles efectos secundarios o problemas causados por los remedios homeopáticos, el retraso en el diagnóstico ha sido citado como un daño potencial de la homeopatía (5), pero en un marco integrador como el que hemos comentado anteriormente, esto no debiera suponer ningún problema, ya que los pacientes tendrían acceso a profesionales de diferentes orientaciones y recibirían una evaluación por un medico alopático para confirmar el diagnóstico. Por otra parte, la mayoría de los efectos secundarios del tratamiento homeopático son transitorios y no se consideran verdaderos efectos adversos (6). La denominada agravación homeopática de los síntomas se define como un empeoramiento de los síntomas que produce poco después de tomar el remedio. Dicho empeoramiento suele venir acompañado de una mejoría a nivel más global de los síntomas, o al menos de una vuelta al estado previo antes del agravamiento.
Aunque las revisiones sistemáticas disponibles reflejan la creencia predominante de que los mecanismos en los que se sustenta la homeopatía no son plausibles, la mayoría de las revisiones llevadas a cabo muestran que la homeopatía posee una eficacia superior a los efectos del placebo. Existen, de hecho, algunos estudios realizados con una metodología sólida (ver referencias 7, 8, 9 y 10) que han obtenido resultados positivos a favor de la homeopatía.
REFERENCIAS
1.E. Daly, A. Gray, D. Barlow, K. McPherson, M. Roche and M. Vessey, Measuring the impact of menopausal symptoms on quality of life, BMJ 307 (October (6908)) (1993), pp. 836–840
2.Management of the Menopause, The handbook of the British menopause society, BMS Publications Ltd. (2008).
3.P.A. Canney and M.Q. Hatton, The prevalence of menopausal symptoms in patients treated for breast cancer, Clin Oncol (R Coll Radiol) 6 (5) (1994), pp. 297–299
4.H. Roberts, Managing the menopause, BMJ 334 (April (7596)) (2007), pp. 736–741.
5.K.J. Thomas, P. Coleman and J.P. Nicholl, Trends in access to complementary or alternative medicines via primary care in England: 1995–2001 results from a follow-up national survey, Fam Pract 20 (October (5)) (2003), pp. 575–577
6.M. Kupferer, S.L. Dormire and H. Becker, Complementary and alternative medicine use for vasomotor symptoms among women who have discontinued hormone therapy, J Obstet Gynecol Neonatal Nurs 38 (January (1)) (2009), pp. 50–59.
7.Kleijnen, P. Knipschild and R.G. ter, Clinical trials of homoeopathy, BMJ 302 (February (6772)) (1991), pp. 316–323.
8.Linde, M. Scholz, G. Ramirez, N. Clausius, D. Melchart and W.B. Jonas, Impact of study quality on outcome in placebo-controlled trials of homeopathy, J Clin Epidemiol 52 (July (7)) (1999), pp. 631–636.
9.A. Shang, K. Huwiler-Muntener and L. Nartey et al., Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homoeopathy and allopathy, Lancet 366 (August (9487)) (2005), pp. 726–732
10.R. Ludtke and A.L. Rutten, The conclusions on the effectiveness of homeopathy highly depend on the set of analyzed trials, J Clin Epidemiol 61 (December (12)) (2008), pp. 1197–1204
Autora: Elizabeth A. Thompson
Fuente: http://www.e-digitalis.com/articles.php?id=136
Original paper: Alternative and complementary therapies for the menopause: A homeopathic approach (only abstract, subscription needed for full text)
Published in Maturitas. The European Monopause Journal, Volume 66, Issue 4 , Pages 350-354, August 2010.
La homeopatía es una de las medicinas complementarias y alternativas que utilizan las mujeres para aliviar los síntomas que supone esta fase de transición. El tratamiento individualizado por un homeópata se considera el patrón oro (gold standard) de la atención homeopática, y representa una intervención compleja, que implica dilucidar qué remedio homeopático es el más adecuado para una mujer que presenta síntomas entre los que se incluyen los sofocos, los problemas del sueño y del estado de ánimo, los dolores articulares y la fatiga (1).
En el artículo que comentamos se describe la prestación de la atención homeopática en el Reino Unido como parte de un enfoque integrado para abordar un conjunto de síntomas difíciles de tratar. Por otra parte, se revisan los datos disponibles de estudios observacionales y ensayos clínicos aleatorizados en este contexto clínico.
Entre el 30% y el 70% de las mujeres experimenta síntomas vasomotores como los sofocos y los sudores nocturnos durante la menopausia (2), y en el 20-25% de las mujeres estos síntomas (además de la fatiga y alteraciones del ánimo) pueden persistir durante al menos 5 años. Algunos estudios confirman que los sofocos pueden llegar a comenzar a una edad más temprana, y pueden ocurrir con mayor frecuencia e intensidad en comparación con los sofocos asociados a la menopausia normal (3).
El control alopático de los síntomas menopáusicos se basa en el tratamiento hormonal, pero existen también otros tratamientos no hormonales, así como las terapias complementarias, que suponen una alternativa dados los efectos secundarios (4). La homeopatía ha estado disponible en el Reino Unido desde 1948 como parte del programa de salud proporcionado por la Seguridad Social británica (National Health Service; NHS). Así, el NHS es un marco sanitario basado en un enfoque integrado, que ofrece una gama de opciones de tratamiento convencionales y complementarias.
Historia de un caso clínico real
DG acudió a la consulta en octubre de 2007, a la edad de 54 años. Había sido diagnosticada en 1989 de carcinoma ductal in situ de la mama derecha cuando se sometió a una mastectomía con reconstrucción. En 1997 se sometió a una histerectomía total y salpingooforectomía bilateral, tras la cual desarrolló sofocos severos y fatiga. Se le prescribió THS (terapia hormonal sustitutiva), pero posteriormente se encontró otra lesión en la mama izquierda y se le extirpó un carcinoma ductal de grado 1 sin afectación de ganglios linfáticos. DG era muy reacia a dejar la THS. En el momento de la visita, la paciente presentaba importantes sudores nocturnos que le provocaban fatiga. Por lo que respecta a los sofocos, ella los describía de la siguiente forma: “No son muy agradables, son principalmente por la noche, es como ir a la cama con una manta eléctrica toda la noche…. me ruborizo por completo, me pongo toda colorada, no me siento cómoda, es como una sensación de ahogo…”. La paciente tenía la impresión de que los demás se daban cuenta cuando ella se ponía colorada, y los sofocos mermaban de forma significativa su propia autoestima. Por otra parte, ella se autodefinía como una persona ansiosa e insegura (“tardé mucho tiempo en aprender a conducir… cuando me equivoco, todo el mundo me mira… siempre tengo miedo de hacer las cosas mal”). Cuando se le preguntó “¿Qué se siente cuando todo el mundo te está mirando?”, ella contestó "Pierdo la confianza, me ruborizo todavía más y empiezo a sudar, pienso que todos se dan cuenta”. DG es la segunda de 5 hermanos. “Mi hermana mayor siempre lo hacía todo bien era muy inteligente”.
La prescripción inicial fue Natrum carbonicum 200c, tres dosis con 12 horas de diferencia entre ellas. En la revisión a las 6 semanas, la paciente comentó "me siento avergonzada, pero han empezado a destaparse multitud de cosas… ya no me ahogo tanto por la noche, no es tan malo, aunque aún lo paso mal por las noches…”. Así que con Natrum carbonicum hubo ciertos cambios iniciales y el trébol rojo parece haber ayudado un poco. Por lo tanto, se decidió cambiar a Calcarea Silicata 200c, tres dosis espaciadas 12 h. Al no producirse cambios en las semanas posteriores, se prescribió Calcarea Sulphurica 200c. Al cabo de unos días, la paciente llamó por teléfono para decir que el remedio había sido un éxito y que se sentía mucho mejor. Al cabo de unos meses, en junio de 2008, vino a una revisión. Los sofocos se habían reducido de forma importante, así como la fatiga. La confianza había mejorado también, y se propuso repetir la Calcarea Sulphurica, tres dosis espaciadas 12 h, cuando fuera necesario.
La Calcarea Sulphurica (el elemento mineral del azufre) es un remedio de uso frecuente en el climaterio, ya que se asocia con calor corporal, particularmente en los pies, que conduce a destaparse por la noche. Uno de los síntomas guía de Calcarea Sulphurica es "creencia errónea de ser rechazado y criticado por los demás". Por otra parte, a un nivel más profundo, el azufre representa el punto en el desarrollo del yo en que el individuo necesita que se le reconozca y se le acepte. El elemento Calcarea permite que disminuya la timidez y el miedo al fracaso.
En ocasiones la elección de un remedio se realiza a través del conocimiento de la materia médica, como es el caso anterior, o bien través de consejos que podríamos obtener a través del repertorio, como comentamos a continuación. La elección de los síntomas que constituyen el núcleo de la persona y el encontrar los remedios pertinentes es el componente crucial de la homeopatía, y se realiza con ayuda del Repertorio y de la Materia Médica. Ambos están ahora disponibles como software informático.
Por lo que respecta a los posibles efectos secundarios o problemas causados por los remedios homeopáticos, el retraso en el diagnóstico ha sido citado como un daño potencial de la homeopatía (5), pero en un marco integrador como el que hemos comentado anteriormente, esto no debiera suponer ningún problema, ya que los pacientes tendrían acceso a profesionales de diferentes orientaciones y recibirían una evaluación por un medico alopático para confirmar el diagnóstico. Por otra parte, la mayoría de los efectos secundarios del tratamiento homeopático son transitorios y no se consideran verdaderos efectos adversos (6). La denominada agravación homeopática de los síntomas se define como un empeoramiento de los síntomas que produce poco después de tomar el remedio. Dicho empeoramiento suele venir acompañado de una mejoría a nivel más global de los síntomas, o al menos de una vuelta al estado previo antes del agravamiento.
Aunque las revisiones sistemáticas disponibles reflejan la creencia predominante de que los mecanismos en los que se sustenta la homeopatía no son plausibles, la mayoría de las revisiones llevadas a cabo muestran que la homeopatía posee una eficacia superior a los efectos del placebo. Existen, de hecho, algunos estudios realizados con una metodología sólida (ver referencias 7, 8, 9 y 10) que han obtenido resultados positivos a favor de la homeopatía.
REFERENCIAS
1.E. Daly, A. Gray, D. Barlow, K. McPherson, M. Roche and M. Vessey, Measuring the impact of menopausal symptoms on quality of life, BMJ 307 (October (6908)) (1993), pp. 836–840
2.Management of the Menopause, The handbook of the British menopause society, BMS Publications Ltd. (2008).
3.P.A. Canney and M.Q. Hatton, The prevalence of menopausal symptoms in patients treated for breast cancer, Clin Oncol (R Coll Radiol) 6 (5) (1994), pp. 297–299
4.H. Roberts, Managing the menopause, BMJ 334 (April (7596)) (2007), pp. 736–741.
5.K.J. Thomas, P. Coleman and J.P. Nicholl, Trends in access to complementary or alternative medicines via primary care in England: 1995–2001 results from a follow-up national survey, Fam Pract 20 (October (5)) (2003), pp. 575–577
6.M. Kupferer, S.L. Dormire and H. Becker, Complementary and alternative medicine use for vasomotor symptoms among women who have discontinued hormone therapy, J Obstet Gynecol Neonatal Nurs 38 (January (1)) (2009), pp. 50–59.
7.Kleijnen, P. Knipschild and R.G. ter, Clinical trials of homoeopathy, BMJ 302 (February (6772)) (1991), pp. 316–323.
8.Linde, M. Scholz, G. Ramirez, N. Clausius, D. Melchart and W.B. Jonas, Impact of study quality on outcome in placebo-controlled trials of homeopathy, J Clin Epidemiol 52 (July (7)) (1999), pp. 631–636.
9.A. Shang, K. Huwiler-Muntener and L. Nartey et al., Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homoeopathy and allopathy, Lancet 366 (August (9487)) (2005), pp. 726–732
10.R. Ludtke and A.L. Rutten, The conclusions on the effectiveness of homeopathy highly depend on the set of analyzed trials, J Clin Epidemiol 61 (December (12)) (2008), pp. 1197–1204
Autora: Elizabeth A. Thompson
Fuente: http://www.e-digitalis.com/articles.php?id=136
Original paper: Alternative and complementary therapies for the menopause: A homeopathic approach (only abstract, subscription needed for full text)
Published in Maturitas. The European Monopause Journal, Volume 66, Issue 4 , Pages 350-354, August 2010.
VUELO M-111111: “Autopsias y periciales farmacéuticas”
Este viaje es un tanto lúgubre pero muy necesario para cambiar el rumbo del bienestar en salud de los ciudadanos en el futuro, pues nos la están dando con queso y ni siquiera es del “Caserío”, ya nos gustaría. Esos tiempos ya han pasado, cuando alegre e irresponsablemente se decía en aquél eslogan: “Del Caserío me fio”, y aunque no sabíamos todos los ingredientes, el queso por lo menos estaba cojonudo.
Cicerón, a su modo, ya se quejaba de lo que le tocó vivir con su famosa frase: ¡O témpora o mores! Para los que no saben ni papa de latín: ¡Oh tiempos, Oh costumbres! Hoy día, como no podía ser de otra manera, y según la ley de Murphy, hemos ido a pique. ¡No te puedes fiar ya ni de tu padre!
La estafa política, social y legal montada en torno a los ciudadanos de a pie es alarmante, y nos vamos a tener que rebelar de una puñetera vez, si queremos sobrevivir o, en su defecto, vivir para contarlo. Por otro lado, la mayoría de los ciudadanos tienen la culpa, por traidores y colaboradores, eso que quede clarito.
Esta nueva revolución –como todas- no va a ser fácil llevarla a cabo con éxito, pues ya lo dice Javier Marías: “Es como si cada vez más gente apoyara a delincuentes y quisiera ser gobernada por ellos”.
En todos sitios, a nivel general, hay ejemplos grandiosos en este sentido: Bush Jr. fue reelegido después del fraude cometido con su hermano en sus primeras elecciones, en Italia se premia repetidamente a Berlusconi con el poder, por sus innumerables fechorías verificables, que tanta gracia hacen a una gran parte de la población; y, sin irnos más lejos, en España, aunque hay para elegir, es emblemático -el de los trajes de Valencia-, que está tan orgulloso de estar procesado que ahora los fines de semana va en pantalones de pana y “jerselillo” a los mítines, y llega tarde para que veamos que ha cambiado. ¡Qué “malandrincillo”!
A otros efectos, y a propósito de lo mal que estamos también en otras cuestiones de ciudadanía local, como la vecindad, cito a Rosa Montero, escritora y articulista de El País Semanal -de sobra conocida, entre otros por mí-, que dice: “Los ciudadanos españoles tenemos una tradicional tendencia a engorrinar los espacios públicos. La mayoría de ellos agreden y ensucian el mismo porque lo que es de los demás es zona hostil”. Somos vecinos pero muy gorrinos (esto es de mi cosecha).
A donde quiero ir a parar es a que nos vamos desangrando y degradando poco a poco en nuestra vida diaria, porque somos cada vez más como los seres a los que premiamos en las urnas para que nos gobiernen, es decir, fantoches, matones, bribones, gangsters, bestias pardas y dictadores. ¡La estamos cagando!
A pesar de esta cruda realidad, y aunque no todo el personal se lo merezca, como hoy estoy absurdamente animado y desinteresado, os voy a echar una mano en un temita muy concreto e interesante como es el de las muertes por los fármacos que tomamos -por si le sirve a alguien-. Caen como chinches, aunque el número es desconocido o secreto en la actualidad, porque así interesa a casi todo el mundo.
Sí, sí, sí. Las cifras de suicidios que se van conociendo a cuentagotas son escalofriantes. Sólo en España, en 2008, hubo por primera vez más que muertos por accidente de tráfico: 3.457 frente a 3.021, lo que equivale a 9 suicidios diarios.
En toda esta escabechina de muertes secretas camufladas hay un gran porcentaje originado por causas directas o indirectas de los fármacos -aunque lo desconozco con exactitud, luego diré porqué-, pero también fallecen una gran cantidad muchísimo mayor por ellos sin que la gente se suicide, cifra igualmente oculta para los ciudadanos, lo que es más preocupante.
En 2009 la comisaria europea Androulla Vassiliou, declaró que una de las consecuencias de la crisis era el incremento de suicidios, nada menos que en un 25%. Es de libro que las crisis económicas siempre han aumentado los suicidios, pero casi nunca se especifica en ninguna estadística oficial que uno de los medios más habituales utilizados es la ingesta de fármacos, legales o ilegales, que para el caso que nos ocupa viene a ser lo mismo.
Para que nos vayamos haciendo idea de la magnitud del problema general de muertes causadas por fármacos, se ha hecho público el día 3 de este mes de marzo en Viena, el Informe Anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que dice:
“En los últimos 10 años, las muertes por un consumo excesivo de medicamentos han aumentado considerablemente, superando en algunos países al número de fallecimientos por sobredosis con drogas ilegales.
Esta grave situación ha merecido escasa atención hasta que la muerte de varios artistas prominentes se relacionó con el abuso de medicamentos de venta con receta. En muchas ocasiones los adictos combinan medicinas fabricadas lícitamente con drogas ilícitas”.
Siendo muy interesante el caso del ya difunto Michael Jackson (que llevaba toda su vida jugando con fuego-blanco hasta que se quemó), me preocupa -y debería preocuparnos más, por nuestra salud-, la situación de los que han palmado y seguirán palmando a causa de la teórica ingesta normal de fármacos sin voluntad personal de extinción, y de los que nunca más se supo ni se sabrá.
No hace falta ir muy lejos ni ser un genio, para saber que el grave problema lo tenemos cerquita, en nuestra vida diaria, aunque a muchos no les interesa que lo veamos. Hay “Beaucoup de Money Price” en juego. En caló, mucho parné.
Joan-Ramón Laporte, que es un “crack” en esto y lleva años avisando y pegando tiros al aire a los que casi nadie hacía caso y que ahora empieza a estar de moda (aunque ha molestado siempre mucho a la industria multinacional farmacéutica), nos orienta con algunas perlas cautivadoras en una reciente entrevista:
“La aspirina es el medicamento que más gente ha matado, porque es el fármaco que más se ha tomado y la percepción de su riesgo está distorsionada.
Cada medicamento tiene su peaje de efectos indeseados. La Agencia Europea del Medicamento calcula que cada año fallecen en Europa 197.000 personas a causa de efectos adversos. En EE.UU. los efectos adversos son la cuarta causa de muerte, detrás del infarto de miocardio, el ictus y el cáncer.
Si la toma o la prescripción del medicamento fuera más atenta a los riesgos que conlleva, se calcula que se podría evitar entre un 65% y un 75% de estas muertes".
Yo siempre le he creído a pies juntillas, y pienso que ya es hora de que le hiciéramos caso, pues salvo Merck que le demandó en su día con el asunto del fármaco Vioxx -perdiendo el pleito porque no creyó sus afirmaciones sobre los graves efectos adversos del mismo-, nadie le ha llevado nunca la contraria sobre las cosas terapéuticas que dice. Verdades como puños, mejor dicho.
Descrito esto y todo lo anterior, y la tremenda realidad que se impone, la pregunta del millón de dólares debería ser: Entonces ¿por qué no hay nadie en la cárcel por estas muertes tan numerosas, descaradas e intencionadas, en ocasiones?
Cumpliendo con lo prometido anteriormente en este artículo, desvelaré que la razón principal se debe a que no se realizan autopsias a ningún finado –por suicidio o no-, con el fin de conocer si la causa de la muerte se debe a un fármaco, o a varios, de los llamados legales. En el mejor de los casos se hacen para averiguar si ha sido por drogas ilegales, y si no es así, se queda el personal totalmente tranquilito.
El mecanismo es muy simple, los jueces y fiscales (funcionarios de postín) nunca piensan que otros compañeros suyos de otros ámbitos –como, por ejemplo, los que trabajan en las agencias de medicamentos-, se equivocan a veces, aprobando medicamentos que no hubieran debido aprobar y qué van originar muchas muertes a los ciudadanos.
Estas graves equivocaciones, la mayoría de las veces no son intencionadas, pero en ocasiones sí, y también interesadas, lo cual es mucho más preocupante, ya que pueden llegar a ser, incluso, actuaciones delictuosas que tristemente pasan desapercibidas por muchas razones, que voy brevemente a tratar de explicar.
El escenario habitual de nuestro teatro funciona bajo el paradigma universal de que todo fármaco aprobado no tendrá efectos adversos graves o gravísimos, y que nadie será culpable si esto ocurriera, aún no debiendo ser puesto en el mercado.
Si esto pasa, la industria farmacéutica se exime de culpa porque los medicamentos los han aprobado las agencias -aunque ellas las hayan engañado intencionadamente ocultando los efectos adversos que ya conocían-. Los funcionarios se van de rositas porque desconocían el hecho, y las leyes actuales no les exigen responsabilidad civil ni penal derivada de su negligente actuación profesional. Los médicos no quieren saber nada aunque hayan avalado, con su prescripción falsa y engañosa, esta realidad desconocida para ellos, y los farmacéuticos -salvo excepciones-, se limitan a vender la mercancía que los otros le han facilitado. Este es el circo tradicional hasta ahora.
En consecuencia, cuando se origina un caso así -que debiera tener una consideración penal para quienes lo han cometido, amparado, avalado y facilitado-, se produce una amnistía automática para los autores, se entierra rápidamente el suceso y todos tan contentos ¡Menos trabajo para la justicia!. La culpa la tiene el ciudadano por su apatía e ignorancia general, en todos los sentidos y en este mucho más. El progreso y la industrialización además lo justifican todo. Lo vemos a diario en nuestras vidas.
Si se producen muchas muertes de abuelitas o daños graves en su salud, se les dará a los herederos una pequeña indemnización colectiva como ha ocurrido ya tantas veces. Sólo por mencionar unos episodios concretos en ambas modalidades, el de los Dializadores de la multinacional Baxter o Agreal de Sanofi-Aventis. ¿Alguien se acuerda de estos? Los seguros están concebidos para lograr la exculpación de los culpables y dar, a los perjudicados, limosnas miserables que normalmente se aceptan por no haber otro remedio o miedo a litigar.
Hay que reconocer que, no obstante, hay que querer mucho a las abuelitas para pelear por su recuerdo contra estos gigantes también organizados jurídica y económicamente, y que cuentan con el conocimiento y consentimiento de nuestros políticos -todo ello te dicen cuando les tocas la pequeña fibra sensible que les pueda quedar-, en aras del desarrollismo industrial-mundial. 3
Esta trágica “milonga del desarrollo” nos está enterrando impunemente a todos como, en otro orden de cosas, pasa ahora en Japón con el asunto de las centrales nucleares tras el atroz terremoto (11-3-11 o 11-M, por si hay algún despistado). Si estallan del todo -ojalá no ocurra, aunque ya es devastador lo que está pasando- nadie pagará por ello. La causa de fuerza mayor amparará la exculpación de los que hayan cometido errores gravísimos, e incluso negligencias, como es el de instalar tanto reactor nuclear en una zona de máximo riesgo.
Por lo menos Japón no se lamenta puerilmente como nosotros de sus fallos y tragedias aunque también debería reconocerlas mejor, por lo menos en su fuero interno. En el asunto nuclear ha habido errores hasta de diseño en la central y de información a los ciudadanos. La situación es más grave de lo que se reconoce, sólo hay que mirar las fotografías que nos enseñan de la misma. Aunque ya casi no quedan en ningún sitio samuráis auténticos, algunos -aunque no lo sean-, quizás deberían hacerse seppuku, o en vulgo harakiri, como decimos aquí y en otros lares. Por desgracia ya no se va a solucionar la cosa sólo con yoduro potásico.
Volviendo al tema de hoy, una de las grandes trabas es que no existen verdaderos peritos farmacéuticos especializados en descubrir las causas de las muertes por fármacos; y los forenses actuales, ni saben, ni quieren, ni se les exige. Estos se dedican a la rutina habitual de las causas derivadas de la heroína, cocaína y demás. Sería demasiado trabajo.
Es un fabuloso marco de ausencia de responsabilidad total -pues ya están para eso las leyes de Consumidores otorgando migajas indemnizatorias por las muertes causadas por los fármacos legales-, y en el que la cuestión se agrava con el hecho de que los grandes actores farmacéuticos ya se están organizando. Siempre van por delante de los torpes ciudadanos, ganándonos la partida.
Comienzan a formar peritos farmacéuticos-amaestrados, pero muy especializados, en tapar estos nuevos avatares que saben, no obstante, que se van a originar, aunque lentamente. Ellos quieren que estos peritos privados estén ahí para ralentizar el fenómeno y -por qué no- minimizarlo al máximo, como siempre hacen. Hay que intentar que la cosa no rebase el limite indemnizatorio de los seguros actuales y futuros. Les gusta mucho el control de la gestión de riesgos, la prefieren a la verdadera responsabilidad legal. No tienen un pelo de tonto.
Los pocos grandes gurús existentes de la pericia farmacéutica (a los que dedico este artículo), se ocupaban hasta ahora de peritar problemas de patentes entre la industria farmacéutica y la falsificación de fármacos, pero ya han puesto popa a la pericial farmacéutica que viene, y a ellos les interesa.
Saben que los jueces y demás funcionarios-relacionados están “pez” y quieren asesorarlos cuando lo soliciten, o lo hagan las posibles víctimas de los fármacos, si se les ocurre. Es el nuevo pastel que hay que repartir y todo es posible.
Conocen mejor que nadie el tremendo valor de las pruebas periciales, muy por encima de las testimoniales o documentales, y si encima ayudan corporativamente a sus compañeros de viaje (industria farmacéutica, agencias de medicamentos, médicos y farmacéuticos) mejor que mejor. Mejor peritos que sean de su cuerda.
Los de a pie -esos desgraciados e ignorantes ciudadanos que somos los demás-, pagaremos una vez más el peaje, si no exigimos que los forenses actuales y futuros se formen independiente y concienzudamente en esta materia que origina más muertes que cualquier tsunami, por muy devastador que sea.
¡Ah y habrá que acostumbrarse a solicitar autopsias de las abuelitas y demás seres queridos, aunque sea costoso y molesto en muchos sentidos! El cariño es lo que tiene. Yo no voy a estar todos los días avisándoos, llegará un día que me cansaré.
22/03/2011
Autor: Manuel Amarilla, Presidente del Foro Iberoamericano Ciudadanos y Salud, manuel.amarilla@foroibercisalud.com
Fuente: http://www.foroibercisalud.com/noticias/ManuelAmarilla_vuelo13.pdf
Reseña publicada el 27 de marzo de 2011 por el periodista Miguel Jara en su web con el título La impunidad farmacéutica.
Cicerón, a su modo, ya se quejaba de lo que le tocó vivir con su famosa frase: ¡O témpora o mores! Para los que no saben ni papa de latín: ¡Oh tiempos, Oh costumbres! Hoy día, como no podía ser de otra manera, y según la ley de Murphy, hemos ido a pique. ¡No te puedes fiar ya ni de tu padre!
La estafa política, social y legal montada en torno a los ciudadanos de a pie es alarmante, y nos vamos a tener que rebelar de una puñetera vez, si queremos sobrevivir o, en su defecto, vivir para contarlo. Por otro lado, la mayoría de los ciudadanos tienen la culpa, por traidores y colaboradores, eso que quede clarito.
Esta nueva revolución –como todas- no va a ser fácil llevarla a cabo con éxito, pues ya lo dice Javier Marías: “Es como si cada vez más gente apoyara a delincuentes y quisiera ser gobernada por ellos”.
En todos sitios, a nivel general, hay ejemplos grandiosos en este sentido: Bush Jr. fue reelegido después del fraude cometido con su hermano en sus primeras elecciones, en Italia se premia repetidamente a Berlusconi con el poder, por sus innumerables fechorías verificables, que tanta gracia hacen a una gran parte de la población; y, sin irnos más lejos, en España, aunque hay para elegir, es emblemático -el de los trajes de Valencia-, que está tan orgulloso de estar procesado que ahora los fines de semana va en pantalones de pana y “jerselillo” a los mítines, y llega tarde para que veamos que ha cambiado. ¡Qué “malandrincillo”!
A otros efectos, y a propósito de lo mal que estamos también en otras cuestiones de ciudadanía local, como la vecindad, cito a Rosa Montero, escritora y articulista de El País Semanal -de sobra conocida, entre otros por mí-, que dice: “Los ciudadanos españoles tenemos una tradicional tendencia a engorrinar los espacios públicos. La mayoría de ellos agreden y ensucian el mismo porque lo que es de los demás es zona hostil”. Somos vecinos pero muy gorrinos (esto es de mi cosecha).
A donde quiero ir a parar es a que nos vamos desangrando y degradando poco a poco en nuestra vida diaria, porque somos cada vez más como los seres a los que premiamos en las urnas para que nos gobiernen, es decir, fantoches, matones, bribones, gangsters, bestias pardas y dictadores. ¡La estamos cagando!
A pesar de esta cruda realidad, y aunque no todo el personal se lo merezca, como hoy estoy absurdamente animado y desinteresado, os voy a echar una mano en un temita muy concreto e interesante como es el de las muertes por los fármacos que tomamos -por si le sirve a alguien-. Caen como chinches, aunque el número es desconocido o secreto en la actualidad, porque así interesa a casi todo el mundo.
Sí, sí, sí. Las cifras de suicidios que se van conociendo a cuentagotas son escalofriantes. Sólo en España, en 2008, hubo por primera vez más que muertos por accidente de tráfico: 3.457 frente a 3.021, lo que equivale a 9 suicidios diarios.
En toda esta escabechina de muertes secretas camufladas hay un gran porcentaje originado por causas directas o indirectas de los fármacos -aunque lo desconozco con exactitud, luego diré porqué-, pero también fallecen una gran cantidad muchísimo mayor por ellos sin que la gente se suicide, cifra igualmente oculta para los ciudadanos, lo que es más preocupante.
En 2009 la comisaria europea Androulla Vassiliou, declaró que una de las consecuencias de la crisis era el incremento de suicidios, nada menos que en un 25%. Es de libro que las crisis económicas siempre han aumentado los suicidios, pero casi nunca se especifica en ninguna estadística oficial que uno de los medios más habituales utilizados es la ingesta de fármacos, legales o ilegales, que para el caso que nos ocupa viene a ser lo mismo.
Para que nos vayamos haciendo idea de la magnitud del problema general de muertes causadas por fármacos, se ha hecho público el día 3 de este mes de marzo en Viena, el Informe Anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que dice:
“En los últimos 10 años, las muertes por un consumo excesivo de medicamentos han aumentado considerablemente, superando en algunos países al número de fallecimientos por sobredosis con drogas ilegales.
Esta grave situación ha merecido escasa atención hasta que la muerte de varios artistas prominentes se relacionó con el abuso de medicamentos de venta con receta. En muchas ocasiones los adictos combinan medicinas fabricadas lícitamente con drogas ilícitas”.
Siendo muy interesante el caso del ya difunto Michael Jackson (que llevaba toda su vida jugando con fuego-blanco hasta que se quemó), me preocupa -y debería preocuparnos más, por nuestra salud-, la situación de los que han palmado y seguirán palmando a causa de la teórica ingesta normal de fármacos sin voluntad personal de extinción, y de los que nunca más se supo ni se sabrá.
No hace falta ir muy lejos ni ser un genio, para saber que el grave problema lo tenemos cerquita, en nuestra vida diaria, aunque a muchos no les interesa que lo veamos. Hay “Beaucoup de Money Price” en juego. En caló, mucho parné.
Joan-Ramón Laporte, que es un “crack” en esto y lleva años avisando y pegando tiros al aire a los que casi nadie hacía caso y que ahora empieza a estar de moda (aunque ha molestado siempre mucho a la industria multinacional farmacéutica), nos orienta con algunas perlas cautivadoras en una reciente entrevista:
“La aspirina es el medicamento que más gente ha matado, porque es el fármaco que más se ha tomado y la percepción de su riesgo está distorsionada.
Cada medicamento tiene su peaje de efectos indeseados. La Agencia Europea del Medicamento calcula que cada año fallecen en Europa 197.000 personas a causa de efectos adversos. En EE.UU. los efectos adversos son la cuarta causa de muerte, detrás del infarto de miocardio, el ictus y el cáncer.
Si la toma o la prescripción del medicamento fuera más atenta a los riesgos que conlleva, se calcula que se podría evitar entre un 65% y un 75% de estas muertes".
Yo siempre le he creído a pies juntillas, y pienso que ya es hora de que le hiciéramos caso, pues salvo Merck que le demandó en su día con el asunto del fármaco Vioxx -perdiendo el pleito porque no creyó sus afirmaciones sobre los graves efectos adversos del mismo-, nadie le ha llevado nunca la contraria sobre las cosas terapéuticas que dice. Verdades como puños, mejor dicho.
Descrito esto y todo lo anterior, y la tremenda realidad que se impone, la pregunta del millón de dólares debería ser: Entonces ¿por qué no hay nadie en la cárcel por estas muertes tan numerosas, descaradas e intencionadas, en ocasiones?
Cumpliendo con lo prometido anteriormente en este artículo, desvelaré que la razón principal se debe a que no se realizan autopsias a ningún finado –por suicidio o no-, con el fin de conocer si la causa de la muerte se debe a un fármaco, o a varios, de los llamados legales. En el mejor de los casos se hacen para averiguar si ha sido por drogas ilegales, y si no es así, se queda el personal totalmente tranquilito.
El mecanismo es muy simple, los jueces y fiscales (funcionarios de postín) nunca piensan que otros compañeros suyos de otros ámbitos –como, por ejemplo, los que trabajan en las agencias de medicamentos-, se equivocan a veces, aprobando medicamentos que no hubieran debido aprobar y qué van originar muchas muertes a los ciudadanos.
Estas graves equivocaciones, la mayoría de las veces no son intencionadas, pero en ocasiones sí, y también interesadas, lo cual es mucho más preocupante, ya que pueden llegar a ser, incluso, actuaciones delictuosas que tristemente pasan desapercibidas por muchas razones, que voy brevemente a tratar de explicar.
El escenario habitual de nuestro teatro funciona bajo el paradigma universal de que todo fármaco aprobado no tendrá efectos adversos graves o gravísimos, y que nadie será culpable si esto ocurriera, aún no debiendo ser puesto en el mercado.
Si esto pasa, la industria farmacéutica se exime de culpa porque los medicamentos los han aprobado las agencias -aunque ellas las hayan engañado intencionadamente ocultando los efectos adversos que ya conocían-. Los funcionarios se van de rositas porque desconocían el hecho, y las leyes actuales no les exigen responsabilidad civil ni penal derivada de su negligente actuación profesional. Los médicos no quieren saber nada aunque hayan avalado, con su prescripción falsa y engañosa, esta realidad desconocida para ellos, y los farmacéuticos -salvo excepciones-, se limitan a vender la mercancía que los otros le han facilitado. Este es el circo tradicional hasta ahora.
En consecuencia, cuando se origina un caso así -que debiera tener una consideración penal para quienes lo han cometido, amparado, avalado y facilitado-, se produce una amnistía automática para los autores, se entierra rápidamente el suceso y todos tan contentos ¡Menos trabajo para la justicia!. La culpa la tiene el ciudadano por su apatía e ignorancia general, en todos los sentidos y en este mucho más. El progreso y la industrialización además lo justifican todo. Lo vemos a diario en nuestras vidas.
Si se producen muchas muertes de abuelitas o daños graves en su salud, se les dará a los herederos una pequeña indemnización colectiva como ha ocurrido ya tantas veces. Sólo por mencionar unos episodios concretos en ambas modalidades, el de los Dializadores de la multinacional Baxter o Agreal de Sanofi-Aventis. ¿Alguien se acuerda de estos? Los seguros están concebidos para lograr la exculpación de los culpables y dar, a los perjudicados, limosnas miserables que normalmente se aceptan por no haber otro remedio o miedo a litigar.
Hay que reconocer que, no obstante, hay que querer mucho a las abuelitas para pelear por su recuerdo contra estos gigantes también organizados jurídica y económicamente, y que cuentan con el conocimiento y consentimiento de nuestros políticos -todo ello te dicen cuando les tocas la pequeña fibra sensible que les pueda quedar-, en aras del desarrollismo industrial-mundial. 3
Esta trágica “milonga del desarrollo” nos está enterrando impunemente a todos como, en otro orden de cosas, pasa ahora en Japón con el asunto de las centrales nucleares tras el atroz terremoto (11-3-11 o 11-M, por si hay algún despistado). Si estallan del todo -ojalá no ocurra, aunque ya es devastador lo que está pasando- nadie pagará por ello. La causa de fuerza mayor amparará la exculpación de los que hayan cometido errores gravísimos, e incluso negligencias, como es el de instalar tanto reactor nuclear en una zona de máximo riesgo.
Por lo menos Japón no se lamenta puerilmente como nosotros de sus fallos y tragedias aunque también debería reconocerlas mejor, por lo menos en su fuero interno. En el asunto nuclear ha habido errores hasta de diseño en la central y de información a los ciudadanos. La situación es más grave de lo que se reconoce, sólo hay que mirar las fotografías que nos enseñan de la misma. Aunque ya casi no quedan en ningún sitio samuráis auténticos, algunos -aunque no lo sean-, quizás deberían hacerse seppuku, o en vulgo harakiri, como decimos aquí y en otros lares. Por desgracia ya no se va a solucionar la cosa sólo con yoduro potásico.
Volviendo al tema de hoy, una de las grandes trabas es que no existen verdaderos peritos farmacéuticos especializados en descubrir las causas de las muertes por fármacos; y los forenses actuales, ni saben, ni quieren, ni se les exige. Estos se dedican a la rutina habitual de las causas derivadas de la heroína, cocaína y demás. Sería demasiado trabajo.
Es un fabuloso marco de ausencia de responsabilidad total -pues ya están para eso las leyes de Consumidores otorgando migajas indemnizatorias por las muertes causadas por los fármacos legales-, y en el que la cuestión se agrava con el hecho de que los grandes actores farmacéuticos ya se están organizando. Siempre van por delante de los torpes ciudadanos, ganándonos la partida.
Comienzan a formar peritos farmacéuticos-amaestrados, pero muy especializados, en tapar estos nuevos avatares que saben, no obstante, que se van a originar, aunque lentamente. Ellos quieren que estos peritos privados estén ahí para ralentizar el fenómeno y -por qué no- minimizarlo al máximo, como siempre hacen. Hay que intentar que la cosa no rebase el limite indemnizatorio de los seguros actuales y futuros. Les gusta mucho el control de la gestión de riesgos, la prefieren a la verdadera responsabilidad legal. No tienen un pelo de tonto.
Los pocos grandes gurús existentes de la pericia farmacéutica (a los que dedico este artículo), se ocupaban hasta ahora de peritar problemas de patentes entre la industria farmacéutica y la falsificación de fármacos, pero ya han puesto popa a la pericial farmacéutica que viene, y a ellos les interesa.
Saben que los jueces y demás funcionarios-relacionados están “pez” y quieren asesorarlos cuando lo soliciten, o lo hagan las posibles víctimas de los fármacos, si se les ocurre. Es el nuevo pastel que hay que repartir y todo es posible.
Conocen mejor que nadie el tremendo valor de las pruebas periciales, muy por encima de las testimoniales o documentales, y si encima ayudan corporativamente a sus compañeros de viaje (industria farmacéutica, agencias de medicamentos, médicos y farmacéuticos) mejor que mejor. Mejor peritos que sean de su cuerda.
Los de a pie -esos desgraciados e ignorantes ciudadanos que somos los demás-, pagaremos una vez más el peaje, si no exigimos que los forenses actuales y futuros se formen independiente y concienzudamente en esta materia que origina más muertes que cualquier tsunami, por muy devastador que sea.
¡Ah y habrá que acostumbrarse a solicitar autopsias de las abuelitas y demás seres queridos, aunque sea costoso y molesto en muchos sentidos! El cariño es lo que tiene. Yo no voy a estar todos los días avisándoos, llegará un día que me cansaré.
22/03/2011
Autor: Manuel Amarilla, Presidente del Foro Iberoamericano Ciudadanos y Salud, manuel.amarilla@foroibercisalud.com
Fuente: http://www.foroibercisalud.com/noticias/ManuelAmarilla_vuelo13.pdf
Reseña publicada el 27 de marzo de 2011 por el periodista Miguel Jara en su web con el título La impunidad farmacéutica.
Le langage du Répertoire
Pour de nombreuses personnes qui n'ont pas encore été entraînées à l'étude répertoriale, la valeur pratique d'un tel travail reste incompréhensible. L'article qui suit a été préparé pour éclaircir certaines des difficultés auxquelles sont confrontés ceux qui n'ont pas la formation pour tirer le maximum de l'index que procure le répertoire moderne et ainsi leur permettre de se familiariser avec les arcanes du Répertoire qui ouvre les portes de notre Matière Médicale.
Le médecin doit étudier les principes homéopathiques jusqu'à ce qu'il apprenne ce qui, dans la maladie, oriente vers le remède curateur.
Il doit étudier la Matière Médicale jusqu'à apprendre ce dont il a besoin pour répondre à cette question.
Il doit ensuite étudier le Répertoire jusqu'à apprendre comment l'utiliser de telle sorte qu'il puisse y trouver ce qu'il veut quand il en a besoin.
Il faut admettre que beaucoup ne font qu'un travail mécanique et n'arrivent pas à réaliser qu'il est possible de procéder d'une autre façon. Le médecin doit lire et relire les rubriques du Répertoire pour apprendre ce qu'il contient et comment les symptômes sont exprimés. Souvent, il verra une rubrique ou un symptôme qu'il n'aurait pas pensé chercher à cet endroit ; il devra alors bien réfléchir à l'endroit où il aurait cherché pour créer ensuite une ou plusieurs références croisées qui le guideront dans le futur vers la rubrique ou le symptôme.
Beaucoup échouent dans l'utilisation du Répertoire parce qu'ils pensent aux symptômes en langage de pathologie ou parce qu'il cherchent des expressions du langage médical. On doit se souvenir que les symptômes nous viennent d'expérimentateurs laïcs ; que les gens malades sont des laïcs. Chacun d'eux exprime la maladie dans le langage du profane et le Répertoire doit être un index de la Matière Médicale. Tout effort pour traduire soit la Matière Médicale soit le Répertoire dans le langage de la médecine allopathique conduira à un échec total.
Le langage technique condense l'idée d'une maladie donnée. C'est là tout ce dont on a besoin pour transmettre tout ce qu'il y a à savoir d'un médecin à un autre jusqu'à ce qu'il soit question du remède, et alors une nouvelle question surgit : Quel est le remède ? La réponse s'obtient en posant une autre question : Quels sont les symptômes ? Les symptômes sont le langage des malades et de la nature : la nature non éduquée - toute simple - qui interpelle un médecin éduqué. Les symptômes d'un patient n'ont pas de signification pour un médecin non formé - non formé à comprendre la signification des symptômes du patient, de l'expérimentateur - ; dès lors le Répertoire ne signifie rien pour lui. Cela explique pourquoi si nombreux sont ceux qui essayent d'utiliser le Répertoire et échouent : ils n'ont eu aucun enseignement dans nos prétendues écoles d'homéopathie.
Tous ceux qui savent comment se servir d'un Répertoire réussissent et aucun d'eux ne l'a jamais abandonné. Il semble étrange que tous n'essaient pas de trouver quelqu'un qui leur apprenne à l'utiliser surtout quand il y a de nombreuses personnes qui ne demandent que cela ; il semble étrange qu'ils ne désirent pas savoir comment utiliser le Répertoire ; il semble étrange qu'ils n'aient pas appris à noter le langage précis du patient, le langage de la Matière Médicale et le langage du Répertoire.
Les médecins qui n'ont jamais appris ces méthodes de travail ne voient pas de différence quand le même symptôme apparaît chez trois patients différents de la même famille. bien que l'un présente ce symptôme à 10 h du matin, le deuxième à 13 h et le dernier à 16 h ; l'un se sent mieux à la chaleur, l'autre au froid et l'état du troisième n'est affecté ni par l'un ni par l'autre. Et j'ai connu certains de ces médecins qui m'ont demandé : " Mais qu'est-ce que cela vient faire là-dedans ? "
Trois patients souffrent de céphalées comparables : l'un se sent mieux en plein air, l'autre avec des applications froides et le troisième avec des applications chaudes. Et de nouveau on pose la même question : " Mais qu'est-ce que cela vient faire là-dedans ? " Pourtant, ce sont justement les différences les plus élémentaires que l'on doit rechercher.
Le praticien manquant d'expérience dans notre matière s'entraîne mentalement, à réunir, condenser, concentrer et cela le mène dans la direction opposée à celle qui est requise. Dans notre Matière Médicale, il existe de grandes rubriques, mais celles-ci sont ensuite subdivisées en conditions, circonstances et modalités jusqu'à ce que la plus petite différence dans le temps, la localisation, le degré et la manière soit prise en compte de telle sorte que la distinction ou l'individualisation vienne à l'esprit. " Qu'est-ce que cela vient faire là-dedans ? "
Si je dis " faiblesse ", même mes propres étudiants diraient " C'est un symptôme général commun ", mais si le patient est faible :
- après avoir mangé au point de se coucher un instant :
- quand il fait chaud ;
- après la selle ;
- après un effort mental ou physique ;
- après avoir dormi ;
Il ne faudra pas s'étonner si Sélénium guérit un tel cas. Quand un tel groupe de modalités est associé à un catarrhe du nez, de la gorge et du larynx ou un carcinome et qu'il y a :
- désir de grand air ;
- manque de chaleur vitale :
- amaigrissement en vieillissant ;
- extrême sensibilité aux courants d'air - même chauds - ;
Il ne reste à l'homéopathe qu'une chose à faire : donner Sélénium.
Comment un médecin inexpérimenté peut-il trouver le remède sans un Répertoire bien utilisé ? L'utilisation correcte du Répertoire permet une prescription spontanément juste dans les cas simples et cela après dix ou vingt années de pratique. L'utilisation mécanique du Répertoire ne mène jamais à une prescription artistique ni à des résultats remarquables.
Certaines caractéristiques mentales vont de concert ; certaines d'entre elles sont nécessaires à un bon travail artistique de Répertoire tout comme d'autres sont à exclure.
Certains esprits ne peuvent comprendre que la dynamisation d'un médicament donné est possible en proportion de l'homéopathicité de celui-ci par rapport à un groupe donné de symptômes. S'il n'y a pas similitude, on n'a fait que donner une dilution. A quel moment la dilution devient dynamisation est une question que seul celui qui pratique l'art de guérir peut comprendre autrement qu'en théorie. Le médecin qui peut comprendre cela clairement peut apprendre à saisir la valeur des symptômes et peut donc, avec l'aide du répertoire, comparer les symptômes de son patient. Autrement, le travail répertorial est purement mécanique.
Peut-être qu'un cas clinique illustrera mieux le sujet.
Mme S., âgée de 47 ans, est une femme très excitable, presque hystérique. Depuis de nombreuses années, elle souffre de violentes céphalées occipitales :
- depuis des années, celles-ci l'obligent à prendre des remèdes toxiques ;
- survenant à peu de jours d'intervalle ; elle ne passe jamais une semaine sans en avoir une ;
- durent trois jours ;
- aggravées par les secousses ; ce sont la chaleur et la pression qui soulagent le mieux ;
- constipation, pendant une semaine, n'a aucun besoin d'aller à la selle, puis prend un laxatif. Elle dit : "J'ai tout pris".
- selles dures et petites rassemblant à des crottes de mouton ;
- désir de grand air, d'air frais ;
- bouffées de chaleur ;
- règles absentes dernièrement ;
- urines peu abondantes et d'odeur forte ;
- sensation que ses yeux ne lui appartiennent pas ;
- froid aux genoux et au-dessous des genoux ;
- très fatiguée et excitable ;
- hypersensible, tout son corps est extrêmement sensible au toucher.
Quels sont les symptômes particuliers, rares, étranges, de cette patiente ?
Les remèdes qui correspondent aux selles dures en boules rondes ressemblant à des crottes de mouton et qui correspondent également à un grand désir de plein air sont : Alum., Bar-c., Carb-an., Carb-s., Caust., Graph., KALI-S., Mag-m., Nat-m., Nat-s., Op., Sulph.
Aucun besoin d'aller à la selle pendant plusieurs jours : ALUM., Carb-an., CARB-S., Caust., GRAPH., Kali-s., Mag-m., Nat-m., OP., Sulph., et beaucoup d'autres sans rapport avec le cas.
Céphalée occipitale : Alum., Carb-an., CARB-S., Mag-m., Nat-m., Op., SEP., Sulph.
agr. par les secousses : Carb-s., Mag-m., Nat-m., Sulph.
agr. par la pression : MAG-M., NAT-M., Sulph.
agr. par la chaleur : Mag-m.
Le traitement a été le suivant :
Le 4 mars : Magnesia muriatica, XM.
Le 9 avril : Magnesia muriatica, XM.
Le 20 mai : Magnesia muriatica, LM.
Il n'y a plus eu depuis de maux de tête et elle est restée en bonne santé.
Dans ce cas, le mal de tête est quelque chose de courant, mais c'était de cela que la malade voulait qu'on la guérisse. Le symptôme particulier est le seul difficile à expliquer : les selles en boules dures ressemblant à des crottes de mouton. Ce n'est certainement pas courant ; ce n'est pas une selle naturelle aux êtres humains bien portants ; ce n'est un symptôme diagnostique pour aucune maladie. On pourrait se demander quel genre de commotion peut, dans l'intestin, briser une selle dure en d'aussi petits morceaux et les malaxer jusqu'à ce qu'ils soient plats, ovales et ronds et petits comme une selle de mouton. Une selle normale, une selle habituelle, est tout à fait différente. Il y a donc là quelque chose " d'étrange, rare, et particulier ".
Et maintenant, comme elle a un désir de grand air, il sera bon d'éliminer de la rubrique précédente ceux qui n'ont pas un désir de grand air. Tel sera notre point de départ.
Puis nous prenons la rubrique suivante en importance, c'est-à-dire l'inactivité intestinale, l'absence d'envie d'aller à la selle pendant une semaine. Les remèdes qui restent pourront être examinés du point de vue de l'anamnèse qui précède.
Ainsi procède-t-on jusqu'à la fin, choisissant les symptômes selon leur ordre d'importance. Le résultat, c'est une guérison.
Auteur: Dr. James T. Kent
Publié à "The homeopathician", janvier 1913.
Traduit de l'américain par Edouard Broussalian en collaboration avec Mme. Roselyne della Faille.
Source: http://www.planete-homeo.org/pros/repertoire/langage-repertoire.htm
Le médecin doit étudier les principes homéopathiques jusqu'à ce qu'il apprenne ce qui, dans la maladie, oriente vers le remède curateur.
Il doit étudier la Matière Médicale jusqu'à apprendre ce dont il a besoin pour répondre à cette question.
Il doit ensuite étudier le Répertoire jusqu'à apprendre comment l'utiliser de telle sorte qu'il puisse y trouver ce qu'il veut quand il en a besoin.
Il faut admettre que beaucoup ne font qu'un travail mécanique et n'arrivent pas à réaliser qu'il est possible de procéder d'une autre façon. Le médecin doit lire et relire les rubriques du Répertoire pour apprendre ce qu'il contient et comment les symptômes sont exprimés. Souvent, il verra une rubrique ou un symptôme qu'il n'aurait pas pensé chercher à cet endroit ; il devra alors bien réfléchir à l'endroit où il aurait cherché pour créer ensuite une ou plusieurs références croisées qui le guideront dans le futur vers la rubrique ou le symptôme.
Beaucoup échouent dans l'utilisation du Répertoire parce qu'ils pensent aux symptômes en langage de pathologie ou parce qu'il cherchent des expressions du langage médical. On doit se souvenir que les symptômes nous viennent d'expérimentateurs laïcs ; que les gens malades sont des laïcs. Chacun d'eux exprime la maladie dans le langage du profane et le Répertoire doit être un index de la Matière Médicale. Tout effort pour traduire soit la Matière Médicale soit le Répertoire dans le langage de la médecine allopathique conduira à un échec total.
Le langage technique condense l'idée d'une maladie donnée. C'est là tout ce dont on a besoin pour transmettre tout ce qu'il y a à savoir d'un médecin à un autre jusqu'à ce qu'il soit question du remède, et alors une nouvelle question surgit : Quel est le remède ? La réponse s'obtient en posant une autre question : Quels sont les symptômes ? Les symptômes sont le langage des malades et de la nature : la nature non éduquée - toute simple - qui interpelle un médecin éduqué. Les symptômes d'un patient n'ont pas de signification pour un médecin non formé - non formé à comprendre la signification des symptômes du patient, de l'expérimentateur - ; dès lors le Répertoire ne signifie rien pour lui. Cela explique pourquoi si nombreux sont ceux qui essayent d'utiliser le Répertoire et échouent : ils n'ont eu aucun enseignement dans nos prétendues écoles d'homéopathie.
Tous ceux qui savent comment se servir d'un Répertoire réussissent et aucun d'eux ne l'a jamais abandonné. Il semble étrange que tous n'essaient pas de trouver quelqu'un qui leur apprenne à l'utiliser surtout quand il y a de nombreuses personnes qui ne demandent que cela ; il semble étrange qu'ils ne désirent pas savoir comment utiliser le Répertoire ; il semble étrange qu'ils n'aient pas appris à noter le langage précis du patient, le langage de la Matière Médicale et le langage du Répertoire.
Les médecins qui n'ont jamais appris ces méthodes de travail ne voient pas de différence quand le même symptôme apparaît chez trois patients différents de la même famille. bien que l'un présente ce symptôme à 10 h du matin, le deuxième à 13 h et le dernier à 16 h ; l'un se sent mieux à la chaleur, l'autre au froid et l'état du troisième n'est affecté ni par l'un ni par l'autre. Et j'ai connu certains de ces médecins qui m'ont demandé : " Mais qu'est-ce que cela vient faire là-dedans ? "
Trois patients souffrent de céphalées comparables : l'un se sent mieux en plein air, l'autre avec des applications froides et le troisième avec des applications chaudes. Et de nouveau on pose la même question : " Mais qu'est-ce que cela vient faire là-dedans ? " Pourtant, ce sont justement les différences les plus élémentaires que l'on doit rechercher.
Le praticien manquant d'expérience dans notre matière s'entraîne mentalement, à réunir, condenser, concentrer et cela le mène dans la direction opposée à celle qui est requise. Dans notre Matière Médicale, il existe de grandes rubriques, mais celles-ci sont ensuite subdivisées en conditions, circonstances et modalités jusqu'à ce que la plus petite différence dans le temps, la localisation, le degré et la manière soit prise en compte de telle sorte que la distinction ou l'individualisation vienne à l'esprit. " Qu'est-ce que cela vient faire là-dedans ? "
Si je dis " faiblesse ", même mes propres étudiants diraient " C'est un symptôme général commun ", mais si le patient est faible :
- après avoir mangé au point de se coucher un instant :
- quand il fait chaud ;
- après la selle ;
- après un effort mental ou physique ;
- après avoir dormi ;
Il ne faudra pas s'étonner si Sélénium guérit un tel cas. Quand un tel groupe de modalités est associé à un catarrhe du nez, de la gorge et du larynx ou un carcinome et qu'il y a :
- désir de grand air ;
- manque de chaleur vitale :
- amaigrissement en vieillissant ;
- extrême sensibilité aux courants d'air - même chauds - ;
Il ne reste à l'homéopathe qu'une chose à faire : donner Sélénium.
Comment un médecin inexpérimenté peut-il trouver le remède sans un Répertoire bien utilisé ? L'utilisation correcte du Répertoire permet une prescription spontanément juste dans les cas simples et cela après dix ou vingt années de pratique. L'utilisation mécanique du Répertoire ne mène jamais à une prescription artistique ni à des résultats remarquables.
Certaines caractéristiques mentales vont de concert ; certaines d'entre elles sont nécessaires à un bon travail artistique de Répertoire tout comme d'autres sont à exclure.
Certains esprits ne peuvent comprendre que la dynamisation d'un médicament donné est possible en proportion de l'homéopathicité de celui-ci par rapport à un groupe donné de symptômes. S'il n'y a pas similitude, on n'a fait que donner une dilution. A quel moment la dilution devient dynamisation est une question que seul celui qui pratique l'art de guérir peut comprendre autrement qu'en théorie. Le médecin qui peut comprendre cela clairement peut apprendre à saisir la valeur des symptômes et peut donc, avec l'aide du répertoire, comparer les symptômes de son patient. Autrement, le travail répertorial est purement mécanique.
Peut-être qu'un cas clinique illustrera mieux le sujet.
Mme S., âgée de 47 ans, est une femme très excitable, presque hystérique. Depuis de nombreuses années, elle souffre de violentes céphalées occipitales :
- depuis des années, celles-ci l'obligent à prendre des remèdes toxiques ;
- survenant à peu de jours d'intervalle ; elle ne passe jamais une semaine sans en avoir une ;
- durent trois jours ;
- aggravées par les secousses ; ce sont la chaleur et la pression qui soulagent le mieux ;
- constipation, pendant une semaine, n'a aucun besoin d'aller à la selle, puis prend un laxatif. Elle dit : "J'ai tout pris".
- selles dures et petites rassemblant à des crottes de mouton ;
- désir de grand air, d'air frais ;
- bouffées de chaleur ;
- règles absentes dernièrement ;
- urines peu abondantes et d'odeur forte ;
- sensation que ses yeux ne lui appartiennent pas ;
- froid aux genoux et au-dessous des genoux ;
- très fatiguée et excitable ;
- hypersensible, tout son corps est extrêmement sensible au toucher.
Quels sont les symptômes particuliers, rares, étranges, de cette patiente ?
Les remèdes qui correspondent aux selles dures en boules rondes ressemblant à des crottes de mouton et qui correspondent également à un grand désir de plein air sont : Alum., Bar-c., Carb-an., Carb-s., Caust., Graph., KALI-S., Mag-m., Nat-m., Nat-s., Op., Sulph.
Aucun besoin d'aller à la selle pendant plusieurs jours : ALUM., Carb-an., CARB-S., Caust., GRAPH., Kali-s., Mag-m., Nat-m., OP., Sulph., et beaucoup d'autres sans rapport avec le cas.
Céphalée occipitale : Alum., Carb-an., CARB-S., Mag-m., Nat-m., Op., SEP., Sulph.
agr. par les secousses : Carb-s., Mag-m., Nat-m., Sulph.
agr. par la pression : MAG-M., NAT-M., Sulph.
agr. par la chaleur : Mag-m.
Le traitement a été le suivant :
Le 4 mars : Magnesia muriatica, XM.
Le 9 avril : Magnesia muriatica, XM.
Le 20 mai : Magnesia muriatica, LM.
Il n'y a plus eu depuis de maux de tête et elle est restée en bonne santé.
Dans ce cas, le mal de tête est quelque chose de courant, mais c'était de cela que la malade voulait qu'on la guérisse. Le symptôme particulier est le seul difficile à expliquer : les selles en boules dures ressemblant à des crottes de mouton. Ce n'est certainement pas courant ; ce n'est pas une selle naturelle aux êtres humains bien portants ; ce n'est un symptôme diagnostique pour aucune maladie. On pourrait se demander quel genre de commotion peut, dans l'intestin, briser une selle dure en d'aussi petits morceaux et les malaxer jusqu'à ce qu'ils soient plats, ovales et ronds et petits comme une selle de mouton. Une selle normale, une selle habituelle, est tout à fait différente. Il y a donc là quelque chose " d'étrange, rare, et particulier ".
Et maintenant, comme elle a un désir de grand air, il sera bon d'éliminer de la rubrique précédente ceux qui n'ont pas un désir de grand air. Tel sera notre point de départ.
Puis nous prenons la rubrique suivante en importance, c'est-à-dire l'inactivité intestinale, l'absence d'envie d'aller à la selle pendant une semaine. Les remèdes qui restent pourront être examinés du point de vue de l'anamnèse qui précède.
Ainsi procède-t-on jusqu'à la fin, choisissant les symptômes selon leur ordre d'importance. Le résultat, c'est une guérison.
Auteur: Dr. James T. Kent
Publié à "The homeopathician", janvier 1913.
Traduit de l'américain par Edouard Broussalian en collaboration avec Mme. Roselyne della Faille.
Source: http://www.planete-homeo.org/pros/repertoire/langage-repertoire.htm
Tratamiento homeopático de la sinusitis crónica: estudio prospectivo observacional con 8 años de seguimiento
Resumen
Antecedentes
Evaluación del tratamiento homeopático y sus resultados en pacientes con sinusitis de más de 12 semanas de duración en un contexto de atención médica habitual.
Métodos
Análisis de subgrupos incluyendo a todos los pacientes con sinusitis crónica (CIE-9: 473.9; ≥ 12 semanas de duración) de una gran muestra de individuos en un estudio prospectivo multicéntrico observacional. Se realizó un seguimiento durante dos años a los pacientes que acudieron de forma consecutiva para recibir tratamiento homeopático. Se registró la gravedad del motivo de consulta, la calidad de vida relacionada con la salud (QoL) y el uso de medicación. En este artículo se presentan asimismo datos sobre el estado de salud de los pacientes (basados en la información proporcionada por los propios pacientes) 8 años después del tratamiento inicial.
Resultados
El estudio incluyó a 134 adultos (edad media 39,8 ± 10,4 años, 76,1% mujeres) que fueron tratados por un total de 62 médicos. Los pacientes habían sufrido sinusitis crónica durante 10,7 ± 9,8 años. Casi todos los pacientes (97,0%) habían sido tratados previamente con medicina convencional. Para la sinusitis, la magnitud de efecto (efecto dividido por la desviación estándar al inicio del estudio) de la gravedad de los síntomas fue de 1,58 (IC[Intervalo de Confianza] 95%: 1,77; 1,40), 2,15 (2,38; 1,92) y 2,43 (2,68; 2,18) a los 3, 12 y 24 meses, respectivamente. Se produjo una mejoría en la calidad de vida, con cambios en la puntuación del componente físico del SF-36 de 0,27 (0,15; 0,39), 0,35 (0,19; 0,52), 0,44 (0,23; 0,65) y en la puntuación del componente mental de 0,66 (0,49; 0,84), 0,71 (0,50; 0,92), 0,65 (0,39; 0,92), 0,74 (0,49, 1,00) en los momentos temporales comentados anteriormente. Los efectos se mantuvieron presentes al cabo de 8 años, con puntuaciones en el componente físico del SF-36 de 0,38 (0,10; 0,65) y de 0,74 (0,49; 1,00) en el componente mental.
Conclusión
Este estudio observacional mostró mejoras importantes que persistieron durante 8 años en pacientes que buscaban tratamiento homeopático para la sinusitis. Es necesario clarificar en futuros estudios explicativos en qué medida los efectos observados se deben a la regulación del estilo de vida o al efecto placebo o de contexto asociados con el tratamiento.
Autores: Claudia Witt M, Instituto de Medicina Social, Epidemiología y Economía de la Salud, Centro Médico de la Universidad Charité, D-10098 Berlín, Alemania.
Rainer Lüdtke, Carlos y Verónica-Fundación Carstens, Am Deimelsberg 36, D-45276 Essen, Alemania.
Stefan Willich N, Instituto de Medicina Social, Epidemiología y Economía de la Salud, Centro Médico de la Universidad Charité, D-10098 Berlín, Alemania.
Aquí sólo se presenta un resumen.
Traducción al español completa en http://www.e-digitalis.com/articles.php?id=145
Artículo original publicado en BMC Ear, Nose and Throat Disorders - 2009, 9, 7 doi: 10.1186/1472-6815-9-7
Antecedentes
Evaluación del tratamiento homeopático y sus resultados en pacientes con sinusitis de más de 12 semanas de duración en un contexto de atención médica habitual.
Métodos
Análisis de subgrupos incluyendo a todos los pacientes con sinusitis crónica (CIE-9: 473.9; ≥ 12 semanas de duración) de una gran muestra de individuos en un estudio prospectivo multicéntrico observacional. Se realizó un seguimiento durante dos años a los pacientes que acudieron de forma consecutiva para recibir tratamiento homeopático. Se registró la gravedad del motivo de consulta, la calidad de vida relacionada con la salud (QoL) y el uso de medicación. En este artículo se presentan asimismo datos sobre el estado de salud de los pacientes (basados en la información proporcionada por los propios pacientes) 8 años después del tratamiento inicial.
Resultados
El estudio incluyó a 134 adultos (edad media 39,8 ± 10,4 años, 76,1% mujeres) que fueron tratados por un total de 62 médicos. Los pacientes habían sufrido sinusitis crónica durante 10,7 ± 9,8 años. Casi todos los pacientes (97,0%) habían sido tratados previamente con medicina convencional. Para la sinusitis, la magnitud de efecto (efecto dividido por la desviación estándar al inicio del estudio) de la gravedad de los síntomas fue de 1,58 (IC[Intervalo de Confianza] 95%: 1,77; 1,40), 2,15 (2,38; 1,92) y 2,43 (2,68; 2,18) a los 3, 12 y 24 meses, respectivamente. Se produjo una mejoría en la calidad de vida, con cambios en la puntuación del componente físico del SF-36 de 0,27 (0,15; 0,39), 0,35 (0,19; 0,52), 0,44 (0,23; 0,65) y en la puntuación del componente mental de 0,66 (0,49; 0,84), 0,71 (0,50; 0,92), 0,65 (0,39; 0,92), 0,74 (0,49, 1,00) en los momentos temporales comentados anteriormente. Los efectos se mantuvieron presentes al cabo de 8 años, con puntuaciones en el componente físico del SF-36 de 0,38 (0,10; 0,65) y de 0,74 (0,49; 1,00) en el componente mental.
Conclusión
Este estudio observacional mostró mejoras importantes que persistieron durante 8 años en pacientes que buscaban tratamiento homeopático para la sinusitis. Es necesario clarificar en futuros estudios explicativos en qué medida los efectos observados se deben a la regulación del estilo de vida o al efecto placebo o de contexto asociados con el tratamiento.
Autores: Claudia Witt M, Instituto de Medicina Social, Epidemiología y Economía de la Salud, Centro Médico de la Universidad Charité, D-10098 Berlín, Alemania.
Rainer Lüdtke, Carlos y Verónica-Fundación Carstens, Am Deimelsberg 36, D-45276 Essen, Alemania.
Stefan Willich N, Instituto de Medicina Social, Epidemiología y Economía de la Salud, Centro Médico de la Universidad Charité, D-10098 Berlín, Alemania.
Aquí sólo se presenta un resumen.
Traducción al español completa en http://www.e-digitalis.com/articles.php?id=145
Artículo original publicado en BMC Ear, Nose and Throat Disorders - 2009, 9, 7 doi: 10.1186/1472-6815-9-7
La historia del Profesor BENVENISTE
o el peligro de descubrir ciertos fenómenos que contradicen el paradigma científico dominante.
En estos días de burlas y críticas constantes a la homeopatía, en que grupos de jóvenes científicos imbuidos de presunta racionalidad, se atreven a organizar un “suicidio homeopático” para demostrar que no existe base alguna para creer en las dosis infinitesimales y por ende en la homeopatía, es bueno recordar la historia del Dr. Benveniste, precursor y visionario de una realidad que de momento es negada con obstinación y contundencia por el “establishment” científico dominante y sus jóvenes y feroces secuaces, pero que indefectiblemente va a ir ganando terreno y que, indefectiblemente también, va a hacernos ver otro aspecto de la realidad de los fenómenos.
Benveniste, doctor en medicina, había pasado sus años de residente en el sistema de hospitales de París y después había comenzado a investigar las alergias, especializándose en los mecanismos de la alergia y la inflamación. Más adelante fue nombrado director de investigación del Instituto Nacional Francés para la Salud y la Investigación Médica ( INSERM ) y se distinguió por descubrir el PAF, o factor de actividad plaquetar, que interviene en el mecanismo de algunas alergias como el asma.
A sus cincuenta años, Benveniste tenía el mundo a sus pies. No cabía duda de que le esperaba la aclamación internacional de la medicina convencional. Abundaban los rumores sobre la posibilidad de que fuera uno de los pocos biólogos franceses considerado posible receptor del Premio Nobel. Sus escritos estaban entre los más citados por los científicos del INSERM. Incluso había recibido una medalla de plata del CNRS, uno de los más prestigiosos galardones científicos franceses.
Entonces, en 1984, un pequeño error de cómputo hizo que su futuro brillante y asegurado se descarrilara accidentalmente. El laboratorio de Benveniste en el INSERM había estado estudiando la degranulación basófila: la reacción de ciertos leucocitos sanguíneos a los alérgenos. Un día, Elisabeth Davenas, una de sus mejores técnicas de laboratorio, le informó de que había visto y registrado una reacción en los leucocitos a pesar de que había demasiadas pocas moléculas del alérgeno en la solución. Todo esto debía ser producto de un simple error de cálculo. Ella había pensado que la solución de partida estaba más concentrada de lo que estaba en realidad. Al tratar de diluir la solución hasta la concentración habitual, en realidad la había diluído hasta un punto en que quedaban muy pocas de las moléculas antígenas originales.
Después de examinar los datos, Jacques prácticamente la echó de su despacho.
“Los resultados que presentas son imposibles”, declaró, “porque ahí no hay moléculas”. “Has estado experimentando con agua, vuelve a repetir el experimento”.
Pero cuando se volvió a repetir el experimento con la misma disolución y obtuvo el mismo resultado, Benveniste se dio cuenta de que Elisabeth, una trabajadora meticulosa, podría haber tropezado con algo que mereciera la pena investigar.
Durante varias semanas Elisabeth siguió yendo a su despacho con los mismos datos inexplicables, mostrando poderosos efectos biológicos de una solución tan debilitada que no podía tener suficientes antígenos para causarla, y a Jacques se le empezaron a ocurrir explicaciones cada vez más curiosas para poder encajar estos resultados en una teoría biológica reconocible.
Después de observar estos resultados, uno de los tutores de su laboratorio, un médico que también era homeópata, comentó que estos experimentos se asemejaban mucho al principio de la homeopatía. En este sistema médico las soluciones de sustancias activas se diluyen hasta el punto en que prácticamente no queda nada de la sustancia original, sólo su “memoria”.
En aquel tiempo Jacques ni siquiera sabía qué era la homeopatía pero al investigador científico que llevaba dentro se le había abierto el apetito. Pidió a Elisabeth que diluyera las soluciones todavía más de modo que no quedara absolutamente nada de la sustancia original. En estos estudios Elisabeth continuó obteniendo resultados consistentes con los anteriores, como si el ingrediente activo siguiera estando allí sin importar lo diluída que estuviera la solución que a estas alturas era casi agua pura.
Por su formación como especialista en alergias, Jacques usó en estos estudios la prueba de alergias normalizada, cuyo propósito es producir la típica respuesta alérgica en las células humanas. Había aislado los basófilos, un tipo de glóbulo blanco que contiene anticuerpos de IgE en su superficie.
Éstas son las células responsables de las reacciones hipersensibles de las personas alérgicas. Jacques eligió las células IgE porque respondían fácilmente a alérgenos tales como el polen o el polvo, liberando histamina de sus gránulos intracelulares, y también respondían a ciertos anticuerpos anti-IgE. Si este tipo de célula se ve afectada por algo, es poco probable que te pase desapercibido. Otra ventaja de las IgE es que podía teñirlas mediante un compuesto que él mismo había desarrollado y patentado en el INSERM. Los basófilos, como la mayoría de las células, tienen una apariencia gelatinosa, y por eso tienes que teñirlas para poder verlas y estudiarlas en laboratorio.
Pero el teñido, incluso con un tinte estándar como el tuluidina azul, está sujeto a cambios y depende de muchos factores: la salud de la anfitriona y la influencia de otras células sobre la original. Cuando estas células IgE quedan expuestas a los anticuerpos anti-IgE, su capacidad de absorber el tinte cambia. Al anti-IgE se le ha llamado el “quita-pinturas biológico” (2) porque su capacidad de inhibir el tinte es tanta que prácticamente vuelve a hacer que los basófilos sean invisibles.
La lógica final que hizo que Benveniste se decidiera por el anti-IgE tenía que ver con el hecho de que estas moléculas concretas son especialmente grandes. Si estás intentando ver si el agua retiene su efecto después de que todas las moléculas de anti-IgE hayan sido filtradas, sería prácticamente imposible dejar alguna atrás accidentalmente.
En estos estudios llevados a cabo a lo largo de cuatro años, entre 1985 y 1989, y esforzadamente registrados en los libros de laboratorio por Elisabeth Davenas, el equipo de Benveniste creó mezclas muy diluídas de anti-IgE vertiendo una décima parte de la solución anterior en el tubo siguiente y completándola con nueve décimos de un disolvente estándar. A continuación cada disolución era sacudida vigorosamente, como se hace con los preparados homeopáticos. El equipo usaba disoluciones de este tipo, una parte de solución por nueve de disolvente y después seguía diluyéndolas hasta que había una parte de solución por noventa y nueve partes de disolvente. Cada una de las disoluciones era añadida sucesivamente a los basófilos, que seguidamente eran contados bajo el microscopio.
Para sorpresa de Jacques y de todos los demás, descubrieron que estaban registrando efectos de inhibición en la absorción del tinte de hasta el 66%, incluso con disoluciones tan diluídas como una parte en 10 elevado a 60.
En experimentos posteriores con disoluciones aún mucho más diluídas, de hasta una parte en 10 elevado a 120, donde prácticamente no había ninguna posibilidad de que quedara ni una sola molécula de IgE, los basófilos seguían viéndose afectados.
Pero el fenómeno más inesperado estaba aún por llegar. Aunque la potencia de los anti-IgE llegaba a su punto máximo en concentraciones de una parte en 1000 ( la tercera disolución decimal ) y a partir de ahí iba decreciendo con cada dilución subsiguiente, como cabía esperar lógicamente, el experimento daba un giro de 180 grados en la novena dilución. El efecto del IgE altamente diluído empezaba a aumentar en ese punto y continuaba aumentando cuanto más se diluía (3). Como siempre había dicho la homeopatía, cuanto más débil sea la disolución, más poderoso es su efecto.
Benveniste unió sus fuerzas con cinco laboratorios diferentes de cuatro países ( Francia, Israel, Italia y Canadá ) y todos ellos fueron capaces de replicar sus resultados.
Entonces los trece científicos publicaron conjuntamente los resultados de su colaboración de cuatro años en la edición de 1988 de la prestigiosa revista Nature, mostrando que si se diluyen soluciones de anticuerpos repetidamente hasta que ya no contengan ni una molécula del anticuerpo, seguían produciendo una respuesta en las células inmunes (4). Los autores concluyeron que en ciertas diluciones ya no quedaba ninguna de las moléculas originales y que:
Información específica debe de haber sido transmitida durante el proceso de dilución / sucusión. El agua podría actuar como plantilla de la molécula, por ejemplo, por medio de una red infinita ligada por hidrógenos, o campos eléctricos y magnéticos… La naturaleza precisa de este fenómeno permanece inexplicada.
Para la prensa popular Benveniste había descubierto “la memoria del agua”, y en general se consideró que sus estudios validaban la homeopatía. Benveniste mismo se dio cuenta de que sus resultados tenían repercusiones que estaban más allá de cualquier teoría de la medicina alternativa. Si el agua fuera capaz de imprimir y almacenar información de las moléculas, esto tendría un impacto en nuestra comprensión de las moléculas y de cómo se “hablan” unas a otras en nuestros cuerpos, pues las moléculas de las células humanas están, evidentemente, rodeadas de agua. En cualquier célula viva hay diez mil moléculas de agua por cada molécula de proteína.
La revista Nature también comprendió indudablemente las posibles repercusiones que tendría este descubrimiento en las leyes aceptadas de la bioquímica. El editor, John Maddox, había consentido en publicar el artículo, pero lo hizo después de dar un paso sin precedentes: al final del artículo añadió el siguiente editorial:
Reserva editorial:
Los lectores de este artículo pueden compartir la incredulidad de los muchos árbitros que han comentado diversas versiones del mismo durante los últimos meses. La esencia del resultado es que una solución acuosa de un anticuerpo retiene su capacidad de evocar una respuesta biológica incluso cuando se diluye hasta tal punto que hay una probabilidad despreciable de que quede una sola molécula del anticuerpo en cualquier muestra. No hay una base física que explique tal actividad. Con la amable colaboración del profesor Benveniste, Nature ha dispuesto que investigadores independientes observen repeticiones de los experimentos. En breve se publicará un informe sobre dicha investigación.
En su propio editorial, Maddox también invitaba a los lectores a hacer agujeros en el estudio de Benveniste (5).
Cuatro días después de la publicación, Maddox mismo llegó con lo que Benveniste describió como un “equipo de falsos científicos” compuesto por Walter Stewart, un conocido cazacharlatanes y James Randy, un mago profesional que tendía a ser convocado para denunciar trabajos científicos que obtenían sus resultados de manera fraudulenta. ¿Eran un mago, un periodista y un cazacharlatanes el mejor equipo posible para evaluar los sutiles cambios de la experimentación biológica?, se preguntó Benveniste.
Bajo su ojo escrutador, Elisabeth Davenas llevó a cabo cuatro experimentos, uno a ciegas, y según Benveniste todos ellos tuvieron éxito. Sin embargo, Maddox y su equipo negaron los resultados y decidieron cambiar el protocolo experimental llevando a cabo un proceso de codificación más exigente; Stewart insistió en llevar a cabo él mismo algunos de los experimentos y cambió parte de su diseño aunque, según dijo Benveniste, no tenía la formación necesaria para ejecutarlos.
Bajo su nuevo protocolo y en medio de una atmósfera cargada que implicaba que el equipo del INSERM estaba ocultando algo, se llevaron a cabo tres pruebas más que no funcionaron. En este punto Maddox y su equipo tenían lo que deseaban y se fueron rápidamente, pidiendo antes fotocopias de 1.500 de los informes de Benveniste.
Poco después de esta visita de cinco días, Nature publicó un informe titulado “Los experimentos de alta dilución son un engaño”. Decía que el laboratorio de Benveniste no había observado los protocolos científicos adecuados y descartaba los datos de apoyo de los demás laboratorios. Maddox expresó su sorpresa de que los estudios no funcionaran siempre, cuando esto es la norma en los experimentos biológicos… Ésta era una de las razones por las que Benveniste había llevado a cabo más de trescientos experimentos antes de publicar. Maddox tampoco tuvo en cuenta que el test de teñido es muy sensible y puede ser alterado por el menor cambio en las condiciones del experimento, hasta tal punto que a veces parte de la sangre del donante ni siquiera se verá afectada por altas concentraciones de anti-IgE. La revista también expresó su desazón ante el hecho de que dos de los laboratorios que colaboraban con Benveniste estuvieran siendo financiados por un fabricante de remedios homeopáticos. “La financiación por parte de la industria es práctica habitual en las investigaciones científicas”, respondió Benveniste. ¿Estaban indicando que los resultados habían sido alterados para agradar a los patrocinadores?
Benveniste devolvió el ataque apelando a la ecuanimidad científica:
Las cazas de brujas o las persecuciones tipo McCarthy matarán la ciencia. La ciencia solo florece en libertad…El único modo de dirimir resultados contradictorios es repetirlos. Es posible que todos estemos equivocados de buena fe. Esto no es un crimen, sino una práctica habitual en ciencia. (6)
Los resultados publicados por Nature tuvieron un efecto devastador en la reputación de Benveniste y en su posición en el INSERM. Un consejo científico de esta institución censuró su trabajo, realizando declaraciones casi unánimes de que debería haber realizado otros experimentos “antes de afirmar que ciertos fenómenos han escapado a 200 años de investigaciones químicas (7)”. El INSERM se negó a escuchar las objeciones de Benveniste respecto a la calidad de la investigación de Nature y le impidió continuar su trabajo. Circularon rumores de desequilibrio mental y fraude. Llovieron cartas a Nature y otras publicaciones diciendo que su trabajo era “ciencia dudosa”, “un engaño cruel” y “pseudociencia”.
A Benveniste se le dieron varias oportunidades de abandonar grácilmente su trabajo y ninguna razón profesional para seguir realizándolo. Si defendía su trabajo original sin duda estaba abocado a destruir la carrera que tanto tiempo llevaba construyendo. Benveniste había llegado a la posición más alta posible en el INSERM y no deseaba ser director. Nunca había ambicionado una carrera, sólo quería seguir adelante con su investigación. Había descubierto pruebas que demolían todo lo que les habían enseñado a creer sobre la comunicación celular, y ahora ya no era posible volver atrás. Decía que sus experimentos eran como mirar debajo de las faldas de la naturaleza. Benveniste abandonó el INSERM y buscó apoyo de fuentes privadas como DigiBio, que permitieron que él y Didier Guillonnet, un hábil ingeniero de la Escuela Central de París que se le unió en 1977, siguieran adelante con el trabajo. Después del fiasco de Nature pasaron a la “biología digital”, un descubrimiento que no lograron en un único momento de inspiración sino tras ocho años de seguir la senda lógica de una experimentación cauta (9).
Los estudios de la memoria del agua llevaron a Benveniste a examinar cómo se comunican las moléculas dentro de una célula viva. La teoría habitual, denominada Relación Cuantitativa Estructura-Actividad (QSAR), dice que dos moléculas que se combinan estructuralmente intercambian información química específica cuando chocan una con otra. Es algo parecido a una llave que encuentra su cerradura. Los biólogos aún se adhieren a las nociones mecanicistas cartesianas de que sólo puede haber reacción si existe contacto. Aunque aceptan la existencia de la fuerza de la gravedad rechazan cualquier otra noción de acción a distancia.
Si estas ocurrencias se deben a la casualidad existe muy poca esperanza estadística de que ocurran cuando tenemos en cuenta cómo es el universo de la célula. En la célula media, que contiene una molécula de proteína por cada diez mil moléculas de agua, las moléculas rebotan por la célula como un puñado de pelotas de tenis flotando en una piscina. El problema central de la teoría actual es que depende demasiado de la casualidad y también requiere bastante tiempo. No puede explicar la velocidad real de algunos procesos biológicos como la ira, la alegría, la tristeza o el miedo. Pero, en cambio, si cada molécula individual tiene su propia frecuencia característica, su receptor o molécula con el espectro de rasgos adecuado se sintonizará con su frecuencia, del mismo modo que sintonizas la radio para captar una estación específica, aunque esté muy alejada. Algo parecido ocurre cuando un diapasón hace que otro diapasón oscile a la misma frecuencia. Ambos entran en resonancia: la vibración de un cuerpo es reforzada por otro cuerpo que vibra a la misma frecuencia o cerca de ella. A medida que estas dos moléculas resuenen en la misma longitud de onda, empezarán a resonar con las siguientes moléculas de la reacción bioquímica, creando así, en palabras de Benveniste, una “cascada” de impulsos electromagnéticos que viajan a la velocidad de la luz. Esto explica mejor que la colisión accidental cómo se empieza una reacción bioquímica en cadena prácticamente instantánea. También es una extensión lógica de los trabajos de Fritz Popp. Si los fotones corporales excitan moléculas en todo el espectro de frecuencias electromagnéticas, es lógico que tengan su propia frecuencia característica.
Los experimentos de Benveniste demostraron de manera decisiva que las células no dependen de colisiones casuales, sinó de señales electromagnéticas creadas por ondas electromagnéticas de baja frecuencia (menos de 20 kHz). Las frecuencias elecromagnéticas que Benveniste ha estudiado corresponden a frecuencias de radio, aunque no emiten ningún sonido que podamos detectar. Todos los sonidos de nuestro planeta ( el agua en un arroyo, el rugido de un trueno, un disparo, el piar de un pájaro,…) ocurren a baja frecuencia, entre 20 htz y 20 khtz, el rango de audición del oído humano.
Según la teoría de Benveniste, dos moléculas se sintonizan una con otra, incluso a larga distancia, y resuenan en la misma frecuencia. Entonces las dos moléculas resonantes crearán otra frecuencia, que resonará con la siguiente molécula o grupos de moléculas en el paso siguiente de la reacción biológica. Según Benveniste esto explica por qué pequeños cambios en una molécula (el cambio de un péptido, por ejemplo) tendrán un efecto radical en lo que esa molécula haga.
Esto no es tan improbable, considerando lo que ya sabemos respecto a cómo vibran las moléculas. Tanto las moléculas concretas como los vínculos intermoleculares emiten ciertas frecuencias específicas que pueden ser detectadas a miles de millones de años luz de distancia mediante los más sensibles telescopios modernos. Estas frecuencias han sido aceptadas por los físicos desde hace mucho tiempo, pero nadie en la comunidad biológica, aparte de Fritz Albert Popp y sus predecesores, se ha detenido a considerar si tienen algún propósito.
Antes de Benveniste otros como Robert O. Becker y Cyril Smith, llevaron a cabo abundantes experimentos con las frecuencias electromagnéticas de los seres vivos. La contribución de Benveniste fue demostrar que las moléculas y átomos tienen sus frecuencias únicas usando la tecnología moderna tanto para registrarlas como para usar esa misma grabación en la comunicación celular.
A partir de 1991 Benveniste demostró que es posible transferir señales moleculares específicas simplemente usando un amplificador y ondas electromagnéticas. Cuatro años después fue capaz de registrar y reproducir dichas señales usando un ordenador multimedia. A lo largo de miles de experimentos Benveniste y Guillonnet registraron la actividad de la molécula en un ordenador y reprodujeron la señal para un sistema biológico generalmente sensible a esa sustancia. En todos los casos el sistema biológico fue engañado: creyó que estaba interactuando con la sustancia misma y actuó consecuentemente, iniciando la reacción biológica en cadena tal como habría hecho en presencia de la molécula genuína (10). Otros estudios mostraron que el equipo de Benveniste podía borrar estas señales y detener la actividad celular mediante un campo magnético alternante, trabajo que llevaron a cabo en colaboración con el Centro Nacional de Investigación Científica de Medudon, en Francia. La conclusión inevitable es que, como Fritz Albert Popp teorizó, las moléculas se hablan unas a otras mediante frecuencias oscilantes.
El equipo DigiBio puso a prueba la biología digital en cinco tipos de estudios: activación basofílica, activación neutrofílica, pruebas de la piel, actividad del oxígeno y, más recientemente, coagulación del plasma. Como la sangre misma, el plasma, el líquido amarillento de la sangre que transporta las proteínas y los productos de desecho, se coagula. Para poner bajo control dicha habilidad, debes empezar por retirar el calcio del plasma atrapándolo químicamente. Si a continuación le añades agua con calcio, el plasma se coagulará. Añadiendo un medicamento típicamente anticoagulante evitaremos que se coagule, incluso en presencia del calcio.
En su estudio más reciente, Benveniste tomó un tubo de ensayo de este plasma sin calcio y le añadió agua que contenía calcio expuesto al “sonido” (frecuencia electromagnética digitalizada) del anticoagulante. Lo mismo que en otros de sus experimentos, la frecuencia característica del anticoagulante funciona como si las propias moléculas del anticoagulante estuvieran allí: en su presencia, la sangre es más reacia a coagular de lo normal.
El agua se encuentra entre las sustancias más misteriosas porque, siendo un compuesto formado por dos gases, es líquida a temperatura y presiones normales. En sus estudios, Del Giudice y Preparata han demostrado matemáticamente que, cuando están muy apretados, los átomos y moléculas exhiben una conducta colectiva, formando lo que han denominado “dominios coherentes”. Están especialmente interesados en este fenómeno tal como ocurre en el agua. En un informe publicado en Physical Review Letters, Preparata y Del Giudice demostraron que las moléculas de agua crean dominios coherentes, de manera parecida a un rayo láser. La luz se compone normalmente de fotones de muchas longitudes de onda, como los colores del arco iris, pero los fotones de un rayo láser tienen un alto grado de coherencia, como si formaran una única onda coherente, un solo color intenso (13). Estas moléculas de agua de longitudes de onda singulares parecen ser “informadas” en presencia de otras moléculas, es decir, tienden a polarizarse en torno a cualquier molécula cargada, almacenando y transportando su frecuencia para que pueda ser leída a distancia. Esto significaría que el agua es como una grabadora, que imprime y transporta la información tanto si la molécula original sigue estando allí como si no. Sacudir los recipientes, como se hace en homeopatía, parece ser un medio de acelerar este proceso (14).
El agua es tan vital para la transmisión de energía e información que los trabajos de Benveniste demuestran que las señales moleculares no pueden ser transmitidas por el cuerpo a menos que lo hagas en un medio acuático (15). En Japón, un físico llamado Kunio Yasue, del Instituto de Investigación para la Información y la Ciencia de la Notre Dame Seishin University en Okayama, también descubrió que las moléculas de agua desempeñan cierto papel a la hora de organizar la energía discordante en fotones coherentes: un proceso llamado “superradiación” (16).
Esto sugiere que el agua, como medio natural de las células, actúa como conductor esencial de la frecuencia característica de la molécula en todos los procesos biológicos y que las moléculas de agua se organizan para formar un patrón sobre el que puede imprimirse la información de la onda. Si Benveniste está en lo cierto, el agua no sólo envía la señal, sino que la amplifica.
El aspecto más importante de la innovación científica no es necesariamente el descubrimiento original, sino la réplica del trabajo. Sólo la réplica de los datos iniciales legitima una investigación y convence a la comunidad científica ortodoxa de que podrías tener algo entre manos. A pesar de la mofa casi universal de los resultados de Benveniste, empezaron a realizarse investigaciones reputadas en otras partes. En 1992, FASEB ( Federación de Sociedades Americanas para la Biología Experimental ) celebró un simposio organizado por la Sociedad Internacional de Bioelectricidad para examinar las interacciones de los campos electromagnéticos con los sistemas biológicos (17). Muchos otros científicos han replicado los experimentos de alta dilución (18), y algunos han repetido y confirmado los experimentos que usan información digitalizada para la comunicación molecular (19). Los últimos estudios de Benveniste fueron replicados dieciocho veces en un laboratorio independiente en Lyon, Francia, y en otros tres centros independientes.
Varios años después del episodio con la revista Nature relativo a la memoria del agua, había equipos de científicos que aún trataban de probar que Benveniste se equivocaba. La profesora Madelene Ennis, de la Queen’s University de Belfast, convocó un gran grupo de investigadores europeos con la esperanza de mostrar, de una vez por todas, que la homeopatía y la memoria del agua eran una completa estupidez. Un consorcio de cuatro laboratorios independientes de Italia, Francia, Bélgica y Holanda, dirigido por el profesor M. Roberfroid, de la Universidad Católica de Lovaina, en Bruselas, llevó a cabo una variante del experimento original de Benveniste con la degranulación basófila. El experimento fue impecable. Ninguno de los investigadores sabía cuál era la solución homeopática y cuál agua pura. Incluso las soluciones fueron preparadas por laboratorios que no tenían nada que ver con el estudio. Los resultados fueron codificados, decodificados y tabulados por un investigador independiente, también desconectado del estudio.
Finalmente, tres de los cuatro laboratorios obtuvieron resultados estadísticamente significativos con las preparaciones homeopáticas. La profesora Ennis todavía no se creía dichos resultados y los atribuyó a un error humano. Para eliminar posibles despistes humanos, aplicó un protocolo que contaba los números automáticamente. Los resultados automatizados seguían mostrando lo mismo. Las altas diluciones del ingrediente activo funcionaban, tanto si el ingrediente activo estaba presente como si el agua se hallaba tan diluída que no quedaba nada de la sustancia original. Ennis se vió obligada a ceder:
“Los resultados me obligan a suspender mi excepticismo y empezar a buscar explicaciones racionales a nuestros descubrimientos” (20).
Ésta era la última posibilidad para Benveniste. Si los resultados de Ennis hubieran sido negativos, se habrían publicado en Nature, enviando su trabajo a la basura para siempre. Pero, como concordaron con los suyos, fueron publicados en un periódico poco conocido y unos cuantos años después, garantizando así que nadie pudiera tomar nota.
Además de los resultados de Ennis, todos los estudios científicos de la homeopatía prestaban apoyo a los descubrimientos de Benveniste. Pruebas de excelente calidad, doblemente ciegas y contrastadas con placebos, demostraron que la homeopatía funciona para, entre muchas otras dolencias, el asma (21), la diarrea (22), las infecciones del tracto respiratorio superior en niños (23), e incluso las enfermedades de corazón (24). De 105 pruebas llevadas a cabo con homeopatía, al menos 81 ofrecieron resultados positivos. Las más incontestables fueron llevadas a cabo en Glasgow por el doctor David Reilly, cuyos estudios doblemente ciegos y con controles placebo, con todas las comprobaciones y equilibrios de un estudio científico prístino (25), mostraron que la homeopatía funciona para el asma. A pesar del diseño científico de la prueba, un editorial de The Lancet, recordando la respuesta de Nature a los pimeros descubrimientos de Benveniste, accedió a publicar los resultados pero se negó a aceptarlos: “Qué podría ser más absurdo que la noción de que una sustancia es terapéuticamente activa cuando está tan diluída que es poco probable que el paciente reciba una sola molécula de ella? Sí, el principio de dilución homeopático es absurdo, de modo que el motivo de su eficacia terapéutica debe de estar en alguna otra parte” (26)
Cuando leyó sobre el debate que se estaba desarrollando de The Lancet respecto a los estudios de Reilly, Benveniste no pudo resistirse a responder:
"Esto nos recuerda inexorablemente la contribución maravillosamente autosuficiente de un académico francés del siglo XIX al encendido debate sobre la existencia de meteoritos, que animó a la comunidad científica de su tiempo: “Las piedras no caen del cielo porque en el cielo no hay piedras”." (27)
Benveniste estaba tan cansado de que otros laboratorios fracasaran ocasionalmente en sus intentos de replicar sus experimentos que hizo que Guillonnet le construyera un robot. El robot era poco más que una caja con un brazo que se movía en tres direcciones, y podía hacerlo todo menos la medición inicial. Lo único que uno tenía que hacer era facilitarle los ingredientes y unos tubos de plástico, presionar los botones y marcharse. El robot tomaba el agua que contenía calcio, la ponía en un alambique , reproducía la señal sonora de la heparina (anticoagulante) durante cinco minutos para que el agua quedara “informada”, después mezclaba el agua informada en un tubo de ensayo con plasma, ponía la mezcla en un aparato de medir, leía los resultados y los ofrecía a quien estuviera llevando a cabo la investigación. Benveniste y su equipo hicieron cientos de experimentos con ayuda de este robot, pero la idea fundamental era distribuir estos aparatos a otros laboratorios. De este modo, tanto los demás centros como el equipo de Clamart podían estar seguros de que el experimento estaba estandarizado universalmente, que el protocolo era idéntico y se llevaba a cabo correctamente.
Mientras trabajaba con su robot, Benveniste descubrió a gran escala el mismo fenómeno que Popp había contemplado en el laboratorio con sus pulgas de agua: pruebas evidentes de que las ondas electromagnéticas de los seres vivos tienen un efecto sobre su entorno. Cuando Benveniste consiguió que su robot estuviera operativo, descubrió que generalmente funcionaba bien, pero con ciertas excepciones. Dichas excepciones coincidían con los días en que una mujer concreta realizaba los experimentos. Lo mismo estaba ocurriendo en Lyon pero con un hombre. El método científico de la mujer era impecable y seguía el protocolo al pie de la letra. La mujer misma, doctora y bióloga, era una trabajadora experta y meticulosa. Sin embargo no conseguía los resultados en ninguna ocasión. Después de llevar a cabo estos estudios durante seis meses, sólo quedaba una conclusión posible: algo en su presencia misma impedía el resultado positivo. Para Jacques era vital llegar al núcleo del problema. Los efectos biológicos no tienen nada de sutil. Cambia la estructura o la forma de una célula aunque sólo sea ligeramente y alterarás completamente su capacidad de encajarse con las células receptoras. Sí o no, éxito o fracaso. Un medicamento funciona o no funciona. En este caso, algo de la mujer en cuestión estaba bloqueando la comunicación celular en los experimentos que llevaba a cabo.
Benveniste sospechaba que la mujer debía de estar emitiendo algún tipo de ondas que bloqueaban las señales. Desarrolló un medio de medición y pronto descubrió que la mujer emitía campos electromagnéticos que interferían con las señales de comunicación del experimento. Como las sustancias carcinógenas de Popp, ella alteraba las frecuencias. Esto parecía increíble, algo más propio del ámbito de la brujería que de la ciencia, pensó Benveniste. Seguidamente hizo que la mujer sostuviera en la mano un tubo de gránulos homeopáticos durante cinco minutos, y después examinó el tubo con sus aparatos. Toda actividad, toda señal molecular, había sido borrada. (28)
Benveniste era un teórico; ni siquiera era físico. Había entrado accidentalmente en el mundo del electromagnetismo y ahora se encontraba experimentando en un territorio completamente extraño para él: la memoria del agua y la capacidad molecular de vibrar a frecuencias muy altas o muy bajas. Éstos eran los dos misterios que no llegaba a resolver. Lo único que podía hacer era seguir trabajando donde se sentía más cómodo ( en sus experimentos de laboratorio ), mostrando que estos efectos eran reales. Pero había una cosa que no tenía clara. Por algún motivo que ignoraba, estas señales también parecían ser enviadas fuera del cuerpo y de algún modo estaban siendo recibidas y escuchadas.
Nota: Para las referencias bibliográficas ( de 2 a 28 ), consultar páginas 307 a 309 del libro “El Campo” de Lynne McTaggart.
Autor: Dr. Joan Mora
Fuente: Joan Mora Homeopatia
Extracto del libro “El Campo” de Lynn McTaggart.
En estos días de burlas y críticas constantes a la homeopatía, en que grupos de jóvenes científicos imbuidos de presunta racionalidad, se atreven a organizar un “suicidio homeopático” para demostrar que no existe base alguna para creer en las dosis infinitesimales y por ende en la homeopatía, es bueno recordar la historia del Dr. Benveniste, precursor y visionario de una realidad que de momento es negada con obstinación y contundencia por el “establishment” científico dominante y sus jóvenes y feroces secuaces, pero que indefectiblemente va a ir ganando terreno y que, indefectiblemente también, va a hacernos ver otro aspecto de la realidad de los fenómenos.
Benveniste, doctor en medicina, había pasado sus años de residente en el sistema de hospitales de París y después había comenzado a investigar las alergias, especializándose en los mecanismos de la alergia y la inflamación. Más adelante fue nombrado director de investigación del Instituto Nacional Francés para la Salud y la Investigación Médica ( INSERM ) y se distinguió por descubrir el PAF, o factor de actividad plaquetar, que interviene en el mecanismo de algunas alergias como el asma.
A sus cincuenta años, Benveniste tenía el mundo a sus pies. No cabía duda de que le esperaba la aclamación internacional de la medicina convencional. Abundaban los rumores sobre la posibilidad de que fuera uno de los pocos biólogos franceses considerado posible receptor del Premio Nobel. Sus escritos estaban entre los más citados por los científicos del INSERM. Incluso había recibido una medalla de plata del CNRS, uno de los más prestigiosos galardones científicos franceses.
Entonces, en 1984, un pequeño error de cómputo hizo que su futuro brillante y asegurado se descarrilara accidentalmente. El laboratorio de Benveniste en el INSERM había estado estudiando la degranulación basófila: la reacción de ciertos leucocitos sanguíneos a los alérgenos. Un día, Elisabeth Davenas, una de sus mejores técnicas de laboratorio, le informó de que había visto y registrado una reacción en los leucocitos a pesar de que había demasiadas pocas moléculas del alérgeno en la solución. Todo esto debía ser producto de un simple error de cálculo. Ella había pensado que la solución de partida estaba más concentrada de lo que estaba en realidad. Al tratar de diluir la solución hasta la concentración habitual, en realidad la había diluído hasta un punto en que quedaban muy pocas de las moléculas antígenas originales.
Después de examinar los datos, Jacques prácticamente la echó de su despacho.
“Los resultados que presentas son imposibles”, declaró, “porque ahí no hay moléculas”. “Has estado experimentando con agua, vuelve a repetir el experimento”.
Pero cuando se volvió a repetir el experimento con la misma disolución y obtuvo el mismo resultado, Benveniste se dio cuenta de que Elisabeth, una trabajadora meticulosa, podría haber tropezado con algo que mereciera la pena investigar.
Durante varias semanas Elisabeth siguió yendo a su despacho con los mismos datos inexplicables, mostrando poderosos efectos biológicos de una solución tan debilitada que no podía tener suficientes antígenos para causarla, y a Jacques se le empezaron a ocurrir explicaciones cada vez más curiosas para poder encajar estos resultados en una teoría biológica reconocible.
Después de observar estos resultados, uno de los tutores de su laboratorio, un médico que también era homeópata, comentó que estos experimentos se asemejaban mucho al principio de la homeopatía. En este sistema médico las soluciones de sustancias activas se diluyen hasta el punto en que prácticamente no queda nada de la sustancia original, sólo su “memoria”.
En aquel tiempo Jacques ni siquiera sabía qué era la homeopatía pero al investigador científico que llevaba dentro se le había abierto el apetito. Pidió a Elisabeth que diluyera las soluciones todavía más de modo que no quedara absolutamente nada de la sustancia original. En estos estudios Elisabeth continuó obteniendo resultados consistentes con los anteriores, como si el ingrediente activo siguiera estando allí sin importar lo diluída que estuviera la solución que a estas alturas era casi agua pura.
Por su formación como especialista en alergias, Jacques usó en estos estudios la prueba de alergias normalizada, cuyo propósito es producir la típica respuesta alérgica en las células humanas. Había aislado los basófilos, un tipo de glóbulo blanco que contiene anticuerpos de IgE en su superficie.
Éstas son las células responsables de las reacciones hipersensibles de las personas alérgicas. Jacques eligió las células IgE porque respondían fácilmente a alérgenos tales como el polen o el polvo, liberando histamina de sus gránulos intracelulares, y también respondían a ciertos anticuerpos anti-IgE. Si este tipo de célula se ve afectada por algo, es poco probable que te pase desapercibido. Otra ventaja de las IgE es que podía teñirlas mediante un compuesto que él mismo había desarrollado y patentado en el INSERM. Los basófilos, como la mayoría de las células, tienen una apariencia gelatinosa, y por eso tienes que teñirlas para poder verlas y estudiarlas en laboratorio.
Pero el teñido, incluso con un tinte estándar como el tuluidina azul, está sujeto a cambios y depende de muchos factores: la salud de la anfitriona y la influencia de otras células sobre la original. Cuando estas células IgE quedan expuestas a los anticuerpos anti-IgE, su capacidad de absorber el tinte cambia. Al anti-IgE se le ha llamado el “quita-pinturas biológico” (2) porque su capacidad de inhibir el tinte es tanta que prácticamente vuelve a hacer que los basófilos sean invisibles.
La lógica final que hizo que Benveniste se decidiera por el anti-IgE tenía que ver con el hecho de que estas moléculas concretas son especialmente grandes. Si estás intentando ver si el agua retiene su efecto después de que todas las moléculas de anti-IgE hayan sido filtradas, sería prácticamente imposible dejar alguna atrás accidentalmente.
En estos estudios llevados a cabo a lo largo de cuatro años, entre 1985 y 1989, y esforzadamente registrados en los libros de laboratorio por Elisabeth Davenas, el equipo de Benveniste creó mezclas muy diluídas de anti-IgE vertiendo una décima parte de la solución anterior en el tubo siguiente y completándola con nueve décimos de un disolvente estándar. A continuación cada disolución era sacudida vigorosamente, como se hace con los preparados homeopáticos. El equipo usaba disoluciones de este tipo, una parte de solución por nueve de disolvente y después seguía diluyéndolas hasta que había una parte de solución por noventa y nueve partes de disolvente. Cada una de las disoluciones era añadida sucesivamente a los basófilos, que seguidamente eran contados bajo el microscopio.
Para sorpresa de Jacques y de todos los demás, descubrieron que estaban registrando efectos de inhibición en la absorción del tinte de hasta el 66%, incluso con disoluciones tan diluídas como una parte en 10 elevado a 60.
En experimentos posteriores con disoluciones aún mucho más diluídas, de hasta una parte en 10 elevado a 120, donde prácticamente no había ninguna posibilidad de que quedara ni una sola molécula de IgE, los basófilos seguían viéndose afectados.
Pero el fenómeno más inesperado estaba aún por llegar. Aunque la potencia de los anti-IgE llegaba a su punto máximo en concentraciones de una parte en 1000 ( la tercera disolución decimal ) y a partir de ahí iba decreciendo con cada dilución subsiguiente, como cabía esperar lógicamente, el experimento daba un giro de 180 grados en la novena dilución. El efecto del IgE altamente diluído empezaba a aumentar en ese punto y continuaba aumentando cuanto más se diluía (3). Como siempre había dicho la homeopatía, cuanto más débil sea la disolución, más poderoso es su efecto.
Benveniste unió sus fuerzas con cinco laboratorios diferentes de cuatro países ( Francia, Israel, Italia y Canadá ) y todos ellos fueron capaces de replicar sus resultados.
Entonces los trece científicos publicaron conjuntamente los resultados de su colaboración de cuatro años en la edición de 1988 de la prestigiosa revista Nature, mostrando que si se diluyen soluciones de anticuerpos repetidamente hasta que ya no contengan ni una molécula del anticuerpo, seguían produciendo una respuesta en las células inmunes (4). Los autores concluyeron que en ciertas diluciones ya no quedaba ninguna de las moléculas originales y que:
Información específica debe de haber sido transmitida durante el proceso de dilución / sucusión. El agua podría actuar como plantilla de la molécula, por ejemplo, por medio de una red infinita ligada por hidrógenos, o campos eléctricos y magnéticos… La naturaleza precisa de este fenómeno permanece inexplicada.
Para la prensa popular Benveniste había descubierto “la memoria del agua”, y en general se consideró que sus estudios validaban la homeopatía. Benveniste mismo se dio cuenta de que sus resultados tenían repercusiones que estaban más allá de cualquier teoría de la medicina alternativa. Si el agua fuera capaz de imprimir y almacenar información de las moléculas, esto tendría un impacto en nuestra comprensión de las moléculas y de cómo se “hablan” unas a otras en nuestros cuerpos, pues las moléculas de las células humanas están, evidentemente, rodeadas de agua. En cualquier célula viva hay diez mil moléculas de agua por cada molécula de proteína.
La revista Nature también comprendió indudablemente las posibles repercusiones que tendría este descubrimiento en las leyes aceptadas de la bioquímica. El editor, John Maddox, había consentido en publicar el artículo, pero lo hizo después de dar un paso sin precedentes: al final del artículo añadió el siguiente editorial:
Reserva editorial:
Los lectores de este artículo pueden compartir la incredulidad de los muchos árbitros que han comentado diversas versiones del mismo durante los últimos meses. La esencia del resultado es que una solución acuosa de un anticuerpo retiene su capacidad de evocar una respuesta biológica incluso cuando se diluye hasta tal punto que hay una probabilidad despreciable de que quede una sola molécula del anticuerpo en cualquier muestra. No hay una base física que explique tal actividad. Con la amable colaboración del profesor Benveniste, Nature ha dispuesto que investigadores independientes observen repeticiones de los experimentos. En breve se publicará un informe sobre dicha investigación.
En su propio editorial, Maddox también invitaba a los lectores a hacer agujeros en el estudio de Benveniste (5).
Cuatro días después de la publicación, Maddox mismo llegó con lo que Benveniste describió como un “equipo de falsos científicos” compuesto por Walter Stewart, un conocido cazacharlatanes y James Randy, un mago profesional que tendía a ser convocado para denunciar trabajos científicos que obtenían sus resultados de manera fraudulenta. ¿Eran un mago, un periodista y un cazacharlatanes el mejor equipo posible para evaluar los sutiles cambios de la experimentación biológica?, se preguntó Benveniste.
Bajo su ojo escrutador, Elisabeth Davenas llevó a cabo cuatro experimentos, uno a ciegas, y según Benveniste todos ellos tuvieron éxito. Sin embargo, Maddox y su equipo negaron los resultados y decidieron cambiar el protocolo experimental llevando a cabo un proceso de codificación más exigente; Stewart insistió en llevar a cabo él mismo algunos de los experimentos y cambió parte de su diseño aunque, según dijo Benveniste, no tenía la formación necesaria para ejecutarlos.
Bajo su nuevo protocolo y en medio de una atmósfera cargada que implicaba que el equipo del INSERM estaba ocultando algo, se llevaron a cabo tres pruebas más que no funcionaron. En este punto Maddox y su equipo tenían lo que deseaban y se fueron rápidamente, pidiendo antes fotocopias de 1.500 de los informes de Benveniste.
Poco después de esta visita de cinco días, Nature publicó un informe titulado “Los experimentos de alta dilución son un engaño”. Decía que el laboratorio de Benveniste no había observado los protocolos científicos adecuados y descartaba los datos de apoyo de los demás laboratorios. Maddox expresó su sorpresa de que los estudios no funcionaran siempre, cuando esto es la norma en los experimentos biológicos… Ésta era una de las razones por las que Benveniste había llevado a cabo más de trescientos experimentos antes de publicar. Maddox tampoco tuvo en cuenta que el test de teñido es muy sensible y puede ser alterado por el menor cambio en las condiciones del experimento, hasta tal punto que a veces parte de la sangre del donante ni siquiera se verá afectada por altas concentraciones de anti-IgE. La revista también expresó su desazón ante el hecho de que dos de los laboratorios que colaboraban con Benveniste estuvieran siendo financiados por un fabricante de remedios homeopáticos. “La financiación por parte de la industria es práctica habitual en las investigaciones científicas”, respondió Benveniste. ¿Estaban indicando que los resultados habían sido alterados para agradar a los patrocinadores?
Benveniste devolvió el ataque apelando a la ecuanimidad científica:
Las cazas de brujas o las persecuciones tipo McCarthy matarán la ciencia. La ciencia solo florece en libertad…El único modo de dirimir resultados contradictorios es repetirlos. Es posible que todos estemos equivocados de buena fe. Esto no es un crimen, sino una práctica habitual en ciencia. (6)
Los resultados publicados por Nature tuvieron un efecto devastador en la reputación de Benveniste y en su posición en el INSERM. Un consejo científico de esta institución censuró su trabajo, realizando declaraciones casi unánimes de que debería haber realizado otros experimentos “antes de afirmar que ciertos fenómenos han escapado a 200 años de investigaciones químicas (7)”. El INSERM se negó a escuchar las objeciones de Benveniste respecto a la calidad de la investigación de Nature y le impidió continuar su trabajo. Circularon rumores de desequilibrio mental y fraude. Llovieron cartas a Nature y otras publicaciones diciendo que su trabajo era “ciencia dudosa”, “un engaño cruel” y “pseudociencia”.
A Benveniste se le dieron varias oportunidades de abandonar grácilmente su trabajo y ninguna razón profesional para seguir realizándolo. Si defendía su trabajo original sin duda estaba abocado a destruir la carrera que tanto tiempo llevaba construyendo. Benveniste había llegado a la posición más alta posible en el INSERM y no deseaba ser director. Nunca había ambicionado una carrera, sólo quería seguir adelante con su investigación. Había descubierto pruebas que demolían todo lo que les habían enseñado a creer sobre la comunicación celular, y ahora ya no era posible volver atrás. Decía que sus experimentos eran como mirar debajo de las faldas de la naturaleza. Benveniste abandonó el INSERM y buscó apoyo de fuentes privadas como DigiBio, que permitieron que él y Didier Guillonnet, un hábil ingeniero de la Escuela Central de París que se le unió en 1977, siguieran adelante con el trabajo. Después del fiasco de Nature pasaron a la “biología digital”, un descubrimiento que no lograron en un único momento de inspiración sino tras ocho años de seguir la senda lógica de una experimentación cauta (9).
Los estudios de la memoria del agua llevaron a Benveniste a examinar cómo se comunican las moléculas dentro de una célula viva. La teoría habitual, denominada Relación Cuantitativa Estructura-Actividad (QSAR), dice que dos moléculas que se combinan estructuralmente intercambian información química específica cuando chocan una con otra. Es algo parecido a una llave que encuentra su cerradura. Los biólogos aún se adhieren a las nociones mecanicistas cartesianas de que sólo puede haber reacción si existe contacto. Aunque aceptan la existencia de la fuerza de la gravedad rechazan cualquier otra noción de acción a distancia.
Si estas ocurrencias se deben a la casualidad existe muy poca esperanza estadística de que ocurran cuando tenemos en cuenta cómo es el universo de la célula. En la célula media, que contiene una molécula de proteína por cada diez mil moléculas de agua, las moléculas rebotan por la célula como un puñado de pelotas de tenis flotando en una piscina. El problema central de la teoría actual es que depende demasiado de la casualidad y también requiere bastante tiempo. No puede explicar la velocidad real de algunos procesos biológicos como la ira, la alegría, la tristeza o el miedo. Pero, en cambio, si cada molécula individual tiene su propia frecuencia característica, su receptor o molécula con el espectro de rasgos adecuado se sintonizará con su frecuencia, del mismo modo que sintonizas la radio para captar una estación específica, aunque esté muy alejada. Algo parecido ocurre cuando un diapasón hace que otro diapasón oscile a la misma frecuencia. Ambos entran en resonancia: la vibración de un cuerpo es reforzada por otro cuerpo que vibra a la misma frecuencia o cerca de ella. A medida que estas dos moléculas resuenen en la misma longitud de onda, empezarán a resonar con las siguientes moléculas de la reacción bioquímica, creando así, en palabras de Benveniste, una “cascada” de impulsos electromagnéticos que viajan a la velocidad de la luz. Esto explica mejor que la colisión accidental cómo se empieza una reacción bioquímica en cadena prácticamente instantánea. También es una extensión lógica de los trabajos de Fritz Popp. Si los fotones corporales excitan moléculas en todo el espectro de frecuencias electromagnéticas, es lógico que tengan su propia frecuencia característica.
Los experimentos de Benveniste demostraron de manera decisiva que las células no dependen de colisiones casuales, sinó de señales electromagnéticas creadas por ondas electromagnéticas de baja frecuencia (menos de 20 kHz). Las frecuencias elecromagnéticas que Benveniste ha estudiado corresponden a frecuencias de radio, aunque no emiten ningún sonido que podamos detectar. Todos los sonidos de nuestro planeta ( el agua en un arroyo, el rugido de un trueno, un disparo, el piar de un pájaro,…) ocurren a baja frecuencia, entre 20 htz y 20 khtz, el rango de audición del oído humano.
Según la teoría de Benveniste, dos moléculas se sintonizan una con otra, incluso a larga distancia, y resuenan en la misma frecuencia. Entonces las dos moléculas resonantes crearán otra frecuencia, que resonará con la siguiente molécula o grupos de moléculas en el paso siguiente de la reacción biológica. Según Benveniste esto explica por qué pequeños cambios en una molécula (el cambio de un péptido, por ejemplo) tendrán un efecto radical en lo que esa molécula haga.
Esto no es tan improbable, considerando lo que ya sabemos respecto a cómo vibran las moléculas. Tanto las moléculas concretas como los vínculos intermoleculares emiten ciertas frecuencias específicas que pueden ser detectadas a miles de millones de años luz de distancia mediante los más sensibles telescopios modernos. Estas frecuencias han sido aceptadas por los físicos desde hace mucho tiempo, pero nadie en la comunidad biológica, aparte de Fritz Albert Popp y sus predecesores, se ha detenido a considerar si tienen algún propósito.
Antes de Benveniste otros como Robert O. Becker y Cyril Smith, llevaron a cabo abundantes experimentos con las frecuencias electromagnéticas de los seres vivos. La contribución de Benveniste fue demostrar que las moléculas y átomos tienen sus frecuencias únicas usando la tecnología moderna tanto para registrarlas como para usar esa misma grabación en la comunicación celular.
A partir de 1991 Benveniste demostró que es posible transferir señales moleculares específicas simplemente usando un amplificador y ondas electromagnéticas. Cuatro años después fue capaz de registrar y reproducir dichas señales usando un ordenador multimedia. A lo largo de miles de experimentos Benveniste y Guillonnet registraron la actividad de la molécula en un ordenador y reprodujeron la señal para un sistema biológico generalmente sensible a esa sustancia. En todos los casos el sistema biológico fue engañado: creyó que estaba interactuando con la sustancia misma y actuó consecuentemente, iniciando la reacción biológica en cadena tal como habría hecho en presencia de la molécula genuína (10). Otros estudios mostraron que el equipo de Benveniste podía borrar estas señales y detener la actividad celular mediante un campo magnético alternante, trabajo que llevaron a cabo en colaboración con el Centro Nacional de Investigación Científica de Medudon, en Francia. La conclusión inevitable es que, como Fritz Albert Popp teorizó, las moléculas se hablan unas a otras mediante frecuencias oscilantes.
El equipo DigiBio puso a prueba la biología digital en cinco tipos de estudios: activación basofílica, activación neutrofílica, pruebas de la piel, actividad del oxígeno y, más recientemente, coagulación del plasma. Como la sangre misma, el plasma, el líquido amarillento de la sangre que transporta las proteínas y los productos de desecho, se coagula. Para poner bajo control dicha habilidad, debes empezar por retirar el calcio del plasma atrapándolo químicamente. Si a continuación le añades agua con calcio, el plasma se coagulará. Añadiendo un medicamento típicamente anticoagulante evitaremos que se coagule, incluso en presencia del calcio.
En su estudio más reciente, Benveniste tomó un tubo de ensayo de este plasma sin calcio y le añadió agua que contenía calcio expuesto al “sonido” (frecuencia electromagnética digitalizada) del anticoagulante. Lo mismo que en otros de sus experimentos, la frecuencia característica del anticoagulante funciona como si las propias moléculas del anticoagulante estuvieran allí: en su presencia, la sangre es más reacia a coagular de lo normal.
El agua se encuentra entre las sustancias más misteriosas porque, siendo un compuesto formado por dos gases, es líquida a temperatura y presiones normales. En sus estudios, Del Giudice y Preparata han demostrado matemáticamente que, cuando están muy apretados, los átomos y moléculas exhiben una conducta colectiva, formando lo que han denominado “dominios coherentes”. Están especialmente interesados en este fenómeno tal como ocurre en el agua. En un informe publicado en Physical Review Letters, Preparata y Del Giudice demostraron que las moléculas de agua crean dominios coherentes, de manera parecida a un rayo láser. La luz se compone normalmente de fotones de muchas longitudes de onda, como los colores del arco iris, pero los fotones de un rayo láser tienen un alto grado de coherencia, como si formaran una única onda coherente, un solo color intenso (13). Estas moléculas de agua de longitudes de onda singulares parecen ser “informadas” en presencia de otras moléculas, es decir, tienden a polarizarse en torno a cualquier molécula cargada, almacenando y transportando su frecuencia para que pueda ser leída a distancia. Esto significaría que el agua es como una grabadora, que imprime y transporta la información tanto si la molécula original sigue estando allí como si no. Sacudir los recipientes, como se hace en homeopatía, parece ser un medio de acelerar este proceso (14).
El agua es tan vital para la transmisión de energía e información que los trabajos de Benveniste demuestran que las señales moleculares no pueden ser transmitidas por el cuerpo a menos que lo hagas en un medio acuático (15). En Japón, un físico llamado Kunio Yasue, del Instituto de Investigación para la Información y la Ciencia de la Notre Dame Seishin University en Okayama, también descubrió que las moléculas de agua desempeñan cierto papel a la hora de organizar la energía discordante en fotones coherentes: un proceso llamado “superradiación” (16).
Esto sugiere que el agua, como medio natural de las células, actúa como conductor esencial de la frecuencia característica de la molécula en todos los procesos biológicos y que las moléculas de agua se organizan para formar un patrón sobre el que puede imprimirse la información de la onda. Si Benveniste está en lo cierto, el agua no sólo envía la señal, sino que la amplifica.
El aspecto más importante de la innovación científica no es necesariamente el descubrimiento original, sino la réplica del trabajo. Sólo la réplica de los datos iniciales legitima una investigación y convence a la comunidad científica ortodoxa de que podrías tener algo entre manos. A pesar de la mofa casi universal de los resultados de Benveniste, empezaron a realizarse investigaciones reputadas en otras partes. En 1992, FASEB ( Federación de Sociedades Americanas para la Biología Experimental ) celebró un simposio organizado por la Sociedad Internacional de Bioelectricidad para examinar las interacciones de los campos electromagnéticos con los sistemas biológicos (17). Muchos otros científicos han replicado los experimentos de alta dilución (18), y algunos han repetido y confirmado los experimentos que usan información digitalizada para la comunicación molecular (19). Los últimos estudios de Benveniste fueron replicados dieciocho veces en un laboratorio independiente en Lyon, Francia, y en otros tres centros independientes.
Varios años después del episodio con la revista Nature relativo a la memoria del agua, había equipos de científicos que aún trataban de probar que Benveniste se equivocaba. La profesora Madelene Ennis, de la Queen’s University de Belfast, convocó un gran grupo de investigadores europeos con la esperanza de mostrar, de una vez por todas, que la homeopatía y la memoria del agua eran una completa estupidez. Un consorcio de cuatro laboratorios independientes de Italia, Francia, Bélgica y Holanda, dirigido por el profesor M. Roberfroid, de la Universidad Católica de Lovaina, en Bruselas, llevó a cabo una variante del experimento original de Benveniste con la degranulación basófila. El experimento fue impecable. Ninguno de los investigadores sabía cuál era la solución homeopática y cuál agua pura. Incluso las soluciones fueron preparadas por laboratorios que no tenían nada que ver con el estudio. Los resultados fueron codificados, decodificados y tabulados por un investigador independiente, también desconectado del estudio.
Finalmente, tres de los cuatro laboratorios obtuvieron resultados estadísticamente significativos con las preparaciones homeopáticas. La profesora Ennis todavía no se creía dichos resultados y los atribuyó a un error humano. Para eliminar posibles despistes humanos, aplicó un protocolo que contaba los números automáticamente. Los resultados automatizados seguían mostrando lo mismo. Las altas diluciones del ingrediente activo funcionaban, tanto si el ingrediente activo estaba presente como si el agua se hallaba tan diluída que no quedaba nada de la sustancia original. Ennis se vió obligada a ceder:
“Los resultados me obligan a suspender mi excepticismo y empezar a buscar explicaciones racionales a nuestros descubrimientos” (20).
Ésta era la última posibilidad para Benveniste. Si los resultados de Ennis hubieran sido negativos, se habrían publicado en Nature, enviando su trabajo a la basura para siempre. Pero, como concordaron con los suyos, fueron publicados en un periódico poco conocido y unos cuantos años después, garantizando así que nadie pudiera tomar nota.
Además de los resultados de Ennis, todos los estudios científicos de la homeopatía prestaban apoyo a los descubrimientos de Benveniste. Pruebas de excelente calidad, doblemente ciegas y contrastadas con placebos, demostraron que la homeopatía funciona para, entre muchas otras dolencias, el asma (21), la diarrea (22), las infecciones del tracto respiratorio superior en niños (23), e incluso las enfermedades de corazón (24). De 105 pruebas llevadas a cabo con homeopatía, al menos 81 ofrecieron resultados positivos. Las más incontestables fueron llevadas a cabo en Glasgow por el doctor David Reilly, cuyos estudios doblemente ciegos y con controles placebo, con todas las comprobaciones y equilibrios de un estudio científico prístino (25), mostraron que la homeopatía funciona para el asma. A pesar del diseño científico de la prueba, un editorial de The Lancet, recordando la respuesta de Nature a los pimeros descubrimientos de Benveniste, accedió a publicar los resultados pero se negó a aceptarlos: “Qué podría ser más absurdo que la noción de que una sustancia es terapéuticamente activa cuando está tan diluída que es poco probable que el paciente reciba una sola molécula de ella? Sí, el principio de dilución homeopático es absurdo, de modo que el motivo de su eficacia terapéutica debe de estar en alguna otra parte” (26)
Cuando leyó sobre el debate que se estaba desarrollando de The Lancet respecto a los estudios de Reilly, Benveniste no pudo resistirse a responder:
"Esto nos recuerda inexorablemente la contribución maravillosamente autosuficiente de un académico francés del siglo XIX al encendido debate sobre la existencia de meteoritos, que animó a la comunidad científica de su tiempo: “Las piedras no caen del cielo porque en el cielo no hay piedras”." (27)
Benveniste estaba tan cansado de que otros laboratorios fracasaran ocasionalmente en sus intentos de replicar sus experimentos que hizo que Guillonnet le construyera un robot. El robot era poco más que una caja con un brazo que se movía en tres direcciones, y podía hacerlo todo menos la medición inicial. Lo único que uno tenía que hacer era facilitarle los ingredientes y unos tubos de plástico, presionar los botones y marcharse. El robot tomaba el agua que contenía calcio, la ponía en un alambique , reproducía la señal sonora de la heparina (anticoagulante) durante cinco minutos para que el agua quedara “informada”, después mezclaba el agua informada en un tubo de ensayo con plasma, ponía la mezcla en un aparato de medir, leía los resultados y los ofrecía a quien estuviera llevando a cabo la investigación. Benveniste y su equipo hicieron cientos de experimentos con ayuda de este robot, pero la idea fundamental era distribuir estos aparatos a otros laboratorios. De este modo, tanto los demás centros como el equipo de Clamart podían estar seguros de que el experimento estaba estandarizado universalmente, que el protocolo era idéntico y se llevaba a cabo correctamente.
Mientras trabajaba con su robot, Benveniste descubrió a gran escala el mismo fenómeno que Popp había contemplado en el laboratorio con sus pulgas de agua: pruebas evidentes de que las ondas electromagnéticas de los seres vivos tienen un efecto sobre su entorno. Cuando Benveniste consiguió que su robot estuviera operativo, descubrió que generalmente funcionaba bien, pero con ciertas excepciones. Dichas excepciones coincidían con los días en que una mujer concreta realizaba los experimentos. Lo mismo estaba ocurriendo en Lyon pero con un hombre. El método científico de la mujer era impecable y seguía el protocolo al pie de la letra. La mujer misma, doctora y bióloga, era una trabajadora experta y meticulosa. Sin embargo no conseguía los resultados en ninguna ocasión. Después de llevar a cabo estos estudios durante seis meses, sólo quedaba una conclusión posible: algo en su presencia misma impedía el resultado positivo. Para Jacques era vital llegar al núcleo del problema. Los efectos biológicos no tienen nada de sutil. Cambia la estructura o la forma de una célula aunque sólo sea ligeramente y alterarás completamente su capacidad de encajarse con las células receptoras. Sí o no, éxito o fracaso. Un medicamento funciona o no funciona. En este caso, algo de la mujer en cuestión estaba bloqueando la comunicación celular en los experimentos que llevaba a cabo.
Benveniste sospechaba que la mujer debía de estar emitiendo algún tipo de ondas que bloqueaban las señales. Desarrolló un medio de medición y pronto descubrió que la mujer emitía campos electromagnéticos que interferían con las señales de comunicación del experimento. Como las sustancias carcinógenas de Popp, ella alteraba las frecuencias. Esto parecía increíble, algo más propio del ámbito de la brujería que de la ciencia, pensó Benveniste. Seguidamente hizo que la mujer sostuviera en la mano un tubo de gránulos homeopáticos durante cinco minutos, y después examinó el tubo con sus aparatos. Toda actividad, toda señal molecular, había sido borrada. (28)
Benveniste era un teórico; ni siquiera era físico. Había entrado accidentalmente en el mundo del electromagnetismo y ahora se encontraba experimentando en un territorio completamente extraño para él: la memoria del agua y la capacidad molecular de vibrar a frecuencias muy altas o muy bajas. Éstos eran los dos misterios que no llegaba a resolver. Lo único que podía hacer era seguir trabajando donde se sentía más cómodo ( en sus experimentos de laboratorio ), mostrando que estos efectos eran reales. Pero había una cosa que no tenía clara. Por algún motivo que ignoraba, estas señales también parecían ser enviadas fuera del cuerpo y de algún modo estaban siendo recibidas y escuchadas.
Nota: Para las referencias bibliográficas ( de 2 a 28 ), consultar páginas 307 a 309 del libro “El Campo” de Lynne McTaggart.
Autor: Dr. Joan Mora
Fuente: Joan Mora Homeopatia
Extracto del libro “El Campo” de Lynn McTaggart.
NEW: HOMEOPATHIC SCIENTIFIC RESEARCH
Homeopathy’s detractors, whether they are scientists or not, always find arguments to deny the effectiveness of homeopathy, arguing that homeopathic studies are flawed, trials in homeopathy do not comply with the scientific method, and homeopathic research studies are not good enough to always be published in prestigious scientific journals. Here, these arguments will be addressed by defining and discussing concepts and principles as conceived by homeopathy, contrasted with conventional medicine. With the support of high quality published research, readers will be provided with the facts surrounding the topic.
Homeopathy and evidence-based medicine
In order to carry out scientific research, and keep up with the standards of evidence-based medicine, homeopathy has had to use a scientific model designed for conventional medicine, despite the fundamental differences between these systems.
Author: Clara Amaya, PhD, earned her M.Sc. degree in microbiology at the University of “Los Andes” in her home country, Colombia, in 1986. She then worked as an investigator at an industrial research laboratory, went to France and Germany to get trained in biotechnology, and, as an assistant professor, taught biotechnology and microbiology at the university level.
Homeopathy and evidence-based medicine
In order to carry out scientific research, and keep up with the standards of evidence-based medicine, homeopathy has had to use a scientific model designed for conventional medicine, despite the fundamental differences between these systems.
When discussing homeopathic scientific research, we must first consider the role of evidence-based medicine, as this has become the “gold standard” for therapeutics, since the late 20th century.1Evidence-based medicine uses current evidence, from scientific research, to assist in the process of making decisions in medical care. This concept leads us to consider an important question we want to leave you with: what were decisions in medical care based on, prior to the late 20th century?
The methodologies most commonly used in evidence-based medicine comprise those based on studies that have already been published, such as systematic reviews and meta-analyses, and those used to carry out the studies, such as double-blind randomized controlled trials (RCTs). Here, the focus will be placed on RCTs because this is the experimentation methodology used in evidence-based medicine, and we want to discuss it in the context of its utilization in homeopathy. In brief, double blind RCTs are experiments to test medicines and placebo (plain sugar pills) in a blinded fashion, using a randomized group of study subjects with a similar ailment (neither study subjects, researchers nor result evaluators know who is taking placebo, and who is taking the medicine being tested). If the effect of the medicine on eliminating symptoms is significantly higher than that of the placebo, the medicine is deemed effective for the ailment.
The problem with RCTs for homeopathy
The methodology of RCTs, developed according to models that apply to conventional medicine, has several aspects that conflict with the principles of homeopathy.
Individualization: Homeopathic methodology regards each person as a unique individual with unique characteristics. Homeopathic medicine selection that takes this individuality into consideration gives excellent results. However, in order to conform to the conditions of group treatment, for a specific ailment used in an RCT, this individualization cannot exist – despite the reality that this is one of homeopathy’s strengths.
Totality: Conventional medicine treats symptoms—“the parts”—while homeopathy treats the whole individual—“the totality”. The “totality” includes not only physical, mental and emotional symptoms, but also the interactions of the individual with their environment. RCTs measure quantitative parameters, making the model subject to errors when used in homeopathy.
However, this situation is changing in favor of homeopathy, and the medical modalities that consider the totality of each person and their individuality. There is a trend in evidence-based medicine towards the use of qualitative methods alone, or with quantitative methods.2,3 This is because the benefits of qualitative methods have been demonstrated in studies such as early diagnosis in dementia,4recovery,5 and the efficiency of RCTs.6 Methods such as comparative trials have been proposed to measure the real practice of homeopathy, where the specificity of homeopathic medicine, the non-specificity of homeopathic consultation, and the interaction of the two are taken into account. 7
Efficacy trials and treatment trials: Efficacy trials and treatment trials are carried out in the same way in conventional medicine, but not in homeopathy. Treatment trials used in conventional medicine can be adapted to homeopathy to some extent, because both aim to determine whether a medicine is more effective than placebo, in improving a condition.
Efficacy trials in conventional medicine fundamentally differ with efficacy trials, or provings, in homeopathy. In conventional medicine, the purpose of these trials is to suppress symptoms, while in homeopathy; the purpose of these trials is to produce symptoms.8
For a homeopathic drug proving trial, a medicinal substance with unknown, or few known, medical applications is tested in a randomized group of healthy subjects. Changes in the condition of the healthy subjects are evaluated individually, and in the group. The resulting number of common and significant symptoms is referred to as the symptom picture of the medicinal substance. This substance can be used to treat those experiencing the same symptoms. If significant improvement is obtained, the substance is included in the repertory, or materia medica, for the symptoms. Clinical results will differentiate between presence and absence of resolution of symptoms.
The criticism of this system is subjectivity, because it relies on observations and reporting from the subject and the homeopaths involved in the experimentation. However, a recent study has shown how most of the mentioned difficulties can be overcome. A group of investigators from Germany demonstrated that a traditional homeopathic proving methodology can be adapted to a placebo-controlled phase 1 trial, using the present requirements for research under current drug regulations in Europe. In brief, the study was a randomized, double-blind placebo-controlled phase 1 trial, with 30 healthy participants. The homeopathic drug proving (HDP) study involved a base-line observation of 7 days, an intervention period of 5 days and a follow-up period of 16 days. Subjects were either doctors or students of homeopathy, and the drug identity was hidden; unlike conventional trials where participants are informed about the identity of the drug and the possible risks involved. Globules of a homeopathic medicine, in the potency of c12, and sucrose globules, which acted as placebo, were used. Subjects took 5 globules, 5 times a day, for 5 consecutive days. Participants stopped taking globules when they experienced proving symptoms. Subjects documented these symptoms in a diary. Adverse events and proving symptoms were documented together. The primary outcome for the HDP was individualistic and peculiar symptoms, in order to respect homeopathic criteria according to the Hahnemann’s organon. The secondary outcome parameters were qualitative differences in profile of characteristic and proving symptoms. Proving symptoms were analyzed using content analysis according to Mayring (adaptation to homeopathic qualitative analysis method).9
Blinding: The blinding component of RCTs also presents difficulties when applied to homeopathy. At a homeopathic first consultation, the homeopath gets information from the subject about mental, physical and emotional symptoms, constitution, lifestyle, childhood, family history and all of the traits that make the patient different and unique, through a thorough questioning. The study of this information allows the homeopath to find the most appropriate homeopathic medicine that will stimulate the body to heal.
But, by RCT protocol, the prescriber should not know about the medicine the study subject is taking, so as to avoid biased interpretations during follow-ups. To get around this obstacle, the homeopath is allowed to select the medicine, but the subjects may receive either placebo or the medicine without the homeopath knowing which.
Evaluation difficulties also arise when the potency is not appropriate, or the subject doesn’t respond for some other reason. Because of the blinding factor, the homeopath can’t get the feedback needed to make changes that will ensure treatment success.
Placebo Effect: One of the arguments used by homeopathy’s detractors is that responses to homeopathic remedies are due to the placebo effect. In efficacy trials, questionnaires are designed to limit the number of symptoms being considered because the amount of symptoms experienced by the study subjects can be overwhelming. It is certain that during RCTs, interaction of study subjects with these questionnaires, with limited symptoms, may result in an increased placebo effect, but carefully designed studies ease these interactions. It has been demonstrated that placebo effect resulting from homeopathic trials is not higher than that obtained from conventional drug trials. 10
Good evidence that the action of homeopathic medicines is real, and not a result of placebo effect, is the improvement of ailments suffered by babies and animals (who can’t verbally express what they feel and are not affected by psychosomatic influences) due to homeopathic treatment.
The argument that the pseudoskeptics make to this is that the babies & animals are affected by their caretakers’ or owners’ belief… a sort of placebo-effect-by-proxy. To counteract this argument we would like to pose some questions supported by clinical evidence and research studies in the area.
Would the beliefs of a mother influence the drop of a high fever in a baby, after the use of a homeopathic medicine like belladonna? Could the rapid healing of a common infectious skin disease in a baby, after the use of a homeopathic medicine like sulphur, possibly be the result of a placebo-effect-by proxy?
Would farm animals healing from infections, when homeopathic medicines are added to their food or water, be the result of any influence by their owner’s beliefs? What about when the role of homeopathic medicine is in prevention? Homeopathic medicines have shown to be effective in the prevention of mastitis during the dry period of dairy cows. 11 On the other hand, double blinded RCTs in animals have shown superior effect of homeopathic medicines compared to placebo controls.12
Would researchers have the power to influence in-vitro study results? There is growing evidence from in-vitro studies of the biological effect of homeopathic remedies against viruses13-15; the inhibitory effect of Nux vomica and Calendula officinalis homeopathic preparations on the gene expression ofhelicobacter pylori16; changes in the growth-rate of plants by homeopathic medicines17; and the in-vitro activation of bone marrow cells by homeopathic preparations.18
Why is there so much controversy and criticism concerning homeopathy and homeopathic scientific research?
Accepting that homeopathic medicines have a biological effect, even in potencies where dilution goes beyond Avogadro’s number—the point at which not a single molecule of the original substance is likely to remain in the solution—is not easy. It is hard for people steeped in long-established precepts of chemistry to accept that their knowledge might be wrong, or at least incomplete.
Scientists exploring the mechanisms of how homeopathy works are very cautious about their comments, or prefer to remain silent, for good reason. Throughout history (see Homeopathy: A History of Opposition) experiments suggesting theories that could support the effectiveness of homeopathy, such as “the memory of water”, proposed in 198819, have been sabotaged, attacked and ignored.
Jacques Benveniste, the main investigator of this theory, lost his laboratory, his funding and his reputation. More recently, Nobel laureate Luc Montagnier, the co-discoverer of the HIV virus, has been strongly attacked, and denied funding, to continue with his research – forcing him to move to China to pursue his work on the electromagnetic waves produced by highly-diluted DNA of some microorganisms.20
The situation of Montagnier brings us to another important factor delaying progress in high quality research in homeopathy: lack of funding. Pharmaceutical companies fund a high percentage of the research studies on conventional medicines because the business for them is there. However, homeopathic medicines are extremely cost-effective, so homeopathic pharmacies do not have that kind of financial clout.
As far as publication in prestigious scientific journals goes, research relating to homeopathy is often denied publication for no good reason. For instance, Dr. Gustavo Bracho’s team, who did a 2.3-million-population clinical trial on homeopathic prevention of leptospirosis in Cuba, had spectacular results, yet his paper was rejected by several prominent medical journals (personal communication, 2009) before it was published in the main, international peer-reviewed journal in homeopathy.21
To add to the controversy, the media is easily confused about evidence for the effectiveness of homeopathy, because there are plenty of apparently-respectable scientists or doctors decrying any study in the area as non-definitive. Why? Who could be interested in attacking homeopathy now, when its popularity is rapidly growing due to the increasing evidence of its effectiveness, the discovery of many unknowns about its mechanism of action, and the technological advancements in material science, quantum science etc. that define the present era?
Who, lacking real interest in seeing chronic diseases cured and cost-effective improvement of health for wealthy and poor alike, would feel menaced by homeopathy? Who would have the money and power to fund pseudo skeptics (individuals without any knowledge of homeopathy, who dare to criticize a science without an understanding of science, or the application of a ‘scientific method’ to prove/disprove their denigrating arguments against the science of homeopathy)? Who, for obvious reasons, would not be interested in reviewing any clinical evidence or “scientific” proof of homeopathy? Who could be using their power over the media to counteract the popularity of homeopathy? To help answer these questions, read the complete story about the pseudoskeptics and their funding (see Media Skeptics: A Popcorn Gallery.)
Despite all of these obstacles, more and more evidence in the area of ultra-high dilutions has been published recently (see High Dilution Studies and Extraordinary Evidence: Homeopathy’s Best Research). Some particularly interesting publications are: a review that show preliminary evidence supporting the biologic effects of ultra-high dilutions22; a study demonstrating that different high-potency homeopathic medicines, and different potencies of high-potency homeopathic medicines, can be distinguished from one another using spectroscopy23; and a report on the presence of the starting substance in ultra-high dilutions of homeopathic medicines, in the form of nanoparticles (microscopic-size particles).24
The fact that studies have shown positive results for homeopathy, despite numerous obstacles and continual accommodations to fit the standard medical science model, is a testament to the validity of homeopathy—a system of medicine with a 200-year record of successful clinical results. Homeopathy serves humanity by curing acute and chronic conditions, including those considered untreatable by conventional medicine, safely, gently and permanently.
Glossary of some terms in the context of homeopathic scientific research:
- Avogadro’s number. 6.022137 X 10 23 mol-1. Refers to the number of atoms or molecules present in a unit mole of a substance.
- High dilutions. In homeopathy, the term refers to dilution levels beyond Avogadro’s number.
- Clinical trial. A research study that aims to evaluate the effectiveness of a therapeutic intervention.
- Homeopathic Material Medica. A book that contains a compilation of the knowledge about curative properties of homeopathic medicines.
- Homeopathic repertory. A book that contains an index of symptoms with corresponding homeopathic medicines (from the material medica) with the medicinal effect for each symptom.
- Meta-analysis: Involves rigorous statistical analysis that integrates results obtained from a large collection of studies; all of which attempt to address the same research question.
- Objective. Refers to what can be seen, touched, or described, because it is factual.
- Phase 1 trial. Tests that aim to explore the safety and pharmacological properties of a new medicine/treatment in a small group of study subjects.
- Placebo effect. A physiological improvement that may be observed, measured, or felt as a result of personal beliefs and preconceptions of the mind, rather than the treatment.
- Potency. The strength of a homeopathic medicine. The potency is shown after the medicine name, by a number that indicates the repetition of dilution and succussion and a Roman numeral. X refers to the decimal dilution, C to the centesimal dilution, M to the millesimal dilution.
- Provings / Homeopathic drug proving trials (HDP) / homeopathic pathogenic trials.These trials find clinical indications according to the laws of homeopathy.
- Qualitative methods. In these methods, the reasoning goes from the specific to the general, and is subjective. The questions are open-ended, and the analyses use narrative descriptions and comparisons.
- Quantitative methods. In these methods, the reasoning goes from the general to the specific, and is objective. The questions are specific and the analyses use numbers and statistics.
- Systematic review: An examination of scientific literature that aims to identify, select and summarize high quality publications, in order to answer a specific research question.
- Scientific method. A method that involves observation of phenomena, enunciation of hypotheses about the phenomena, experimentation to test the hypotheses, analyses of the results and formulation of conclusions that accept or deny the hypotheses.
- Subject. A person who participates in a scientific experiment as one being experimented upon (taking a medicine/placebo pill, undergoing a procedure, etc.)
- Subjective. Refers to the unique experience of an individual.
References
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Author: Clara Amaya, PhD, earned her M.Sc. degree in microbiology at the University of “Los Andes” in her home country, Colombia, in 1986. She then worked as an investigator at an industrial research laboratory, went to France and Germany to get trained in biotechnology, and, as an assistant professor, taught biotechnology and microbiology at the university level.
Upon her arrival in Canada in 1991, she worked as a technician, in microbiology research at the Botany Department of the University of Toronto, then went to the University of Guelph to pursue a Ph.D. in biochemistry. Postdoctoral work in enzymology and DNA microarrays at the Food Science Department of the University of Guelph was followed by research on the immunopathology of paediatric multiple sclerosis as a research assistant for the Departments of Biochemistry and Neurology. She then worked as clinic coordinator for the multiple sclerosis clinic at the Hospital for Sick Children.
Presently, with an honours D.H.M.H.S. from the Ontario College of Homeopathic Medicine, she proudly practices homeopathy, along with nutrition and Bowen Therapy, in Mississauga, Canada.
Fuente: Extraordinary Medicine
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